Libertad!

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viernes, 20 de junio de 2008

Diego Bautista Urbaneja // Brújulas enredadas

El proyecto político del gobernante venezolano ha estado compuesto de tres elementos
Ya van siendo muchas las contramarchas de Chávez. Algo pasa. Los analistas políticos se han afanado en dar explicaciones de esos recientes virajes. Varias de ellas se ofrecen a primera vista: las elecciones de noviembre, la necesidad de recuperar el favor de las mayorías cada vez más remisas a su antiguo poder de convocatoria. También hay plausible explicaciones puntuales. Por ejemplo, una hipótesis muy poderosa es la que vincula el cambio de posición frente a las FARC con las computadoras de Raúl Reyes.
Sin quitar pertinencia a esas conjeturas, quisiera en estas líneas explorar otras posibilidades de explicación, que apuntan a detectar graves fisuras en lo que le había venido funcionando a Chávez como una brújula coherente. A los efectos de ese análisis, parto de la idea de que el proyecto político del gobernante venezolano ha estado compuesto de tres elementos. El primero, un proyecto de poder personal total, que pusiera en sus manos el control de la mayor cantidad posible de aspectos de la vida colectiva. El segundo, su permanencia a perpetuidad en el poder. El tercero, la realización de un proceso normalmente "revolucionario" de transformación social, que es lo que precisamente y supuestamente da sentido y requiere ese poder personal y perpetuo.Obnubilado Ese conjunto había venido funcionando como una guía efectiva. Parecía que los tres elementos se reforzaban y que lo que se avanzaba en uno ayudaba a avanzar en los otros. Obnubilado por esa aparente armonía, por los recursos económicos a su disposición, por una cantidad cada vez mayor de poder en sus manos, y por una popularidad que parecía no ceder, Chávez decidió compendiar esos tres objetivos, concentrarlos en una gran pelota, la propuesta de reforma constitucional sometida a referéndum el pasado dos de diciembre. Allí se le pasó la mano, y comenzaron a hacerse visibles las fisuras entre los tres elementos del proyecto. Esos componentes que iban marchando acompasadamente, empezaron a entrar en contradicción.
La inviabilidad del proyecto "revolucionario" y lo equivocado de sus orientaciones, se reflejaron en una gestión de Gobierno cada vez menos satisfactoria. Esto contaminó el atractivo de las propuestas que significaran un mayor poder en manos de Chávez. De manera que dos de los elementos del proyecto político empezaron a pistonear. Se le debía hacer cada vez más claro al barinés, sobre todo a partir de los resultados del referéndum, que no es prometiendo más revolución o pidiendo más poder para hacerla que Hugo Chávez iba a obtener la confianza que se le negó el dos de diciembre. Había sido precisamente por prometer y pedir eso que esa confianza le fue denegada.Perpetuidad en el poder Nos queda el segundo elemento, la perpetuidad en el poder, que también había sido incluido en el paquete del 2-D. En términos personales de Hugo Chávez, esa es la joya de la corona, por la cual estaría dispuesto a sacrificar los otro dos. De hecho, es en aras de él que Chávez ha detenido lo del currículo educativo, deja de lado a las FARC, deroga la Ley de Inteligencia, acepta sin chistar el estancamiento o el retroceso de su influencia regional... a ver si ablandando los aspectos más alarmantes que su proyecto "revolucionario" tiene para una sociedad democrática como la venezolana, logra colar el que más le importa a él, cual es el de su permanencia indefinida en el poder.
Porque ahora la situación es que el primer y el tercer elemento del proyecto conspiraban contra el segundo, el cual era el que, para Chávez, daba sentido a los otros dos: ¿para qué quiero un poder total si en el 2012 tengo que entregarlo y para qué quiero una revolución si no la voy a poder hacer yo, de cabo a rabo?
Pero, por otra parte, la única justificación posible para un poder perpetuo es que él sea necesario para poder hacer "la revolución", que solo será realizable si ese poder además de perpetuo es total. Si amainas en tu proyecto revolucionario y en tu proceso de concentración de poder, ¿para qué lo quieres a perpetuidad? Pero si no amainas, olvídate que te lo vamos a otorgar.
Podríamos multiplicar a voluntad ese tipo de preguntas que se remiten las unas a las otras. Todas vienen a indicar lo mismo: que los tres elementos han entrado en contradicción. Tal vez lo que está debajo de ese Chávez errático que hemos estado viendo sea ese desarreglo, ese desbarajuste, esa riña interna, entre los componentes centrales de su plan político, cuyas disputas hacen que las agujas de la brújula de Chávez parezcan enloquecer.
dburbaneja@gmail.com

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