Libertad!

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miércoles, 31 de marzo de 2010

Crisis militar en la Fuerza Armada Bolivariana

Fernando Ochoa Antich
Introducción
La palabra crisis es definida por el Diccionario de la Real Academia Española como una mutación importante de un proceso, ya sea de orden físico, histórico o espiritual. Proviene de la palabra latina crisis y a su vez del griego κρίσις. La mayoría de los autores consideran que una crisis surge al ocurrir un momento de ruptura en el funcionamiento de un sistema, un cambio cualitativo en sentido positivo o negativo. Su comprensión exige, antes que nada, el análisis del estado de ese sistema: la fase previa al momento en que se inicia la crisis, la fase de crisis propiamente dicha y por último la fase en que la crisis ha pasado y el sistema ha asumido un cierto modelo de funcionamiento que no es ya el anterior de la crisis. Así visto, cada sistema se funda en un conjunto de relaciones más o menos estrechamente ligadas entre sus variados componentes, de modo que un cambio en un componente del sistema genera cambios en todos los restantes. Para valorar en sentido amplio, la incidencia de una crisis sobre un sistema social, sea como fuere, se requiere ante todo definir el estado de equilibrio de ese sistema.
El estudio de una crisis exige identificar el origen y la magnitud de las causas que producen esa alteración en el sistema, ubicar si son internas o externas, de tiempo reciente o de largo alcance. También se requiere analizar los miembros del sistema que están presentes en la crisis, su importancia y las funciones que realizan. La determinación del tiempo es un factor fundamental para establecer el momento de su posible estallido y la capacidad de reacción del sistema para impedir su transformación. Las crisis en un sistema pueden considerarse fisiológicas cuando tocan el funcionamiento y provocan su adaptación; y patológicas cuando tocan la estructura del sistema y provocan su mutación. La fase en la cual el sistema ha alcanzado un nuevo equilibrio, estable o inestable, marca el fin de la crisis, pero no necesariamente su solución. La crisis puede estar simplemente adormecida, retirada pero latente, y por consiguiente manifestarse nuevamente en una fase sucesiva. Si esta cuestión se repite muchas veces, es probable que haya una patología escondida en la estructura del sistema, a corto o mediano plazo ese sistema mutará.
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La Fuerza Armada venezolana ha sido sometida, durante estos diez años, a un proceso de profundos cambios en sus valores y estructuras. El objetivo ha sido uno sólo: destruir su esencia profesional de institución al servicio del Estado para transformarla en una organización politizada, orientada ideológicamente, que sirve exclusivamente al partido gobernante. Ese proceso no ha sido fácil. Han surgido fuertes resistencias en importantes sectores de la estructura militar que han mantenido como tesis que la Fuerza Armada, para conservar su eficiencia, debe preservar ciertos valores tradicionales: la disciplina, la subordinación, la meritocracia, la dedicación profesional etc. Este enfrentamiento de visiones contrapuestas es percibido por el régimen gobernante con gran preocupación.
La intención de Hugo Chávez es eternizarse en el poder. De eso no hay duda. Buen lector de los procesos históricos latinoamericanos conoce que los gobiernos militares, sean de izquierda o de derecha, de origen popular o por la fuerza, siempre terminan siendo derrocados por las propias fuerzas armadas. La conclusión de esta realidad histórica es una sola: las fuerzas armadas profesionales no sirven para sostener regímenes políticos de corte personal. De allí el afán de Hugo Chávez de transformar la Fuerza Armada Bolivariana de profesional en revolucionaria. Al contrario, las fuerzas armadas profesionales sirven con lealtad a gobiernos que tienen un origen legal, mientras sus dirigentes no pierdan su legitimidad de origen. Un buen ejemplo, fueron los cuarenta años de vigencia de gobiernos civiles en Venezuela.
El objetivo de esta conferencia es determinar si en las Fuerza Armada Bolivariana se observan algunos elementos que señalen la posibilidad de una crisis interna que pueda comprometer la estabilidad del régimen chavista. Este es un análisis exclusivamente teórico, realizado en base a una larga experiencia en el servicio militar y a percepciones personales. No tiene, como es lógico pensarlo, una fase de campo que permita ratificar o rechazar sus conclusiones.
La conferencia la dividiré en dos partes:
1. Factores permanentes en algunas crisis militares latinoamericanas;
2. Situación actual de la Fuerza Armada Bolivariana.
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Primera Parte
Analizaremos cuatro casos de crisis militares que concluyeron en golpes de Estado exitosos: los derrocamientos de Isaías Medina Angarita, de Juan Domingo Perón, de Marcos Pérez Jiménez y de Juan Velasco Alvarado. Insisto en lo de insurrecciones exitosas, ya que en las fuerzas armadas latinoamericanas se conspira permanentemente. La razón por la cual esto ocurre es una sola: en la América Latina, las fuerzas armadas se consideran herederas de las glorias de los ejércitos libertadores y responsables de garantizar la grandeza de la Patria. Este convencimiento conduce a que sus miembros se consideren con el derecho de aspirar a la dirección del Estado, ya que creen que en sus manos se logra una mayor eficiencia que bajo gobiernos de orden civil. En el caso particular de Venezuela, esta convicción es una percepción generalizada en vastos sectores de la sociedad, que consideran una obligación para los militares resolver las crisis políticas y reorientar al país.
La transición política, iniciada por el general Eleazar López Contreras a la muerte de Juan Vicente Gómez, fue muy exitosa. Logró derrotar a la derecha gomecista y a la izquierda radical. Al mismo tiempo, fortaleció la institucionalidad de las Fuerzas Armadas, vinculándola aún más, al pensamiento bolivariano. Deseoso de entregar la presidencia a un civil, realizó importantes esfuerzos políticos para que su sucesor fuera el doctor Diógenes Escalante. Una fuerte presión militar impuso la candidatura del general Isaías Medina Angarita, primer oficial egresado de la Escuela Militar y ministro de Guerra y Marina. Al poco tiempo, de haberse iniciado el nuevo gobierno, el presidente Medina se distanció progresivamente de la orientación conservadora de su antecesor, pero a su vez, sin darse cuenta, debilitó las reglas tradicionales del régimen andino: la estrecha relación que siempre existió entre el presidente de la República y los cuadros militares y la designación de un oficial prestigioso al frente, primero de la Inspectoría General del Ejército, después del ministerio de la Defensa.
Al inicio de su gestión el general Medina escogió como su segundo ministro de Guerra y Marina al general Juan de Dios Celis Paredes. Este oficial produjo importantes transformaciones profesionales. Al fortalecer su prestigio militar, el general Medina consideró que podía transformarse en un obstáculo, como él lo había sido para el general López, en su proyecto de entregarle la
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presidencia de la República a un civil. Lo reemplazó por el coronel Manuel Morán, quien creó un ambiente negativo en los cuadros jóvenes que impulsó un creciente descontento militar, que fue aprovechado por los mayores Julio César Vargas y Marcos Pérez Jiménez, oficiales graduados de Estado Mayor en el Perú y conocedores del funcionamiento de las logias militares en la América del Sur, para organizar a su vez una logia militar: la Unión Patriótica Militar, que empezó a preparar una insurrección militar. Al acercarse el final del período presidencial se generaron fuertes tensiones políticas. El ex presidente López aspiró la presidencia de la República y el régimen medinista no tuvo la audacia de establecer el voto universal, directo y secreto para elegir al presidente de la República. Este controversial ambiente político, el descontento militar existente, la acción de la logia militar y el desespero de Acción Democrática ante un posible retorno a la presidencia de la República del general López Contreras, crearon las condiciones que facilitaron el golpe de Estado que derrocó al gobierno democrático de Isaías Medina Angarita.
Argentina vivió, desde 1930, fecha del derrocamiento de Hipólito Irigoyen, hasta 1946, inicio del primer gobierno de Juan Domingo Perón, un complejo proceso histórico que se caracterizó por la permanente intervención en la política de las Fuerzas Armadas. El golpe de Estado que derrocó al presidente Ramón Castillo, en 1943, fue liderado por los generales Arturo Rawson, Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrel. El coronel Juan Domingo Perón jugó un papel destacado como líder de la logia militar: Grupo de Oficiales Unidos. Al triunfar la revolución, fue designado jefe del Departamento Nacional del Trabajo, desde donde inició sus contactos con la clase trabajadora. Los celos que produjo el prestigio de Perón abrió la crisis política de 1945. Destituido de sus funciones de vicepresidente y ministro de Guerra fue detenido en la isla Martín García. Un estallido popular obligó a su liberación. De inmediato, se lanzó como candidato a la presidencia de la República en las elecciones de 1946, obteniendo un triunfo indiscutible. Su primer gobierno se caracterizó por una fuerte preocupación social y un creciente intervencionismo del Estado. El descontento militar comenzó a forjarse con ocasión de la reforma constitucional de 1949, la exagerada influencia del partido Justicialista y la actuación de Eva Perón.
Esta política también desagradó a sectores conservadores argentinos, quienes comenzaron a fortalecer lazos conspirativos, de
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manera particular, con la Marina. Días antes de las elecciones de 1951, hubo una primera insurrección militar. El general Benjamín Menéndez se sublevó sin mayor éxito. La represión fue de gran dureza. El general Perón declaró el Estado de Guerra interno, y dijo que "todo militar que no se subordine o se subleve contra las autoridades o participe en movimientos tendientes a derrocarlas o desconocerlas, será fusilado inmediatamente". El general Perón volvió a ganar las elecciones presidenciales en 1951. Los primeros años fueron de relativa tranquilidad, pero la crisis económica y los abusos del partido Justicialista fueron incrementando el descontento militar y la tensión social que tuvo dos importantes reacciones: el bombardeo de Buenos Aires, el 16 de junio de 1955, por la Aviación Naval y la Revolución Libertadora, el 16 de septiembre de 1955. Este alzamiento fue definitivo. Se inició en Cordoba bajo el mando del general Eduardo Lonardi y del contraalmirante Isaac Rojas. Estos oficiales tenían varios años organizando la insurrección. Los enfrentamientos militares se extendieron desde el 16 al 21 de septiembre. El general Perón renunció ese día y se constituyó un nuevo gobierno. Su primer presidente fue el general Eduardo Lonardi, quien fue sustituido a los 52 días por el general Pedro Aramburu.
Venezuela, al inicio de 1957, parecía un país política y económicamente estable… La dictadura militar encabezada por el general Marcos Pérez Jiménez había realizado una obra administrativa de gran aliento. Un elevado ingreso petrolero y una pequeña población lo habían permitido. La oposición, representada por los partidos Acción Democrática, Unión Republicana Democrática, COPEI y el Partido Comunista, se encontraban debilitados y casi en desbandada desde las elecciones de 1952. Durante esa crisis política, el general Pérez Jiménez había demostrado su fuerte ascendiente militar al lograr el apoyo mayoritario de las Fuerzas Armadas para desconocer el resultado electoral; lograr su designación como presidente provisional, mediante un simple comunicado del Alto Mando Militar; y por último, su designación como presidente Constitucional para el período 1953 – 1958, mediante la decisión írrita de una Asamblea Constituyente totalmente espuria. En mayo de 1957, una trascendente pastoral de monseñor Rafael Arias Blanco, Arzobispo de Caracas, criticó con severidad la falta de sensibilidad social del régimen imperante. Ese hecho, más la creación de la Junta Patriótica, indicó que el dictador iba a tener dificultades en sus
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ambiciones de continuar en el poder al finalizar el período presidencial en abril de 1958.
El régimen no le dio mayor importancia a estos síntomas de descomposición social y convocó a un plebiscito para el mes de diciembre de 1957, con la finalidad de prolongar a Marcos Pérez Jiménez en el ejercicio de la presidencia de la República. Los esfuerzos de la oposición democrática para buscarle una salida negociada a la crisis fueron en vano. Los sectores más reaccionarios del régimen rechazaron la posibilidad de que se aceptara la candidatura unitaria de Rafael Caldera. La soberbia, que es muy mala consejera en política, les hacía ver que todo estaba resuelto. Se contaba de antemano con el respaldo solidario de las Fuerzas Armadas. Sorprendentemente, el 1 de enero de 1958, hubo un alzamiento militar de gran magnitud. Unidades en Caracas y Maracay se insurreccionaron atacando el palacio de Miraflores. El movimiento militar fue derrotado, deteniéndose a un número muy importante de oficiales. La crisis política y militar continuó hasta el 23 de enero de ese año. Un nuevo golpe militar, encabezado por oficiales de alta jerarquía, depuso al dictador. El descontento militar había comenzado ya a finales de 1956. Las causas fueron muy variadas: un elevado nivel de corrupción en los Altos Mandos, sueldos muy reducidos en los grados subalternos, e irrespeto de las normas profesionales de selección en los ascensos y de designación en los cargos militares. Al mismo tiempo, que crecía el descontento, una nueva generación militar, mejor formada, empezó a aspirar a ocupar los más importantes cargos de la organización y a rechazar la manera en que el régimen dictatorial conducía al país y a sus Fuerzas Armadas. El líder fundamental de esa generación fue el teniente coronel Hugo Trejo, quien al regresar graduado de Estado Mayor en España, se dedicó a organizar una logia militar, que se transformó en el factor fundamental del alzamiento del 1 de enero de 1958.
La historia del siglo XX del Perú puede resumirse en lo siguiente: una fuerte lucha entre los sectores conservadores de la sociedad contra el APRA, un partido considerado, en su tiempo, de izquierda radical, por mantener como bandera la reivindicación social de las masas populares, fundamentalmente los indígenas. Ese enfrentamiento produjo largos períodos de gobiernos militares con pequeños ciclos de regímenes civiles. En 1945, el APRA y una coalición de partidos liberales y de izquierda, eligieron presidente a José Luis Bustamante y Rivero, quien inició una serie de reformas
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liberales gracias a las cuales se consolidaron los derechos civiles y la libertad de prensa. Lamentablemente, el gobierno de Bustamante fue derribado en 1948 por un golpe de Estado organizado por la derecha, que tomó el poder e ilegalizó de nuevo al APRA. En 1950 Manuel Odría, quien había dirigido el golpe de Estado de 1948, convocó a unas elecciones y fue elegido presidente de la República, pero sin la presencia en los comicios de los principales partidos de oposición. El general Odría organizó unas elecciones para el año 1956, como una forma de regreso a gobiernos de origen popular. Manuel Prado, volvió a ser elegido presidente de la República. Inmediatamente puso en práctica amplias reformas que fueron respondidas con huelgas y revueltas callejeras ocasionadas por la inestabilidad económica y la galopante inflación. En junio de 1963, Fernando Belaúnde Terry fue electo presidente. En la segunda mitad de su mandato se incrementó la oposición política y el aumento de la inflación trajo como consecuencia la devaluación de la moneda en 1967.
El largo litigio sobre la concesión de la explotación de los ricos yacimientos petrolíferos de La Brea y Pariñas a la International Petroleum Company (IPC), subsidiaria de la American Standard Oil Company, fue resuelto finalmente por el gobierno de Belaúnde en agosto de 1968. Sin embargo, la desaprobación general a la firma de este acuerdo obligó al gabinete a dimitir el 1 de octubre y dos días después Belaúnde era depuesto por un golpe militar. Las garantías constitucionales fueron suspendidas y se constituyó la Junta Militar Revolucionaria encabezada por el general Juan Velasco Alvarado, quien fue nombrado presidente. Su gobierno expropió las instalaciones de la IPC, creando una fuerte tensión diplomática en las relaciones con Estados Unidos. El gobierno de Velasco, en la década de 1970, inició radicales reformas del sistema social y económico. El 9 de agosto de 1975, el gobierno fue derribado por otro golpe militar, precedido por una serie de huelgas y manifestaciones de descontento popular contra el enfermo presidente Velasco. Al día siguiente, se juramentaba como presidente el general Francisco Morales Bermúdez, primer ministro y ministro de la Guerra en el gabinete de Velasco. El nuevo gobierno anunció que el país retornaría a la democracia en 1980. El arquitecto Belaúnde Terry, fue el vencedor en las elecciones celebradas ese año y formó gobierno en el mes de julio de ese año bajo una nueva Constitución.
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El análisis de estos importantes ejemplos de golpes militares exitosos muestran que las fuerzas armadas profesionales respaldan insurrecciones militares a objeto de resolver crisis políticas, sociales y militares, pero sus integrantes siempre consideran que los gobiernos que se constituyen como consecuencia a esa intervención militar no son regímenes personales sino gobiernos de las fuerzas armadas. Esta percepción conduce a que sus miembros exijan que el jefe del alzamiento, transformado en presidente de la República o en jefe de una Junta Militar o Cívico Militar, les rinda cuenta, en cierta forma, de su gestión. Al no estar de acuerdo, en un momento determinado, con las medidas tomadas o el desprestigio del gobierno empieza a comprometer el destino de las fuerzas armadas, de manera natural, se intenta un nuevo golpe militar para establecer otro gobierno que enfrente la crisis política existente. Normalmente, el jefe de la insurrección militar busca legalizarse y legitimarse en el gobierno a través de algún procedimiento constitucional, pero aunque ese procedimiento sea exitoso, las fuerzas armadas siguen considerando que el gobierno tiene su verdadero origen en el golpe militar. Esta realidad limita en mucho la autoridad sobre la organización militar. Otro aspecto a resaltar es la natural lucha generacional que surge entre los oficiales que inicialmente se insurreccionan y aquellos que, en el tiempo, ascienden y ocupan nuevas funciones militares. Este enfrentamiento es causa de futuras crisis militares.
Segunda Parte
El fracaso del intento de golpe de Estado en contra del presidente Carlos Andrés Pérez, el 4 de febrero de 1992, permitió a la logia militar, que lo había planificado y dirigido, fortalecer importantes vinculaciones con sectores políticos civiles. Es verdad, que Hugo Chávez buscó, durante sus tiempos de conspirador profesional, vincularse a sectores de la izquierda radical, pero siempre tuvo que hacerlo secretamente ante el rechazo que un importante sector militar, comprometido en el alzamiento, tenía a las ideas marxistas leninistas. Su acercamiento a esos grupos políticos lo inició a través de Douglas Bravo, un antiguo comandante guerrillero que, ante el fracaso de la insurrección armada de la década de los sesenta, había considerado que el camino para alcanzar el poder eran las Fuerzas Armadas. Convencido del rechazo generalizado que existía en el estamento militar a las ideas comunistas y la tradicional admiración de los cuadros militares por la figura de Simón Bolívar buscó vincular la acción conspirativa a su
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pensamiento. De allí surgió el Bolivarianismo. La cercanía entre Hugo Chávez y Douglas Bravo no se mantuvo en el tiempo, debido al exagerado personalismo del primero y al interés mostrado por el segundo de controlar políticamente el movimiento militar.
Hugo Chávez había recibido, desde sus tiempos de estudiante de bachillerato, alguna formación marxista. Creyente en estas ideas, tuvo por muchos años que disimularlas debido al ambiente negativo existente en la Fuerzas Armadas. Al contrario percibió que la figura de Simón Bolívar servía como instrumento de cohesión en el grupo conspirativo. También observó que en los cuadros militares existía admiración por los gobiernos militares y que, en general, había un fuerte rechazo hacia los gobiernos civiles. Esas dos percepciones, le permitieron definir el pensamiento de la logia conspirativa: bolivariana y militarista. Hugo Chávez es un activista político más que un ideólogo. Esa característica de su personalidad le permitió mantener activa la logia militar que había constituido en la Academia Militar, superando complejos momentos de desmoralización. Aún después del fracaso del golpe y durante su campaña para alcanzar la presidencia de la República no hizo pública su verdadera orientación ideológica, manteniendo más sus ideas dentro de una visión nacionalista, antiimperialista y militar. Esta forma de actuar le permitió aglutinar a su alrededor a civiles y militares con ideas distintas a su orientación marxista, pero ha sido en el tiempo, un factor que ha producido grandes enfrentamientos entre grupos que lo respaldan y la ruptura con algunos de los comandantes que dirigieron la insurrección del año 92.
Hugo Chávez conoce que las fuerzas armadas profesionales son un severo obstáculo para sus desmedidas ambiciones. Imaginarse que puede permanecer, como lo ha dicho públicamente, en el ejercicio de la presidencia de manera vitalicia, existiendo una fuerza armada respetuosa del mérito personal, apolítica, bien organizada y eficiente es casi un desvarío. Esa es la razón por la cual ha hecho esfuerzos consistentes, desde que alcanzó el poder, para destruir sus valores tradicionales. Al inicio de su gobierno manejó con muchísima prudencia sus relaciones con los mandos militares. Lo primero que hizo, para debilitar su autoridad moral, fue entregarles a los generales comandantes de guarnición un presupuesto extraordinario con la finalidad de apoyar a la administración pública. Era imposible que no surgieran dificultades en el control de esos fondos, ya que en esos comandos no existía la estructura administrativa requerida. A partir de ese momento, la
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mayoría de los generales quedaron señalados, algunos por haber cometido hechos dolosos y la mayoría por no ser capaces de rendir cuenta. Lo segundo que hizo fue iniciar una política de utilización de los cuadros militares en la administración pública. Buscaba esta medida comprometer a un numeroso grupo de oficiales y suboficiales en la gestión del régimen y debilitar su mística profesional al alejarlos de sus funciones específicas.
Hugo Chávez, temeroso de una reacción militar, limitó al máximo los cambios en la orientación filosófica de las Fuerzas Armadas durante la Asamblea Nacional Constituyente. En la Constitución de 1999, se mantuvo una visión institucional, democrática, pluralista y profesional. De todas maneras, decidido como estaba en transformar la organización militar para poder utilizarla como base de su poder, inició una amplia purga en los cuadros militares, al enviar a sus casas sin cargos a aquellos oficiales que pensaban de una manera distinta a su proyecto político. Al mismo tiempo, inició una importante penetración ideológica en los cuadros militares. Estos hechos, y la crisis política provocada por Hugo Chávez, generaron las causas del intento de golpe de Estado del 11 de Abril de 2002. Su fracaso, permitió que el régimen, por primera vez, tuviera un real control de la Fuerza Armada al imponer en los mandos a oficiales comprometidos ideológicamente con el proyecto chavista. Más tranquilo, pero siempre temeroso, impulsó importantes cambios militares: hizo aprobar por la Asamblea Nacional una nueva Ley Orgánica en el año 2005, creó una nueva doctrina militar, e incrementó la influencia cubana en el estamento militar.
Esta ley orgánica buscó desarticular la estructura militar profesional venezolana que había derrotado la subversión castro comunista y neutralizado la amenaza de la corbeta colombiana Caldas; disminuir el peso operativo de las Fuerzas; diluir la responsabilidad de los mandos militares; hacer crecer exponencialmente la verticalidad del mando del presidente de la República sobre la Fuerza Armada Bolivariana; y crear una organización paramilitar: la Guardia Territorial. La nueva doctrina militar se orientó a fortalecer la defensa popular para poder enfrentar, a través de una guerra asimétrica, a una posible invasión de una Potencia de mayor capacidad militar y tecnológica. La influencia cubana se incrementó fundamentalmente en el campo de la inteligencia militar. Hugo Chávez, no satisfecho aún con estos cambios, decidió plantear la Reforma Constitucional, para lograr
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transformar, entre otros, los artículos 328 y 329 de la Constitución Nacional de 1999. Esta transformación buscaba convertir a la Fuerza Armada de una institución apolítica al servicio del Estado en un cuerpo armado comprometido ideológicamente con el régimen chavista. El rechazo popular a la Reforma Constitucional le impidió alcanzar su objetivo.
El intento de desprofesionalización de la Fuerza Armada, se termina de consolidar con la nueva Ley Orgánica aprobada a través del decreto, con valor, rango y fuerza de ley, el 31 de julio de 2008. Esta ley desarticula totalmente la estructura organizacional existente en la Fuerza Armada, minimiza y transforma al Ministerio de la Defensa y los comandos de Fuerza asignándoles exclusivamente funciones administrativas, maximiza la verticalidad y el control unipersonal de las operaciones vía el Comando Estratégico Operacional, privilegia y soporta la estructura de la Milicia Bolivariana, incrementa el concepto de corresponsabilidad en la defensa, maximiza la discrecionalidad en la administración y las finanzas, influye ideológicamente en la educación militar, fractura el proceso profesional y debilita la logística. Su objetivo es uno solo: crear una organización militar no profesional, de tendencia revolucionaria, que sirva de base de poder al proyecto totalitario de Hugo Chávez.
Justamente, este esfuerzo de Hugo Chávez para destruir el profesionalismo militar ha venido creando elevadas tensiones militares. Entre las medidas que han producido severas y conocidas críticas en el personal de oficiales se encuentran: la creación de la Milicia Bolivariana, el debilitamiento de la autonomía de las Fuerzas, la transformación de los Suboficiales Profesionales de Carrera en oficiales técnicos; la utilización de oficiales cubanos en el control de los organismos de inteligencia y seguridad; el empleo masivo de oficiales y suboficiales en cargos públicos; el elevado nivel de corrupción; la exagerada presencia de cadetes en actos políticos; los privilegios militares de la camarilla que rodea al teniente Diosdado Cabello; y el exagerado amiguismo existente en la escogencia de los ascensos y de los altos mandos militares. Estas duras críticas, a mi criterio, no son suficientes en si mismas para crear una crisis militar. Además, es necesario resaltar que el régimen ha establecido un eficiente control de inteligencia como consecuencia de la presencia de oficiales cubanos en esos organismos, y la importante penetración ideológica de estos últimos años, que ha producido el debilitamiento de ciertos valores militares
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como el compañerismo y la lealtad institucional. Todo esto dificulta ampliamente la organización de una conspiración militar.
De todas maneras, la preocupación que permanentemente muestra Hugo Chávez en aumentar el control sobre la Fuerza Armada Bolivariana indica la segura existencia de una creciente inquietud militar. El conoce perfectamente que esta realidad puede desarrollarse rápidamente hasta transformarse en un elevado descontento, que alcance un nivel de tal importancia que llegue a comprometer la estabilidad del régimen. Así ha ocurrido siempre. Es la dinámica natural de las conspiraciones militares. Normalmente, las logias militares, que se constituyen entre amigos de una misma promoción o generación, se mantienen inactivas políticamente, sólo mostrándose como pequeños e inofensivos grupos de amigos que, por razones profesionales, mantienen estrechas relaciones, de orden social y familiar. Los organismos de inteligencia, en esa etapa del proceso, no tienen capacidad de lograr su control, ya que surgen en un número exageradamente elevado. El otro elemento fundamental de una conspiración militar es el prestigio profesional de algunos oficiales. Este factor surge de manera natural y es imposible evitarlo totalmente. Durante la República Civil se trató de impedir que los generales fortalecieran su ascendiente, limitando su tiempo de servicio y su permanencia en los Altos Mandos. En parte se logró, pero como consecuencia de ese vacío se fortaleció el ascendiente de los cuadros medios. De allí nació el liderazgo de Hugo Chávez.
Estos tres elementos de carácter interno, descontento militar, logia militar, y oficiales con un importante ascendiente profesional, deben ir acompañados de una crisis política, económica y social que inquiete gravemente a los cuadros militares. Este elemento es fundamental. Esos grupos de amigos, inofensivos políticamente, empiezan a interesarse en la dinámica social y a realizar críticas a la conducción profesional de la fuerzas armadas, transformándose de esta manera en un logia militar activa. Normalmente, esas logias militares son organizadas y dirigidas por los oficiales de mayor prestigio y ascendiente. En este momento, pareciera que no existen condiciones políticas para una conspiración militar. Ciertamente, que el fracaso de la gestión de gobierno de Hugo Chávez y el debilitamiento de su popularidad pueden ser considerados como peligrosos, pero la cercanía electoral permite un escape de tensiones sociales ante la certeza de que existe la posibilidad de una solución pacífica de la crisis política, económica y social que
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vive Venezuela.
De todas maneras, esta situación puede variar según sea el comportamiento de los actores sociales en medio de la crisis. Un buen ejemplo son las elecciones parlamentarias. Si el régimen continúa tratando de producir condiciones no equitativas en la campaña electoral y estas acciones generan en la opinión pública el convencimiento de que el resultado electoral es, en cierta forma, fraudulento, las perspectivas de una salida electoral de la crisis, a través de las elecciones presidenciales en el año 2012, se debilitarían gravemente. Si esto ocurriere, se crearían condiciones favorables para una posible conspiración militar, que buscaría solucionar la crisis nacional a través de la fuerza. Los actores políticos, entre ellos Hugo Chávez, tienen la última palabra.
Conclusiones
1. Las fuerzas armadas profesionales no sirven como base de poder de gobiernos de orden personal. Al contrario son leales a gobiernos de orden legal, si sus dirigentes preservan en el ejercicio de sus funciones su legitimidad de origen.
2. Las fuerzas armadas pretorianas y revolucionarias pueden ser utilizadas como instrumentos de sostén de dictaduras y de gobiernos totalitarios.
3. Históricamente, los golpes militares se producen al crearse tres condiciones fundamentales: Crisis política, descontento militar y constitución de una logia militar.
4. En Venezuela, se observa un creciente descontento militar como consecuencia a las medidas tomadas por Hugo Chávez con el fin de transformar las fuerzas armadas profesionales en unas fuerzas armadas revolucionarias.
5. No existen condiciones favorables, en este momento, para organizar una conspiración militar. El control de inteligencia y la posibilidad de que exista una
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alternativa electoral debilitan esta opción.
6. Esta alternativa puede fortalecerse o debilitarse según sea el comportamiento de los actores sociales durante los procesos electorales de 2010 y 2012

Experiencias vividas

Por: Pompeyo Márquez


Hemos llegado a comprender que lo más difícil para una dirección política es dominar el curso de una crisis política, sus alzas y sus bajas al tomar en cuenta que nunca será una línea recta sino llena de accidentes de la más variada naturaleza

A lo largo de una vida política plena de experiencias, tanto negativas como positivas, vale decir de éxitos y de errores, hemos llegado a comprender que lo más difícil para una dirección política es dominar el curso de una crisis política, sus alzas y sus bajas al tomar en cuenta que nunca será una línea recta sino llena de accidentes de la más variada naturaleza.

Tomar el pulso de la crisis y precisar sus "temperaturas" requiere toda una objetividad en sus incidencias y apreciaciones. Lo fundamental es precisar bien el objetivo. En nuestro caso es derrotar el autoritarismo totalitario y alcanzar un funcionamiento democrático de la sociedad venezolana. Ese es el objetivo. Luego precisar con acierto cuál, o quién, es el obstáculo principal, que debe ser desplazado para poder abrir cauce a la conquista del objetivo democrático.

La teoría indica, además, que entre los tantos peligros que se corren hay que destacar dos de los cuales dependen muchos más. Uno, adelantarse al proceso de la crisis. Dos, quedarse a la zaga de los acontecimientos. Son fatales ambos errores. Aunque cuando la crisis es profunda ella vuelve a aparecer con nuevas modalidades. Pero se retardan las soluciones.

En el caso venezolano vivimos una conmoción de la sociedad. Una minoría con elementos de fanatismo y de dogmatismo trata de imponerle a la inmensa mayoría un nuevo modo de vida. Un 86% rechaza el modelo cubano; el 70% aspira a una democracia social. Un 76% está en contra de las estatizaciones que se traducen en una destrucción del aparato productivo, en mayor desempleo y en altos porcentajes de importaciones. El corazón de la crisis se ubica en el rechazo a una autocracia militarista con tendencia totalitaria al estilo cubano. En consecuencia la crisis no se comenzará a solucionar mientras la sociedad venezolana no inicie su funcionamiento democrático.

Ello implica respeto a la Constitución Nacional que ordena que Venezuela es y será para siempre democrática y en ninguna parte reza que será autoritaria, militarista, "socialista" a lo Chávez. Estamos ante una propuesta atrasada, fracasada donde quiera que se haya aplicado. Hay nuevas modalidades de la lucha de clases, y es la democracia que aporta mecanismos para que ésta se lleve a cabo sin guerra civil, sin violencia.

A la dirección política de este período le atañe una gran responsabilidad. Ni adelantarse, ni atrasarse. Precisar bien los objetivos. Los adversarios, los nuevos actores. Actuar con audacia y amplitud, con una visión de país, tener a Venezuela en primer término, a sus grandes mayorías Preparar las condiciones para una transición pacífica.

Apoyarnos en nuestras tradiciones históricas. A menudo acudimos, con propiedad, a los casos español y chileno, pero existe una historia venezolana que se remonta a 1903. No nos cansaremos de repetirla. Desde 1903 hasta el presente el país no ha vivido una confrontación violenta, sangrienta.

Volvemos a recordar lo sucedido en 1908 con el paso de Castro a Gómez, sin guerra. Después de 27 años de dictadura gomecista llegó la transición de López-Medina. Tras 10 años de dictadura militar con Larrazábal se abre toda una etapa que comienza a cambiar a partir de 1999 con la nueva autocracia militarista.

Ahora debemos organizar y preparar la nueva transición pacífica de la autocracia militarista a la democracia. Esa es la perspectiva que debemos propiciar. Los responsables de la violencia son los que están en el poder, su desalojo de él traerá la paz y la reconciliación democrática de los venezolanos.

domingo, 28 de marzo de 2010

¿Hay alguien en casa...?

Rafael Muci-Mendoza
Nos están imponiendo a rajatabla pautas de mala vida que malviven los cubanos
A menudo me encuentro con el contraste entre esos venezolanos que aceptan con desdén la invasión cubana y aquellos otros, que con la fuerza de la verdad y el patriotismo, se oponen a ella. Nos están imponiendo a rajatabla pautas de mala vida que malviven los cubanos. Es como si llegáramos un día a nuestra casa y la encontráramos ocupada por otra familia y sin hacer valer nuestros derechos hasta con la propia vida, les dijéramos con el rabo entre las piernas, está bien quédense, nos vamos a otra parte. Tal cual una colonia de chigüires (capibaras) los cuales matados a palazos en la cabeza, aun cuando lanzan al viento agudos chillidos, los restantes del rebaño no se defienden con sus dientes de roedor ni salen corriendo en estampida. Pasivamente, se quedan esperando su destino inclemente.

¿Qué nos pasa a los venezolanos? Conductores miserables e irresponsables han dilapidado cerca de un millar de millón de dólares; cada día se pisotea la Constitución; estamos en pasmosa ruina, las invasiones están al orden del día; presos políticos a despecho de la Constitución; falta el agua y la electricidad, destruyen los hospitales públicos y encima de todo nos echan las culpas, nos endilgan toda clase de penosos epítetos por culpas que pertenecen a su enfadosa indiferencia y a su manifiesta traición a la patria.

¿Hay alguien en casa? ¿No hay nadie que oiga, que haga, que le duela? Jueces tristes y sumisos. Militares con bozal de prebendas. Universidades profanadas. Hombres sin adminículos colgantes; mujeres sin ovarios; hijos con quien todos se meten; al menos tenemos estudiantes contestatarios y aguerridos. ¿Cómo podría triunfar una revolución sin estudiantes a ella adheridos? No hay nadie en casa, no hay honra, no hay valor,

¡A gozá en Semana Santa!


rafael@muci.com, rafaelmuci@gmail.com

http://www.eluniversal.com/2010/03/24/opi_art_hay-alguien-en-casa_1801707.shtml

sábado, 27 de marzo de 2010

PLANIFICACION ES PENSAR EN EL FUTURO

Alberto Rodríguez Barrera
El Plan de la Nación presentado ante el Congreso Nacional y el país fue expuesto para el estudio cuidadoso de expertos internacionales en las diversas áreas, quienes se reunieron con representantes venezolanos, empresarios y trabajadores, a fin de oír sus observaciones. Rómulo afirmó: “El resultado de este intercambio de opiniones permitirá contar con un instrumento orgánico para orientar el desarrollo económico-social de Venezuela y que, como lo he repetido insistentemente, no será ‘camisa de fuerza’ para el gobierno que me suceda, sino guía útil susceptible de modificaciones.

En marzo de 1963 se presentó el Plan de la Nación 1963-1966, ahora sobre bases más ciertas y seguras al primero que fue presentado a la consideración del Congreso y del país. Para el Gobierno de Coalición, planificar era la palabra inevadible en el orden de la gestión estatal. Y esto era lo que se hacía por vía de la Oficina de Coordinación y Planificacíon conjuntamente con los ministerios y los institutos autónomos. No se concebía una labor administrativa responsable sin articulación y coordinación, proyectada en el tiempo.


Eran incompatibles con la idea de un Estado moderno la gestión autárquica de las distintas dependencias sin vertebrarlas dentro de una orientación que diese a todas coherencia y meta, y la estimación sólo por lapsos de doce meses y no de varios años de los objetivos a cumplir y los fines a alcanzar. Ya la planificación no era patrimonio exclusivo de los estados totalitarios, que fueron los primeros en utilizar ese instrumento de las nuevas técnicas administrativas, pero sin dejar margen alguno a la iniciativa privada y al ejercicio crítico de las gentes con vida en libertad.

Pero la planificación se hizo herramienta clave para todos los Estados modernos, y en aquellos cuya filosofía y conducta son democráticas se logró conciliar el necesario ordenamiento de la inversión fiscal, la orientación de la economía y el mejoramiento social, con respeto a la libertad. Era lo que Venezuela y nuestra democracia naciente necesitaban y requerían. Además, el Plan planteado para el cuatrienio 1963-66 respondía también al cumplimiento de un compromiso internacional, adquirido por Venezuela en la reunión de Punta del Este, en que se le dio carácter de acuerdo interamericano al Programa de Alianza para el Progreso. Ya varios países de América Latina –Venezuela entre ellos- había elaborado y presentado su respectivo Plan de la Nación.

Antes de esbozar los lineamientos fundamentales y las característica y objetivos del Plan, el Presidente Betancourt cumplió con el deber de señalar que no se trataba de un legado imperativo que su gobierno le dejaría al próximo, sino de un empeño honrado y venezolano para desbrozarle el camino al próximo Presidente, “para que lo transite en bien de la nación con menos dificultades que las que tuve yo cuando me juramenté como Presidente de la República el 13 de febrero de 1959. Pero el próximo Presidente y sus colaboradores estarán en completa libertad para modificar o alterar este plan, que se les entregará con muchos proyectos ya elaborados o elaborándose para ser puestos en inmediata ejecución y con el señalamiento de las fuentes de financiamiento interno y externo en que habrá de apelarse para ejecutarlos”.

Los aspectos esenciales del Plan de la Nación comenzaban por asegurar y acelerar para el cuatrienio 1963-66 –como objetivo fundamental- el dinamismo que venía logrando la economía venezolana. Para ello se hacía preciso el fortalecimiento y la diversificación de la fase productiva. Ante todo, se aspiraba realizar un avance definitivo hacia la solución del problema del empleo. Además, en el campo social se aspiraba, además del impacto importante de la disminución de la desocupación, a lograr un mejoramiento sustancial en la situación de la vivienda y en la distribución del ingreso, así como la consolidación de los avances logrados en la educación y la salud públicas.

El Plan preveía un incremento del producto territorial de 28.438 millones de bolívares en 1962 a 38.757 millones en 1966, o sea a una tasa anual de 8,0% durante el cuatrienio, correspondiendo esto con un incremento anual de 4,9% del producto per capita.

Serían especialmente la manufactura, con una tasa de incremento anual del 13,5%, la construcción, con 14,0%, y el sector de electricidad, gas y agua, con 18,0%, los que marcarían el paso en el progreso. Seguían la minería con 10,0% y la agricultura con 8,0%. El ritmo de incremento en este último sector dependería, por una parte, de los programas de riego y demás mejoramientos de la producción y, por la otra, del incremento previsto de la demanda interna de productos agrícolas, junto con una continuada sustitución de las importaciones por producción interna y una modesta pero creciente exportación. El Plan preveía un incremento anual del 4,0% de la producción petrolera, supuesto conservador si se lo comparaba con las tasas promedias del 7,3% y 5,0% observadas durante los períodos 1950-58 y 1958-62, respectivamente. Los sectores de servicios –transporte y comunicaciones, comercio, vivienda, otros servicios privados y gobierno- crecerían, con pequeñas diferencias entre sí, a un ritmo promedio de 6,5% anualmente.

La participación en el incremento total del producto sería del 7% para la agricultura, 12% para el petróleo y la minería, 44% para las industrias (las que comprendían la manufactura, la construcción y la generación de energía eléctrica) y 37% para los servicios, comparados con 6%, 24%, 27% y 43%, respectivamente, para el período de 1950 a 1962. Se notaba en esas cifras el fuerte crecimiento de la participación relativa de las industrias, a expensas del petróleo y la minería y de los servicios, lo que era indicativo de un cambio de rumbo hacia el desarrollo más sano y equilibrado.

Como consecuencia de las diferencias entre las tasas de incremento de los distintos sectores, se efectuarían cambios significativos en las contribuciones relativas a la generación del producto territorial bruto: las industrias incrementarían su contribución de 23,0% sobre el total de 1962 a 28,7% en 1966, con lo cual se sobrepasaría por primera vez al petróleo y la minería; la agricultura se mantendría a un nivel constante de 7,1%.

El progreso previsto, seguía informando el Presidente Betancourt, dependería no solamente del incremento de la capacidad productiva, sino también de un crecimiento adecuado de la demanda. Para alcanzar ese objetivo, la política del gobierno sería orientada hacia una mejor distribución del ingreso. Esto contribuiría a mejorar sustancialmente las condiciones de vida de grandes sectores de la población de bajos ingresos, poniendo a su alcance la compra de muchos productos manufacturados que hasta entonces eran inalcanzables. Esto, a su vez, junto con el incremento del ingreso per cápita a que se hizo referencia, fortalecería en forma apreciable el poder de compra orientado hacia la demanda. En el mismo sentido se orientaría la campaña intensa que se había proyectado para mejorar la eficiencia de la producción y de la distribución en todas sus ramas, con lo que se aspiraba a obtener una baja de los costos de la producción y por consiguiente de los precios de venta. En tercer lugar contribuiría el continuado esfuerzo de sustitución de importaciones por producción interna, tanto de productos agrícolas como manufacturados, así como una creciente exportación de un número cada vez mayor de renglones.

También en el campo social se realizarían mejoramientos valiosos: créditos y construcción en materia de viviendas, el programa de la educación, el programa de aceleración de adiestramiento de mano de obra especializada y los programas en el campo de la salud pública y del desarrollo de la comunidad.

Rómulo dio especial énfasis “al problema más serio” de la economía venezolana, como era “el problema de proporcionar una suficiente oportunidad de ocupación remunerativa para la creciente fuerza de trabajo”. El Gobierno de Coalición reconocía que la vigilancia en este campo era su responsabilidad, “aún más que el de estimular la producción y guiarla en la dirección deseada”. El gobierno estaba consciente de que en el caso especial de nuestro país este problema nunca podrá solucionarse en forma satisfactoria mediante una mera aceleración de la producción. Dijo Rómulo:

“Esto se debe, obviamente, al ritmo espectacular con que se incrementa en Venezuela el producto por persona ocupada, resultado éste de las mejoras continuas en los métodos de la producción en todos los sectores y de la gradual traslación del enfoque hacia las actividades de mayor rendimiento, que si bien es beneficioso desde un punto de vista, dificulta en alto grado la solución del gravísimo problema del desempleo”.

La preocupación con este problema, obviamente, no era tratar de solucionar el problema frenando el ritmo de mejoramiento de la productividad del trabajo, ya que ello perjudicaría el mejoramiento del nivel de vida de la población. Otra dificultad derivaba del hecho de que mientras una aceleración de la producción en sí no puede solucionar el problema, tampoco puede ello solucionarse en forma definitiva sin que antes se haya alcanzado una base firme y equilibrada para la producción. Dijo Rómulo:

“Sin embargo, ahora que el proceso de reajuste en sus grandes líneas se ha terminado, es justificado dar al problema de la ocupación toda la atención que merece. Con este motivo, se han incluido en el Plan dos programas de gran envergadura que tienen como propósito específico contribuir en la medida de lo posible a la solución. Me refiero al programa de la construcción de viviendas en gran escala para las familias de bajos ingresos, y el programa de adiestramiento acelerado de mano de obra especializada…Un análisis cuidadoso enseña que, con estos dos programas, junto con la ocupación adicional que resultará, por así decirlo, espontáneamente de los incrementos proyectados de la producción en los distintos sectores, se producirá una mejora notable con la situación actual, aunque no se podrá solucionar el problema por completo en el breve lapso del cuatrienio del plan”.

El Plan de la Nación presentado ante el Congreso Nacional y el país fue expuesto para el estudio cuidadoso de expertos internacionales en las diversas áreas, quienes se reunieron con representantes venezolanos, empresarios y trabajadores, a fin de oír sus observaciones. Rómulo afirmó: “El resultado de este intercambio de opiniones permitirá contar con un instrumento orgánico para orientar el desarrollo económico-social de Venezuela y que, como lo he repetido insistentemente, no será ‘camisa de fuerza’ para el gobierno que me suceda, sino guía útil susceptible de modificaciones.”

viernes, 26 de marzo de 2010

Argelia Rios Terceria o Unidad Nacional

Las transiciones son complejas y necesitan del indispensable ingrediente de la confianza
Todos sabíamos que el debilitamiento de Chávez acentuaría su ferocidad y nos expondría a mayores riesgos. ¡Claro que el país nos necesita indignados!, pero también nos requiere serenos. Las transiciones son tremendamente complicadas y, a juzgar por la tormenta, es probable que en Venezuela nos encontremos a poco de iniciar la nuestra. La fragmentación del campo revolucionario anuncia un ciclo que nos pondrá a prueba. El camino que tomen las contradicciones del "proceso" dependerá en buena medida de la comprensión que tengamos de ellas. La lucha democrática podría resultar fortalecida, si todos estos hechos derivan en giros favorables a la concreción de pragmáticas convergencias.

Los últimos desprendimientos -ya se ha dicho- son distintos a los anteriores: se están dando en un instante político que los disidentes de la revolución juzgan -coincidiendo con la oposición- como crucial. La jornada del 26S tiene un significado semejante entre todos los sectores que hoy buscan la recomposición de los equilibrios perdidos. Allá y acá se escuchan voces y cálculos similares: para luego, es tarde; llegó la hora de actuar.

El paisaje político está mutando hacia algo por lo pronto indescriptible, cuyas características serán la consecuencia de lo que sepamos estimular con agudeza. Las cuitas del chavismo le pertenecen a su elenco. Sin embargo, por sus efectos, involucran a toda Venezuela: ellas nos exigen una mirada desprovista de prejuicios y una interpretación estratégica. La hostilidad de los meses que vienen nos necesita inclinados a la frialdad y al modelo de Mandela. Deberemos aportar tolerancia a los disidentes revolucionarios, para ganarnos -con el ejemplo- la tolerancia que hemos reclamado por años. Es perceptible la aspiración de que el reconocimiento a "la otredad" sea bidireccional: todos deseamos respeto. Las transiciones son harto complejas y necesitan del indispensable ingrediente de la confianza, a la que hay que reconstruir -de lado y lado- con señales inequívocas de grandeza. La justicia no es venganza.

Es comprensible que la disidencia revolucionaria trabaje para impedir que Chávez les etiquete de "traidores". Pero ella no debe despreciar lo que está del otro lado de la acera. Al hacerlo, se obstruirían rutas de reencuentro y se reforzarían los temores ficticios sobre la ingobernabilidad de un país sin Chávez a la cabeza.

Si el plan de una "tercería" no prospera, las circunstancias impondrán otro tipo de acuerdos. El peligro unirá al país. En el desierto, los que están de vuelta aprenderán que la Unidad también los convoca y que de nada sirve agigantar las diferencias. Los problemas ideológicos están planteados con Chávez, pero esos no son los que le interesan a Venezuela.

argelia.rios@gmail.com
twitter @argeliarios
Solana confía en las posibilidades diplomáticas siempre y cuando sean ejercidas de forma coordinada
La verdad es que el tema de Venezuela es un poco álgido, quizás por eso no te he contestado del todo bien". Eso me ha dicho durante el receso Javier Solana, ex Secretario General de la Unión Europea (1999-2009) y actual Presidente del Centro de Economía Global y Geopolítica de Esade, en Barcelona, España. La presencia de Solana como orador de orden en un congreso de investigación en finanzas de América Latina realizado aquí esta semana me tomó por sorpresa y no quise desperdiciar la ocasión.

Solana se ha referido en su intervención al cambio de balance de poder político y económico de Este a Oeste, de la transición de un mundo centrado en Estados Unidos a otro de carácter "multipolar" (otra de esas palabras que hemos desgastado con el uso excesivo e inútil). Ese movimiento también trasladará el poder de una sociedad que hace énfasis en el individuo a otra en que prevalece el grupo y en donde el contexto en el que ocurren las cosas es más importante que las cosas en sí mismas. El "mercado" como concepto se ha desprestigiado un poco y, en el contexto de esa transición, la relación Estado-mercado será sometida a un nuevo escrutinio, del que resultará un arreglo inevitablemente diferente.

En ese nuevo orden los problemas serán cada vez más globales, y requerirán soluciones globales. ¿Y cómo se puede articular una respuesta global, en un mundo en donde el poder estará distribuido entre naciones independientes que defienden sus intereses y no necesariamente tendrán como prioridad la armonía global?. Ahí está el detalle. En esa instancia, ha dicho, se requiere de la existencia de una nueva ola de organismos multilaterales que, manteniendo el respeto a la legitimidad y la soberanía, sea capaz de operar como una suerte de veedor global.

Para Solana, la pobreza, la proliferación de armas nucleares y el cambio climático serán los tres grandes temas de los tiempos por venir. En la sesión de preguntas, no quise dejar pasar la ocasión para apuntar que, si bien toda su visión está basada en una concepción de "importancia poblacional", en donde Brasil, Rusia, India y China serán los nuevos centros del poder, las amenazas nucleares y los conflictos podrían venir más bien de un conjunto de países relativamente pequeños. Me preguntaba yo qué tan contento estaba Solana con la forma en que el "multilateralismo", tal y como existe hoy en día, ha lidiado con esos países y qué cambios cabe esperar en el futuro.

Su respuesta ha sido bastante vaga, políticamente correcta, dentro de lo que cabe esperar. Solana confía en las posibilidades diplomáticas siempre y cuando sean ejercidas de forma coordinada y cuenten con el apoyo de los cuatro nuevos grandes actores. Es una forma de verlo, bastante civilizada por cierto, bastante ajena a esa barbarie que ya uno trae a flor de piel. Esa misma cualidad, la ciudadanía, es quizás la que lo ha llevado a acercarse al final para disculparse por la evasión, y a ser tan cándido en relación con Venezuela en particular. "Hoy los líderes están surgiendo de canales muy distintos a los tradicionales. No siempre es fácil lidiar con algunos de ellos. Pero sí se puede". Eso es algo que vamos a llegar a ver en nuestro horizonte de vida.

www.miguelangelsantos.blogspot.com

jueves, 25 de marzo de 2010

DE CARICUAO A MIAMI: UNA FISCAL ROBOLUCIONARIA

Sammy Landaeta Millán
Los cancerberos del régimen no pierden oportunidad para tratar de amedrentar a los venezolanos. Cual pitbulls rabiosos están a la espera de una presa que les permita subir en el escalafón de la ignominia. Imputan, inventan delitos, manipulan juicios y encubren las tropelías de los jerarcas del régimen y de la boliburguesía, todo con el fin de congraciarse con el tirano, que dispensa favores en poder y en metálico, que da mano libre para negocios turbios y enriquecimiento fácil.

Hace pocos días y por los medios de comunicación, nuevamente Hugo El Cubano dio instrucciones al Ministerio Público para que se enjuiciara y encarcelara a Oswaldo Álvarez Paz. Acto seguido dos de las focas de la asamblea nazional se presentaron en la Fiscalía a solicitar su enjuiciamiento por supuesta instigación al odio y dar información falsa. Si fuera por “instigación al odio” el tiranuelo de Sabaneta y sus secuaces ya deberían haber sido condenados a cadena perpetua. Y si de noticias o informaciones falsas se tratara hace tiempo que estaría en Ramo Verde o Yare, que conoce mejor.

Me llamó la atención el nombre de la Fiscal 21, que fuera designada para iniciar el procedimiento contra Álvarez Paz. Y como buen espía, me puse a indagar sobre su trayectoria. La Fiscal se llama Gineira Jakima Rodríguez Urbina, divorciada, de 40 años, con residencia declarada en la Urbanización Andrés Eloy Blanco, Edif. Giraluna, Piso 13, Apto 1304, Caricuao, quien se desempeñaba como Fiscal 26 del Area Metropolitana y luego designada Fiscal 21 con competencia nacional el 14 de Marzo de 2008.
Pues bien, Gineira Jakima parece que es la sustituta de Danilo Anderson, pues se le encomiendan todos los casos de alguna significación política, bien para agredir a la disidencia o bien para encubrir los delitos de los afectos al régimen.

Ha sido ella la encargada de mantener encerrar y mantener en prisión a los periodistas Leocenis García y José Rafael Ramírez, acusados ambos por Wilmer Ruperti, miembro conspícuo de la más rancia nobleza bolibutguesa de la Casa Real de Sabaneta. Gineira Jakima ha sido señalada por las malas lenguas en diversas publicaciones como estrechamente vinculada y protegida por este multimillonario de nuevo cuño interesado en la prisión de los dos fablistanes.

La Fiscal Luisa Ortega Díaz, con quien la unen estrechísimos lazos de amistad, la designó para encabezar la investigación del caso de las actas forjadas por Isaías Rodríguez y su combo, para encarcelar a los hermanos Guevara e implicar a Mezerhane, Patricia Poleo y Salvador Romaní en la muerte de Danilo Anderson. Su misión fue cumplida a cabalidad: hasta ahora no se ha señalado a ningún responsable por tan repugnante delito contra la justicia. Ella lo encubrió junto con su jefa.

Igualmente, actuando como la defensora de Mario Silva, abandonando sus obligaciones legales, en el proceso que se inició por denuncia de Miguel Ángel Rodríguez, solicitó que se declarara que la conducta de ese pocito putrefacción “no revestía carácter penal” y se opuso a que se admitiera apelación de Miguel Ángel. Por supuesto, sus solicitudes fueron acogidas de inmediato por la corte de apelaciones y el TSJ. Otro encubrimiento más por Gineira Jakima, que en vez de convertirse en una “raya”, es un nuevo galón en el régimen de corrupción que impera en el país.

Y después le asignaron el caso del robo de carne procedente de Nicaragua de la empresa Logicasa. La Gineira Jakima se afincó contra empleados subalternos, encubriendo a los jerarcas militares implicados y verdaderos responsables de los hechos. ¿Y qué pasó? Nada. Todos los miltarotes siguen tan campantes. Otro peldaño en el ascenso por mérito.
Pero la Luisa Ortega se la pone bombita a la Gineira Jakima: le encomendó investigar las irregularidades denunciadas en los concursos realizados en la asamblea nazional, en los que resultaron ganadores todos los familiares consanguíneos y sinsanguineos de Cilia Flores y sus respectivos amigos y allegados. El resultado NINGUNO. Otro escaloncito más para Gineira Jakima. Cilia está en duda.

Se le comisionó para encabezar la criminalizació n de los estudiantes universitarios del Estado Anzoátegui a raíz de las manifestaciones del movimiento estudiantil en esa ciudad. Misión cumplida. Estudiantes sometidos a presentación en los tribunales y con una espada de Damocles sobre sus cabezas. Otro escaloncito. Poco a poco van progresando.
Igualmente se le asignó el caso de la muerte de los dos estudiantes en Mérida. Esperemos los juicios a ver qué pasa, pero me atrevo a pronosticar que los culpables no serán condenados. Sería bajar un escalón en su ascenso a la cumbre de la ignominia.

Tan útil le ha resultado Gineira Jakima al régimen que le encargaron investigar a los planteles educativos que supuestamente obligaron a sus menores alumnos a participar en manifestaciones de protesta por el nuevo cierre de RCTV y en otras protestas populares.

Ahora, la suben a las grandes ligas. Le han encargado de satisfacer los deseos de Hugo El Cubano de encarcelar a Oswaldo Álvarez Paz. Por supuesto, ha actuado con suma diligencia. Ya casi se acerca al nivel de Danilo.

Y Gineira Jakima parece que tiene ambiciones de pasar al poder judicial como juez, para lo que se ha estado entrenando como juez en el concurso de belleza masculina “Mister Handsome Venezuela”. Así que se preparen los feos cuando ella llegue a un tribunal. Ninguno pasará liso.

Y además de juzgar la belleza de los carajitos, a Gineira Jakima le gusta la buena vida. Y el régimen le da a su gente la oportunidad de proveerse de los medios necesarios para disfrutarla. Es decir los pone donde haiga. Y como todos los chavistas, que lloran cuando les revocan o les niegan una visa para ir al Imperio, a Gineira Jakima le encanta el Miami de los “gusanos”. Y así, desde el 6 de Julio de 2009, Gineira Jakima de vivir en Caricuao ha pasado a ser la feliz propietaria de una casita de ciento ochenta y ocho mil dólares (aproximadamente Bs F 1.316.000,00) en Pembroke Pines, Florida (14651 SW 5th St., Pembroke Pines, FL 33027) en las afueras de Miami.


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Caricuao no satisfacía sus gustos y su necesidad de un ambiente relax, con gramita verde, piscinita, etc. De Caricuao a Miami hay como cinco mil kilómetros y no se llega nadando. ¿Por qué será que a estos robolucionarios les gusta tanto el Imperio? Es una relación de amor-odio, que refleja graves conflictos afectivos y de conducta.

Pero más que tratar de desentrañar los problemas afectivos y psicológicos de estos personajes, uno lo que tiene que hacer es investigar ¿de dónde salieron los dólares para comprar una casita en Florida? ¿De dónde salen los dólares para pagar los impuestos inmobiliarios? que en el Imperio no los perdonan. ¿Cuánto gana la Fiscal? ¿O será que algún “mecenas” le facilita que vaya a aprender con CSI Miami, investigación criminal? ¿Quién es el mecenas?

Y la pregunta otra vez ¿Y eso se vale? ¿O es el premio a la sumisión y el encubrimiento?


Publicado por Sammy Landaeta Millan para LA PROTESTA MILITAR

Seguimos en PROTESTA, DISIDENCIA, DESOBEDIENCIA Y RESISTENCIA contra el desgobierno de Hugo Chávez Frías y sus Secuaces.

miércoles, 24 de marzo de 2010

"Oposición aprendió a madurar"

Henry Ramos Allup alertó sobre aquellos sectores "que se acercaron a la Mesa de la Unidad para satisfacer intereses personales"

Por: David Ludovic Jorge
No permitir que "ningún narcisismo ególatra" ponga en riesgo el triunfo de la oposición el próximo 26 de septiembre. Éste fue el mensaje que dio el secretario general de AD, Henry Ramos Allup, durante la instalación este martes del Comité Directivo Nacional de la tolda blanca.

En aparente referencia a Leopoldo López y su organización Voluntad Popular, Ramos Allup lamentó la existencia de "sectores e individuos que se acercaron a la Mesa Unitaria para satisfacer intereses personales" y exhortó a la instancia, que agrupa a la mayoría de los partidos de oposición, a no dejarse presionar por las "críticas y chantajes" provenientes de este tipo de sectores, como parte de la conclusión del documento emitido por el CDN, que también incluyó una exhortación para desarrollar un programa legislativo común y una invitación a toda la ciudadanía a votar en los comicios parlamentarios.

"En la Mesa Unitaria todos hemos aprendido a madurar y hacer ciertos sacrificios", sostuvo Ramos. El dirigente adeco criticó de igual manera los llamados a reconciliación y diálogo con el gobierno nacional, que a su juicio "será imposible" con el sistema de justicia que existe en el país.

"Si creen que es posible ser armonioso con Chávez, que se lo vayan a decir a él, que lleva diez años sin escuchar si quiera a sus propios seguidores. ¿Creen que nos vayan a escuchar a nosotros?

En el marxismo leninismo no hay diálogo sino monólogo, o, más bien `autólogo’: Chávez únicamente habla consigo mismo" enfatizó el dirigente.

Al respecto, recordó la labor de los partidos de la Mesa Unitaria como una verdadera oposición. Para él, este carácter opositor consiste en "demostrar que existe la posibilidad de un mejor gobierno que el que ahora existe. Si no nos oponemos, o somos neutrales o estamos de acuerdo".

RECUENTO DE CRÍTICAS
El resto del mensaje del dirigente ante el CDN, constituido por la dirección nacional y las instancias más altas de las direcciones regionales del partido, fue un recuento de las críticas que ha hecho AD desde hace diez años a varios factores de la gestión del primer mandatario.

Aparte de reiterar los cuestionamientos al surgimiento de la "boliburguesía y el bolifuncionariado" y condenar la persecución política y la hegemonía comunicacional del Gobierno, Ramos cuestionó las relaciones de Chávez con las FARC que, a su juicio, no ameritan pruebas.

"¿Hay que llevar algún tipo de documento para probar que Chávez solicitó beligerancia para este grupo narcotraficante y terrorista, cuando dijo que las relaciones de Venezuela eran con las FARC y no con Colombia?", se preguntó.

Respecto al tema militar, consideró necesario que un eventual nuevo gobierno devuelva los cuerpos castrenses a sus funciones tradicionales de defensa y resguardo del país, porque "cuando un militar realiza funciones en el mundo civil, no sirve". También criticó las alianzas con Rusia, que vinculó con el tema del gasto militar venezolano que, a su juicio, debería reducirse al mínimo.

Ramos por último, agradeció la presencia en el acto de dirigentes de otros partidos como UNT, PJ y Copei, además de figuras como el alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, quien introdujo el acto asegurando "no tener empacho" al demostrar su "amor profundo" por la tolda blanca.

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Espere un momento por favor





"Nadie duda que con Acción Democrática se vive mejor"
Ramos presentó un elaborado informe sobre el fracaso de Chávez
Cerca de los 69 años de su fundación, Acción Democrática reunido ayer en Comité Directivo Nacional (CDN), creyó oportuno reivindicar ante el país sus lemas originarios "Por una Venezuela libre y de los venezolanos" y "Tierra, pan y trabajo", que siguen vigentes.

En este marco, AD no negó la comisión de errores y omisiones en el ejercicio del poder, pero se dejó claro que sus desaciertos "resultan insignificantes" ante los del gobierno de Hugo Chávez. La presidenta del partido, Isabel Carmona, afirmó que ya nadie duda que "con AD se vive mejor". Instó al medio millar de presentes a defender "sin complejos y sin ambages" sus aportes a Venezuela. "¡Ya está bueno de que se enjuicie a la historia de AD desconociendo sus páginas de gloria" y citó hechos concretos como la OPEP, Pdvsa, becas Gran Mariscal de Ayacucho y las hojas de vida limpias de sus fundadores.

La silla vacía de Álvarez Paz

El acto, realizado en la quinta Monteverde, duró tres horas y media en su primera parte. Se cuidó el gesto de mantener una silla vacía frente al podio de oradores en recordación de Oswaldo Álvarez Paz, uno de los invitados especiales, detenido la víspera por la Disip.

Carolina Abrusci, subsecretaria juvenil, propuso la mesa directiva del evento, integrada por 14 personas, 11 de ellas con cargos de elección popular.

El primer orador, el alcalde metropolitano Antonio Ledezma (ABP), ex militante de AD, recibió una cálida acogida del público que le lanzó mensajes para que vuelva al partido. Recordó al ex presidente Carlos Andrés Pérez -de quien el gobierno de Chávez pidió su extradición-, lo que provocó una ovación de pie.

El alcalde asemejó la presencia actual del Gobierno de Cuba en Venezuela con la invasión de Machurucuto (1967) y recordó que entonces el presidente Rómulo Betancourt dejó claro en su enfrentamiento con Fidel Castro: "Podemos importar creolina, pero Venezuela no importa doctrinas".

Militares a sus cuarteles

El secretario general nacional, Henry Ramos Allup, siguió con su informe al CDN. El dirigente había creado hace días gran expectativa sobre el contenido del documento, pero en dos horas y tres minutos relató denuncias ya recogidas en unos ocho documentos elaborados por él mismo entre 2002 y 2009, relativas a la inseguridad, corrupción, nepotismo, militarismo y violación de tratados internacionales, ejecutadas por funcionarios del gobierno de Chávez y el propio mandatario.

Las menciones más novedosas, sobre datos de una encuesta que indica que Chávez perdería hoy las elecciones presidenciales por 12 puntos y la denuncia del comportamiento "mimético" y "narcisista" de dirigentes y gobernadores de otros partidos que juegan al fracaso de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), ya las había referido en un evento partidista la semana pasada. Entonces, también había dejado claro que AD no se prestará para una política de reconciliación en el poschavismo que tenga como precio no aplicar justicia a los líderes del régimen. "Sin justicia no habrá reconciliación ¡jamás!, ¡jamás!" reiteró ayer.

Ramos recibió aplausos tímidos en 22 ocasiones, pero uno sí fue enérgico cuando afirmó que el próximo Gobierno civil deberá recolocar a los militares en sus funciones naturales en los cuarteles. "Que se ocupen de lo que les compete, que cuando no, lo hacen muy mal". Añadió que la Milicia y la Reserva creadas deben ser eliminadas.

Recordó que Venezuela acumula en diez años 738% de inflación, que importamos 75% de lo que consumimos, que en el último año el Gobierno no ha generado "ni un kilovatio de energía", y que en una década "ningún mal ha sido mitigado y han aparecido unos que no existían". Denunció que para el Gobierno "lo malo no es que se delinca, lo malo es que se sepa".

Dijo que mientras se acumulan 150 mil muertos por la delincuencia, el Gobierno ha invertido en gasto militar 7 veces y media más que en seguridad personal. Lamentó que unos 700 mil venezolanos han abandonado el país y nos hemos convertido en un país de emigrantes. "Exportamos venezolanos e importamos cubanos, esbirros, soplones, especialistas en represión".

Manifestó confianza en la victoria electoral de septiembre y abogó por extender la alianza unitaria con miras a 2012.



Elvia Gómez
EL UNIVERSAL

martes, 23 de marzo de 2010

Colegio Chaves. Emblemática Institución caraqueña de mediados del siglo XIX.

Gerónimo Yerena Cabrera.
El Colegio Chaves, situado desde su inauguración el 5 de julio de 1842 y hasta 1953, entre las esquinas de Carmelitas y Llaguno en el lado norte de la Oeste 1, al lado de otra vivienda emblemática de la Caracas de Antaño, que fue la casa de la esquina de Llaguno, sede del Museo de Arte Colonial. Ambas fueron demolidas para construir la actual Avenida Urdaneta.
La casa del colegio había sido construida por don Juan José de Vega y Bertodano en 1783 (1), personaje de gran prosapia española y primer Vega nacido en Caracas; hijo de don Juan de Vegas y Sanz, quien pasó a Caracas como Contador de la Real Hacienda y casó en 1716 con María Bertodano, hija del ex Gobernador. Dentro de su ilustre descendencia figuran dos eminentes médicos: Andrés Herrera Vegas, fundador de la lucha antituberculosa en Venezuela, con la fundación del Primer Dispensario Antituberculoso en el año 1906 (2), y Martín Vegas, pionero de la dermatología en Venezuela, graduado en el año 1920 (3).

Guillermo Meneses en su dossier sobre la Casa del Colegio Chaves (4), nos condensa en forma ejemplar, como siempre lo supo hacer, la crónica tanto de la casa como del colegio:
“Durante mucho tiempo, la casa donde funcionaba el Colegio Chavez fue orgullosamente estimada por los caraqueños. Era enorme casa de bellísimo patio rodeados de corredores. El corredor delantero tenía las famosas columnas barrigonas que se encuentran en algunos ejemplos de la arquitectura colonial venezolana. La casa había sido hecha para don Juan de la Vega y Bertodano en 1783. Más ancha y fuerte que su vecina de la esquina de Llaguno, ambas constituían grato sitio de antiguos ambientes. En la de Llaguno estuvo mucho tiempo el Museo Colonial; la de Juan de la Vega pasó por varias manos hasta que fue destinada para colegio de niñas pobres donde aprenderían a coser, bordar, leer, escribir, contar, gramática castellana, principio de religión, música y dibujo y hasta elementos de geografía e historia, si fuese posible. El caballero Juan Nepomuceno Chaves dejaba establecido en su testamento como renta para el colegio la cantidad de siete mil pesos que saldrían –primero que ninguna otra cosa de los dividendos que deben producir las mil acciones- del Banco Nacional. En realidad los fondos del colegio desaparecieron en múltiples vicisitudes, pero siempre ha representado lo que seguramente fue el primer ejemplo de lo que hoy llamamos “espíritu fundacional” y la primera demostración de la actividad privada dirigida a ayudar en la solución de los problemas sociales y educativos. Para la realización de los trabajos de la Avenida Urdaneta se consideró necesario tumbar las casas de Llaguno y Chaves. No sabemos cuáles causas privaron en esta decisión pero el resultado fue que Caracas quedó sin dos casas ejemplares de la habitación del siglo XVIII. En lo que al Colegio Chaves se refiere vendría a ser justa la construcción de una nueva casona hecha con de acuerdo con los moldes y trazos de la antigua, hoy guardados. La casa de Juan de la Vega y la empresa del Colegio Chaves lo merecen”.

Graciela Schael Martínez (5), nos relata la anécdota de un personaje popular muy conocido a principio del siglo XX relacionado con el Colegio Chaves. Se trataba de Petra Antonia Josefa Carmen de las Mercedes Pérez, pero que era conocida sólo por el nombre de “Nuestra Señora de Las Batatas”, era una humilde mujer que recorría la ciudad llevando sobre la cabeza un azafate pleno de batatas sancochadas, a cuya venta se dedicaba. Este personaje luego de fracasar en su intento de ingresar en uno de los conventos de la capital, decidió vestirse de monja, y así andaba por el centro de la capital vendiendo su mercancía. En cierta ocasión un fraile capuchino le aconsejó que cambiara su manera de vestir, que tal apodo le atraía; las recomendaciones del religioso influyeron en la muchacha y quizás ayudada por éste, luego de un tiempo, entró a formar parte del personal del Colegio Chaves, en calidad de doméstica, ayudante de la portera.

Juan Nepomuceno Chaves falleció el primero de agosto de 1841, y e l colegio fue fundado un año más tarde, por generosa decisión del eminente y filantrópico caraqueño (6), quien a mediados del siglo XIX figuró en alta escala en los primeros años de la República a la cual sirvió en variados cometidos, destacando también por la opulencia de su fortuna, adquirida a costa de trabajo inteligente y asiduo, habiendo sido promotor y principal fundador del Banco Nacional de Venezuela, primer Instituto de este género que hubo en nuestro país. La voluntad de este eximio venezolano fue expresada en forma póstuma mediante cláusulas contenidas en su testamento para dar lugar a este legado, y se le dio el nombre de Colegio Chaves, conforme al justo parecer de Juan Manuel Manrique (albacea testamentario).Esta Institución pionera en cuanto a que representa quizás la primera iniciativa de altruista aportación de capital privado en la solución de problemas de vigencia social, ha vivido a la par que la República las contingencias y vicisitudes que han caracterizado nuestra historia, siendo hoy día un hermoso signo de pervivencia institucional.
Gracias a la Fundación Juan Nepomuceno Chaves aún persiste el espíritu y la devoción de su fundador. Actualmente funciona, desde septiembre de 1992, como un colegio privado en la Calle F Colinas de Valle Arriba.
Cabe destacar, en honor a sus nombres, las respetables Directoras que a través de los años han estado al frente del mismo. Inician desde 1842 hasta 1870, Concepción, Teresa y Encarnación Luque, seguidas sucesivamente por Concepción Miyares de Smith, Carolina Conde de Ponte, Amalia Amitesarove, Lucila Luciani de Pérez Díaz, Carmen Trujillo Trujillo, Mercedes Trujillo Trujillo y Gisela Trujillo de Marcano. Hoy se encuentra al frente del Colegio la Licenciada Natalia Marcano de Vásquez, quien conjuntamente con la Comunidad Educativa del Plantel ha ampliado los alcances académicos del mismo convirtiéndolo en un Colegio de educación mixta que abarca todos los niveles de educación (preescolar, básica y diversificada).
Para conservar y actualizar la iniciativa y los esfuerzos de las personas forjadoras de esta Institución, se ha constituido la “Fundación Colegio Chaves” presidida por la profesora Gisela Trujillo de Marcano.
Bibliografía.
1.-José Garcia de la Concha. Reminiscencias Vida y costumbres de la vieja Caracas. Ernesto Armitano. Editor. p 155-158.
2.- Mercedes Pérez. 25 Vidas Bajo un Signo. Ediciones Lerner.1967.p 282-288.
3.-Ana Mercedes Pérez. 25 Vidas Bajo un Signo. Ediciones Lerner.1967.p 165-177.
4.- Guillermo Meneses. Libro de Caracas. Fundarte Alcaldía de Caracas. 1995. p 53.
5.-Graciela Schael Martínez. Estampas Caraqueñas. Concejo Municipal del Distrito Federal. Caracas 1975. p 46.
6.-Portal del Colegio Chaves. Fundación Juan Nepomuceno Chaves:
http://colegiochaves.com/

yerena.geronimo@gmail.com

lunes, 22 de marzo de 2010

Ignacio J. Álvarez // OEA, CIDH y las interrupciones abruptas o paulatinas de la democracia

El excelente informe de la CIDH sobre la democracia y los derechos humanos en Venezuela describió acertadamente los atentados que viene sufriendo nuestra democracia, efectuó recomendaciones al Estado venezolano y no expresó opinión respecto a si el deterioro de la democracia en Venezuela está implicando una interrupción paulatina del orden democrático en los términos de la Carta Democrática de la OEA.

Cabe recordar que Alberto Fujimori fue un dictador moderno que llegó democráticamente al poder pero fue destruyendo paulatinamente la democracia en Perú. Controló el Poder Judicial y el Ministerio Público y los utilizó como armas políticas. Cerró un importante canal de televisión, logró controlar varios medios de comunicación y violó sistemáticamente la libertad de expresión y otros derechos humanos fundamentales. El entonces Secretario General, el Consejo Permanente y los demás órganos políticos de la OEA guardaron silencio, amparados formalmente en la ausencia de normas que permitieran a la OEA pronunciarse.

Para ese momento existía la Resolución 1.080 de la Asamblea General de la OEA, que contemplaba un mecanismo de acción colectiva multilateral en caso de producirse una "interrupción abrupta" de la democracia en un Estado miembro. Sin embargo, ninguna norma contemplaba la "interrupción paulatina" de la democracia.

En abril de 2000, luego de diez años en el poder, Fujimori perdió en el voto popular las elecciones presidenciales, pero desconoció los resultados y se hizo declarar ganador, en segunda vuelta, por el órgano electoral bajo su control. Aún así la Asamblea General de la OEA no incluyó formalmente la discusión del tema en la agenda de su Asamblea General de junio de ese año.

Aun cuando la Resolución 1.080 no autorizaba expresamente a la CIDH a pronunciarse sobre su aplicación, la CIDH publicó un informe en donde expresó que en Perú había ocurrido una interrupción abrupta de la democracia en los términos de la Resolución 1.080 y solicitó la celebración de nuevas elecciones que respetaran la voluntad popular. Pocos meses después se produjo la renuncia de Fujimori.
La Carta Democrática de la OEA se aprobó en Lima, en septiembre de 2001, con el patrocinio entusiasta del nuevo gobierno democrático del Perú. Su propósito fundamental fue tratar de evitar que se repitieran silencios similares por los órganos políticos de la OEA cuando ocurrieran en Perú o en la región situaciones como las de Fujimori. Con ese ideal se incluyó la noción de "interrupción paulatina" de la democracia, o, literalmente, "alteración del orden constitucional que afecte gravemente el orden democrático en un Estado Miembro", como hecho capaz de generar intervención política de la OEA a través de mecanismos graduales, tales como visitas al país del Secretario General o del Consejo Permanente, gestiones diplomáticas, discusión colectiva de la situación, y, como última medida, la suspensión de la participación del gobierno en la OEA.

A pesar del avance conceptual y principista que implicó la Carta Democrática, en el caso de Venezuela tal instrumento ha sido letra muerta. Nuevamente, al igual que en el caso Fujimori, los órganos políticos de la OEA han guardado silencio, ya no por ausencia de normas, sino por falta de voluntad política.

La Carta Democrática señala que son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, la celebración de elecciones libres y justas, el ejercicio del poder con sujeción al Estado de Derecho, la separación e independencia de los poderes públicos y el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales.

La CIDH concluyó en su informe que el Gobierno venezolano viola la libertad de expresión, que inhabilita políticamente a candidatos antes de las elecciones, que desconoce los resultados de elecciones adversas, que se restringen los derechos políticos a quienes mantienen una línea crítica del gobierno y se les somete a represalias, intimidación, persecución judicial y cárcel en algunos casos, que "la falta de independencia y autonomía del Poder Judicial frente al poder político constituye uno de los puntos más débiles de la democracia venezolana", y que la vigencia de los derechos humanos en Venezuela se encuentra seriamente limitada.

Los mecanismos diplomáticos y graduales de la Carta Democrática deberían servir como un mecanismo de advertencia temprana. Los desafíos que enfrenta la democracia venezolana han llegado a un punto tal que requieren al menos ser discutidos seriamente por los órganos políticos de la OEA. La descripción efectuada por la CIDH constata que el Gobierno venezolano se encuentra abocado a subvertir los elementos esenciales de la democracia descritos en la Carta Democrática. ¿Cuánto más tendría que deteriorarse nuestra democracia para que la OEA diga expresamente que el Gobierno la está interrumpiendo de manera paulatina y discuta la situación de Venezuela conforme a los mecanismos de la Carta Democrática?



Ex relator especial para la libertad de expresión de la CIDH/OEA
ialvarez@venezuelainperspective.org

domingo, 21 de marzo de 2010

QUÉ HACER SI OCURRE UN ACCIDENTE TOXICOLÓGICO?

SEMANA DE LA PREVENCIÓN DE LAS INTOXICACIONES (14 al 19 marzo 2010)
1- SI EL TÓXICO FUE INHALADO
Mueva inmediatamente al paciente a un ambiente ventilado y alejado de la fuente de exposición; abra ventanas y puertas permitiendo la circulación de aire fresco. Si el área tiene aire acondicionado, apáguelo de inmediato. Si el paciente no respira déle respiración artificial y trasládelo rápidamente a un centro asistencial.

2- SI EL TÓXICO ESTUVO EN CONTACTO CON LA PIEL:

Quite la ropa y lave profusamente con agua durante 10 minutos; lave nuevamente con agua y jabón azul. No use cepillos o esponjas. En caso de dolor o irritación severa traslade al paciente a un centro asistencial. No use medicamentos por su cuenta.

3- SI EL TÓXICO ESTUVO EN CONTACTO CON LOS OJOS:
Irrigue los ojos con agua durante 15 minutos. Si el paciente usa lentes de contacto, remuévalos antes de la irrigación. Finalizado el procedimiento, someta al paciente a una evaluación oftalmológica.


4- SI EL TÓXICO FUE INGERIDO

Comuníquese con SIMET para conocer las medidas de emergencias que puede practicar y la conducta apropiada para el manejo de la situación
Si el producto ingerido es cáustico o corrosivo (álcali o ácido): Si el paciente está completamente despierto, alerta y es capaz de tragar, no lo haga vomitar, administrarle únicamente agua.
Si se trata de un solvente orgánico (Keroseno, gasolina, “thinner” o similar) no haga vomitar al paciente.


INFORMACIÓN QUE DEBE SUMINISTRAR AL SIMET:

- Datos del paciente: nombre, edad y peso.
- Información del producto: nombre comercial, componentes, y concentración.
- Información de la situación: clase de contacto (inhalado, dérmico, ingerido), si fue ingerido que cantidad.
- Medidas suministradas antes de la llamada al SIMET.


Servicio de Información de Medicamentos y Tóxicos
(SIMET)
Facultad de Farmacia
Universidad Central de Venezuela

Telf.: 58-212-605.2686//2732
0212-662.9320
0-800-TÓXICOS (869.4267)

sábado, 20 de marzo de 2010

Fidel omnipotente

Rafael Muci-Mendoza
Al vivir la negación del pueblo cubano por sus raptores hube de regresar de la Isla siendo mejor ciudadano.
"Un desafío a la ciencia -así calificó Fidel lo que significa el enfrentamiento a la neuropatía epidémica para la comunidad científica internacional, al asistir a la reunión final de la misión OMS/OPS" y tal, fue publicado en Granma el domingo 23.05.1993. Transcurría ayer y hoy Cuba por un "período 'especial" de rigor económico, producto del empobrecimiento del país traído por el comunismo, que no por el infame bloqueo americano. Fui testigo de vista al formar parte de una misión humanitaria que viajó a la isla. El desparpajo del dictador, director del control de la epidemia, indicó que la causa era un famoso ente inventado, llamado "virus del imperialismo". Se dispusieron doce protocolos de tratamiento que incluían maravillas fútiles como interferón, melagenina, extracto de timo, ozono y zarandajas diversas. Hubo un décimo tercero llevado a cabo en secreto en el famoso CIMEQ del Ministerio del Interior (Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas), donde los participantes como única medicación recibieron leche, carnes de res y pollo, pescado y queso. La dieta imperialista más una pastilla de vitaminas, hizo el milagro que condujo a la espectacular mejoría a los afectados; el quid del desafío a la ciencia estaba a la vista.

Nuestras reuniones con el mismísimo Fidel durante 5 noches seguidas, me mostraron su petulancia, arrogancia militar y exceso de ignorancia ante unos ministros pálidos, fríos, sudosos y tremulentos dispuestos a recibir, como en cualquier Aló Presidente, descalificaciones e insultos y de paso mostrarse tan agradecidos como para lamer las botas del comandante. Un episodio de la fementida revolución cubana.

Al vivir la negación del pueblo cubano por sus raptores hube de regresar de la Isla siendo mejor ciudadano.

rafael@muci.com, rafaelmuci@gmail.com

http://www.eluniversal.com/2010/03/20/opi_art_fidel-omnipotente_20A3613411.shtml


Los interesados en conocer más sobre el tema, pueden ingresar a Google, buscar Academia Nacional de Medicina -Venezuela. Al al tompe de la página encontrarán Gaceta Médica. Hacer clíc y ello los llevará a dos artículos de mi autoría:

1. Volumen 109 No 2 junio-julio 2001: Neuropatía óptica epidémica cubana. Parte I. Relato de una vívida experiencia
2. Volumen 110. No 2 abril-junio 2002. Neuropatía óptica epidémica cubana. Parte II. Aspectos neuro-oftalmológicos,neurológicos, nutricionales e históricos.

viernes, 19 de marzo de 2010

La demagogia de la solución concreta

Teódulo López Meléndez
Tenemos enfrente eso que han llamado “socialismo del siglo XXI” y hay que producir una respuesta que he considerado no puede ser otra que la “democracia del siglo XXI”, no sin la aclaratoria sobre la natural presencia de un verdadero socialismo de estos tiempos en estos tiempos.

Sin embargo, algunos anuncios que comienzan a circular pareciera entramos en lo colectivo sin colectivo, esto es vamos hacia una la concepción de una democracia contra sí misma, pues no se conjuga en la ciudadanía lo general y lo particular, o lo que es lo mismo, la asunción por cada uno del punto de vista del común desde su propio punto de vista. En lo que ahora tenemos prevalece la disyunción: cada uno hace valer su particularidad. Pareciera que estamos en un ejercicio profesional de la política basado en la “demagogia de la diversidad”.

Es necesario rescatar la política como “fenómeno pensable”, en su “operatividad como acontecimiento”. Es decir, liberarla del sentido centrado en una filosofía de la historia y de su carácter superestructural. Acontecimiento es lo que detiene la mera sucesión de los hechos y exige una interpretación.

Hay que partir de lo cotidiano para reencontrar lo social. Hay que innovar en las actitudes y comportamientos y en las bases teóricas que los sustentan. Hay que entender las posibilidades del nuevo tejido social para fijar objetivos compartidos que puedan convertirse en propósitos y objetivos de la lucha

La apuesta fundamental es que hay que innovar o la democracia retrocederá. La desconfianza en la política hay que vencerla y ello pasa por la formación de ciudadanos y por darles a esos ciudadanos un poder que exceda la simple participación electoral.

Los cambios hacia una democracia del siglo XXI implican, a mi entender, meter el análisis en todos los conceptos, inclusive el de libertad. Hemos venido entendiéndola como la posibilidad de hacer todo lo que la ley no prohíba o lo que no dañe los intereses de los terceros y colectivos o la posibilidad de opinar y de expresarse libremente o de postular o ser postulado a los cargos de elección. La libertad debe implicar la capacidad de controlar efectivamente a los elegidos para desterrar los vicios de la democracia representativa, de organizarse en lo que alguien llamó “sindicalismo de masas” y en otro que es el de la capacidad de imaginar, pues esta última nos permite convertir la democracia en un campo permanente de crecimiento de la libertad misma. El clima de lo que me propongo denominar la “libertad creativa” impide la conversión de la democracia en un campo estéril agotable como un recurso natural no renovable cualquiera, para hacerlo un recurso natural renovable.

El principal partidario de la destrucción es el grupo de políticos tradicionales que se niegan a regar la planta o a abonarla, pretendiendo que la planta es así y no se le debe intervenir. Tenemos, pues, que ensanchar la “libertad creativa”, la intervención directa de los ciudadanos en el control de la gestión pública y la organización social de masas en nuevos tejidos. Todo como una forma de restablecer las instituciones de intermediación entre el poder y la sociedad, cuya pérdida es una de las causas fundamentales de la crisis democrática. Sabemos bien que entraron en crisis todas las instituciones que cumplían ese rol. Los procedimientos que he estado mencionando restituirían el equilibrio entre un poder desbordado e inepto y una sociedad contralora de lo público.

La legitimidad surge del acto electoral, la confianza proviene del convencimiento moral de que un gobierno busca el bien común. Sin confianza no hay estabilidad. Una mayoría electoral no es equivalente a una mayoría social. El voto es una preferencia, la confianza una sensación convincente de pertenencia. Frente a las exigencias sociales no puede producirse una reacción populista reactiva. Hay que partir de una programación de ejecución gradual, consistente y constante. Quiere decir, una acción incesante sobre las situaciones. Las mayorías electorales son una suma de votos. Las mayorías sociales son una suma que se llama pertenencia.

Hay que revalorizar los principios: los básicos de la libertad y de la democracia, entendidos no como parabas hechos de granito, sino como un proceso permanente de vuelo hacia la justicia y la equidad. Los relativos a una economía social inclusiva, con diversas formas de propiedad conviviendo pacíficamente. Hay que sacar a flote al Derecho, entendido como una construcción jurídica que procura una conformación social para la equidad. Hay que poner sobre el salvavidas la concepción de ciudadano que interviene y participa y recurre a toda forma de organización para hacer sentir su voz.

No podemos seguir considerando a la democracia como algo establecido sobre la que ya no hay nada que decir. Elecciones, Estado de Derecho, independencia de los poderes, respeto y tolerancia, todo eso sí, pero el fardo ya no aguanta más. Hay que renovar todos los conceptos, desde la economía hasta el derecho mismo, desde la concepción de la política hasta el criterio sobre los liderazgos, desde lo que se considera un partido y la determinación de su rol social hasta la organización horizontal de los ciudadanos, desde la participación permanente hasta una inclusión social progresiva y acelerada. Hay gente que se empeña en hacer política con los mismos instrumentos y las mismas declaraciones falsas.

teodulolopezm@yahoo.com

El Parlamento andaluz aprueba la ley de muerte digna

JANO.es y agencias
La norma, pionera en España, ha contado con el rechazo del Partido Popular a tres de sus artículos.

El Pleno del Parlamento de Andalucía aprobó ayer por unanimidad la Ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte, una norma que contó, no obstante, con el rechazo del Partido Popular a tres artículos, de los 33 que conforman el nuevo cuerpo de ley.
Los artículos que han contado con el rechazo de los populares son los relativos a los deberes de los profesionales sanitarios que atienden al paciente ante el proceso de la muerte (artículos 18 y 21), por no incluir la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios, así como el artículo 27, referido a la composición de los comités de ética de los hospitales, al entender que requeriría de una regulación más específica.
Durante su intervención en la Cámara autonómica, la portavoz de los populares, Ana María Corredera Quintana, mostró la "decepción" de su grupo ante lo que consideró una "falta de diálogo" y una postura "inflexible" del Gobierno andaluz durante el proceso de enmiendas, tras recordar que, de las 29 que presentó su formación, "sólo se han aprobado dos".
En este sentido, reprochó que la nueva ley no recoja "el derecho de los profesionales sanitarios" a acogerse a la objeción de conciencia, en el sentido de que dicho derecho "no lesionaría" el derecho del paciente a recibir el tratamiento que solicitase según con sus principios éticos, religiosos y morales, ya que, en su defecto, "otro profesional" acorde con los principios del paciente "se encargaría de esa atención".
De hecho, Corredera opinó que la objeción de conciencia del profesional "no choca con una supuesta desobediencia civil, como ha apuntado el ministro de Justicia Francisco Caamaño".
En cualquier caso, y pese a cuestionar la misma oportunidad de esta ley, en referencia a que ya existen otras normas que garantizan la correcta cobertura sanitaria y los instrumentos legales y éticos oportunos, en alusión a la Ley General de Sanidad, La Ley de Salud y Autonomía del Paciente y los códigos deontológicos de los mismo Colegios sanitarios, la diputada se refirió también a la "incertidumbre presupuestaria" a la hora de hacer valer la nueva ley.
Así, advirtió de que "aún no se ha cumplido el compromiso de habitaciones individuales en todos los hospitales andaluces para los pacientes terminales", ya que, según dijo, "hasta ahora sólo hay un 15% de estas habitaciones".
Corredera, quien también lamentó "no saber quien integrará los comités de estética asistencial en los distintos centros sanitarios", justificó, no obstante, que su grupo ha apoyado el resto de la ley, entre otros motivos "porque no se apoyan las prácticas de eutanasia".
Por su parte, el portavoz de IU José Manuel Marical Cifuentes destacó el "avance en el reconocimiento de los derechos y autonomía de los ciudadanos" que supone la aprobación de la nueva ley, como síntoma, dijo, "de la modernidad y el abandono de la cultura paternalista".
Aún con todo, aprovechó para pedir al Gobierno central que se abra un debate sobre la necesidad de que se regule la eutanasia y el suicidio asistido. "No podemos dejar pasar la oportunidad para hacer un llamamiento al Gobierno central para que legisle en materia de eutanasia y suicido asistido", enfatizó Mariscal Cifuentes, quien aludió en este punto a estudios nacionales "que revelan que un 67% de españoles se muestran partidarios de regular la eutanasia".
Además, recordó que el Gobierno autonómico tiene ahora la obligación de "garantizar" que estos derechos se cumplan, "ya que no sólo basta con aprobar la ley".
En cuanto a la objeción de conciencia, afirmó que "no tiene cabida" en dicha ley, aunque sí recoge que se lleven a cabo estudios sobre "cómo se muere en Andalucía".
Por su parte, la portavoz socialista Rosa Ríos valoró lo "oportuno y sensato" de esta ley, que "mantiene conectado al PSOE con la sociedad", que "garantiza los derechos de la ciudadanía y sus convenciones morales" y que solventa la "indefensión jurídica" de los mismo profesionales sanitarios ante casos como el de las sedaciones de Leganés.
Sobre la objeción de conciencia, dijo que su grupo y la Junta "siempre han mantenido que su regulación debe ser estatal" y que "no cabe una regulación autonómica", mientras que en el apartado del régimen de sanciones se refirió a la "necesidad" de que toda norma tenga un apartado sancionador ante potenciales quebrantamientos de la misma.
En concreto, el régimen sancionador de la Ley de Muerte Digna se regirá por el que ya recoge la Ley 30/1992 de 26 de noviembre de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas, según concretaron fuentes de la Consejería de Salud andaluza.

En cuanto al Plan de Cuidados Paliativos, aseguró que se conseguirá alcanzar una red sanitaria "ajustada a los recursos que marcan este plan", toda vez que dijo que "el 75% de las habitaciones de paliativos son ya individuales en la comunidad".

Derecho a interrumpir un tratamiento
La norma hará prevalecer los derechos del paciente que exprese su deseo de limitar las medidas de soporte vital cuando éstas provoquen una obstinación o encarnizamiento terapéutico. También establece la potestad del ciudadano de rechazar o paralizar cualquier tratamiento o intervención, aunque ello pueda poner en peligro su vida.
El texto también recoge que los profesionales sanitarios que atiendan al paciente en su fase terminal deberán respetar sus decisiones, hasta el punto de que el sanitario no podrá imponer sus opiniones personales, morales, religiosas o fisiológicas. En la misma línea, los facultativos tendrán la obligación de limitar las medidas de soporte vital cuando lo estimen necesario para evitar la obstinación terapéutica.
Por lo que a curas paliativas se refiere, el texto regula el derecho del ciudadano a recibir tratamiento del dolor, incluyendo la sedación paliativa cuando lo precise, al tiempo que garantizará los cuidados paliativos integrales, que serán proporcionados, si así lo desea la persona, en su propio domicilio y siempre que no estén contraindicados.
La primera en España
La ley de muerte digna es la primera norma de estas características que se aprueba en el conjunto del país y que hará prevalecer, dentro de la legalidad vigente, los derechos del paciente a no recibir determinados tratamientos, así como al obligado cumplimiento de las garantías de estos enfermos por parte de cualquier institución sanitaria, ya sea pública o privada, inclusive de orden religioso.
Tal como han venido defendiendo desde el propio Gobierno andaluz, con esta ley se solventan así situaciones como la vivida en 2007 con la paciente Inmaculada Echeverría, cuando la Orden Hospitalaria San Juan Dios pidió su traslado del Hospital San Rafael de Granada, dependiente de la citada orden religiosa y donde permanecía la enferma, a otro centro de titularidad pública y una vez allí, se autorizó la desconexión de la ventilación mecánica que la mantenía con vida.
La Junta sostiene que la inmensa mayoría de los andaluces coinciden en el hecho de que "todo el mundo tiene derecho a morir dignamente", extremo por el que esta ley ha puesto el acento en la autonomía y voluntad del paciente, por encima de otras consideraciones que pudiesen plantear las instituciones sanitarias.
Sea como fuere, quedará fuera de este nuevo paraguas legal la eutanasia activa, ya que, entre otras consideraciones, la comunidad no tiene competencia para legislar en esta materia, además de que está tipificado como delito dentro del Código Penal.