Libertad!

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lunes, 28 de febrero de 2011

TRINO MÁRQUEZ |El sueño democrático

Los partidos políticos no se han estructurado y no son capaces de garantizar la transición
EL UNIVERSAL
lunes 28 de febrero de 2011 12:00 AM
Los defensores del multiculturalismo y el relativismo cultural deben de estar devanándose los sesos para explicar lo que ocurre en la región del Magreb y en el Medio Oriente, tras los acontecimientos de Túnez que terminaron derrocando al autócrata Ben Alí.
Durante décadas ellos han dicho que el bienestar, la libertad y la democracia, son valores propios de Occidente, imposibles de trasladar a otras sociedades acostumbradas a la pobreza y al autoritarismo. Ahora resulta que en todos los países en conflicto se han desatado poderosos movimientos sociales -al frente de los cuales se encuentran jóvenes y adultos de mediana edad- que reclaman derechos universales.
Son masas cercadas por la pobreza, excluidas de la posibilidad de mejorar su calidad de vida, y sometidas a la represión y la exclusión política. Esa gente enardecida demanda oportunidades de trabajo para no verse forzada a emigrar hacia cualquier país de Europa, y exige democracia y libertad. El programa democrático de esos movimientos aún no aparece claro y es probable que ni siquiera cristalice en el futuro inmediato.
En Túnez, Egipto, donde ya triunfaron los opositores, y en Yemen, Marruecos, Jordania y Libia, donde crece la protesta, nunca existió una sociedad civil fuerte y bien tramada, claramente separada del Estado y de la religión; tampoco hubo partidos políticos de alcance nacional que expresaran las aspiraciones de los ciudadanos, o medios de comunicación independientes con capacidad de juzgar la actuación de los gobiernos. El Estado de Derecho y la independencia de los poderes, propios de las repúblicas, también han brillado por su ausencia. Esas sociedades han vivido dominadas por el verticalismo y las autocracias en sus formas más ominosas.
En esas satrapías se ha mezclado el oscurantismo religioso con la ambición desmedida de poder de sus dictadores, quienes han organizado Estados policiales para reprimir y atemorizar a los ciudadanos. Son sociedades cerradas, en los términos de Popper. En estas condiciones no es posible que surja una cultura libertaria, ni se formen valores democráticos como los que prevalecen en Occidente.
En medio de tal precariedad, esos pueblos han tenido el arrojo de insubordinarse contra déspotas eternizados en el poder mediante la militarización y el terrorismo de Estado, para exigir mejoras económicas y sociales y cambios en el petrificado sistema político.
Queda claro que los ciudadanos del Medio Oriente y el Lejano Oriente no son extraterrestres, ni poseen otros cromosomas o genes distintos a los del resto de los humanos, sino que, así como todos los seres inteligentes, aspiran a disfrutar del bienestar que ofrece el mundo moderno y a la libertad de elegir y cambiar sus gobernantes cada cierto tiempo, tal como sucede en la mayor parte del planeta.
La conquista de otros derechos civiles y humanos, como la libertad de culto, de pensamiento, de expresión, de información o de asociación, la igualdad entre el hombre y la mujer, y otros valores establecidos en la legislación internacional, vendrán luego. Quizás se los propongan los sectores políticos más esclarecidos en el futuro cercano. Los pueblos que hoy luchan por su libertad y por la democracia en sus formas más incipientes, no tienen un panorama despejado. Su futuro luce incierto.
El asedio de los islamitas fanáticos es permanente. Representan un peligro permanente, a pesar de la relativa moderación de algunos y del giro hacia el centro de otros, como los Hermanos Musulmanes en Egipto. Estos grupos, de llegar al poder sin contrapesos firmes, podrían construir regímenes teocráticos parecidos al de Irán, lo cual antes que un avance hacia la democracia y la modernidad, significaría un retroceso para esas naciones agobiadas por problemas socioeconómicos, que requieren desarrollarse y demandan libertad.
La debilidad reside en que los partidos políticos y las organizaciones sociales no se han estructurado y no son capaces de garantizar la transición hacia un nuevo orden más libre. El liderazgo civil aún no parece suficientemente fuerte, mientras los militares conforman el sector más firme y organizado, soporte del poder de los tiranos durante décadas.
A pesar de este horizonte tan comprometido, no caben dudas de que esos pueblos se hastiaron de los autócratas, de sus desvaríos faraonescos, de su incompetencia, de su corrupción. Por estas tierras tropicales podría ocurrir algo similar en diciembre de 2012. Aquí también estamos hastiados. cedice@cedice.org.ve @cedice

Ucevistas se sumarán a huelga por universidades


Diego Scharifker teme que diálogo con ministra sea "saludo a la bandera"

Los huelguistas cumplieron ayer cinco días sin ingerir alimentos para reclamar mejoras presupuestarias (ENIO PERDOMO)
REYES THEIS EL UNIVERSAL
lunes 28 de febrero de 2011 12:00 AM
Los cinco estudiantes de la Universidad de los Andes (ULA) que permanecen en huelga de hambre en defensa de mejoras presupuestarias para su casa de estudios, próximamente tendrán la compañía de estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Diego Scharifker, secretario general de la Federación de Centros Universitarios de la UCV visitó ayer los huelguistas que se encuentran frente ala sedel Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Caracas, allí anunció las próximas acciones de la comunidad universitaria. "Compañeros de nuestra casa de estudios estarán uniéndose a esta huelga, además vamos a llevar un documento a distintas instancias: al PNUD, a la Vicepresidencia, ministerio de Educación Universitaria, Defensoría del Pueblo y Fiscalía, para que se den cuenta que sí vamos a defender nuestras universidades", declaró Recordó que los huelguistas exigen aumento en la becas, en el presupuesto para el comedor universitario, aumento en los recursos para el transporte, entre otros aspectos. Añadió Scharifker que los manifestantes "se ven en la obligación deponer en riesgo su salud porque no hay un Gobierno que los escuche de manera honesta para resolver los problemas". Dijo que aunque la ministra de Educación Universitaria, Yadira Córdova, estuvo en la UCV el miércoles pasado para dialogar con las autoridades universitarias "tenemos miedo que esto sea un saludo a la bandera, que la ministra vaya a conversar pero sin solucionar ningún problema". "No es posible que los obreros y profesores siguen con las deficiencias en sus salarios", cuestionó el dirigente estudiantil y aseveró que "El Gobierno le sigue dando la espalda al pueblo y a las universidades venezolanas". Cinco días Los huelguistas de la ULA cumplieron ayer cinco días sin ingerir alimentos. César Rojas, estudiante de Historia del Arte de esa casa de estudios, reiteró sus exigencias. "Las becas la ULA son de 200 bolívares, pero en las universidades que administra el Gobierno como la Bolivariana, las becas llegan hasta 800 y 1.000 bolívares. Eso es bastante injusto y demuestra que para el Gobierno hay estudiantes de primera y de segunda", aseveró. Explicó además que el servicio médico es bastante precario, la farmacia no funciona, los sueldos de los profesores y empleados y obreros son muy bajos y hay graves deficiencias en la infraestructura de la Universidad y en la dotación de la biblioteca. El jueves pasado las autoridades rectorales de la ULA, junto a una representación de estudiantes, obreros y docentes, sostuvieron una reunión con una comisión del ministerio para la Educación Universitaria y la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU). Luego del encuentro se acordó la activación de mesas técnicas que traten los puntos planteados en la reunión por los representantes de la Universidad y la visita mañana de una comisión del Ministerio a esa casa de estudios, para continuar las reuniones con los obreros, estudiantes y autoridades universitarias y estudiar soluciones viables al conflicto. rtheis@eluniversal.com

domingo, 27 de febrero de 2011

Muerte a los libros! ¡abajo la cultura!

Antonio Sánchez García
El cierre de la libreria Lectura nos conmueve a todos. Anticipa la catástrofe que se cierne sobre la industria editorial y el comercio del libro

A Luis Penzini
Se le atribuye a Joseph Goebbels, el todopoderoso espaldero intelectual de Adolfo Hitler, haber expresado públicamente que cuando escuchaba la palabra “cultura” agarraba instintivamente la cacha de su pistola.
Pocos sospechan siquiera que Goebbels, un hombre enteco y contrahecho, cojo por haber sufrido en su infancia de una parálisis infantil, de no más de un metro cincuenta y cinco de estatura, imponente voz de barítono, agitador profesional y tan liviano como un jockey – pesaba 45 kilos – había sido un marxista fanático, un comunista convencido, hasta que cayó en las redes berlinesas de Gregor Strasser, un marxista bávaro de la primera hora, derivando al nacionalsocialismo y convirtiéndose luego de caer en brazos del cabo austríaco en el segundo hombre en importancia detrás del Führer.
Que la palabra cultura y el deseo de acabar de un pistoletazo con artistas e intelectuales se hayan asociado para siempre con dictadores, caudillos y autócratas es lógico. Desde que el emperador chino Qin Shi Huang ordenara la quema de todos los libros existentes en China y el enterramiento vivo de muchos intelectuales que se negaron a obedecer la monstruosa orden, en el año 212 antes de Cristo, hasta la estricta prohibición de la libre circulación de todas aquellas obras que quebranten el absolutismo del castro comunismo en Cuba, el odio a los libros y al saber ha sido una constante universal de los tiranos.
Como hasta un colegial lo sabe, filosofía significa amor al saber. Y su máxima potencia, la Aletheia griega, significa desvelamiento. De allí el vertebral e inevitable compromiso de la cultura con la verdad, tan profundamente emparentada con la belleza, que todos aquellos regímenes totalitarios montados sobre gigantescos castillos de falacias, fraudes, engaños y medias verdades no puedan menos que tener una profunda desconfianza por quienes piensan y crean con pensamiento y voz propios. Toda vez que la verdad y la belleza viven de la denuncia de la falsedad y la injusticia de la realidad que nos oprime y aspiren a la superación del engaño de las máscaras reinantes mediante la reivindicación de la verdad y el imperio de la justicia.
De allí también que tras del odio a la verdad, al pensamiento, a los intelectuales y a los artistas esté el odio a los libros, el máximo vehículo de la cultura desde tiempos inmemoriales, puestos al alcance de la mano por el maravilloso invento de la imprenta.
¿Cómo olvidar la gigantesca hoguera ordenada por Hitler y Goebbels, hecho ominoso acaecido en la Plaza Bebel de Berlín, el 10 de mayo de 1933? ¿Cómo olvidar la desesperada búsqueda de libros condenados por la Inquisición, hecho repetido hasta el cansancio bajo todos los regímenes dictatoriales y que muchos de nosotros viviéramos en la primera fila de los perseguidos por las tiranías militares de los años setenta y ochenta?
Llevo meses buscando libros que he visto reseñados en las secciones de libros de El País, de España, de Excelsior, de México, de Clarín y la Nación, de Buenos Aires, de La Tercera, de Santiago de Chile. Hubiera querido encontrar El Hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura. Tuve que pedirlo a un amigo que volvía de los Estados Unidos. Recorro sistemáticamente las librerías de Caracas, en donde me llevo dos inmensas sorpresas: no hay novedades, y las pocas que logran sortear el campo minado de CADIVI, del SENIAT, del Banco Central cuestan fortunas inalcanzables para un estudiante universitario o un modesto profesional. Los precios son estremecedores.
En estos días se me vino el alma al suelo al encontrar cerrada la librería que llevaba visitando semana a semana desde hace más de treinta años, y en donde tuve la dicha de conocer personalmente a Jorge Luis Borges, a Vargas Llosa, a Gabriel García Márquez y a tantos y tantos grandes escritores e intelectuales de España y América Latina. Conversar con Walter Rodríguez, un emigrado uruguayo compañero de los naufragios de las dictaduras sureñas, uno de los más informados, cultos y cordiales libreros profesionales de la Venezuela democrática, constituía un bálsamo en estos tiempos de tinieblas.
El culpable del cierre de la librería LECTURA no es otro que el teniente coronel que nos desgobierna. Y los fantoches que fungen de ministros de la cultura y a quienes un libro, cualquier libro que no haya sido escrito por Marx, Engels o el Ché Guevara y no contenga una égloga a las glorias del ágrafo cuartelero que nos sume en el oscuro corazón de nuestras tinieblas no vale la pena de ser producido o importado. De allí la declaración de guerra a muerte al libro y a la cultura que vehiculizan. Nadie más reacio al engaño y el sometimiento que una persona culta y educada. Nada más difícil de convertir en fanático adorador de un analfabeta cuartelero que un hombre culto.
El cierre de Lectura nos conmueve a todos. Anticipa la catástrofe que se cierne sobre la industria editorial y el comercio del libro.
sanchezgarciacaracas@gmail.com

sábado, 26 de febrero de 2011

PERO TE AMA CON TODO SU SER

Autor: Argimiro Torres*

To Be or not To Be
That is the Question!
Eso lo dijo Hamlet
Príncipe de Dinamarca
En una obra de Shakeaspeare
Sin embargo, There is exemption!
Ya que según Gabo…
“Sólo porque alguien no te ame
como tú quieres, no significa
que no te ame con todo su Ser”
To Be or not To Be
That is the Question!
But, there is exemption!
In Questions, de amar y querer

Existen muchos pareceres
Yo te amo, tú me quieres
¡Que vaina con las mujeres!
Tú me amas, yo te quiero
¡Eso no es de caballero!
O como el negro Tacho
El hijo de Bernabé
¡Vaya, usted a saber por qué¡
Se fue con la nietecita,
De la comai Juana María
Que según, no la quería.
“¡Y tan feo que es Er Diablo!
No le gusta trabajar”
En las fiestas de San Pablo
Era todo haraganear

Pero volviendo a la cosa
Que según Hamlet, That is the Question!
Si yo te pido una cosa
En tu amor de Ser, Is´t Exemption?
¡Que vaina de suceder!
Si me amas con todo tu ser
No son con todas las cosas,
¡Y si yo quiero placer!...
Y aquellos que con muchas mozas,
Se ceban en su querer…
¿Cuantos seres hay que ser?
¿Y qué quereres querer?
¿Con cuántos amores ser?
¡Dios Mío y los Seres Rosas...!
Mejor dejarlo hasta ahí…
¡Tiene espinas el cují!
And the Question es de locas
Yo lo haría como Sinatra
Que en eso no era Buey
Y en su canción My Way
Lo hacía a su manera.
¡Se iba a las primeras!

Pero volviendo al principio
¡Qué lo haya dicho ese tipo…!
¡Que vaina ésta de Gabo!
¿Lo diría ese carajo?
Entonces, ¿Qué ser para hacer?
¡Si amándome con todo tu ser
No me quieres dar el placer
de hacer lo que quiero hacer
y asi amarte con todo mi ser!

To be or not To be
That is the question
But, There is excemption!

*Médico poeta

jueves, 24 de febrero de 2011

Alberto Barrera Tyszka: 2012

Cada vez que leo o escucho a alguien agitando la certeza de que en 2012 la oposición ya tiene ganadas las elecciones, me asalta de pronto un susto particular. Es un escalofrío casi ontológico, una suerte de estornudo en el ánimo, un frío en la fe. No puedo evitarlo. Soy optimista por naturaleza, sin argumentos, de manera irracional, pero aun así, cualquier triunfalismo siempre me produce desconfianza.

Hay quienes parecen estar empeñados en distribuir la certeza de que el presidente Chávez ya está derrotado. Hablan como si ya tuvieran los resultados en la mano, como si lo único que faltara de aquí a las elecciones de 2012 fuera el tiempo. Como si nuestra principal tarea fuera, simplemente, esperar.

Desde su perspectiva, el trabajo político ya está hecho. O peor: suponen que el trabajo político de la oposición lo debe hacer el Gobierno. Creen que la ineficiencia de la gestión y el desgaste natural de los años en el poder garantizan, desde ya, la derrota oficial en las próximas elecciones.

Es la manera más cómoda de aspirar al poder: aguardando.

La caída de la popularidad de Chávez es su principal agenda política. El país sólo es una sala de espera.

Se trata, nuevamente, de confiar en una solución mágica y veloz de la historia. Ya no es el golpe de la Fuerza Armada Nacional. Ya no la intervención milagrosa de alguna potencia extranjera o de alguna organización internacional. Ahora la salida mesiánica la tiene el propio poder: hay que apostarle a su derrumbe.

Sospecho que esta ilusión se alimenta, además, con la idea de que estos doce años son un espejismo que puede deshacerse con sólo tronar los dedos. Que este tiempo no nos pertenece en realidad. Que es una historia de otros, un fenómeno que nos han impuesto y que podemos desvanecer fácilmente. Respira ahí una versión del país estrecha, que sigue gravitando en 1998, que todavía no ha entendido que esto que pasa es, también, esto que somos.

Una de las grandes ventajas que han favorecido, desde 1992 hasta ahora, la ambición y los planes militaristas de Hugo Chávez es, precisamente, la subestimación que hacia él han cultivado, de manera constante, casi todos sus adversarios. Le conviene. Casi podría pensarse que la promueve. Su estilo parece reforzar, a cada rato, la percepción de que es un simple chapucero con suerte, un Bucaram con canciones de Quilapyun en su repertorio. Un improvisado que siempre puede estar a punto de caer.

Pero la historia parece empeñada en demostrar lo contrario.

Ha tenido un éxito contundente en el control y en el sometimiento de la sociedad venezolana. De manera muy eficaz ha destruido lo que había y está imponiendo su proyecto. Chávez tiene una escandalosa capacidad de reinventarse. Cuenta con mucho poder y pocos escrúpulos. Es una combinación explosiva.

De aquí a 2012 estará en ese permanente estado de combustión. Y ya tiene a su favor el miedo. Actúa sabiendo que está en peligro, que se encuentra obligado a ganar.

Del otro lado, el triunfalismo es una gran tentación. Es mucho más fácil, y más agradable, repartirse la sexta república que dividirse las tareas para derrotar a Chávez. Suele el futuro ser más seductor que el presente. Todavía no está hecho.

Basta con asomarse al debate de las precandidaturas para entender que la democracia es una dinámica exigente, que la pluralidad cuesta trabajo, implica participar en un proceso duro, complicado, incluso doloroso. Es mucho más fácil y simple berrear en coro: “¡Ordene, comandante, ordene!” que intentar un intercambio de ideas con Manuel Rosales, o que sentarse a debatir sobre los tiempos y las edades de la historia con Eduardo Fernández o con Oswaldo Álvarez Paz. Aceptar que cualquiera tiene un legítimo derecho de aspirar y de ejercer el poder es también una ardua faena. La democracia requiere paciencia.

Francisco Suniaga, esta semana, ha destacado la importancia de decidir lo antes posible el candidato único que deberá enfrentar al Gobierno en 2012. Más allá de las razones de la MUD, Suniaga señala un elemento crucial: no se trata simplemente de una decisión electoral. Nos enfrentamos, también, a la elección del nuevo líder de la oposición. Es cierto. Y creo que no retrasar ese proceso es una buena manera de fraguarnos desde la dificultad, desde la complejidad que somos. Ni la crisis económica, ni la ineptitud oficial ni la corrupción harán el trabajo político que debe hacer el candidato, el nuevo líder, que represente y sume a los venezolanos que queremos un cambio.

El sueño de 2012 no se ha cumplido. No existe. A esta altura, creerse ganador casi es un camino directo a la derrota. Aquí nadie ha ganado nada. Aquí todavía necesitamos sobrevivir

domingo, 20 de febrero de 2011

Crisis en el mundo árabe. Paso a paso, manual para el fin de una dictadura

Moises Naim

WASHINGTON.- ¿Por qué Egipto y no Marruecos? ¿Por qué en China sigue mandando el Partido Comunista pero se hundió la Unión Soviética? ¿Por qué Fidel Castro ha sobrevivido en el poder y Augusto Pinochet no?

En fin, ¿qué determina que algunas dictaduras sean depuestas y otras se perpetúen? Las razones son tan variadas como la naturaleza misma de estos regímenes. Hay dictaduras que son totalitarias y brutalmente represivas. Otras son "dictablandas" que intentan hacerse pasar por democracias: organizan elecciones que nunca pierden, toleran una oposición anémica y permiten periódicos "libres" que pocos leen. Muchas necesitan del sostén de potencias extranjeras.

Arabia Saudita depende de Estados Unidos; Belarús, de Rusia, y Corea del Norte, de China. Y, claro está, la historia, la cultura y la religión fortalecen ciertas monarquías despóticas. Aunque cuando un pueblo se harta y sale a la calle dispuesto a morir por la libertad -y el ejército no lo masacra- no hay cultura, historia, religión ni potencia extranjera que salve a un déspota. Pero ¿qué hace que esto ocurra?

Los militares son siempre el actor determinante. Todas las tiranías dependen de ellos.

• El cambio. Los cambios económicos, sociales o internacionales pueden disparar procesos "matadictaduras". Los autócratas no conviven bien con las reformas. Incluso los gobiernos revolucionarios que inicialmente promueven grandes transformaciones terminan manejando mal los cambios.

En la Unión Soviética, la liberalización económica, que comenzó siendo gradual, escaló hasta desbordar al régimen. El sha de Irán pagó las consecuencias de una modernización que resultó demasiado acelerada para su pueblo. En contraste, en la China de hoy un súbito freno a su veloz crecimiento económico es la principal amenaza al régimen.

• La vejez. Los gobiernos también envejecen. Ver y oír a Hosni Mubarak pronunciando discursos totalmente desconectados de lo que estaba pasando en las calles es el más reciente ejemplo de una dictadura aislada de su pueblo y del mundo, lenta en reaccionar y que, a pesar de sus costosos servicios de inteligencia, estaba patéticamente mal informada. Hay dictaduras que fallecen por "viejas", no sólo debido a la avanzada edad o a la muerte de sus líderes, sino por la esclerosis de sus vetustas estructuras de gobierno.

• La pelea por el botín. A veces la caída de un régimen se produce por peleas entre las elites en el poder y no entre el pueblo y su gobierno. Las dictaduras habitan en un ecosistema de privilegios, alianzas y codependencias con los más variados actores: los militares, líderes regionales, grupos económicos y políticos, medios de comunicación, líderes religiosos, aliados extranjeros, etcétera. A veces este delicado equilibrio de poderes se rompe, lo que desencadena enfrentamientos que pueden llevar al fin del régimen. Algo de esto pasó recientemente en Túnez.

• Errores mortales. Las autocracias pocas veces pagan altos precios por sus equivocaciones. Esto, en combinación con la propensión de los dictadores a rodearse de ayudantes que temen criticarlos o expresar desacuerdos, crea un ambiente donde los errores son frecuentes. Y alguno puede llegar a acabar con el régimen. Saddam Hussein es un buen ejemplo de esto. O el general Leopoldo Galtieri, que en 1982 decidió que era una buena idea invadir las islas Malvinas.

• El contagio. La democratización de Portugal y la de España vinieron muy juntas. También la de los países del Cono Sur de América. Y la de Europa central. Ahora, después de Túnez, vino Egipto. No hay duda de que la muerte de una tiranía irradia esperanzas en otros países gobernados por dictadores y sirve de ejemplo y estímulo para quienes se oponen al régimen. La libertad es contagiosa.

• La información. Un pueblo mejor informado de los abusos y la corrupción de sus autoridades, enterado de cómo se vive y se gobierna en otros países y que, además, se puede conectar y coordinar fácilmente con otras personas que, en su misma ciudad o en el otro lado del mundo, piensan igual, es un pueblo peligroso para una dictadura. Está claro que las tecnologías que informan y conectan a la población son un nuevo dolor de cabeza para los autócratas.

Esta lista no es exhaustiva y además siempre hay más de uno de estos factores en juego. También es cierto que estos elementos a veces no bastan y hay dictaduras que, a pesar de todo lo anterior, sobreviven. Pero siempre el actor determinante -y poco predecible- son los militares. Todas las tiranías dependen de ellos. A veces los militares están exclusivamente al servicio del tirano. En otros casos, cambian de parecer y deciden defender a su patria y no al régimen. Al final, lo único que cuenta es si los militares están dispuestos a disparar contra sus compatriotas. Cuando se niegan a hacerlo, nace la libertad.


GANDHI: Whenever I despair, I remember that the way of truth and love has always won. There may be tyrants and murderers, and for a time, they may seem invincible, but in the end, they always fail. Think of it: always.

Artículo 19: Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión. - Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en París.

-¿Tarjeta única para la Presidencia o para todos los cargos?

-Para la Presidencia de la República es apropiada la tarjeta única. Así como fui fuerte defensor de las tarjetas partidistas para el 26S, en este momento creo que conviene la tarjeta única, sobre todo cuando aún no sabemos quién será el candidato y podemos dilucidar el asunto detrás de un velo de ignorancia. Si vamos a la elección presidencial de 2012 con las tarjetas de los partidos y, como muy probablemente será, el candidato seleccionado pertenezca a un partido, esta organización podría salir, en término de votos, desproporcionadamente favorecida. Creo que debe estar en el interés de todos ponernos de acuerdo en una tarjeta única, y te lo estoy diciendo como miembro de un partido que soy. Si eso lo dejamos para decidirlo después de escoger al candidato, se podría desequilibrar todo el panorama político de las fuerzas democráticas. También creo que hay que atender a las expectativas de la opinión pública, así como el electorado nos premió el trabajo que hizo la MUD a pesar de que no todas las aspiraciones se atendieron, bueno, vamos a atender esa aspiración y la gente lo va a apreciar como un gesto de madurez.

Tomado de la excelente entrevista a Diego Bautista Urbaneja en El Nacional el 14 de Febrero del 2011

Ramón Hernández / Sin miedo

Los peores augurios se han cumplido casi en su totalidad, pero todavía quedan ilusos que niegan que vivamos en dictadura, aunque desde el primer día mantiene suspendida la principal garantía: el derecho a la vida. Las muertes violentas pasaron de 4.550 en 1998 a 13.980 en 2010, según las estadísticas oficiales.

En un fin de semana en Caracas o Valencia mueren más personas que en Irak, sin que haya atentados suicidas o emboscadas de "insurgentes", como las agencias internacionales de noticias llaman los ataques terroristas. Los flancos de la seguridad personal y de la aplicación de justicia han sido los más endebles del proceso, que ya sin complejos se reconoce como la imposición del mismo leninismoestalinismo que la nomenklatura soviética instauró en Cuba.

La historia se repite. Quieren convertirnos en mendigos o que emigremos, que es la manera de que la riqueza petrolera sea repartida entre menos. Hasta ahora, la inseguridad ha sido la vía más expedita, sea mediante el acta de defunción o el boleto aéreo, de bajar la población. La cárcel, los gulags y los campos de exterminio se reservan para opositores intransigentes y ciudadanos desafortunados, pero sólo transitoriamente. Despierte, esta no es una revolución humanista como repetían hace algunos años. Habiéndose declarados marxistas, no se indignan ante la injusticia, como dicen que les enseñó el Che, sino que avalan la prisión perpetua en sitios y condiciones infrahumanas: impiden tomar el sol, niegan hasta el agua y descartan la atención médica; vulgares torturas, no penas adicionales contrarias al Derecho.

El funcionariado insiste en que en el socialismo todos somos iguales, pero, ay, mi madre, ya empiezan a hablar de "blanquitos" con el desprecio con que el Iluminado Espinoza descogotaba a los que supieran leer y escribir en esa carnicería que fue la Guerra Federal, oligarcas temblad. El desprecio por la vida prima en la consigna que se repite en los recintos castrenses y en los actos oficiales. La intención es mantener a la población con las rodillas en la tierra, suplicando paz y pan, como le gustaba tanto al general Juan Vicente Gómez.

Indoblegables, un grupo de muchachos se mantienen en huelga de hambre para exigir que la letra de la Constitución se cumpla y sean restituidos los derechos humanos. Apelan al sacrificio definitivo, como antes lo hizo Franklin Brito, cuya muerte es la auténtica verruga del régimen. La otra es maquillaje, barro, excrecencias.

Cerrado para protestar.

viernes, 18 de febrero de 2011

SI EL MAESTRO ABREU DIJERA...

Alicia Freilich
Que su obra nació en democracia plena y durante los sucesivos gobiernos de la Venezuela libre recibió no sólo el respaldo material que en aquellos momentos económicos podían otorgarle, sino que conjuntamente le entregaron respeto, solidaridad moral y afectiva, independencia de criterio para gerenciar sin la intervención estatal que exigiera su presencia para avalar eventos locales o internacionales frente a figuras ofensivas y degradantes del quehacer político mundial. Verdades necesarias para que el público internacional comprenda que fue ese país del subsidio inteligente para el desarrollo sociocultural, la cuna de este maravilloso Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles.

Y si lo dijera cuando le otorgan un merecidísimo premio internacional que avala su gestión y el enorme talento musical venezolano, otro sería el cantar. Porque entonces, si este régimen le quita o disminuye el sustento monetario que lo sostiene, muestra su auténtica naturaleza totalitaria y esta institución afamada y aclamada, formaría parte de la urgente reserva moral juvenil necesaria para resucitar a esta tierra amordazada y en ruinas. La educación es un todo que integra cuerpo, mente y espíritu. Un artista diestro con mentalidad sumisa deviene en esclavo, castrado, sin espiritualidad. Los soldaditos nazis tomaron leche materna escuchando a Mozart, Beethoven y, con devota pasión, a Wagner.

Si lo dijera y le quitaran el edificio recién inaugurado para colocar refugiados.una sede tan importante como la desmantelada Cancillería, y el maestro J. A. Abreu pasara de Director a maltratado conserje, al estilo comunista, como lo registra El gran concierto, filme en cartelera, quedaría claro y sellado el verdadero propósito de la educación musical: formar ciudadanos libres para la libertad. Y no es redundancia.

Ver su imagen sonreída, complaciente, con el brillante y manipulado Dudamel, en fotografía y cadena oficial de propaganda, junto al repetido violador de la Constitución Nacional, ese que día a día humilla a sus adversarios, destruye el sustrato y la maquinaria cultural construida paso y se sirve de esta magnífica obra para acreditar su dictadura, hiere profundamente la dignidad del venezolano que necesita modelos de integridad total para refundar lo que llaman patria. Y patria es concepto limpio, frontal, a tiempo, entre otras virtudes pedagógicas.

EL QUE TENGA ENTENDIMIENTO QUE DISCURRA...

Langostas en La Romana

Argimiro Torres*

Que vaina la parejita
La mano que le pasó
¡Se Enchavó su fiestecita...
... ¡Si Señor!!

En un Resort Paradisíaco
Por los lados de Punta Cana
Como cosa de elegíaco
Sucedió allá en La Romana

LLegaron los invitados
A ese geográfico cabo
Pero vinieron malhados y
Enfermáronse del rabo

Por comer unas langostas
Que vinieron cerca de ahi
Desde un paraje de Haití
Terminaron en imposta

Comieron de seguidilla
Manjares del mar caribe
En superficie de ese mar
Habían manchas amarillas

Regia fiesta glamorosa
Sin duda fue ese trajín
No llegó a ser hermosa
Por esa bacteria ruín

Tan atrevida comida
Tuvo principio y final
No duró toda la vida
Aún comer ese animal

Con glamour de gran candor
Luego de igual despedida
Vino esa bestial pesadilla
Cólera en tiempos de amor

¡Y si casás en Punta Cana
En la República Dominicana
Aunque te mueras de ganas
Cuida... comer langostas en
La Romana!

*Médico poeta

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jueves, 17 de febrero de 2011

Insulza: OEA carece de herramientas para investigar quejas sobre Venezuela


Por ANTONIO MARIA DELGADO

adelgado@elnuevoherald.com

Pese a las crecientes expectativas que se recaen sobre ella, la Organización de Estados Americanos (OEA) carece de las herramientas necesarias para corroborar muchas de las quejas de que en Venezuela se está desmantelando la democracia, dijo el secretario General del organismo multilateral, José Miguel Insulza.

El secretario general dijo a El Nuevo Herald en una entrevista que percibe señales preocupantes en el país petrolero, pero explicó que la falta de mecanismos dentro de la Carta Democrática Interamericana para verificar su cumplimiento y el respeto a las normas de no injerencia en asuntos internos de los Estados miembros limitan el campo de acción de la OEA.

Como resultado, el organismo no está en condiciones de verificar algunas de las principales acusaciones planteadas por la oposición venezolana de que el presidente Hugo Chávez controla todos los poderes del país.

"Yo he planteado la posibilidad de que así como tenemos para los temas de la corrupción, como tenemos para los temas de los derechos humanos, como tenemos para los tema de la droga, el tener un mecanismo verificador de este ramo muy esencial de la carta democrática'', dijo Insulza al ser consultado sobre quejas de que en Venezuela no hay independencia de poderes.

"Pero no tenemos esas mediciones'', advirtió. "Yo puedo tener mi opinión [...], pero no me atrevería tener una opinión oficial, si no tenemos un mecanismo de medición, un mecanismo de verificación''.

Insulza, quien fue reelecto en 2010 para un segundo y último período en la secretaría General de la organización, dijo que esta es una de varias carencias de la Carta Democrática Interamericana, documento que declara el compromiso de la región con este tipo de sistema de gobierno.

Otra de ellas es que el campo de acción contemplado en el documento parece estar más diseñado para prevenir golpes de estado que para contener los excesos que pueden ser cometidos desde el poder.

"Si usted lee la Carta Democrática Interamericana, en el capitulo referente a la acción, cuando se rompe la democracia, siempre da la impresión de que el caso que nos estamos poniendo es que los gobiernos sean derrocados'', comentó Insulza.

"[Pero] también es una grave violación del orden constitucional una censura de prensa completa [...] también es una grave violación del orden constitucional [...] un fraude masivo de las elecciones y la disolución de un poder del Estado'', añadió.

El documento, que amenaza con el aislamiento diplomático al país suscriptor que viole sus preceptos, ha sido invocado repetidas veces por líderes de la oposición venezolana quienes acusan al presidente Hugo Chávez de desmantelar el sistema democrático del país petrolero.

Insulza recibió en enero a un grupo de parlamentarios de la oposición venezolana, quienes le presentaron una lista de violaciones constitucionales que estarían siendo cometidas por el gobierno de Chávez, tras aprobar aceleradamente un paquete de leyes diseñadas para cambiar la arquitectura política del país.

Asimismo, los parlamentarios acusaron a Chávez de asumir atribuciones dictatoriales cuando la Asamblea Anterior, que operaba bajo su total control, le transfirió el poder de legislar por cuenta por 18 meses.

¿Quién gana las primarias?

¿Quién gana las primarias?
EUGENIO G. MARTÍNEZ | EL UNIVERSAL
jueves 17 de febrero de 2011 12:12 PM
Al día de hoy existen más dudas que certezas sobre los comicios de base para escoger al candidato presidencial de oposición. Como resulta obvio, la duda principal es cuándo se realizarán, y quién las puede ganar. Sin embargo, el proceso es mucho más complejo y no se limita a las interrogantes iniciales.

Supongamos que se concreta la tesis de realizar primarias presidenciales entre el 15 de septiembre y 20 de octubre de este año, y que éstas sean organizadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Aun así, hay varios temas que deben definirse antes de convocar al proceso. En este punto no se debe olvidar que hay fechas que favorecen a algunos presidenciales y perjudican a otros.

La cantidad de "presidenciales" es el primer tema a debatir. Si se presentan a elecciones de base los teóricos 10 aspirantes a presidente que existen a la fecha, podría existir la posibilidad que el "seleccionado" resulte ganador con menos de 50% de los votos. Al día de hoy dicen que acudirán a votar a unas eventuales primarias 58% de los electores inscritos. ¿Cómo se resuelve este tema? La lógica indicaría que debe convocarse a una segunda vuelta. Sin embargo, no existe consenso político (ni recursos) para incluir esta posibilidad. Se podría optar por cambiar la "cultura política" del venezolano y permitirle que tenga múltiples votos en las primarías (Voluntad Popular experimentará con esta modalidad de voto múltiple en sus elecciones internas), sin embargo parece complicado poder explicarle a todos los potenciales electores la metodología del voto múltiple.

Vistos estos escenarios la oposición debe aceptar que, probablemente, su candidato presidencial no será avalado inicialmente por la mayoría del antichavismo que acuda a votar, por lo que sería interesante insistir en la importancia del método de escogencia y no en la cantidad de personas que votaron por un determinado candidato.

Otra de las dudas que se debe precisar es cómo se presentarán los candidatos en la pantalla táctil de las máquinas de votación (suponiendo que sean automatizadas) ¿Se colocará solo la foto y el nombre del candidato? ¿Se colocarán los logos de los partidos políticos que apoyan a cada candidato?

No se debe olvidar que la decisión que se tome beneficiará a algunos y perjudicará a otros. También debe aclararse el rol que jugará el aspirante que quede -por darle un calificativo- de segundo. ¿Asumiría el rol de candidato presidencial en caso que el primero sea inhabilitado o no levante en las encuestas? ¿Irá en fórmula con el ganador de las primarias?

Por supuesto, no se puede obviar el tema de los inhabilitados y posibles inhabilitados. ¿A cuáles acuerdos se llegará con ellos? Adicionalmente se debe aclarar cómo se escogerán los aspirantes a gobernadores, consejos legislativos de los estados, alcaldes y concejales. ¿Todos por consenso?, ¿por encuestas?, ¿por primarias?, ¿antes o después de las primarias para Presidente? ¿Los funcionarios de elección popular en ejercicio deberán separarse de sus cargos para optar a participar en las primarias, o se les permitirá reeditar el ejemplo de ventajismo del Presidente de la República?

En estas líneas no valoraré, aún, el tema de la tarjeta única. Hasta el momento esa consideración dependerá mucho del candidato que sea seleccionado en primarias.

Fecha, fórmula de postulación, método de votación y estructura del tarjetón condicionarán los resultados de las elecciones de base. Sin considerar estas variables pasamos entonces a enumerar los resultados de la última encuesta del Ivad (Instituto Venezolano de Análisis de Datos) con relación al tema.

Con fecha de campo entre el 23 y 30 de enero, 1.200 entrevistas en hogares, error muestral entre 1,03% y 2,37% y nivel de confianza de 90%, el IVAD asegura que 71,5% de los venezolanos prefieren que la oposición seleccione a su candidato presidencial a través de elecciones primarias.

Al valorar la persona que le gustaría que quedara seleccionada en las primarias (en pregunta cerrada) Antonio Ledezma obtiene 3,8%, Manuel Rosales 8,1%, Leopoldo López 7,8%. Henrique Capriles Radonsky 16,5%, César Pérez Vivas 1,4%, María Corina Machado 4,8%, Henri Falcón 7,9%, Henrique Salas Feo 3,3%, Pablo Pérez 8,2% y 39,1% dice que "No sabe o No contesta".

Como siempre se aclara al hablar de estudios de opinión pública, se debe reiterar que las encuestas no predicen el futuro, sólo constituyen la fotografía de un momento específico. Los anteriores números representan la fotografía de la carrera presidencial de la oposición al 30 de enero de 2011.

emartinez@movistar.ve.blackberry.com/
En Twitter: @puzkas

miércoles, 16 de febrero de 2011

Día de los enamorados: Lo cursi, lo ridículo y lo esdrújulo, por Willy Mckey

Aunque la cursilería tiene múltiples maneras de manifestarse, el poema de amor es uno de esos elementos que siempre está peligrosamente cerca. ¿Pero cómo marcar tan subjetiva diferencia? Acá un lector de poesía hace el intento.

Por Willy McKey | 14 de Febrero, 2011

“Todas as cartas de amor são / Ridículas. /
Não seriam cartas de amor se não fossem /
Ridículas”.
Álvaro de Campos.

El 14 de febrero es el día de San Cirilo y San Metodio, patronos de Europa. Pero, siendo honestos, la vida de un par de filólogos no tiene suficiente potencial para instalarse en nuestra fe, llena de apetito local y tan dada a apariciones inverosímiles de la Virgen o santos martirizados. La anécdota de dos hermanos religiosos que envejecen, luego de inventar el alfabeto glagolítico para poder predicar en la lengua de su búlgara madre y que hoy son venerados en la antigua Checoslovaquia no tiene suficiente gancho. Esas flaquezas narrativas en la biografía de Cirilo y Metodio han ayudado a que en nuestro hemisferio calce mejor la otra festividad de este día: la de San Valentín mártir. Se trata de un personaje que ni Albertico Limonta: un joven y apuesto sacerdote —¡y además médico!— con profunda vocación de alcahuete que empezó a unir en matrimonio a los soldados con sus enamoradas, cuando en la Roma de Claudio II aquello estaba prohibido (así el ejército podía dedicarse de lleno a conquistar parcelas).

Por eso, a diferencia de Kafka y el resto los checos, acá el 14 de febrero celebramos San Valentín, colapsando centros nocturnos, tascas, bares y hoteles de alta rotación, pero también agotando cuanta existencia de bombones y peluches se nos atraviesa. ¿Cómo no se iba a instalar de maravilla San Valentín dentro de la imaginería de un continente que inventó el chocolate, las telenovelas y el bolero?

¡Verso al agua! (S.O.S.). Aunque lo que puede entenderse como “cursi” siempre está pendiendo de gustos personales, se pueden hallar con pinzas algunos acuerdos generales. Por ejemplo, al hacer algunas preguntas a gente cercana, buscando un primer insumo para estos apuntes, “lo cursi” estuvo estrechamente relacionado con la música y la imagen materna. Roberto Carlos, Juan Gabriel, José José, Camilo Sesto… todas las primeras referencias que hicieron los consultados estuvieron vinculadas con la música preferida por sus madres. Si a esto le aplicamos Freud básico, lo cursi es un modus operandi (eficaz o no) que los hombres aprendemos desde pequeños para acercarnos a lo femenino. Ellas son las autoras intelectuales del crimen y nosotros los sicarios.

Permítanme el exceso de usar la primera persona del singular: mi experiencia del tocadiscos materno incluye —entre otros protagonistas— a Alberto Cortez uno más de los cantantes de pecho hirsuto que oían en casa durante la limpieza sabatina (y el cómplice de lo que puede considerarse el concierto más cursi del mundo, mano a mano con Facundo Cabral, el cursi místico). Hace poco llegó a mí un link que conducía al “poema” “Dime qué tiras al agua” (si es insulinodependiente, no haga click), un texto perpetrado por Alberto Cortez y recitado en plan Pimpinela, pero además dispuesto en el navegador como en uno de esos tarjetones que se hacían, décadas atrás, para homenajear por escrito a las quinceañeras. Sometí el texto a una prueba domestica: se lo mandé a mi mamá. En minutos, ella musitó lo que un poeta ortodoxo odiaría escuchar sobre cualquiera de sus textos: “¡Ay, qué bonito!”.

“Si no saben volar / pierden el tiempo conmigo”. Al arrancar estos apuntes, dos elementos me asistieron como primeras guías para hablar de un tema tan escurridizo: el poema de Fernando Pessoa que sirve de epígrafe y algo dicho por Luis Miguel Isava en una mesa redonda: “Benedetti es el poeta preferido de quienes no leen poesía”. El axioma sobre el escritor uruguayo no palideció cuando, en otro sondeo informal hecho acerca de quiénes eran los poetas más cursis, Mario Benedetti le ganó a Jaime Sabines con varios cuerpos de distancia en la categoría internacional, mientras que por Venezuela la cosa siempre orbitó la poesía de los ochenta. Sin embargo, cada poeta sugerido por alguno encontraba un defensor en otro. Eso dejó claro algo ya supuesto: indagábamos regiones auténticamente subjetivas.

A mí Benedetti me parece cursi… muy cursi. Durante esa fase intensa que parecía ser requisito indispensable para cualquiera de mis contemporáneos, dos cosas igual de desmedidas operaban simultáneamente: el odio a Paulo Coelho y la idolatría por la película El lado oscuro del corazón (1992). Esa capacidad de enmarañar cinematográficamente los poemas de Oliverio Girondo con los de Mario Benedetti (este último actuando as himself y recitando en alemán) hacía de la película una cantera de referentes empalagosos pero eficaces: un poeta lograba cambiar poemas por bifes de chorizo a la vez que vivía con sus amigos dentro de un apartamento cuya puerta era una vagina. ¿Para qué comentar la imborrable y misógina media cama que daba al vacío? Los poemas que recitaba e incluso repetía eran maravillas que ponían en jaque la frivolidad de cuanto nos rodeaba. Aquel protagonista se convirtió en un héroe de nuestra adolescencia… o, visto ahora, por nuestra adolescencia. Pero eso sólo me atrevo a afirmarlo ahora, en esta segura trinchera de la distancia.

“Los amorosos callan”. Pero hagamos un voto de confianza: los nombres de poetas que fueron enriqueciendo esta lista han sido víctimas de cierta sobreexposición. Incluso, puede que hayan terminado siendo poetas conocidos, mas no leídos. Jaime Sabines, por ejemplo, llenaba teatros en recitales cuyos asistentes aplaudían el primer verso como se aplauden a una banda de rock los primeros acordes: jamás le hubieran perdonado un texto inédito que resultara en una ruptura de su estilo, inalterado durante décadas. Ni hablar de Pablo Neruda, ese inconstante candidato a la presidencia chilena que tenía una pléyade de recitadores de oficio repitiéndole sus versos (y no precisamente la “Oda a Stalin”). Ya lo dijo Guillermo Sucre en una entrevista: “Con el tiempo, uno va viendo a Neruda despojándolo de sí mismo, de eso que está, por ejemplo, en el libro Confieso que he vivido que, a veces, choca mucho ¿verdad?”. No seré yo quien lo defienda, pero hace poco, en una conferencia en el Celarg, un directivo e investigador presentó a uno de sus catedráticos más importantes citando al poeta chileno… y fue incapaz de mencionarlo sin hablar de Il postino (1994). Casi les podría afirmar que los presentes en la sala, quienes aplaudían conmovidos, creían que Pablo Neruda no era Neftalí Reyes sino Philippe Noiret.

De esta manera, un cursi puede engañarnos al travestirse gracias a sus mediadores… pero unos mediadores mal dispuestos pueden “cursilizar” a cualquiera. Son voces que encuentran lugar en el mismo universo que la hechicería, pues desde tiempos remotos el poema y el conjuro funcionan casi igual. ¿Su pareja ya no confía en usted?, ¡use Mario Benedetti! ¿El compañero de trabajo que le gusta casi no habla?, ¡“Me gusta cuando callas…” no falla! ¿Su marido le reclama la rutina?, mándele el link a “Te quiero a las diez de la mañana”, que Sabines sabe su cosa. ¿Al chico que le gusta lo impresiona la cultura?, ¡nada tan útil como una antología de poemas de amor! Y es que cuando se unen la poesía y la cursilería suele ser porque alguien trama algo: el cartero de Neruda conquista a su Beatrice con textos ajenos y el carnicero de Oliverio usa esos poemas pagados con proteína animal para quedar como un romántico. No es otra cosa que Cirano de Bergerac: la poesía escondida y eficaz, aunque lo único que se pretenda sea su efecto, no su calidad… en el amor siempre hay algo de engatusamiento.

“Vuelta a la Patria”. Para quienes creen que en el patio local la batuta de la cursilería la llevan los más conspicuos poetas de los ochenta, creo que deben acercarse a la contemporaneidad de plumas como las de Isaías Rodríguez o Domingo Maza Zavala para luego repensar su voto. O, si prefieren distanciarse un poco de las obras, visiten los versos de nuestros parnasianos de los años cuarenta, quienes le hicieron la guerra al grupo Viernes a punta de endecasílabo edulcorado, ¡o leer nuestro siglo XIX! En cuanto a ornato innecesario para lo amoroso, esto debería considerarse patrimonio universal.

Autores que ya han sido revisados con mayor detenimiento por críticos como Jorge Romero León, Paulette Silva y Vilma Vargas podrían servir de muestra. José Antonio Maitín, por ejemplo, es una joya florida de tristezas inabordables, pero quizás sean las recargadas descripciones de Pérez Bonalde las que más alumbren: “Caracas allí está; vedla tendida/a las faldas del Ávila empinado,/ Odalisca rendida/a los pies del Sultán enamorado”. Estos versos pueden llevarnos a la otra región de la cursilería: el fetiche del terruño, en lugar de la persona amada.

Ya en ultramar, es preciso dar informe de poetas que fueron ídolos de nuestros paisanos decimonónicos (somos lo que admiramos). Gustavo Adolfo Bécquer, por ejemplo, soltaba aquello de: “Podrá nublarse el sol eternamente/ Podrá secarse en un instante el mar/Podrá romperse el eje de la tierra/ Como un débil cristal // ¡todo sucederá! Podrá la muerte / Cubrirme con su fúnebre crespón; /Pero jamás en mí podrá apagarse / La llama de tu amor”. Esto, seamos honestos, convierte cualquier poema amoroso de los poetas nacionales en un parlamento de Charles Bronson. La diferencia entre Bécquer y los ya mencionados es, de nuevo, una distancia (geográfica e histórica) que todo lo redime. A lo mejor, con el tiempo, resulta que Benedetti termina siendo algo parecido a un romántico, sólo que con candombe y bigote en lugar de Círculo de Jena. Haría falta distanciarse un poco.

**********

En defensa de lo cursi, dudo que los grandes maestros de la poesía hayan resultado tan útiles al ciudadano común como los de esta lista. Aunque muchos de los Poemas humanos (1938) pueden conmover hasta las lágrimas, no creo que un poema de César Vallejo le sirva a mi vecino para excusar una infidelidad; aunque alguno de los textos de Amante (1983) puedan servir para enamorar a una dama culta, dudo que “Fracaso” de Rafael Cadenas le explique a mi primo lo que pasó en la Serie del Caribe.

Es cierto: la idea del poema útil frivoliza el uso de la palabra, pero ya a estas alturas hablamos de poetas que se conectan con otra cosa. Incluso, es seguro que estos poetas cursis están más cerca de la canción popular que de Trilce (1922). El asunto es que siempre se nos ha dicho que la poesía no sirve para nada, pero existe toda una imaginería de lo cursi capaz de hacernos creer que a través de ella, mágicamente, podemos conseguir el perdón, el amor o por lo menos una noche entretenida… e incluso bifes de chorizo o una Coca-Cola.


“Contigo en la distancia”. “Se necesitan malos poetas”, reza la cuña de Coca-Cola escrita por el argentino Fogwill. El mal poeta hace falta, e incluso forma parte de nuestra educación sentimental. En los hogares venezolanos un tomo rojo con letras doradas que dicen Repertorio poético de Luis Edgardo Ramírez es la prueba mayor de que muchos poemas que, leídos con la teoría literaria en la mano, no son joyas literarias pueden devenir en piezas eficaces… aunque no sea como poemas.

Si lo cursi, en efecto, tiene que ver con cierta impostura y algo de fraude, saber eso sólo sirve para descubrirle los excesos al poeta cuando raya en lo ridículo. Pero si ese texto llega a tener lectores que consiguen algo que los conmueve en sus imágenes preciosistas —y en muchas ocasiones nauseabundas, o demasiado evidentes, o torpes en la construcción de imágenes, o sencillamente anacrónicas—, puede que el poeta cursi termine contando con la aprobación popular hasta convertirse en otra cosa. El Andrés Eloy Blanco de Baedecker 2000 (1935) no es el mismo de “El limonero del señor”: funcionan distinto, operan en diferentes registros. Pero hagamos un alto: no hay que confundir lo cursi con lo popular ni justificar lo malo con mamparas como “es una poesía que va al grano”. Usar de comodín la frase (cursi, muy cursi) de Il postino —“la poesía no es de quien la escribe, sino de quien la necesita”— algunas veces puede resultar un salvavidas y en otras un ancla.

Si bien el Repertorio poético de Luis Edgardo Ramírez no es un canon literario, ha permitido construir arquetipos como ese tío que rasguña el cuatro mientras un primito recita “Justo Brito y Juan Tabares / dos hombres de pelo en pecho / como no pare otra madre”; o la abuela que recuerda los versos del seminarista de los ojos negros; o la hija mayor recitando “Maternidad” cada segundo domingo de mayo.

Sin embargo, esos versos aprendidos de memoria, el exceso de la ranchera que sólo permite la embriaguez y barrer oyendo “Gavilán o paloma” —así como las cartas de amor— no son simples eventos ridículos, sino que deben serlo. Es su naturaleza. El poema de Pessoa advierte que lo ridículo del amor —lo cursi— es en realidad esa distancia temporal que nos permite reírnos de algo que creíamos auténtico, romántico o sencillamente bonito mientras era presente: “La verdad es que hoy / Son mis recuerdos / De esas cartas de amor / Los que son / Ridículos”.

La línea entre el poema de amor y el poema cursi es hielo delgado y, aunque el muestrario que lo ejemplifica es significativo, dudo que sea tan amplio como el de los poemas cursis. A mí me maravilla “Si el hombre pudiera decir lo que ama”, de Luis Cernuda, tanto como “Amor constante más allá de la muerte” de Quevedo; el humor sabio de José Emilio Pacheco con su “Amor en japonés se dice ai, / me comentan./ Y suena como ay, / quisiera añadir/ pero no me atrevo” colindando con el “Donde las manos ya no persiguen,/ apareces” del Rafael Cadenas de Amante; incluso “A Emma” de José Martí junto a la belleza franca del “Estoy tan solo, amor, que a mi cuarto/ sólo sube, peldaño tras peldaño/ la vieja escalera que traquea” de Juan Manuel Roca.

Pero, ya ven… puede que a ustedes estos textos les parezcan cursis mientras yo intento salvarlos de la hoguera. ¡Porque hasta a Dios tiene su costado cursi! ¿O no lo es la carta de San Pablo a los Corintios, donde se afirma que “si yo hablo en lenguas de hombres y de ángeles, pero no tengo amor, vengo a ser como bronce que resuena o un címbalo que retiñe”?

Si esa entelequia que es Dios, como la Coca-Cola del spot, está en todas partes, entonces tendremos que reconocer que lo cursi es ubicuo y que algo de cursilería nos habita. Es como si, para hablar del amor en la poesía, antes que una poética, necesitáramos una ética.

Poética, ética, estética, diuréticas métricas ridículas. De nuevo Pessoa: “Todas las palabras esdrújulas,/ Como los sentimientos esdrújulos,/ Son naturalmente/ Ridículas”.

Feliz día de los enamorados… cursis.

Tomado de Prodavinci

martes, 15 de febrero de 2011

Eudomar Santos y la planificación económica



febrero 15, 2011 / Ibsen Martínez / General /

La frase de Teodoro Petkoff – “estamos mal pero vamos bien”– no era más que un diagnóstico situacional; la de Eudomar Santos –“como vaya viniendo, vamos viendo”– , en cambio, encierra una programa de vida. Si algo puede decirse del pensamiento vivo de Eudomar Santos es que es pervasivo y que ha imbuido a todos los sectores nacionales en cualquier época. Y eso incluye al chavismo.


Creo, a estas alturas, conocer lo suficiente a mi compatriota Eudomar Santos como para adivinar que no responderá públicamente los desconsiderados y groseros chascarrillos de que, últimamente, ha sido objeto en la Asamblea Nacional por parte del ex ministro y hoy diputado del PSUV, Héctor Navarro.

Como no conviene dar nada por sabido, resumiré lo dicho por quien hay que tener todavía por autorizado vocero oficial del partido gobernante, aun a sabiendas de que el único probado vocero del gobierno es Hugo Chávez. Conviene, pues, tener cautela porque podría muy bien ocurrir que Hugo Chávez tuviese mejor opinión de Eudomar Santos que la que deja ver el ex ministro Navarro.

No sería ninguna novedad que el Jefe dejase una vez más descolocado a uno de sus más señalados seguidores, enmendándole la plana a Navarro en algún “Aló, Presidente”.

Resumamos lo escuchado en la Asamblea. Navarro se ha hecho un lío al pretender citar una frase, para muchos muy poco feliz, de Teodoro Petkoff. Me refiero a aquello de “estamos mal pero vamos bien” que el antiguo ministro de planificación del segundo gobierno de Rafael Caldera soltara alguna vez en rueda de prensa.

Palabra más, palabra menos, Navarro ha sugerido con sarcasmo que el mentor intelectual de Petkoff, y para el caso,de toda las políticas públicas desplegadas con anterioridad a la resplandeciente “revolución bolivariana”, desde al menos 1958, han sido dictadas por la improvisación. Todo por una simplista interpretación de uno de los proverbios – un dictum, para decirlo en latín, que siempre luce muy bien en un artículo de opinión – de Eudomar Santos.

2.-

Quien esto escribe ha sido, modestamente, un aplicado estudioso del pensamiento, no sólo económico, de Eudomar Santos. En general, de todo el vasto cuerpo de teoría que sobre el desarrollo nacional ha ido construyendo Eudomar Santos en estos últimos veinte años de voluntario apartamiento de la vida pública. Y que ha asegurado dar pronto a conocer.

Llegado aquí, me permitiré una digresión biográfica que espero sirva para explicarme mejor. Santos concita el desdén de la Academia y de los llamados “expertos” por el simple hecho de ser autodidacta. Un autodidacta , por cierto, de mucho vuelo, como suelen serlo los hombres que se han hecho a sí mismos.

De origen sumamente humilde, Santos no ha escatimado esfuerzos para superarse intelectualmente. Y el resultado ha sido que se ha convertido en lo que hoy se conoce como un “polímata”. La mejor definicion de polímata la dio Susan Sontag: “un polímata es alguien interesado profundamente en todo a excepción de nada”.

Un centelleante ejemplo contemporáneo de polímata sería Umberto Eco.

Eudomar Santos es, en mi concepto, un polímata excepcional, y deberíamos los venezolanos felicitarnos de contar con él entre nuestros cada vez más contados hombres de ideas, en vez de hacer chistes fáciles como los que, sin gracia alguna, ha pretendido hacer Héctor Navarro a costa suya.

Impartida ya la noción de polímata, es posible hacer la distinción entre un polímata y un todero. Eudomar Santos es un polímata – un intelectual, silvestre quizá, pero un pensador profundo– mientras que la mitad del gabinete de Chávez está integrado, y no admito discusión sobre esto, por impresentables toderos.

El lector está en el derecho de preguntar en qué momento de su vida pudo Eudomar Santos dedicarse a su propia ilustración. Lo poco que de él se ha difundido, con razón o sin ella, nos los muestra como un mujeriego inveterado y ya se sabe que nada quita más tiempo que la vida galante. ¿Cuándo y dónde pudo hacerse Eudomar Santos, no sólo de una vasta cultura humanistica, sino de profundos conocimientos de economía?

He aquí la respuesta: entre los múltiples oficios que Santos desempeñó en su primera juventud estuvo el de rematador de libros debajo del puente de la avenida Fuerzas Armadas. No se limitó a revender, sino que dando muestras de una asombrosa capacidad intelectual, leyó con criterio crítico todo lo que caía en sus manos.

El legado de Santos es como el del gran Macedonio Fernández; ha escrito poco porque su sabiduría se prodiga verbalmente en aforismos que retan la inteligencia de quien los escucha. En esto, Santos se asemeja a Friedrich Nietzsche y , también, a los maestros del budismo Zen. “Como vaya viniendo vamos viendo” no es una mera frase sonora. Tampoco resume una doctrina de lo provisional, de lo perentorio. No es el lema de los improvidentes. Es compacta filosofía profunda sobre el devenir humano. Tan profunda que Heráclito luce pendejo al lado de Eudomar Santos.

La frase de Petkoff – “estamos mal pero vamos bien”– no era más que un diagnóstico situacional; la de Eudomar Santos –“como vaya viniendo, vamos viendo”– , en cambio, encierra una programa de vida.

Si algo puede decirse del pensamiento vivo de Eudomar Santos es que es pervasivo y que ha imbuido a todos los sectores nacionales en cualquier época. Y eso incluye al chavismo.

No sólo los refugios para damnificados deberían ostentar en la puerta la frase luminosa de Eudomar Santos. Ella merece también figurar como epígrafe en la portada de la memoria y cuenta ndel gabinete de Hugo Chávez.



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Ibsen Martínez
Ibsen Martinez

Soy escritor de profesión. Vivo en Caracas, Venezuela, petroestado populista de la Cuenca del Caribe. Escribo ficciones, ensayos y artículos.
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El Señor Marx
o "Smart, perfectly fluid in tone and content, this is one of the most accomplished novels produced in Latin America in recent years. I read El señor Marx no está en casa after finishing A.S. Byatt's The Children's Book, and it is uncanny how both minutely recreate worlds we thought were gone—world literature at its best". (W. Corral, World Literature Today, may/june 2010.)
o "Una novela inteligente, original y divertidísima. Es la estrategia narrativa y el estilo lo que hacen del libro de Ibsen Martínez, como de cualquier buena novela, un triunfo." (Carlos Franz, Letras Libres, octubre, 2009.)
o Resucitar del polvo de la historia a la querible y malograda Eleanor Marx y a su canalla concubino, Edward Aveling, hacerlos vivir de nuevo ante nuestros ojos, tanto como al esforzado dramaturgo, es la apuesta mayor de Ibsen Martínez, el demiurgo de esta creación. El erudito contexto político, familiar y cultural -esa Londres finisecular, del todo creíble- es también un mérito accesorio del autor". (Luis Fernando Afanador, Revista Semana, Bogotá, julio, 2009.)
o "El señor Marx no está en casa comporta no sólo una formidable investigación de personajes reales y circunstancias del círculo familiar del judío de Tréveris. Apunta también a detalles acuciosos, de reconstrucción de época, que hacen de la pieza un inspirado corpus raras veces visto en nuestra literatura." (Oscar Marcano, Prodavinci, julio,2009.)

Heráclito

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Presunto busto de Heráclito que se halla en la «Stanza di filosofi» de los Museos Capitolinos de Roma.[1]

Heráclito de Éfeso (en griego: Ἡράκλειτος ὁ Ἐφέσιος Herákleitos ho Ephésios), conocido también como «El Oscuro de Éfeso»,[2] fue un filósofo griego. Nació hacia el año 535 a. C. y falleció hacia el 484 a. C..

Era natural de Éfeso, ciudad de la Jonia, en la costa occidental del Asia Menor (actual Turquía). Como los demás filósofos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.

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[editar] Legado

Heráclito es netamente aforístico. Su estilo remite a las sentencias del Oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περι φυσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmológica», «Política» y «Teológica». No se posee mayor certeza sobre este libro. I. Bywater hizo un reacomodo de los fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos. Agustín García Calvo reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón política» y «Razón teológica».

Heráclito afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa.

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοι, como los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural (como el agua para Tales, el aire para Anaxímenes), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La contradicción está en el origen de todas las cosas.

Todo este fluir está regido por una ley que él denomina Λόγος (Logos). Este Logos no sólo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da signos, fragmento B93DK) al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni hablar» (fragmento B73DK). El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible, mejor que la visible» (B54DK), aunque Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas viva relegada a su propio mundo, incapaces de ver el real. Si bien Heráclito no despecha el uso de los sentidos (como Platón) y los cree indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas visibles, de la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole: 'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos llevamos'.
en Diels-Kranz, Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56

Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los opuestos. Quizás el fragmento más conocido de su obra dice:

ποταμοις τοις αυτοις εμβαινομεν τε και ουκ εμβαινομεν, ειμεν τε και ουκ ειμεν τε. En el mismo río entramos y no entramos, pues somos y no somos [los mismos].
en Diels-Kranz, Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
Heráclito llorando, por Hendrick ter Brugghen (1628).

El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces en el mismo río, siguiendo a la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el movimiento del agua. Algunos autores ven en el cauce del río el logos que «todo rige», la medida universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego. A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos.

A pesar que existen ciertas similitudes entre Heráclito y Parménides, las doctrinas de ambos siempre han sido contrapuestas (con cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o (con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es presentado como una esfera estática e inmóvil.

Era conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática. Ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir y del pensamiento dialéctico. Su filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα ρει), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es el padre de todas las cosas», una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco. Para Heráclito el arjé es el fuego, en el que hay que ver la mejor expresión simbólica de los dos pilares de la filosofía de Heráclito. el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego sólo se mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia. Ahora bien, el devenir no es irracional, ya que el logos, la razón universal, lo rige: «Todo surge conforme a medida y conforme a medida se extingue». El hombre puede descubrir este logos en su propio interior, pues el logos es común e inmanente al hombre y a las cosas (la doctrina de Heráclito fue interpretada, olvidando esta afirmación del logos, en la filosofía inmediatamente posterior —sobre todo, en Platón— como una negación de la posibilidad del conocimiento: si nada es estable, se niega la posibilidad de un saber definitivo). De Heráclito es también la doctrina cosmológica del eterno retorno: la transformación universal tiene dos etapas que se suceden cíclicamente: una descendente por contracción o condensación, y otra ascendente por dilatación.

He aquí algunas frases de Heráclito:

  • «En un río entramos y no entramos, pues somos y no somos [los mismos]» (citado erróneamente, debido a una obra de Platón como «Ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río»)
  • «La armonía invisible es mayor que la armonía visible».
  • «Ni aun recorriendo todo camino llegarás a encontrar los límites del alma; tan profundo logos tiene».
  • «Siendo el logos común, casi todos viven como si tuvieran un logos particular».
  • «Conviene saber que la guerra es común a todas las cosas y que la justicia es discordia».
  • Heráclito reprocha al poeta que dijo: «¡Ojalá se extinguiera la discordia de entre los dioses y los hombres! Pues no habría armonía si no hubiese agudo y grave, ni animales si no hubiera hembra y macho, que están en oposición mutua» (fragmento 9a Walzer = A 22 Diels-Kranz)[3]

[editar] Notas y referencias

  1. Algunas fuentes dan por segura la atribución; véase por ejemplo esta página de la web Hellenica (enlace consultado el 16 de julio de 2010).
  2. Rodolfo Mondolfo: Heráclito. Textos y problemas de su interpretación. Madrid: Siglo Veintiuno (undécima edición), 2000.
  3. ídem, p. 31

[editar] Bibliografía

  • Carpio, Adolfo P. (2004). Principios de filosofía. Ed. Glauco, Buenos Aires. ISBN 950-9115-01-0.
  • Eggers Lan, Conrado y Juliá, Victoria E. (Introducciones, traducciones y notas) (1978 (2ª edición 1986)). Los filósofos presocráticos: Vol. I. Madrid: Editorial Gredos.
  • García Calvo, Agustín (1985). Razón común. Edición crítica, ordenación, traducción y comentario de los restos del libro de Heráclito. Lecturas presocráticas II. Madrid: Lucina. ISBN 84-85708-23-7.
  • Heidegger, Martin & Eugen Fink. Trad. de Jacobo Muñoz y Salvador Mas (1986). Heráclito. (Título original: Heraklit. Seminar Wintersemester 1966–1967, Vittorio Klostermann, Frankfurt a. M., 1970). Ed. Ariel, Barcelona.
  • Kirk, G. S. & Raven, J. E. & Schofield, M. (2008). Los Filósofos presocráticos. Historia crítica con selección de textos. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-3567-2.
  • Ortega y Gasset, José. Edición de Paulino Garagorri (1981). Origen y Epílogo de la Filosofía. Revista de Occidente en Alianza Editorial, Madrid.
  • Schöndorf, Harald (2000). «Heráclito, Hipólito y el tornillo batanero. Acerca del Fragmento 59 de Heráclito (m.-K)». Nova Tellus (18 (1)).

[editar] Enlaces externos


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