Libertad!

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miércoles, 13 de agosto de 2008

La importancia del Zulia el 23 de noviembre

Freddy Lepage
Nadie pone en duda el valor del Zulia, desde el punto de vista geopolítico, económico y social para el país. Amén de ser un estado fronterizo, la laboriosidad de su gente y la riqueza petrolera y agropecuaria, le asignan un lugar privilegiado en el escenario nacional. Su relevancia se agiganta ante la peligrosa emergencia, planteada por los decretos-leyes, dictados en nocturnidad, por el Presidente de la República, en le marco de la Ley Habilitante, aprobada por la dócil Asamblea Nacional. Es decir, se impone a lo Jalisco, por la vía de los hechos, el contenido perverso de la reforma constitucional chavista, rechazada (por medio de los votos) el pasado 2 de diciembre. Ante esta calamidad, la sociedad democrática está en la legítima obligación de activar al máximo todos los resortes que obstaculicen las arbitrarias tentativas totalitarias y hegemónicas del mandamás de Miraflores.
El proceso electoral del venidero 23 de noviembre, cobra una mayor jerarquía, ya que, no solamente se van a elegir los gobernadores, alcaldes y diputados a los consejos regionales. También está en juego el destino de nuestra democracia. De allí que, es menester, hacer todos los esfuerzos y sacrificios posibles a los efectos de lograr candidaturas unitarias en todo el país. Así debe ser digerido por los dirigentes y actores políticos de la oposición. Las ambiciones personales (legítimas o no) no pueden torpedear el objetivo deseado.
Vistas las cosas así, ganar la Gobernación del Zulia y la Alcaldía de Maracaibo, adquieren un sentido estratégico. Entonces, hay que ser realistas, quienes atenten contra la unidad en el Zulia, deben ser dejados a un lado. Allá ellos… Los políticos, suelen decir, a pie juntillas, que el pueblo no es tonto, ergo, nunca se equivoca. Pero, muchos actúan pensando que sí lo es. Sembrar la división en esta hora menguada de la patria venezolana, sea donde sea, merece el repudio y rechazo de quienes abrazamos la libertad como una forma de vida. Como bien lo señala Luis Miquilena, el país castigará a quien resulte responsable de la ruptura de la unidad. Este es un axioma que no amerita mayores discusiones.
Manuel Rosales, para la alcaldía de Maracaibo y Pablo Pérez, para la gobernación del Estado, son los depositarios del fervor popular. Así lo reseñan los sondeos de opinión serios realizados hasta la fecha. Apoyar candidaturas distintas, carentes de posibilidades ciertas de triunfo, significa, aun si quererlo, actuar a favor de Chávez. Ayudar a la consolidación de las aberrantes aspiraciones de quienes pretenden convertir a Venezuela en una patria de capones sin futuro, no tiene perdón de Dios. Debilitar políticamente a Manuel Rosales, así como a cualquier otra figura del liderazgo democrático, no tiene sentido alguno. Sería una torpeza de marca mayor. Un error imperdonable. Un salto al vacío… Chávez, haciendo, nuevamente, una lectura errada de la realidad, ha reiterado que las condiciones políticas y económicas para profundizar la revolución socialista (comunista), están dadas. “El 23 de noviembre -según el supremo comandante- arranca el nuevo período…”. ¿Hasta cuándo? Hasta el 2021, o más…. Claro, siempre y cuando los adversarios del régimen faciliten la tarea, haciendo lo que no se debe hacer: empeñarse en perder gobernaciones claves. Para buen entendedor, pocas palabras bastan… Por segunda vez, se presenta una oportunidad de oro. Los resultados electorales de noviembre definirán el camino hacia futuro. Nadie puede permanecer pasivo…
mailto:freddylepage@cantv.net
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