Libertad!

Libertad!

lunes, 28 de abril de 2014

¿Por qué?

              Paulina-Gamus                 
Paulina Gamus
¿Cómo se puede culpar de algo o recriminar al hombre que mueve y conmueve a las masas con su verbo encendido de redentor de los pobres?
¿Cuántos niños de mi generación no disfrutamos del maravilloso Libro de los Porqués? Formaba parte de El Tesoro de la Juventud, una enciclopedia infaltable en las familias con muchos niños y con deseos de que éstos se hicieran afines a la lectura y fuesen personas cultivadas. Aquellos porqués tenían respuestas científicas para la curiosidad infantil ¿por qué no se mezclan el agua y el aceite?¿por qué la marea crece? ¿de dónde obtienen las flores su color? ¿por qué el sol sale de día y la luna por las noches? Y hasta alguna bastante racista: ¿cómo obtienen su color los negros? Ese inocente libro hecho para mentes inocentes jamás respondería preguntas de carácter personal, como por ejemplo ¿por qué me persigue la mala suerte? Y menos de tinte político como una que cuando menos la mitad de los venezolanos y el resto del mundo se hacen a diario: ¿por qué Chávez arruinó a Venezuela? La respuesta más común, la que salta de inmediato es: Chávez era comunista y todos los gobiernos comunistas han sido desastrosos porque liquidaron el aparato productivo y abolieron la propiedad privada con lo cual la población perdió todo incentivo de prosperar. Les pasó a Stalin, a todos los países satélites de la URSS y a Mao, que antes era Tse Tung y ahora hay que decirle Zedong, que para los efectos da lo mismo.
Pero no es necesario ir tan lejos en el espacio y el tiempo, vamos a limitarnos al continente americano. Fidel Castro arruinó a la floreciente Cuba con solo nacionalizar la producción de azúcar, todas las empresas privadas y promover el exilio de los profesionales mejor formados y de los industriales más exitosos. Cuba no era un país minero o petrolero como Venezuela, fue bastante sencillo hundirla en la miseria. Ya lo dijo ese sabio santón Jorge Giordani que ha manejado la economía venezolana durante Chávez vivo y Chávez muerto: “Solo desde la escasez (y la pobreza) se construye el socialismo”. Para ahondar más la catástrofe, Cuba fue sometida a un embargo y su madrina generosa, la Unión Soviética, se desplomó. Por ningún lado aparece el hecho, ni siquiera la sospecha, de que la causa del naufragio haya sido la ayuda dispendiosa de Fidel Castro a otros países.
Demos un salto al extremo sur, Argentina era un país floreciente, el granero del mundo lo llamaron en los años 40. Llegó un militar llamado Juan Domingo Perón que de comunista no tenía un pelo, era un fascista formado en la escuela de Mussolini y admirador, además de cooperante, del nazismo hitleriano. Su populismo y el de su esposa Eva, destruyeron la economía argentina que jamás ha podido recuperarse porque jamás ha podido curarse de esa peste que se llama peronismo. Pueden ser peronistas de derecha, de centro o de izquierda pero todos confluyen en la misma incapacidad para dar pie con otra bola que no sea la de fútbol. Cuando llegaron los gorilas que derrocaron a Isabel Perón e instauraron una dictadura sangrienta, fundamentalmente anticomunista, en los 70, tampoco lograron algún bienestar y su dictadura terminó no solo por el fracaso rotundo de la guerra de Las Malvinas sino por el desastre económico en que sumieron a su país. Para seguir con los militares recordemos que Velasco Alvarado, también un populista irredimible, fue una maldición para la economía peruana. Pero miramos, remiramos y ni Perón, ni los militares argentinos de los 70, ni Velasco Alvarado, ni los peronistas posmodernos arruinaron a su país por regalar dinero a manos llenas a naciones vecinas y no tan vecinas. Pero es que tampoco eran ricos países petroleros que cada vez que disparaban un tiro en el Medio Oriente, veían incrementar sus ingresos por la exportación del excremento del diablo…. ¡y que excremento!.
 La petrochequera de Chávez sacó del foso del default a la Argentina
 Y así llegamos al teniente coronel Hugo Chávez Frías, que de golpista fracasado pasa a presidente electo por una indiscutible mayoría, de allí a caudillo y al poco tiempo a clon de Simón Bolívar y semidiós. ¿Cómo se puede culpar de algo o recriminar al hombre que mueve y conmueve a las masas con su verbo encendido de redentor de los pobres? En las cientos de miles de horas que destinó en catorce años de gobierno, para sus “Aló Presidente” y otras peroratas radiotelevisadas en cadena nacional, jamás, ni una sola vez, habló del trabajo como fuente de progreso y de riqueza de un país. Se hizo electoralmente imbatible no solo por el ventajismo y los abusos de poder, sino por ese voto duro de la gente a la que acostumbró a vivir de la dádiva. Muy pocos salieron de la pobreza pero todos amaron a ese distribuidor de maná que les permitió vivir sin trabajar.
Si tan solo hubiese sido eso, al presidente constitucional Carlos Andrés Pérez lo enjuiciaron y defenestraron en 1993, por un aporte jamás comprobado de diecisiete mil dólares a la campaña electoral de Violeta Chamorro, en Nicaragua. Chávez le envió a Cuba más de 100.000 barriles de petróleo diariamente, en condiciones privilegiadas, además de otras inversiones, créditos blandos, subsidios y contratos mil millonarios como intermediario de importaciones venezolanas de alimentos, bienes y equipos a terceros países. Bolivia, que dos décadas atrás era el país más pobre de América Latina, hoy acumula reservas por 14.000 millones de dólares, las más altas a nivel mundial en relación al tamaño de su economía (China figura en segundo lugar) Todo gracias al dinero venezolano que Chávez envió para un sinfín de desarrollos como aeropuertos, adquisición de aviones, ambulancias, etcétera. Evo Morales a quien tantos creyeron un indiecito ignaro incapaz de ejercer la alcaldía de un villorrio, ha resultado un gerente que bien podría dictar cátedra de economía a los ineptos herederos del Atila de Venezuela. Sigamos con Nicaragua, en la que el dinero venezolano ha construido refinerías, carreteras y paremos de contar. Solo en un trimestre de 2012 la ayuda de Venezuela a Nicaragua fue de 323 millones de dólares. El seudo socialista Daniel Ortega ha sabido utilizar esa ayuda para impulsar el desarrollo económico de Nicaragua, incentivando la inversión extranjera que Chávez expulsó de Venezuela.
La petrochequera de Chávez sacó del foso del default a la Argentina y, por la relación afectiva que se entabló con los Kirchner, se originó el escándalo de la valija con 800 mil dólares para la campaña electoral de la viuda en ciernes. Pero esa chequera alegre y saltarina, no se quedó encerrada en los límites de América, incluidas las islas angloparlantes del Caribe. En los más remotos e ignotos lugares del planeta el nombre de Hugo Chávez se conoció como una suerte de Papá Noel tropical. Miles de millones de dólares salieron de las arcas venezolanas para mejorar las condiciones de vida en otros países y para abultar las cuentas bancarias de unos cuantos corruptos, estafadores y vividores que engañaron al prócer eterno con pececitos de colores. A un año de su muerte, Venezuela es hoy un país en bancarrota, el de las deudas impagables con medio mundo, el reino de la escasez, el de los pobres y no tan pobres haciendo filas kilométricas desde la medianoche para obtener un kilo de harina de maíz, de azúcar, de leche en polvo, un litro de aceite o un paquete de papel higiénico.
Y de nuevo pregunto ¿Por qué? La única explicación que me cuadra es la del odio a su propio país, odio nacido de un profundo resentimiento que arrastró desde la infancia, más por el maltrato materno que por las condiciones socioeconómicas de su familia. En su obra “Tiberio, historia de un resentimiento”, Don Gregorio Marañón, quizá el más agudo analista de ese terrible sentimiento, dice: “… al triunfar, el resentido, lejos de curarse, empeora. Porque el triunfo es para él como una consagración solemne de que estaba justificado su resentimiento; y esta justificación aumenta la vieja acritud. Esta es otra de las razones de la violencia vengativa de los resentidos cuando alcanzan el poder. Llegado al poder, el resentido es capaz de todo”. ¿Qué si lo es? Ya vemos a donde nos llevó el resentido mayor y por dónde nos conducen los resentiditos que lo sucedieron.

martes, 22 de abril de 2014

EL BOTON ÚNICO


Paulina Gamus



La muerte de Gabriel García Márquez ha provocado no solo un aumento en las ventas de sus libros sino también el interés por rescatar y volver a poner en circulación muchas de sus crónicas periodísticas, siempre deliciosas y llenas de ese humor que hizo de él un escritor capaz de encantar a todo público. Una de esas crónicas fue sobre el viaje que hizo en 1957 a varios países de la Europa comunista, con una visa que lo acreditaba como delegado al Congreso Mundial de la Juventud a celebrarse en Moscú. La tituló “90 días en la Cortina de Hierro” y fue publicada por la revista Cromos, de Bogotá.

De ese relato voy a citar algunos pasajes: la característica primaria y esencial de todo gobierno totalitario o con tendencia a serlo que es coartar y, de ser posible, suprimir la libertad de expresión. En su visita a la ciudad de Leipzig, García Márquez que aún no era el célebre Gabo, y sus acompañantes, se reúnen en un bar con un “expropiado”, Herr Wolf, a quien el gobierno de Alemania oriental había indemnizado miserablemente por arrebatarle su empresa. Entonces Herr Wolf se gastaba el dinero en copas en un bar que por supuesto era del gobierno, ya que el sistema había suprimido la figura jurídica de la herencia. Las otras presentes en el encuentro eran dos jóvenes estudiantes universitarias.

Escribe GGM: “No era incomprensible que Herr Wolf detestara el régimen. Lo alarmante era que las dos muchachas que no conocían otra cosa, que eran educadas por el estado con un sueldo y la promesa de un porvenir seguro, fueran tan intransigentes como Herr Wolf. Se sentían avergonzadas por la calidad de sus trajes, deseaban saber algo de París, donde se leen novelas de todo el mundo y el nylon es un producto popular. Franco (un italiano acompañante de García Márquez) les dijo que era cierto, pero les recordó que los estudiantes no tienen sueldo en los países capitalistas. Eso no les importaba. La respuesta de ellas, de la mayoría de los estudiantes que conocimos e inclusive de los estudiantes de marxismo de la Universidad Marx-Lenin, fue aproximadamente la misma: que no nos paguen nada pero que nos dejen decir lo que nos da la gana”.

Al llegar al destino final de su viaje, Moscú, Gabo escribe: “Había cosas más esenciales que impresionaron a los visitantes occidentales y que sin embargo no fueron disimuladas. Entre ellas los receptores de radio con un solo botón: Radio Moscú. Los receptores son muy baratos en la Unión Soviética, pero la libertad del auditor está limitada a escuchar radio Moscú o a no utilizar el receptor”. La radio con un solo botón en Moscú, la existencia de un solo periódico Pravda (La Verdad) órgano oficial del gobierno y del partido comunista fundidos en un mismo cuerpo para decir una sola verdad, la oficialista, fue la marca de fábrica de todos los gobiernos de Europa sometidos al régimen soviético y se extendió a la Cuba de Fidel Castro.

Pero no se crea que solo los gobiernos francamente autoritarios son los que suprimen la libertad de las personas para decir lo que piensan, la tentación es general. Muchos que se precian de ser democráticos procuran ponerle freno a los medios de comunicación para que no desnuden sus errores y vicios. En América del Sur los gobiernos de Evo Morales, en Bolivia, de Rafael Correa en Ecuador y de Cristina Kirchner, en Argentina, han emprendido acciones abiertamente represoras de la libertad de prensa. Pero ninguno ha llegado a los extremos del régimen bolivariano o socialista del siglo XXI, primero con Hugo Chávez y luego con su heredero Nicolás Maduro. Venezuela es hoy el país de un solo botón para la televisión y la radio. El empeño en acallar cualquier opinión crítica o disidente, se extiende a la prensa escrita a la que se niegan las divisas para adquirir el papel y los insumos que se necesitan para imprimir un periódico.

Los métodos para alcanzar la meta del botón único han variado desde el cierre abusivo de un canal de televisión -Radio Caracas TV- y la confiscación de sus equipos, hasta la compra de otros canales y la presión sobre los dos que aún permanecen en manos privadas, para que practiquen la autocensura. Distinto fue el caso de Globovisión, que hasta hace un año era el único medio televisivo que abría sus puertas a la oposición, cubría sus actividades, informaba sobre el curso real de los procesos electorales y mostraba la catadura del régimen, sus corruptelas y abusos. El método en este caso fue presionar a sus propietarios, mediante juicios amañados y multas impagables, para que vendieran el canal a un grupo vinculado al gobierno. Globovisión simula hoy mantener alguna independencia con dos o tres programas en los que según el refrán criollo, dan un tirito al gobierno y otro a la oposición. Pero se niega a informar hasta las agresiones físicas de los paramilitares del oficialismo a sus propios periodistas y el robo o destrucción de sus equipos. Y, mientras hay protestas multitudinarias reprimidas brutalmente por la Guardia Nacional, la Policía y los delincuentes organizados en los llamados Colectivos, el canal transmite las incidencias de la desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines o los resultados del fútbol europeo.

El hoy presidente de VTV cuando protestaba el cierre de RCTV

La familia Capriles, propietaria por décadas del periódico con mayor circulación nacional y el preferido de los sectores populares -Últimas Noticias- fue extorsionada al comienzo del gobierno de Chávez para colocar en la dirección del diario a un ex combativo gremialista del periodismo contestatario en la Cuarta república, transmutado en instrumento dócil del régimen chavista. El método en este caso fue reabrir un juicio por la herencia del fundador del periódico, que ya tenia sentencia firme de la extinta Corte Suprema de Justicia. Aún con ese neochavista en la dirección, de vez en cuando se colaba una que otra información crítica del oficialismo. Era más de lo que el gobierno de Nicolás Maduro podía soportar. Apareció entonces un grupo de testaferros que compró el periódico por un precio astronómico y el director que esporádicamente dejaba colar alguna opinión o información no plegada al gobierno, ha permitido ahora la presencia de censores designados por el oficialismo y se ha erigido él mismo en censor.
 


El botón único ha ido avanzando también en la programación radial. Son muy pocas las emisoras que conservan uno que otro programa que da cabida a opositores y a opiniones adversas al gobierno. Pero las radios llamadas comunitarias, las adquiridas por el régimen y aquellas que aún están en manos privadas pero se autocensuran para sobrevivir, copan el espectro radial del país. El Twitter ha logrado abrir un agujero al bloqueo informativo que ha impuesto el régimen ya francamente totalitario de Nicolás Maduro.

 Lamentablemente es un medio que no llega a los sectores populares sin acceso a las redes sociales. Los twitteros practicamos el libre ejercicio del periodismo, por consiguiente logramos lo que aspiraban las chicas universitarias del Leipzig comunista visitado por García Márquez: decir lo que nos da la gana. Y en ese decir lo que a uno se le antoja, aparece la oposición de la oposición: la que descuartiza a Henrique Capriles y a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) por no ser suficientemente combativos ni estar en la palestra pública como debieran. Claro, como debieran si pudieran, porque el acceso de la MUD a la televisión está severamente restringido y Capriles está vetado del todo y no se permite su presencia física ni referencial en ningún canal. Sin embargo, todos los esfuerzos del espurio Nicolás Maduro por mantener la fachada democrática de su gobierno, han fracasado estrepitosamente. No hay un rincón del mundo donde se ignoren las maneras salvajes que éste ha utilizado para reprimir las protestas ciudadanas y a la par, no hay lugar en el que la gente no sepa como fue que el manirrotismo, la corrupción y la ineptitud de la revolución chavista, arruinaron al país más rico de la América del Sur.

viernes, 18 de abril de 2014

GARCÍA MÁRQUEZ, VOZ DE RÍO


Leandro Area Pereira




Hace tiempo ya que algún país ha debido tener la hidalguía de llamar a uno de sus ríos con el nombre del Gabo. “Vamos a bañarnos al Gabito”, exclamarían los muchachos retozones del sitio, sin saber en qué profundidades se bautizan. Porque de sacramento se trata y no es para menos en estos días en el que Gabriel García Márquez cumple 87 años*, que para él sospecho no serán más que un ocho más siete que son quince. Veamos lo del río.
Cuando trato de apreciar el significado que para mí tiene el escritor de marras, no puedo relacionarlo sino con el agua. Nada de mineral, animal o vegetal lo define, sino materia líquida dentro de una madre. El río lo es, lugar de alumbramiento, territorio amniótico, cuenca hídrica. Nunca maciza, terminal, antes bien flexible, juguetona, ligera de bambú, la obra de García Márquez nos baña, absorbe, lava y mece. El ahogo emocionado que ella provoca no tañe lamentos y menos pesadumbres. Su obra es agua que pasa, brilla, transporta; lugar de sombras entretejidas y de asombros fugaces; geografía cercana al lugar donde se establecen y crecen los pueblos, los amores, los bichos y sus víctimas, las muertes pestilentes que flotan, sitio donde la gente lava hasta los intestinos; donde pesca, sancocha, fríe, canta, pelea también, inventa, escupe, orina y llora. Tornasol donde van a beber los pájaros y los venados, las mariposas y gente de burdeles, las anacondas y los circos, y huele a húmedo y profundo, y más oscuro aún cuando sobre lo mojado llueve y se borran las huellas, y  el camino se encharca, que de ello trata también la literatura.
 Ponerse en las manos del Gabo no da miedo, al contrario, se deja uno llevar, pues cuando nos abre las puertas de sus libros que son como sus casas íntimas, deja el lector de ser un nombre para convertirse en un personaje más de sus novelas o sus cuentos, porque héroes no hay, a pesar de Bolívar; y allí todos somos mortales, más o menos simpáticos, entrañables o crueles. Hay en sus obras, siento, una posibilidad de  desdoblamiento en el lector que quiere dejar de ser lo que es, o no lo intuye aún, y así mudar de piel, para por fin convertirse en su deseo y encontrar en esa dimensión el río que lo acompañará cambiando de por vida y que no pide a cambio sacrificios u ofrendas.
Se ha hablado tanto de él y de su obra, se ha dicho, escrito y más que martillado, que no oso repetirlo de tan trillado que es, magnifico, importante. Tan solo me conformo en jurungar el anatema que constituye lo del “realismo mágico”, que en verdad lo es porque así existe en la implacable desmesura del paisaje, también en el narrar lo  incomprensible que todos entendemos y de lo que nadie se ríe para no hacer por supuesto el ridículo, o en los apolillados personajes de almidón y tiovivo que distraen el calorón bajo las tejas o entre las redes de un chinchorro cinético. Todo en verdad verídico y fatídico, como un camello atravesando el ojo de una aguja.
 Prefiero entonces referirme al don inescrutable, al privilegio, de ofrecer una mano que al abrirse inspira tal confianza y devoción en el que da la suya, que se deja llevar por esos rumbos culebreros, que el artista propone, provoca y enaltece, que son los de la emoción transferida, la ilusión comunicada y la iluminación auténtica.
A Gabriel lo hemos perseguido todos desde niños; nos ha dado de vivir cuando moríamos, enseñado a pecar sin sentir culpa que allí estaban a la vera del río esas guayabas y su olor sacrosanto para perfumarnos de perdón y escondernos de Dios entre las ramas. Nos ha dado de comer pasando él hambre o en cambio prospero, enseñado a mentir cuando la verdad era falsa o insuficiente, a morir de pie aunque fuera descalzos, mandarle pan a quien le falten dientes, y dar las gracias ahora a quien merece tanto que un río es un regalo de ternura, cosecha de su lluvia en este mundo seco.
 * 6 de marzo 1927-17 de abril 204
Leandro Area

jueves, 17 de abril de 2014

DIÁLOGO EN CADENA / Octavio Lepage HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 86) /



Octavio Lepage*
 

DIÁLOGO EN CADENA

La MUD corrió un riesgo calculado al acudir al diálogo, sin que el gobierno hubiese aceptado ciertas condiciones previas irrenunciables exigidas por la oposición; a saber,  libertad  de  los  estudiantes  presos,  amnistía  para  presos  y  exiliados políticos, y disolución de los “colectivos” armados con supervisión internacional. La única  condición  aceptada  por  el  gobierno  fue  la  transmisión  del  encuentro  en cadena nacional. Como quedó demostrado, la MUD acertó al concurrir al diálogo. Permitió  ver  en  pantalla,  en  vivo,  el  marcado  contraste  entre  los  equipos conductores del gobierno y los de la oposición.

 Aquel debate pacífico fue ganado amplia y clamorosamente por la oposición. Uno tras otro hablaron los encumbrados jerarcas del gobierno, escuchándolos daba pena ajena. Pusieron en evidencia que carecen por completo de condiciones y aptitudes para gobernar, lo que explica la actual situación de desastre del país al cabo de quince (15) años de ejercicio del poder con muchísimo dinero y sin ningún control.  Todo  fue  amenazas,  retrecherías,  ignorancia,  expresiones descompuestas. Uno miraba en pantalla al canciller Patiño del Ecuador, chavista fanático, y era visible su desconcierto; el rostro amable, atractivo, de la canciller Holguín de Colombia había desaparecido; el canciller del Brasil, pese al estirado estilo  Itamaratí,  reflejaba sorpresa y desazón;  y  Monseñor Aldo Garofalo  lucía estupefacto.

Esta  primera  fase  del  diálogo  es  logro  importante,  pero  uno  sólo,  quedan pendientes todos los demás para el restablecimiento progresivo de la normalidad. Seguir dialogando sería riesgoso para la respetabilidad de la MUD, si continúan presos arbitrariamente, víctimas de juicios amañados por un Poder Judicial que en sus diversas instancias cumple funciones policiales en vez de administrar justicia, Leopoldo  López,  los  alcaldes  Diego  Ceballos  y  Enzo  Scarano,  y  decenas  de dirigentes estudiantiles detenidos en ejercicio legítimo del derecho a la protesta pacífica consagrado een la Constitución.

 ¿Qué  hacer  si  el  gobierno  no  satisface  estas  exigencias  mínimas,  que  una oposición  que  se  respete  a  sí  misma no  puede  declinar?  Tal  dilema es  muy probable que la MUD lo confronte. No será posible acogerse al burladero de las mesas de trabajo funcionando sin término fijo, hasta que el cuerpo aguante. Puede que las mesas de trabajo con los dirigentes empresariales, por la índole de las materias que discuten, puedan mantenerse más o menos indefinidamente, pero no en el diálogo político entre gobierno y oposición. Por lo demás, no debe olvidarse que el gobierno accedió al diálogo televisado para tratar de aplacar la extendida protesta colectiva, generada por el vigoroso movimiento estudiantil que desde el 12  de  Febrero  ha  permanecido  protestando  pacíficamente  en  la  calle  sin doblegarse.

 Caracas, 15 de Abril del 201


HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 86)

jueves, 3 de abril de 2014

Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales exige investigación y sanciones ante hechos irregulares ocurridos en el Centro Clínico San Cristóbal



JUNTA DIRECTIVA Y LOS 208 AFILIADOS
ASOCIACIÓN VENEZOLANA DE CLÍNICAS Y HOSPITALES (AVCH)
Domingo, 30 de marzo de 2014
centroclinico 

PROVEA

• La Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales (AVCH) se dirige al país, ante los repudiables hechos ocurridos el pasado 18 de Marzo, tras la abrupta irrupción de un contingente de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana en las instalaciones del Centro Clínico San Cristóbal Hospital Privado C.A., miembro activo de esta Asociación.
La Nación entera debe conocer que cerca de las 9:30 a.m. de ese día, arribó un contingente de aproximadamente treinta (30) efectivos ataviados con los uniformes e insignias de la GNB, con varias tanquetas y vehículos pesados, el cual irrumpió por la fachada posterior del Centro Clínico San Cristóbal y, bajo amenaza al personal de Seguridad, ingresó accionando diversas armas hacia las áreas donde se encuentran los servicios de Hospitalización, Pabellón de Cirugía, Emergencia, Unidad de Neonatología y Unidad de Cuidados Intensivos. Los efectivos ingresaron violentamente al Centro Clínico San Cristóbal, a pesar de los esfuerzos del personal médico de advertirle la gravedad de la agresión que estaban cometiendo y la clara afectación a los pacientes que se encontraban en los distintos servicios de hospitalización, consulta y otras áreas comunes.
• La presencia del grupo de efectivos uniformados de la GNB se extendió por espacio de unas 3 horas, tiempo en el que de manera reiterada y continua se violaron normas explícitas como las contenidas en las Convenciones de Ginebra de 1949 y sus protocolos, que establecen que los Centros de Salud y Hospitales deben ser respetados aun en circunstancias en que se encuentren en desarrollo conflictos bélicos o cualquier tipo de conflicto armado (Artículos comunes 2 y 3) y otros tratados en materia de Derechos Humanos firmados y ratificados por la República Bolivariana de Venezuela, así como diversas normas, derechos y garantías consagradas en la Constitución, que van desde la exigencia de una orden de allanamiento, para el caso inexistente, hasta la salvaguarda del Derecho a la Salud de la población venezolana.
• Como consecuencia de esta actuación de la GNB, quedó un saldo lamentable de varios heridos por perdigones: uno en el cuero cabelludo, dos en los miembros inferiores, un cuarto con traumatismo de tejidos blandos en el brazo izquierdo y otros tres con insuficiencia respiratoria, así como un paciente que se trasladaba a una consulta cardiológica, alcanzado por gases lacrimógenos y con dolor precordial, crisis hipertensiva e hiperglicemia, que ameritó hospitalización. Otra cantidad de niños y adultos fueron severamente afectados a causa de los gases lacrimógenos, que llegaron a penetrar por los ductos de aire acondicionado a las zonas de Emergencia, Unidades de Cuidados Intensivos y Neonatología, quienes tuvieron que ser evacuados para poder apagar los Sistemas de Aire Acondicionado de los servicios de Pabellón de Cirugía, Emergencia, Unidad de Cuidados Intensivos y Neonatología, actuación contraindicada por las normas de funcionamiento de las Instituciones Hospitalarias, por cuanto afecta las condiciones que se requiere mantener este tipo de instalaciones medicas.
• La Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales hace pública su denuncia ante el país y ante todas las instancias internacionales y nacionales de los graves hechos ocurridos el 18 de marzo de 2014 en las instalaciones del Centro Clínico San Cristóbal Hospital Privado C.A., expresa su máxima solidaridad con el personal médico, paramédico, administrativo, gerencial, técnico, pacientes, familiares y accionistas de ese importante centro de salud privado, y exige a las autoridades Civiles y Militares de la República Bolivariana de Venezuela iniciar una investigación seria, imparcial, expedita y documentada que permita establecer las responsabilidades del caso y que eviten que en el futuro se repitan estos hechos en cualquier otra institución de salud del país.
• Para la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales y sus instituciones asociadas, resulta una obligación ineludible bajo cualquier circunstancia, sea de paz o de conflicto nacional, atender con calidad y seguridad a todos los ciudadanos heridos y lesionados sin distingos de condición social o ideología, no solamente porque somos instituciones dedicadas a prestar servicios de salud, sino porque que adicionalmente, al estar conformadas por profesionales de la medicina, estamos regidos por principios éticos y profesionales muy claros y rigurosos de solidaridad humana.
JUNTA DIRECTIVA Y LOS 208 AFILIADOS
ASOCIACIÓN VENEZOLANA DE CLÍNICAS Y HOSPITALES (AVCH)

miércoles, 2 de abril de 2014

¿Por qué “no bajan los cerros”?* / El pobre en su choza


El pobre en su choza 
  
ANTONIO A. HERRERA-VAILLANT ·



Por mucho tiempo se ha insistido que Venezuela saldrá de la tiranía tan solo “cuando los barrios se levanten”, colocando ese acontecimiento como condición indispensable para el renacer de la Venezuela democrática, libre, pacífica y progresista.
Se trata de una premisa sumamente negativa que postula una condición casi imposible de alcanzar y en consecuencia hace que el resultado deseado quede por siempre frustrado. Aquello que Karl Marx despectivamente llamó “lumpen” jamás inició y propulsó los grandes cambios. La historia lo refrenda.
Hay razones prácticas para que eso sea así. En primer término, el horizonte de la gente marginal que batalla por llegar de día en día casi siempre se limita a la supervivencia, a los problemas inmediatos de su entorno. No se asoman al futuro, ni manejan conceptos abstractos. Desesperadamente se aferran a todo lo que les suministre oxígeno para continuar viviendo.

No son “vendidos” como despectivamente dicen muchos: es que se agarran de cuanto les permita atenuar su triste marginalidad. Muchos agradecen y todos temen perder lo que reciben, así de simple. Quién posee solo una camiseta se pone otra que le den, sin importar el color. Se trata de ese “pueblo niño” que identificó el Padre Taparelli en el siglo XIX. Por eso es que en tiempos más felices Jóvito Villalba exhortó a sus seguidores margariteños: “coge todo lo que te den los adecos y vota por URD.”
En materia de entorno, los de más abajo viven en barrios sin plazas ni avenidas donde salir a protestar, comunicados por estrechos pasadizos, rodeados de malvivientes y “mototerroristas” del régimen. Una cosa es sonar cacerola en una urbanización o en el relativo anonimato de un edificio residencial, y otra muy distinta intentarlo en un rancho hacinado entre muchos otros, donde te pueden acribillar a ti y a los tuyos.

Hay zonas de Caracas a las que la policía no entra desde hace más de 40 años. Barrios donde las encuestadoras deben negociar con matones para que les dejen entrar. ¿Qué validez tiene una respuesta donde el encuestado no mira al que pregunta sino a la bestia que se para atrás de brazos cruzados?
La leyenda de “cuando bajan los cerros” persiste en el imaginario colectivo y quizás rememora al grupo que salió a protestar el 4-1-58 luego que el Coronel Hugo Trejo fracasara en un primer intento de derrocar a Pérez Jiménez. Pero las verdaderas multitudes salieron a las calles el 23 de enero – después y sólo después que unos uniformados sacaron a otro uniformado – pues les dejaron saquear mansiones y linchar esbirros.
Otros señalan el 27 de febrero 1989 cuando también salieron a saquear – aprovechando un momentáneo vacío de autoridad y estimulados por quienes actualmente mandan, como éstos mismos han reconocido.

Ahora algunos barrios populares han comenzado a protestar, lo que subraya la gravedad de las condiciones. Pero lo hacen limitados por la sombra y el terror de un hampa armada y motorizada para atacar impunemente y a mansalva a todo el que se rebele contra la dictadura.
Mas los “cerros” no suelen tomar iniciativas – como en las películas – para promover cambios políticos. Si por privaciones fuera hace rato que hubiesen desaparecido las aberraciones que oprimen Cuba y Corea del Norte. Si fuese por miseria la mayor parte de China, India y Brasil ardería en llamas. El hambre puede traer saqueos de abastos y supermercados, pero no busca cambios de régimen.
Los grandes cambios de la historia provienen de las clases medias y de los sectores emergentes, de todos los que tienen aspiraciones. Eso es exactamente lo que hoy se experimenta en Venezuela: La rebelión de lo más progresista de su población contra la hez de la sociedad.

Los que viven en zonas populares pero con visión de futuro, los que desde muy abajo que luchan por superarse, y los muchos empobrecidos en lo económico más no en lo intelectual – esos sí salen – y se suman a la clase media para formar esa mayoría del pueblo venezolano que tenazmente plena avenidas y plazas.
Del denominado “lumpen” jamás se debe prescindir. En primer término por elementales razones de humanidad, solidaridad, caridad, y responsabilidad social. Pero la meta debe ser su inclusión social para que se eleven a formar parte de una clase media pensante – no para meramente ponerlos a votar como ganado con un diluvio de falsedades y bajo amenaza de perder alguna limosna.
Pero no se puede ni se debe exigir al pasivo colectivo marginal que tome la iniciativa: ese motor de arranque estará casi siempre en la clase media, con los osados estudiantes siempre a la vanguardia caminando siempre hacia el futuro.
Simón Bolívar y todos los libertadores del continente entendieron la palabra “pueblo” como una ciudadanía cívica y consciente, no como masa incivilizada. El sueño del Libertador – y de cuanto dirigente decente haya tenido nación alguna – ha sido y es rescatar a los que se encuentran sumidos en la miseria y encaminarlos hacia la superación, no rebajar las naciones al mínimo común denominador.

Solo unas pocas mentes enfermas y tenebrosas tratan de mantenerlos arranchados por generaciones para fabricar un utópico “hombre nuevo” que sólo existe en las desquiciadas imaginaciones de un Jorge Giordani (“No debemos eliminar la pobreza, ese es nuestro capital”) y de otros que aún deliran con las fracasadas teorías comunistas.
Hoy vemos un insólito ministro y-que de Educación del régimen insistir en que: “No vamos a sacar a gente de la pobreza para llevarla a clase media, para que después aspiren a ser escuálidos (opositores).” A confesión de parte, relevo de pruebas.

Al componer el Himno Nacional de Venezuela, el doctor Vicente Salias -prócer y mártir de la Independencia- con clarividente realismo identificó como “bravo pueblo” a los ilustrados ciudadanos que se decidieron a lanzar el yugo del imperio español. Previendo que después les apoyara ese pobre infeliz que -desde el interior de su choza- libertad pidió.

*

Carolina Jaimes Branger

En Venezuela el marketing es político y el régimen, como ya hemos dicho, no tiene escrúpulos… No es que los cerros no han bajado… es que es un milagro que la clase media –empobrecida, vapuleada, abusada- esté protestando…”