Pompeyo Márquez
Domingo, 19 de julio de 2009
El lunes 13 de julio compareció Antonio Ledezma ante el país con el propósito de explicar la razón de su huelga de hambre y ratificar un mensaje de diálogo, de convivencia democrática, de respeto a la Constitución y de atención a los problemas de los sectores más desposeídos. Todo ello dentro del marco de sus atribuciones como Alcalde Metropolitano electo con cerca de 800 mil votos y asumiendo además a aquellos ciudadanos que no lo hicieran por él. En una palabra: un mensaje de inclusión, de paz y de rechazo a las violaciones que a diario se cometen contra la Constitución Nacional, la que fue esgrimida, al lado de la Carta Democrática y la Ley que crea la Alcaldía Metropolitana como normativa para agrupar no sólo a los caraqueños sino a todos los venezolanos y venezolanas.
Queremos destacar como se entroncan estas palabras con lo que viene elaborando la Mesa Democrática y cómo ellas están en la base de una propuesta al país de alternativa frente al proyecto totalitario al estilo cubano que Chávez adelanta.
La contraposición es evidente a la confrontación, a la descalificación y desconocimiento a la disidencia, en su lugar se enarbola una propuesta de paz, de convivencia democrática, de respeto a la opinión ajena, de verdadera aceptación de lo que es un país plural.
A las constantes violaciones a la Constitución Nacional respecto a sus postulados, a los derechos políticos, sociales y económicos. A la práctica estatizadora cumplir con el mandato de la Carta Magna que ordena la creación de una economía mixta. Al desprecio a las libertades sindicales, con claros fines dictatoriales, la aceptación del papel que le corresponde en la marcha del país a la acción libre de los sindicatos, a las organizaciones no gubernamentales.
Ledezma puso el dedo en la llaga. El irrespeto a la soberanía popular, a ese preciso artículo cinco de la CN que estipula que esta soberanía se ejerce a través del sufragio y por tanto la aceptación de sus resultados es condición fundamental para vivir en un marco legal y que el autócrata se coloca al margen de la CN cuando quiere implantar un modelo de vida diferente al que sirve de fundamento a la existencia de la República que es declarada democrática para siempre. Cuando el autócrata desmantela poderes regionales donde fue derrotado, cuando sustituye el ejercicio del sufragio por su DEDO autocrático se ubica contra el ordenamiento legal existente y rompe la armonía de los poderes públicos, desarticulando a la administración pública en perjuicio de las grandes mayorías.
A la desunión de la familia venezolana mediante la siembra del odio se le opone un mensaje de paz, que ponga fin a este desgaste que significa un país dividido, confrontado, sin reglas claras de juego, al borde de situaciones indeseables.
Está comprobado hasta la saciedad que un país dividido no está en capacidad de prosperar, de darles calidad de vida a sus habitantes.
Ledezma reafirmó el camino correcto asumido por la Mesa Democrática y demás factores democráticos: Unir al país para derrotar las políticas minoritarias del autócrata y abrirle, mediante la más amplia unidad y por una vía pacífica, la posibilidad de una reconstrucción de sus Instituciones, de su aparato productivo, de su alma nacional mediante la democracia, la libertad, la paz y la justicia social.
pmmillan1@yahoo.com
Domingo, 19 de julio de 2009
El lunes 13 de julio compareció Antonio Ledezma ante el país con el propósito de explicar la razón de su huelga de hambre y ratificar un mensaje de diálogo, de convivencia democrática, de respeto a la Constitución y de atención a los problemas de los sectores más desposeídos. Todo ello dentro del marco de sus atribuciones como Alcalde Metropolitano electo con cerca de 800 mil votos y asumiendo además a aquellos ciudadanos que no lo hicieran por él. En una palabra: un mensaje de inclusión, de paz y de rechazo a las violaciones que a diario se cometen contra la Constitución Nacional, la que fue esgrimida, al lado de la Carta Democrática y la Ley que crea la Alcaldía Metropolitana como normativa para agrupar no sólo a los caraqueños sino a todos los venezolanos y venezolanas.
Queremos destacar como se entroncan estas palabras con lo que viene elaborando la Mesa Democrática y cómo ellas están en la base de una propuesta al país de alternativa frente al proyecto totalitario al estilo cubano que Chávez adelanta.
La contraposición es evidente a la confrontación, a la descalificación y desconocimiento a la disidencia, en su lugar se enarbola una propuesta de paz, de convivencia democrática, de respeto a la opinión ajena, de verdadera aceptación de lo que es un país plural.
A las constantes violaciones a la Constitución Nacional respecto a sus postulados, a los derechos políticos, sociales y económicos. A la práctica estatizadora cumplir con el mandato de la Carta Magna que ordena la creación de una economía mixta. Al desprecio a las libertades sindicales, con claros fines dictatoriales, la aceptación del papel que le corresponde en la marcha del país a la acción libre de los sindicatos, a las organizaciones no gubernamentales.
Ledezma puso el dedo en la llaga. El irrespeto a la soberanía popular, a ese preciso artículo cinco de la CN que estipula que esta soberanía se ejerce a través del sufragio y por tanto la aceptación de sus resultados es condición fundamental para vivir en un marco legal y que el autócrata se coloca al margen de la CN cuando quiere implantar un modelo de vida diferente al que sirve de fundamento a la existencia de la República que es declarada democrática para siempre. Cuando el autócrata desmantela poderes regionales donde fue derrotado, cuando sustituye el ejercicio del sufragio por su DEDO autocrático se ubica contra el ordenamiento legal existente y rompe la armonía de los poderes públicos, desarticulando a la administración pública en perjuicio de las grandes mayorías.
A la desunión de la familia venezolana mediante la siembra del odio se le opone un mensaje de paz, que ponga fin a este desgaste que significa un país dividido, confrontado, sin reglas claras de juego, al borde de situaciones indeseables.
Está comprobado hasta la saciedad que un país dividido no está en capacidad de prosperar, de darles calidad de vida a sus habitantes.
Ledezma reafirmó el camino correcto asumido por la Mesa Democrática y demás factores democráticos: Unir al país para derrotar las políticas minoritarias del autócrata y abrirle, mediante la más amplia unidad y por una vía pacífica, la posibilidad de una reconstrucción de sus Instituciones, de su aparato productivo, de su alma nacional mediante la democracia, la libertad, la paz y la justicia social.
pmmillan1@yahoo.com
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