En Paraguay los electores escogieron presidente a un Obispo que ahorcó los hábitos, y de una vida dedicada, más que a Dios, al sacrilegio y la concupiscencia, según sus propios credos. En Bolivia, un cocalero candoroso, habla de la “costumbre ancestral” de su etnia y se hace el sueco con los cientos de toneladas ancestrales que salen de Bolivia hacia el mercado mundial. En Nicaragua manda el comandante de la pederastia revolucionaria y el incesto.
El galán ecuatoriano niega sin ningún pudor lo que todos ven, tal como lo hace lo que más adora en este mundo, el que lo trastorna, Hugo Chávez. Carece del coraje necesario para asumir, tanto la veracidad del video de Jojoy, como su propia identidad. Un amigo gay decía que, en la época de la lucha por los derechos de las minorías, en los closet sólo viven bichitos. El Jorge Negrete de Honduras, -que violaba la constitución con la misma frecuencia que Ortega violaba a Zoilamérica su hijastra-, se pintaba el bigote, hacía estatuas de sí mismo y tenía en su gaveta tres millones y medio de dólares para comprar pan y cigarrillos, cómo aquél prócer bolivariano, Danilo Anderson.
En el trono, ya sabemos quién, cómo y por qué, el emperador de Sabaneta con su cetro petrolero.¿Quién merecería ser el Secretario General de tal album de barajitas? ¿Ante lo que ocurría en Honduras… se podía esperar una conducta de la OEA para preservar la democracia? Esa es obviamente una pregunta idiota.
Lo que quiere el ALBA, que tiene once votos, -que necesita Insulza para su reelección- es precisamente la liquidación de la “democracia representativa” o burguesa y proliferación revolucionaria, es decir, exactamente lo contrario de lo que se propone la Carta Democrática de la OEA. Si Zelaya estaba dando un golpe de Estado con la serpiente llamada “encuesta” y las instituciones respondieron con un contragolpe, Insulza se coloca del lado del golpe chavista.
La democracia en América Latina está acorralada por un proyecto sin escrúpulos y a la ofensiva, los EEUU lucen desconcertados y los demócratas, como siempre, con solidaridad asustadiza ante los jefes totalitarios, bajo chantaje del radicalismo y voltean para otro lado o actúan con peligrosa lentitud. De nuevo la democracia carece de dolientes. Betancourt y Lenin desde posiciones antagónicas, eran escépticos frente al “progresismo”. Aquél pensaba que no había mayor zanganería. El otro lo llamaba “la charca”.
Hasta ahora el único que manifiesta haber comprendido claramente la amenaza que vive América Latina, es Uribe. En medio del sitio chavista en Honduras, da a conocer video que inculpa a Correa. Luego anuncia la autorización de bases americanas en Colombia.
Los demás apenas comienzan a reaccionar gracias a los gritos y bofetones de Chávez
No hay comentarios:
Publicar un comentario