Libertad!

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jueves, 15 de mayo de 2008

Carlos Raúl Hernández // Bocón se va a la guerra

No faltaría más que perder el chance de hacer varios Vietnam
Una nueva guerra imaginaria de esta gesta imaginaria que conduce una imaginaria reencarnación de Bolívar: la invasión a Bolivia. Todo transcurre en la bruma de las fantasías, las alucinaciones de una mente enajenada de inutilidad, dedicada día y noche a conspirar para amargarle la vida a los venezolanos y los extranjeros, a hacerle perder el tiempo y el tren de la historia al país y que se divierte desenterrando momias ideológicas para asombro de los arqueólogos.
Una cabeza en la que anidan, junto a flatulencias ideológicas decimonónicas y porciones a medio digerir, trampitas, jiribillas, maniobras, pequeñas cositas turbias. ¡Señor ministro: muévame diez divisiones a la frontera! (obsérvese el posesivo de capataz). Y al final, apenas tres mil muchachos llegaron a la frontera de tal manera que los que tenían armas carecían de cascos y los que tenían cascos y armas, fallaban de municiones.
Dicen que el circunspecto Uribe se desternillaba de las risas con los boletines que le daban los servicios de seguridad e información. Por supuesto que arrasaron con los alimentos de la zona. Por eso le dijo a su taciturno Estado Mayor: "a ese bocón no hay que tomarlo en serio. Sólo esperemos que le pongan la camisa de fuerza".
El nuevo libertador de América ocupará Bolivia si los bolivianos tienen la osadía de votar por quien les dé la gana, sacar del poder a ese fronterizo que los gobierna y recuperar la normalidad democrática.
Pero sería bueno saber cómo se hará la invasión de esa nueva Normandía, cuyo único problema está en que se trata de una nación mediterránea. ¿Pedirá un permisito a Chile o Argentina para encaminarse a La Paz triunfalmente. ¿O será a través de Brasil, de Perú? Serios problemas tendrá la infantería del robusto Sancho Panza de Defensa ("me temo que este, mi amo, tiene más de loco que de caballero, pero comídole he su pan y ámole como a las entretelas de mi corazón"). ¿Serán arrojados miles de paracaidistas desde una megaflota de Hércules, después de sobrevolar cualquiera de esos países? Es de imaginar que la OEA esté de vacaciones por esos días, y Condoleezza demasiado ocupada divirtiéndose con las transcripciones de la computadora de Reyes para percatarse de lo que ocurre.
La invasión la realizara una república nueva llamada Vene-Cuba, -¿le habrá consultado a Raúl Castro?-, y él esté dispuesto a participar en la invasión. La brillantez del planteamiento se va de cuadrangular.
Una cosa como esta tenía necesariamente que hacerse bajo la impronta de otro chiflado, que como atributos adicionales suma ser un asesino siniestro, como el che Guevara. No faltaría más que perder el chance de hacer varios Vietnam.
carlosraulhernandez@gmail.com

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