Como bien expresara el escritor checo Milan Kundera, la cultura es garantía y justificación de la existencia nacional, y mientras tengamos cultura propia, original, viva y en construcción hacia estadios superiores de conciencia y educación, tendremos el derecho de llamarnos venezolanos y no cubanos, o gringos, o brasileños, o cualquier otra denominación. Los checos y sus ancestros, tuvieron que vivir siglos de guerras e invasiones para poder probar que tenían derecho a un lugar bajo el sol, los venezolanos estamos viviendo la destrucción de nuestra nación desde adentro, propiciado por uno de sus hijos que decidió traicionarnos y convertirnos en algo que no somos.
Pero una cosa es nación y otra es cultura, la nación depende de límites, de constituciones, de política y políticos, de tratados, es decir, de variables que con el tiempo la pueden hacer más grande o más pequeña, democrática o socialista, más pura o más mestiza, en cambio la cultura nacional dentro de su unidad, está condenada a ser polifacética, portentosa, es acumulativa y vive de la creación permanente, de artistas, de intelectuales, de docentes… La cultura lleva el espíritu de la nación, como dice un buen amigo que es chef de cocina "No hay manera que un plato vacío se confunda con el asado". Y eso es lo que no entienden los pequeños funcionarios de este miserable gobierno militarista y antivenezolano, esos, que cuando llegan a un cargo se creen dioses, que son la medida de la existencia, y en su arrogancia, cierran ateneos y teatros, secuestran premios de literatura, expulsan científicos de sus laboratorios, toman universidades con grupos delincuenciales, degradan el contenido de museos y bibliotecas, todo esto bajo la creencia que la cultura de una nación se puede borrar de un plumazo, que estrangulándola financieramente y persiguiendo a sus creadores, pueden imponer la cultura acrítica y llorona de un socialismo a lo cubano.
Lo han señalado estudiosos como Orlando Patterson cuando ve hacia el interior de su país, una buena parte del pueblo puede quedar al margen de la alta cultura, factores estructurales como bajos ingresos, desempleo, malas escuelas pueden afectar el acceso a nuevos niveles de conocimiento, pero no es renunciando a la cultura, borrándola, como se van a arreglar los problemas, menos aún como lo está predicando el infeliz Fernando Buen Abad Domínguez en nuestro país, tratando de darle a nuestra cultura nacional un nuevo significado, inculcando el corrosivo marxismo en nuestros jóvenes, por medio de sus categorías semánticas, que ponen en duda los fundamentos del pensamiento occidental, que se vaya para Chiapas o a Ciudad Juárez a predicar su catecismo revolucionario… es solo un ejemplo de los intelectuales tarifados que se trae Chávez del extranjero, no para la discusión intelectual, pero para el adoctrinamiento y para destruir nuestros valores, entre estos "outsiders" se encuentran Carlos Monedero, Noam Chomski, Ignacio Ramonet, István Meszáros, Oliver Stone, Alan Woods, entre otros. Es solo una de sus estrategias para extirpar a los continuadores de la obra de nuestros grandes intelectuales y artistas, sobre cuyos hombros compartimos la cultura universal, y cuyas generaciones de relevo hacen imposible que suplanten nuestra cultura, un mundo preñado de vida, libertad y creación que nada tiene que ver con las enfermas mentes de quienes hoy, manejan la cultura oficial del país.
percival367@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario