Libertad!

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viernes, 20 de agosto de 2010

ANÁLISIS DE LA RISA DEL MINISTRO IZARRA

Enviado por Dr Felix Oletta L.
La risa del ministro delata sus miedos, la imposibilidad de poder dar una respuesta coherente ante tan abrumadora evidencia que delata la falsedad de su mundo.
Acudió deseperado a una autoaplicación de la "intención paradójica" inventada por los psicoanalistas que lo hizo huir y lo liberó momentáneamente del terror. Es la risita distímica que anticipa la decapitación del condenado, la inminencia de la crisis final que lo aterroriza. Es el miedo en grado superlativo que está detrás del telón hilarante con el que busca descalificar los rigurosos argumentos de la realidad presentados por el profesor Briceño León.
Una paradoja es "una declaración en apariencia verdadera que conlleva a una auto-contradicción lógica o a una situación que contradice el sentido común. En palabras simples, una paradoja es 'lo opuesto a lo que uno considera cierto'" (Wikipedia, 2004). La intención paradójica confronta nuestro sentido común ya que es un proceso mediante el cual el paciente es animado a hacer, o a desear que ocurra aquello que precisamente teme (Frankl, 1984). Se instruye al paciente a que intente reírse de su propio sufrimiento y de esta manera afronte el temor que le provoca la expectativa de fallar.

Por ejemplo, bajo este enfoque se le pide a la persona con insomnio hacer exactamente lo contrario a lo que intenta. El paciente de insomnio dice: "me acuesto y trato de quedarme dormido, pero por más que intento no lo logro" (www.talkaboutsleep.com). En la terapia, con la intención paradójica, se le dice a la persona: "acuéstese y trate lo más que pueda de mantenerse despierto". Por alguna razón, la atención invertida le permite dejar la batalla por dormir puesto que la orden le dice: manténgase despierto. Dejando de luchar, el sueño llega más rápido.

A decir de Frankl (1999), al aplicar la intención paradójica se moviliza también la capacidad exclusivamente humana del humor. "Cuando un paciente está abrumado por un problema del cual no tiene una visión clara, Frankl trata de exagerar cómicamente el problema a los ojos del paciente al grado que le parezca ridículo y cómico" (Michigan State University en http://web.msu.edu, 2004). Por ejemplo, un paciente que teme sudar en la presentación de un discurso es animado a que muestre a los presentes cuánto es realmente capaz de sudar, que moje de sudor a todo lo que se le arrime, que intente salpicar a todos los presentes, pero al intentarlo, relata Frankl, el sudor paradójicamente nunca llega, y lo más importante es que la angustia desaparece.
La misión de la intención paradójica es "amortiguar los miedos individuales de los pacientes" (Frankl, 1984: 130).

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