Es más fácil despotricar y decir que son medidas punitivas, en vez de construir nuevas vías
¡Cómo cambia Caracas cada vez que hay un fin de semana largo, fiesta, feriado, conmemoración o afín! Y esto gracias a la paz vehicular que se siente al transitar por sus calles. Para la ciudad y para quienes nos quedamos en ella, poder recorrer las calles sin agotarnos y malhumorarnos frente a las inagotables colas, las infernales trancas y las desperdiciadas horas se ha vuelto un lujo escaso y un deseo casi platónico.
La solución a este problema no es súbita. Pasa por hacer grandes inversiones en infraestructura; pasa por descongestionar la ciudad incentivando el desarrollo de otras áreas del país; pasa por darle sentido real a la descentralización. Pero entretanto, deben generarse propuestas que inicien el camino hacia la resolución de este conflicto caraqueño. Estas primeras ideas ya han sido planteadas por los gobiernos locales, esos que en teoría y en un país donde la letra de la ley se cumpliera, son los que deben atender las necesidades más sentidas por los ciudadanos y donde estos últimos tienen una corresponsabilidad más directa.
Políticas como "pico y placa", el día de parada y otras pequeñas prácticas que contribuirían a aliviar el tráfico y hacernos la vida más fácil, enfrentaron raudos detractores en el (ineficiente) gobierno. Hay quienes les fascina mantener el caos. Para el gobierno nada es bueno si viene de los "apátridas", "traidores", "pitiyanquis" opositores. Es más fácil despotricar y decir que son medidas punitivas, en vez de ponerse a construir nuevas vías; es más sencillo encontrar sentencias en contra, que unirse en la generación de consensos que permitan crear ordenanzas coherentes que den muestra de una visión de ciudad.
El ministro Cabello, que como Gobernador nada hizo, se empecina en condenar una medida que puede aligerar el problema de muchos. Cómo se nota que para el ministro el tráfico fluye distinto. ivanstalin@gmail.com
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