Por una década el presidente Chávez ha tejido un entramado institucional que le valga el poder absoluto. Al principio, abolió el Congreso, tomó el Ministerio Público, la Contraloría, la Defensoría del Pueblo y el Consejo Nacional Electoral. Pero fue con la toma del Tribunal Supremo de Justicia, después del referéndum revocatorio, que quebró plenamente el Estado de Derecho.
En efecto, el 20-05-2004 fue publicada la Ley Orgánica del TSJ, una venganza contra la institución que había dado muestras de independencia, en casos importantes como el de las "Firmas Planas", cuya ponencia correspondió al valiente ex magistrado Martini Urdaneta, abandonado políticamente por la oposición. Esta Ley permitió cambiar la relación de fuerzas del TSJ, subyugándolo al Poder Ejecutivo. Posteriormente, la oposición regaló la AN y, desde entonces, el poder público es rojo "de cabo a rabo".
¿A qué viene esto hoy? Simple:
(i) El Presidente ve amenazada su hegemonía porque podría perder las gobernaciones y alcaldías políticamente más relevantes y porque hay líderes de oposición que igualan su popularidad (en reciente encuesta de Seijas Leopoldo López aparece con popularidad nacional asombrosa);
(ii) el Presidente ordena al Contralor afincarse en inhabilitaciones políticas y;
(iii) el TSJ recibe instrucciones de preservar la "revolución" ratificando inhabilitaciones.
Esta es la cadena viciosa del poder público en Venezuela.
Ya hemos permitido la toma de los poderes ¿permitiremos ahora la toma de nuestros derechos? Esperamos que no. La oposición debe recordar que las encuestas reflejan que para ganar necesita a sus mejores candidatos, no bastan los segundos. ¿Regalaremos Caracas como se regaló la AN, sin pelearla? ¿Se abandonará a los inhabilitados como a Martini Urdaneta? ¿Hasta dónde el pragmatismo es capaz de ganar elecciones y, más importante aún, de construir democracia? Es hora de plantarse por el país, no sea que pase como con el TSJ, la AN, RCTV y todo lo demás: llorar después lo que no peleamos antes.
goicoechea.yon@gmail.com
Ya hemos permitido la toma de los poderes ¿permitiremos ahora la toma de nuestros derechos? Esperamos que no. La oposición debe recordar que las encuestas reflejan que para ganar necesita a sus mejores candidatos, no bastan los segundos. ¿Regalaremos Caracas como se regaló la AN, sin pelearla? ¿Se abandonará a los inhabilitados como a Martini Urdaneta? ¿Hasta dónde el pragmatismo es capaz de ganar elecciones y, más importante aún, de construir democracia? Es hora de plantarse por el país, no sea que pase como con el TSJ, la AN, RCTV y todo lo demás: llorar después lo que no peleamos antes.
goicoechea.yon@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario