Fernando Savater
Es para no creerse lo que aún sigue dando Dios que hablar. Ahora quizá podamos hablar con franqueza de los "autobuses ateos"*.
Reconozco que me cuesta no simpatizar con cualquier iniciativa que escandaliza al obispado, pero el eslogan que se está poniendo de moda envarios países ("Probablemente Dios no existe. Despreocúpate y disfruta de lavida") me parece de una ingenuidad teológica propiamente. .. anglosajona, al estilo por un lado de Richard Dawkins y por el opuesto del poco añorado George W. Bush.
Dos objeciones pueden hacerse a esa profesión motorizada de escepticismo.Para empezar, los creyentes veneran a Dios precisamente para aminorar su preocupación principal -la muerte- y así poder disfrutar mejor o peor de lavida, como intentamos los demás.
Hoy en día, aquellos a los que la religión les produce más sufrimiento que consuelo no tardan en abandonarla.
Segundo, decir que Dios "probablemente no existe" es decir demasiado o demasiado poco. Imaginemos que alguien nos pregunta si el Banco de Santander existe: como hay numerosas sedes de esa entidad, directivos y empleados,gente que le confía sus ahorros, cotiza en Bolsa y reparte jugosos dividendos, etcétera..., la única respuesta lógica y sensata es la afirmativa.
Pero si mi interlocutor me asegura que acaba de encontrarse con el Banco de Santander por la calle y le ha revelado fórmulas para escapar de la crisis,me negaré a creerle... porque el banco en cuestión no existe, es decir, no existe en el sentido que vale para los viandantes Barack Obama, la sierra de Gredos o los animales invertebrados.
Creo que lo mismo ocurre con Dios: en un sentido es imposible negar que existe, en otro es imposible afirmarlo. Lo que no entiendo es que el cardenal español Rouco considere una "ofensa a Dios" el lema cauteloso que se pone en los autobuses ingleses: podía haberlo considerado una coartada(Stendhal dijo que "la única excusa de Dios es que no existe") o unaconfirmación de su fe (el gran teólogo Bonhoeffer, asesinado por los nazis,aseguraba que "un Dios que es, no es").
No me gusta que a uno le llamen "ateo", "agnóstico" y otros calificativos religiosos: es como esos carnets de conducir para no conductores que hay enEstados Unidos, a fin de no privar a nadie de tan imprescindible documentode identidad.
Pero, si me resigno al mote, me parece imposible hacer compatible el ateísmo con el afán misionero: tiene cierto morbo pero es un afán incongruente, como una monja dedicada a bailar streap tease.
Otra cosa es que a un ateo le encanten los debates con creyentes, como a mi buen amigo Paolo Flores d'Arcais. Ya lleva muchos y su especialidad son los cardenales, que en Italia son como los cocineros en el País Vasco, pues están por todas partes y los hay de diversos tipos: desde el sutil y post-heideggeriano Angelo Scola (véase¿Dio? Ateismo della ragione e ragionidella fede, Editorial Marsilio) hasta el mismísimo Ratzinger antes de ascender al papado (¿Dios existe?, Editorial Espasa), más convencional.
Lo mejor de este último librito es la coda posterior de Paolo, Ateísmo y verdad, y aún más sabrosa su discusión con dos filósofos -Michel Onfray y Gianni Vattimo- en ¿Atei o credenti?, Fazi editore.
No creo que nadie pueda argumentar con mayor paciencia, aunque hasta él sepermite alguna broma: "las creencias religiosas son como el cubito desentido para el caldo de la existencia".
*Los "autobuses ateos" (que llevan la inscripción mencionada) se originaronen Londres. La iniciativa fue copiada en enero en Barcelona y ahora promete extenderse a Madrid, Valencia, Zaragoza, Sevilla y Bilbao.
Copyright Clarín y Fernando Savater, 2009.
http://www.clarin.com/suplementos/zona/2009/02/22/z-01863789.htm<http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/clarin/v8/notas/imprimir.jsp?pagi
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2 comentarios:
oye, de verdad no se que tienes en contra de las monjas que hacen strep tease, a mi en lo particular me encantan! un saludo =D
jajaja (Para empezar, los creyentes veneran a Dios precisamente para aminorar su preocupación principal -la muerte-) seguro que no se van a morir jajaja
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