Montó una fenomenal maquinaria electoral con los fondos públicos y cientos de miles de funcionarios
CARACAS (ENVIADO ESPECIAL)
"No es No", se lee en los pocos carteles que la oposición venezolana ha podido colocar en las calles de Caracas. El doble No expresa que la reelección indefinida que Hugo Chávez quiere que se apruebe en el referéndum del domingo ya fue rechazada el 2 de diciembre de 2007. En otro anuncio, se ve cómo el mandatario venezolano, con la banda presidencial cubriéndole el pecho, envejece en forma gradual hasta quedar totalmente canoso junto a un calendario del año 2030.
Los carteles opositores son una gota en un océano dominado por la propaganda oficialista, que copa todos los espacios. La desventaja es monumental. Para eternizarse en el poder Chávez utiliza los recursos públicos sin el menor disimulo. Nadie le chista porque la llamada revolución bolivariana privatizó al Estado, se apoderó del presupuesto, doblegó a las instituciones y armó una maquinaria electoral con cientos de miles de funcionarios, unos con uniforme y otros con traje y corbata.
Si uno viajar por el metro de Caracas oye a todas horas la salsa por la enmienda, que invita a votar por el 'Sí'. La musiquilla también suena sin parar en oficinas públicas, en el tren de los Valles del Tuy y en toda dependencia oficial. Por doquier circulan coches oficiales con consignas a favor del "Sí" a la enmienda. Empleados públicos reparten el decálogo en pro de la reelección perpetua. "Chávez nos ama, y amor con amor se paga", reza una de ellas. Casi a diario, Chávez obliga a las emisoras de radio y televisión a conectar con el canal oficial para que todo el mundo se vea obligado a escucharle. Discursos que duran horas y horas, cortan la retransmisión de telenovelas de éxito y partidos de béisbol. El Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el Gobierno, ni osa levantar la voz. La participación de la presidenta del CNE en una cadena nacional de radio y televisión para atacar a la oposición, mostró que ni se guardan las formas.
Chávez sabe que disfruta de tal impunidad que ya no se molesta en recurrir a los comandos de campaña para desviar los fondos públicos. El dinero sale directamente de las arcas de los ministerios, de la petrolera PDVSA, de la nacionalizada compañía de teléfonos CANTV, etc. Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, señala que "el abuso del poder del Estado no se esconde; al contrario, parecen interesados en mostrarlo. Las cadenas nacionales con las que se inundó la precampaña, le dicen a la gente quien controla la comunicación por la fuerza. Los recursos públicos, volcados para soportar su propuesta, indican quién es el dueño del balón".
"Todo el gobierno viola la normativa electoral. Las instituciones del Estado y los funcionarios están volcados la campaña", comentó Andrés Stambouli, profesor de la Universidad Metropolitana. El analista Carlos Blanco subraya en el diario caraqueño "El Universal" que en el cuadrilátero están los boxeadores, pero "uno de ellos está amarrado a las cuerdas y magullado conjuntamente por el contendor, el referí, los jueces y el dueño de la carpa".
Chávez cierra, multa y persigue a los medios que no se le someten. Radio Caracas Televisión, el canal con mayor audiencia, ya fue clausurado en mayo de 2007. Con el dinero público, el Gobierno montó la mayor red de comunicaciones, radios (unas 300), periódicos subsidiados, cinco canales de televisión tan sólo en Caracas, que dedican las 24 horas al día a loar al líder. La oposición está vetada en las televisoras y radioemisoras del Estado. La desproporción de fuerzas es abismal. Los contrarios a la reelección sólo cuentan con una televisora de canal abierto y una de cable.
El diario "El Nacional" señala en un editorial que "la Constitución es letra muerta para la revolución". Agrega que Chávez "moviliza a centenares de guardianes civiles y militares, complica al Ejército en su campaña, y, se siente tan dueño del país que se da el lujo de amenazarnos con que estará en el poder hasta el año 2049".
Joaquim IBARZ
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