En Venezuela se ha apostado por mesías que vengan a salvar al país
Decía Rómulo Gallegos (por cierto hoy es aniversario del golpe militar que lo sacó del poder) que "tanto más se pertenece uno a sí mismo, cuanto más ponga su fe, su vida entera, puesta al servicio de un ideal colectivo". De eso se trata la política, de soñar juntos.
Un país donde cada quien se dedique a "lo suyo" sin pensar en los demás, termina como Venezuela: pobreza, impunidad y el pez grande se come al pez chiquito; la ley de la selva pues.
Por el contrario, un país donde la gente se une en la familia, en la comunidad, en la escuela y en la sociedad, es un país fuerte porque cada quien se da cuenta que "mi éxito depende que tú tengas éxito, mi crecimiento depende que tú crezcas".
De eso se trata la política del bien común. Lamentablemente en Venezuela hay quienes tienen una visión sifrina de la política: no les interesa los demás, sino les interesa el poder y la vanidad. No construir entre todos, sino ser un llanero solitario en busca de poder.
Muchos van a los medios de comunicación a decir que los venezolanos no creen en los partidos. Sin embargo la última encuesta de Consultores 21 demuestra lo contrario.
Resulta que 3 de cada 4 venezolanos se identifica con un partido político. Le gustan sus ideas, sus propuestas y sus líderes. Sólo el 24% de los venezolanos no se identifica con un partido político. Los venezolanos están en la búsqueda de un cambio: la encuesta lo refleja. El 55% de los venezolanos no se identifica con el camino con el que el Presidente está llevando a Venezuela.
Imagínate que tú despiertas un día decidido a cambiar la realidad injusta de nuestro país, ¿Qué harías a continuación? Yo por lo menos buscaría a otros amigos y amigas que tengan los mismos ideales y les pediría buscar otros amigos y otros y otros más, en todas partes.
Buscaría luego varias "propuestas" para que mucha gente voltee y nos mire y escuche y comience a soñar con nosotros y luego nos organizaríamos para conseguir el poder a través del voto de la gente. Este ejemplo que les cuento, no es otra cosa que un movimiento político. Es un camino que parece largo, pero al final es el más corto, seguro y duradero. En Venezuela, se ha apostado por mesías que vengan a salvar al país. lo peor que puede hacer un país es no aprender de su mala historia. Tenemos el reto del 2010, lo vamos a ganar.
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