"La Historia admira a los sabios, pero eleva a los valientes" Edmund Morris
En muchas partes del mundo, los valientes se ganan la admiración del colectivo, en la misma medida que los cobardes se labran el desprecio general. Hay otras - no sé por qué - donde los cobardes son encumbrados, ensalzados y hasta reverenciados.
El ser valiente no tiene que ver necesariamente con valores como la bondad, la solidaridad, el respeto, la tolerancia& La historia está llena de personas muy malas a quienes sólo se les reconoce su calidad de valientes, como Atila. Pero cuando el valiente es bueno, inteligente y atinado se convierte en héroe.
En Venezuela, además de los próceres de la Independencia, hemos tenido nuestra buena cuota de valientes, mujeres y hombres. Me parece injusto cuando la gente se queja de que aquí no los hay. Pensaba en eso cuando vi el video de Ismael García denunciando a los "ricachones" del régimen, con nombres, apellidos, testaferros y todas las señas necesarias. ¡Hay que ver cuánto valor se necesita para denunciar a los más poderosos! También me ha producido gran admiración Guillermo Zuloaga: un hombre que ha podido haberse ido del país, pues su fortuna se lo permite, y en vez se ha quedado aquí dando la cara. Citaciones, procedimientos, aperturas de juicios. Ahí ha estado Guillermo, firme, digno. De ese grupo, mis respetos para Nelson Mezerhane y Alberto Ravell.
Hay militares que también han dado señal de poseer gran valor. Uno recientemente fallecido, el general Bernardo Rigores, icono de toda una generación castrense. Otro, el Coronel Sammy Landaeta Millán, quien en carta pública al ex ministro Maniglia realizó terribles denuncias. Marcel Granier, Teodoro Petkoff, Wilmer Azuaje, Pastora Medina, Juan José Molina, Jesús Urdaneta Hernández, Henry Ramos Allup, Alejandro Armas& es injusto nombrar unos pocos porque quedan muchos por fuera, pero el momento es propicio para reconocer a quienes tienen el coraje de enfrentarse al poder casi absoluto.
En 1954 a Ramón J. Velásquez le dijeron, de parte de Pérez Jiménez, que mejor se iba del país si no quería que lo pusieran preso. "Pérez Jiménez sabe donde vivo", fue su respuesta. Permaneció preso hasta que cayó el régimen, pero no se doblegó. "La Historia admira a los sabios, pero eleva a los valientes" dijo el escritor Edmund Morris. Al Dr. Velásquez y a todos los valientes de este país, mi respeto y mi gratitud.
Para Ramón J. Velásquez
carolinajaimesbranger@gmail.com
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