Con cuantos países cuenta Almagro para la votación en la OEA?
La decisión política que significa activar la Carta Democrática Interamericana (CDI) contra Venezuela por parte de la OEA depende del voto de 24 de los 34 países miembros.
La determinación con que ayer Luis Almagro, secretario general del organismo hemisférico, convocó a una sesión urgente del Consejo Permanente, para “analizar si Venezuela ha sufrido una alteración del orden constitucional” podría sugerir que cuenta con los votos afirmativos para una eventual activación del mecanismo.
Un balance de las naciones que han manifestado públicamente su interés por una intervención política en la crisis venezolana indica que Almagro cuenta, al menos, con 12 votos seguros: Estados Unidos, Canadá, México, Brasil —dado el nuevo Gobierno interino que desplazó a Dilma Rousseff—, Costa Rica, Paraguay, Guyana, Honduras, Panamá, Guatemala, Belice y Argentina.
Un balance de las naciones que han manifestado públicamente su interés por una intervención política en la crisis venezolana indica que Almagro cuenta, al menos, con 12 votos seguros: Estados Unidos, Canadá, México, Brasil —dado el nuevo Gobierno interino que desplazó a Dilma Rousseff—, Costa Rica, Paraguay, Guyana, Honduras, Panamá, Guatemala, Belice y Argentina.
Esta última, a pesar de que ayer la canciller Susana Malcorra declaró a la AFP que la victoria de la oposición en la AN el pasado 6-D fue “reconocida” por el presidente Nicolás Maduro, lo que “elimina el uso de la cláusula democrática”. La ministra de Exteriores del presidente Mauricio Macri (derecha), expresó que ahora, la “realidad” en Venezuela “es muy compleja”, y la única fórmula es la del “diálogo” en el país.
Si consideramos los países aliados o afines a Venezuela, es seguro que Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Surinam y El Salvador votarían en contra de la activación de la Carta, así como muy probablemente ocurriría con los países del Caribe con los que el país mantiene estrechos lazos comerciales y energéticos (Antigua y Barbuda, Bahamas, Dominica Grenada, Haití, Jamaica, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Suriname, Trinidad y Tobago y Barbados).
Las incógnitas sobre los restantes 12 votos afirmativos necesarios para la aplicación de la Carta pesan, en principio, sobre los gobiernos de Uruguay —cuyo canciller solo se ha referido a Venezuela aludiendo a la necesidad de un referendo revocatorio, pero sin mencionar la CDI—; Colombia, país vecino que está en plenas conversaciones de paz con la guerrilla de las Farc y en las que Caracas ha sido pieza clave del acercamiento; y Chile, cuya presidenta Michelle Bachelet se ha caracterizado por su moderación con respecto a emitir consideraciones sobre las crisis de países latinamericanos.
Si consideramos los países aliados o afines a Venezuela, es seguro que Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Surinam y El Salvador votarían en contra de la activación de la Carta, así como muy probablemente ocurriría con los países del Caribe con los que el país mantiene estrechos lazos comerciales y energéticos (Antigua y Barbuda, Bahamas, Dominica Grenada, Haití, Jamaica, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Suriname, Trinidad y Tobago y Barbados).
Las incógnitas sobre los restantes 12 votos afirmativos necesarios para la aplicación de la Carta pesan, en principio, sobre los gobiernos de Uruguay —cuyo canciller solo se ha referido a Venezuela aludiendo a la necesidad de un referendo revocatorio, pero sin mencionar la CDI—; Colombia, país vecino que está en plenas conversaciones de paz con la guerrilla de las Farc y en las que Caracas ha sido pieza clave del acercamiento; y Chile, cuya presidenta Michelle Bachelet se ha caracterizado por su moderación con respecto a emitir consideraciones sobre las crisis de países latinamericanos.
La abstención podría ser la salida más elegante para estos países sortear una votación tan compleja e inédita, porque sería la primera vez que el organismo activara el mecanismo sin la solicitud de un país. Los “12 votos” clave también podrían surgir del Caribe, considerando el acercamiento que Washington ha hilado desde enero de 2015 con la región, al exhortarla a confiar más en las inversiones privadas y reducir su dependencia de Petrocaribe
Análisis Panorama
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