Economista Jesús Alexis González
En el campo económico
encontramos una vasta literatura que aborda las causas que propician el
crecimiento económico, destacando entre otros temas los efectos macroeconómicos
y complementariedad del (1) gasto
público y de la expansión fiscal sobre
la demanda agregada y el dinamismo del aparato productivo nacional (oferta
agregada), en el entendido que debe asumirse como una estrategia de corto plazo ya que al tiempo puede generar déficit
fiscal hasta afectar negativamente las variables económicas y en especial las
reservas internacionales; así como la relación de la (2) inversión privada en capital físico y el aumento del bienestar al
inducir un incremento del ingreso y por tanto de la demanda a la luz del
mercado laboral. Por otro lado, es de marcada obviedad el impacto directo que
tiene el tipo de cambio sobre el
desenvolvimiento de la economía habida cuenta de su condicionamiento a la
inflación interna entre países, que en la práctica se traduce en una sobrevaluación que impulsa las
importaciones a la par de disminuir la oferta
futura de divisas ante el estrangulamiento de la producción interna en
respuesta a un “modelo” económico (caso
Venezuela) que confiere prelación al consumo y el comercio por encima de la inversión; para un
Gobierno que manejó (1999-2013) más de
$1 millón de millones (un 1 seguido de 12 ceros) para un promedio anual de $66.700 millones; lapso donde el precio
del crudo venezolano experimentó un incremento superior al 980% que en
mucho indujo impactos negativos como una inflación
acumulada del 2.850%, un crecimiento en la liquidez monetaria de 11.500%, siete devaluaciones, caída de
las reservas internacionales, gestión deficitaria del sector público en los
últimos 7 años (16,9% del PIB en 2013 y un estimado 2014 de 21% del PIB),
eliminación en 2005 del Fondo de
Estabilización Macroeconómica (FEM) que tenía carácter contraciclico (ahorrar para contrarrestar caídas del precio
petrolero) para dar paso al Fondo
Nacional para el Desarrollo Nacional (FONDEN) con objetivo preciclico (gastar sin control el
excedente en paralelo al presupuesto nacional) que a la fecha ha manejado más de $100.000 millones, caída de la
inversión extranjera directa (54% en 2014), debilitamiento sector manufacturero
nacional (trabaja actualmente al 49% de su capacidad instalada), aumento
desproporcionado en el control y
regulación de precios bajo la excusa de procurar equidad social favoreciendo al consumidor final en lugar de
orientar acciones para inducir una eficiencia
del mercado para elevar la producción en pro de garantizar a la población
el acceso a más y mejores bienes y servicios (distinto a distribuir poco entre muchos).Este conjunto de hechos
indeseables, nos llevó a estar ocupando
en América Latina el último lugar en
competitividad.
Inferimos, que en 2015 se inicia el final de la ficción que en
esencia implica un ejercicio de autocrítica
tanto del enfoque ideológico como de la política económica como un todo, en un
horizonte que va más allá de la caída del precio promedio de nuestro crudo por
un mediano plazo ($61,92/b al 5/12/14) hasta definir un concreto modelo
económico. Se hace imperiosa la adopción de medidas, que tengan como norte rescatar la confianza en el bolívar, las
cuales sin duda tendrán un “costo
político” que debe asumirse so pena que la avalancha social las imponga
anárquicamente. Ahora bien, ¿qué
visualizamos para la Venezuela económica 2015? Veamos: una ¡contracción de la economía! caracterizada
por un ciclo recesivo en el primer semestre; precio promedio de nuestro
petróleo de unos $75/b ante la presencia del petróleo esquisto (fracturación hidráulica de rocas); inflación superior al 110%; déficit fiscal de un 25% del PIB;
reducción de las importaciones (fundamentalmente privadas); dólar paralelo de
Bs 140 en promedio; crecimiento negativo del PIB de -3%; déficit de divisas por
encima de los $20.000 millones; deslizamiento del tipo de cambio Bs 6,30 hasta
unos Bs 13/$ (devaluación soterrada);
deterioro superior al 60% en la capacidad de compra; promedio ponderado del
tipo de cambio de unos BS 32/$ (que bien puede asumirse como cambio único); ampliación del desajuste
económico ante la ausencia de precios relativos;
expansión de la liquidez monetaria (emisión de dinero inorgánico); disminución
de la oferta de empleo; disminución del consumo; elevación de la pobreza; desabastecimiento
generalizado; magnificación de la escasez de alimentos y medicinas; manejo
mediático de un supuesto “éxito” del manejo gubernamental de la economía y del
“enfrentamiento” de una guerra económica; criminalización del sector privado de
la economía. En fin, observamos una
situación grave no solo para el presente sino para el futuro de la economía, de
la cual es complicado salir y la recuperación es lenta y difícil. Superando la sumisión, exigiendo nuestros derechos y cumpliendo los
deberes ¡¡lo lograremos!!.
Jagp611@gmail.com @jesusalexis2020 08/12/2014
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