Rafael Muci-Mendoza
El Vargas es de todos y sufre solitario su más grave responsabilidad ante la historia
Desde su inauguración, el 1º de enero de 1891, el Hospital Vargas de Caracas ha bregado contra sus detractores. El caso de González Guinand y su desafortunado comentario refiriéndose a su gran tamaño para la población de la Caracas de entonces: "de imposible mantenimiento por sus deformes proporciones". Siguió la migración de insignes catedráticos al flamante Hospital Universitario de Caracas en 1956 y su condena a ser transformado en asilo. Un grupo de eminentes decidieron quedarse en casa y defender la institución de la piqueta del progreso. Fue el germen para la creación de la Escuela de Medicina José María Vargas que inició actividades en noviembre de 1960. Centenares de buenos profesionales deambularon sus pasillos y egresaron de sus salas, pero quizás ya ni se acuerden de la deuda contraída. A despecho, luchando contra los males de la vejez y el olvido, ha continuado su carrera ejemplar...
1999, el deslave de Vargas, infeliz ocasión para introducir la ocupación médica cubana para quienes somos "el enemigo". Hemos sido relegados y nuestro prestigio atacado. Colegas, alumnos surgidos de su seno, mediando rédito político y bajas apetencias, se han vuelto contra él, la institución que bondadosa les brindó algún saber y posibilidad de experiencias que no aprovecharon. Son estos, hijos de mala madre, quienes apoyan el engaño de una remodelación que sólo es su sentencia de muerte y la de la Escuela Vargas. Malas artes aventaron fuera de su recinto savia elaborada joven: cirujanos, alumnos y pacientes. Sin embargo, por sus corredores deambulan espectros de nuestros ilustres antepasados pidiendo no rendirnos: Razetti, Rísquez, José Gregorio Hernández...
rafael@muci.com
http://www.eluniversal.com/2009/07/02/opi_art_salvemos-al-vargas.._1454868.shtml
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