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jueves, 8 de mayo de 2008

De la independencia española a la venezolana

Alfredo Toro Hardy // El 2 de mayo de 1808 fue así el necesario preámbulo al 5 de julio de 1811
España acaba de conmemorar el bicentenario del 2 de mayo de 1808, fecha en que se inició su guerra de independencia frente a los franceses. Para Venezuela la ocasión rememora el punto de partida de su propia independencia.
Hace doscientos años, en efecto, el pueblo madrileño se alzó espontáneamente contra la ocupación francesa y contra la convocatoria forzada de los miembros de la familia real a Bayona, donde se los despojaría de sus derechos dinásticos sobre la corona española. Comenzaba allí una lucha feroz en contra del invasor, que habría de prolongarse por seis años.
El levantamiento generalizado contra los franceses se puso de manifiesto a través del surgimiento, a todo lo largo y ancho de la geografía española, de juntas provinciales protectoras de los derechos de Fernando VII. Frente a la inoperancia de las instituciones tradicionales de la monarquía, ahora sometidas al orden napoleónico, estas juntas se transformaban en expresión de la soberanía popular. Apelando al derecho natural que emana del pueblo y que con igual carácter podía ser cedido por éste al Rey, o a las instituciones que a nombre del monarca fuesen creadas en circunstancias extraordinarias, las juntas se hacían depositarias de la voluntad nacional. De hecho, fue éste el punto de partida del liberalismo español, que en 1812 habría de plasmarse en la Constitución de Cádiz, una de las más progresistas de su época.
En septiembre de 1808 las dieciocho juntas provinciales existentes se fusionan en una sola: la Junta Suprema Central. Constituida inicialmente en Aranjuez, la misma irá desplazándose hacia el Sur, a tenor del avance de las tropas napoleónicas. Finalmente se radicará en Cádiz, único punto de la geografía del país en manos españolas. Inaccesible a los franceses por su carácter de istmo, y gracias a la protección brindada por la Armada británica, Cádiz se transformará en el último baluarte de la soberanía española. Desde allí se procurará mantener la unidad del imperio de ultramar.
A partir de 1808 los mantuanos caraqueños aspirarán a formar una Junta al estilo de las españolas. Sin embargo, el gobernador Las Casas, por simpatía a los franceses o por simple oportunismo político, lo impedirá. Su sucesor será el célebre Emparan. Aunque inicialmente designado como Capitán General de Venezuela por los franceses, huirá a Cádiz donde la Junta Central lo designará para igual cargo. Muchos en Venezuela verán la ambigüedad de su comportamiento, como parte de una estratagema para colocar a la provincia bajo control napoleónico. Eso, y la cesión del poder detentado por la Junta Central de Cádiz a un recién creado Consejo de Regencia, desatarán la rebelión de los caraqueños.
El 19 de abril de 1810 se procede a la creación de una junta similar a las aparecidas en España en 1808, recurriéndose para ello a los mismos argumentos justificativos que dieron nacimiento a aquellas. Al aceptarse la tesis de la soberanía popular como base de su creación, era inevitable que la declaratoria de independencia entrase en cuenta regresiva. El 2 de mayo de 1808 fue así el necesario preámbulo al 5 de julio de 1811.
altohar@gmail.com
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