Rafael Molina Morillo
Murió don Sentido Común. Hoy lloramos la muerte de un querido amigo, don Sentido Común, quien estuvo entre nosotros durante muchos años. Nadie sabe a ciencia cierta cuántos años tenía, puesto que los datos sobre su nacimiento hace mucho que se perdieron en los vericuetos de la burocracia. Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como que hay que trabajar para poder tener un techo propio sobre la cabeza, que se necesita leer todos los días un poco, y también por reconocer la validez de frases tales como "la vida no siempre es justa" y "talvez haya sido yo el culpable".
Don Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas (no gastes más de lo que ganas) y estrategias parentales confiables (los adultos están a cargo, no los niños).
Su salud comenzó a deteriorarse cuando los padres atacaron a los maestros, sólo por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron: disciplinar a sus ingobernables hijos.
Declinó aún más cuando las escuelas debieron requerir un permiso de los padres para administrar una aspirina, poner protector solar, o colocar una curita a un alumno. Aunque eso sí, no podían informar a los padres si una alumna estaba embarazada y quería abortar.
Don Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos se convirtieron en material risible, algunas iglesias en negocios, y los criminales empezaron a recibir mejor trato que sus víctimas. Para él fue un duro golpe que uno ya no pueda defenderse de un ladrón en su propia casa, pero que el ladrón pueda demandarnos por agresión; y que si un policía mata a un ladrón, incluso si éste estaba armado, sea inmediatamente investigado por exceso de defensa, cuando no acusado de gatillo fácil. La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres, Don Verdad y Doña Confianza; la de su esposa, la señora Discreción; la de su hija, la señorita Responsabilidad, y la de su hijo, el inteligente jovencito Raciocinio. Le sobreviven sus tres hermanastros: señores Conozco Mis Derechos, Otro Tiene la Culpa, y Soy Una Víctima de la Sociedad. No hubo mucha gente en su funeral, porque muy pocos se enteraron de que se había ido. Si aún lo recuerdas, divulga este mensaje entre toda la buena gente que lo conoció y valoró. En caso contrario, únete a la mayoría y no hagas nada...
Juan Pueblito y sus nueve hermanos están contigo Don Sentido Común ( a pesar de Tribilin y los desastre que está haciendo aquí en Venezuela)
Murió don Sentido Común. Hoy lloramos la muerte de un querido amigo, don Sentido Común, quien estuvo entre nosotros durante muchos años. Nadie sabe a ciencia cierta cuántos años tenía, puesto que los datos sobre su nacimiento hace mucho que se perdieron en los vericuetos de la burocracia. Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como que hay que trabajar para poder tener un techo propio sobre la cabeza, que se necesita leer todos los días un poco, y también por reconocer la validez de frases tales como "la vida no siempre es justa" y "talvez haya sido yo el culpable".
Don Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas (no gastes más de lo que ganas) y estrategias parentales confiables (los adultos están a cargo, no los niños).
Su salud comenzó a deteriorarse cuando los padres atacaron a los maestros, sólo por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron: disciplinar a sus ingobernables hijos.
Declinó aún más cuando las escuelas debieron requerir un permiso de los padres para administrar una aspirina, poner protector solar, o colocar una curita a un alumno. Aunque eso sí, no podían informar a los padres si una alumna estaba embarazada y quería abortar.
Don Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos se convirtieron en material risible, algunas iglesias en negocios, y los criminales empezaron a recibir mejor trato que sus víctimas. Para él fue un duro golpe que uno ya no pueda defenderse de un ladrón en su propia casa, pero que el ladrón pueda demandarnos por agresión; y que si un policía mata a un ladrón, incluso si éste estaba armado, sea inmediatamente investigado por exceso de defensa, cuando no acusado de gatillo fácil. La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres, Don Verdad y Doña Confianza; la de su esposa, la señora Discreción; la de su hija, la señorita Responsabilidad, y la de su hijo, el inteligente jovencito Raciocinio. Le sobreviven sus tres hermanastros: señores Conozco Mis Derechos, Otro Tiene la Culpa, y Soy Una Víctima de la Sociedad. No hubo mucha gente en su funeral, porque muy pocos se enteraron de que se había ido. Si aún lo recuerdas, divulga este mensaje entre toda la buena gente que lo conoció y valoró. En caso contrario, únete a la mayoría y no hagas nada...
Juan Pueblito y sus nueve hermanos están contigo Don Sentido Común ( a pesar de Tribilin y los desastre que está haciendo aquí en Venezuela)
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