Libertad!

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jueves, 12 de agosto de 2010

Descocados

Pedro Llorens


08/08/2010

Banco de Venezuela, sucursal Sabana Grande (calle Pascual Navarro), viernes 30 de julio, 11:00 am, fin de quincena y de mes, cuatro taquillas en funcionamiento, salón de espera repleto, una funcionaria aparece y advierte que sólo se aceptarán depósitos porque no hay dinero para otras operaciones.

Alguno comenta en voz alta que la remesa demorada debió haber sido desviada a Cuba (risas, frases de respaldo y alguna grosería), aunque más sensato sería suponer que pudo haber sido desviada al colchón donde guarda sus reservas el Tío Rico Mc Pato de esta historieta de chiflados en la que se arruina el país más rico de América Latina y además debe cargar con la deuda más costosa del mundo, luego de superar a Grecia en las últimas semanas de junio.

Lo mismo ocurre con los clientes de cualquiera de las sucursales del Banco Industrial o del Bicentenario, los pacientes de las 69 residencias del IVSS (no hay dinero, no hay servicio), los que acuden a Cadivi para importar alimentos (poco se producen en el país desde que Pdvsa cría vacas y la Armada pollos) y medicinas o solicitan autorización para comprar por Internet o salir de viaje.

El último informe de la firma calificadora CMA coloca a Venezuela, lo que queda de ella, en el primer lugar entre las naciones con mayor peligro para los inversionistas, lo que llaman riesgo país, por encima de Grecia, de Pakistán, de Irak y del país de los Kirchner, a los que en lugar del himno debían tocarles Garufa por aquello de que "vos sos un caso perdido" (ambos lo son).

Al autócrata endógeno la última pataleta le dio por romper relaciones con Colombia, tratando de tapar el efecto de la denuncia lanzada a los cuatro vientos por Uribe sobre la simbiosis entre FARC, narcotráfico y chavismo de lo cual muy pocos dudan... por más que Chávez, en un arranque de cachicamo (le dice al morrocoy conchúo) tilde de loco al desde ayer ex presidente colombiano: "Debería consultar a un psiquiatra, porque está descocado, enfermo de odio". Luego de agotar las ofensas contra Juan Manuel Santos, siendo éste ministro y candidato, el autócrata empalagoso comienza a babear cada vez que lo nombra, convencido de un poder de seducción que no tiene para tratar de enmendar los desaguisados cometidos bajo el descocamiento (en su caso) diagnosticado por su amigo Edmundo Chirinos: delirio de grandeza, incontinencia verbal, fanfarronería e imposibilidad de tomar decisiones sin luego desdecirse.

Mientras, el país está como la múcura, en el suelo, y él no puede con ella, ¡Uh, Ah, Chávez sí se va!

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