Libertad!
martes, 3 de agosto de 2010
Tu país esta feliz
Macky Arenas semana a semana...
Publicado el 02.08.2010 14:46
Por Macky Arenas
Tu país está feliz era el título de una obra que llenaba el teatro en los años setenta. Por supuesto que era crítica y bajo el nombre se ocultaba la ironía que laceraba más que la propia realidad.
Hoy se quedaría corta ante los 469 cadáveres que la violencia mandó a la morgue el fin de semana, ante la crisis sin antecedentes en las emergencias de los hospitales, ante las toneladas de alimentos putrefactos sin culpables, ante el silencio impuesto a 34 emisoras de radio y un canal de TV, ante la confiscación de la propiedad, ante la proliferación de presos políticos, ante la destrucción de PDVSA y ante la profanación de los restos del Libertador. Por sólo mencionar algunas de nuestras vicisitudes.
Es un hecho que el país está infeliz y se supone que un gobierno legítimo se instala y permanece para conseguir la mayor suma de felicidad a su pueblo. No hay felicidad. Hay quiebras, desempleo (la última cifra arroja una caída de 23% en diez años del número de empleadores), inflación sin control y exclusión por la vía de la dramática reducción de las oportunidades.
Hay corrupción en niveles inéditos en toda nuestra historia, un auténtico hamponato revestido de "socialismo del siglo XXI" que arrasa con vidas y haciendas y se ampara en la inercia que aporta a la dinámica gubernamental el empuje de todo aquello que funcionaba, heredado de la etapa democrática. No existe un sólo plan puesto en marcha por este régimen. No existe una sola iniciativa que haya perdurado, fuera del proyecto de caos. Se han beneficiado de lo que hecho en Venezuela hasta 1998. Hemos transitado 12 años de destrucción y desmontaje de lo recibido de la que despectivamente se ha llamado IV república. Lo malo es que la V no existe, son vapores de la fantasía revolucionaria que ya se disipan ante la incompetencia, la desidia y la desmedida ambición de poder.
El desmembramiento del tejido social y el evidente desmoronamiento institucional del país conduce necesariamente a un desenlace. Queramos o no, es así y no está exento de una confrontación entre lo que se impone y lo que el país anhela, que son realidades radicalmente distintas, impedidas de cohabitar por mucho tiempo.
Las reacciones del gobierno ante la inminente debacle da la clave de su errática conducta. Ni siquiera atinan a producir una agudización de las contradicciones dentro de la más pura doctrina marxista. Lo que agudizan es la crisis, los problemas, las carencias y la indignación. Porque no hay liderazgo, sino uno que lleva la voz cantante. Porque la anarquía no está en las calles sino en las filas oficialistas. Y porque no hay proyecto sino desesperados manotazos sobre los reales públicos...y privados. En definitiva, no hay "alma" que motiva, sólo rencor que desgasta.
Por esa misma razón y con la pretensión de exportar lo que ya nadie quiere comprar, la cara hacia afuera está también cuajada de contradicciones. UNASUR, pírrico escenario, sirvió sin embargo para mostrar la decadencia chavista en el continente. Ante la denuncia por amparar guerrilla, la alternativa es empujar la guerra contra Colombia. Mientras los cubanos, corridos en siete plazas, preparan su Plan B. El tema doméstico es más patético: ante la delincuencia desatada, obligatoriedad para los comerciantes de cambiar sus santamarías a un sospechoso costo; si el Metro se para, la culpa es de los medios y de la oposición; y si el miedo los ataca, encerrar y exiliar disidentes es la fórmula. Y si se trata de encuestas ingratas y ruidos incómodos, la Iglesia es el comodín.
Dicen que el régimen intenta navegar entre el miedo y la distracción, pero no sabemos si es mayor el que logra inocular en la oposición o el que hace estragos en su propio sistema nervioso. Pero hay algo que no tiene discusión: el país no está feliz. Es obvio que el régimen no está interesado. No obstante, más allá de la ceguera oficialista, es un asunto cuya gravedad no está en discusión.
Macky Arenas
Socióloga y periodista
mackyar@gmail.com
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