Rafael M. Estévez
No comprendo que un premio Nobel de la Paz y dos veces Presidente de Costa Rica como es el mandatario Oscar Arias, ha llegado a la inconcebible conclusión que hubo violencia en el caso del ex-Pdte. José Manuel Zelaya Rosales.
En mi humilde y sincera opinión, parece que el Pdte. Arias se basó en el uso de la violencia para restituir a Zelaya e ignoró el extenso prontuario que acumuló en pocos días del ex-Pdte. hondureño.
Si es así, entonces Arias no leyó las decisiones de la Corte Suprema de Honduras, mucho menos la de la Junta Electoral y la decisión unánime del Congreso de ese país que fueron también electos por el pueblo hondureño al igual que Zelaya.
Tampoco leyó, como la OEA, los periódicos y las noticias que se diseminaron día a día por los canales de TV en toda centroamérica en el que Zelaya acompañado de una turba trató de llevarse a la fuerza las urnas y boletas electorales traídas de Venezuela en aviones venezolanos, y que estaban en custodia por los militares y en las que no se disparó un solo tiro para repeler el ataque violento de los que deseaban pisotear la Constitución de Honduras.
¿Será que el sátrapa venezolano lo ha amenazado de organizar una guerrilla en Costa Rica si no favorece a Zelaya? Nadie sabe, pero su decisión de restituir a Zelaya bajo la premisa de que se usó la violencia no es aceptable y obviamente se parcializa porque el único que violó la Constitución de Honduras fue Zelaya quien también no solo quiso imponer a la fuerza una encuesta ilegal sino que por la violencia quiso llevarse los instrumentos para perpetuarse en el poder.
Su decisión no es la correcta y no es la más justa. Si Arias desea que el Congreso de Honduras viole propia Constitución, sentará un precedente en los anales jurídicos de ese país y entonces no habrá moral alguna para que el día de mañana si alguien desea, trate o llegue a violarla bajo el mismo pretexto se lo prohiban
La decisión de Oscar Arias es la misma que la de la OEA, violar la Constitución para restituir a una persona que violó impunemente la Constitución de Honduras.
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