Libertad!

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miércoles, 30 de enero de 2013

EL HOMBRE Y LA CIENCIA



Gonzalo Villamizar A
Largo y accidentado es el camino  recorrido por la Humanidad en su viaje planetario, al comienzo despejando  sombras del entorno y de su mente primitiva con apoyo de escasas neuronas,  incrementadas  a través de los milenios que a lo largo de los tiempos se convirtieron  en cinco millones de años. Nació el Homo por disposición del Creador, tomando de entre los mamíferos más avanzados una criatura que llevaba su vida columpiándose en los árboles, con la intención de convertirla en “alguien”, una gente. Le pesaba apenas 400 gramos su cerebro, es el primer Homo,  Australopitecus, que pronto se apartó de su grupo homínido al sentirse diferente y junto con los nuevos individuos distintos sentaron domicilio conviviendo para consagrar la nueva especie merced a la evolución genética. De aquí en adelante se sucedieron cerca de cuatro millones de años y al final ya su cerebro pesaba 800 gramos, el descenso a tierra dejó de ser ocasional para hacerse permanente, el equilibro al avanzar pasó de las manos a los pies: había nacido el Pitecantropus  erectus, por primera vez caminando erguido, mirando de frente los horizontes para otear  caminos, en continuo desplazamiento por las tierras de su Continente Africano. A mitad de este caminar  el Homo presenta un milagro cuando dejó de dar gritos buscando comunicarse, igual que todos los animales, y emite sonidos que muestran el enlace entre las cuerdas vocales y la corteza cerebral pronunciando palabras que adquieren inteligencia, comunicación entre los semejantes, entonces comienza la civilización.  Cuando se acerca el final de este período, de ochocientos milenios, el cerebro del Homo pesa 1.200 gramos conteniendo cien mil millones de neuronas: es el nacimiento del Homo sapiens. Ya está en capacidad de emprender las marchas al abatir los miedos que le impedían ir allende el mar y océanos que lo rodeaban, ahora su cuerpo y su mente lo lanzan hacia todos los confines de la Tierra fundando razas de la especie humana. El agitado caminar, incansable, tuvo sus momentos de moderación cuando distintos pueblos se instalaron en las islas jónicas y áreas continentales de Grecia, donde los recién llegados se volvieron lugareños fundando pueblos, pudieron sentarse a conversar, compartir y discutir ideas, aparecieron los pensadores, algunos elaboraron doctrinas acordes a su mente superior de donde surgieron los filósofos, son los inicios de la civilización occidental. Esta presencia del Homo sapiens acaece hace alrededor de cien mil años, y desde ahí hasta nuestros días los pueblos asentados fueron creando culturas, de las cuales la más sobresaliente es la civilización Occidental, creación grecolatina, llevada por Roma a España y luego la Madre Patria nos la trajo a América. Ahora es global la civilización, ejemplo, Japón adoptando el legado de occidente conservando su fisonomía cultural clásica, adhesión y equilibrio acordes con la era tecnológica actual, la Tierra acoge a sus habitantes para  la Civilización Global.
    




Primera moneda con la efigie del Libertador en la República de Venezuela: La Bamba: 5 Reales (50 Centavos) 1873.

Gerónimo Alberto YerenaCabrera

Las primeras monedas acuñadas con la efigie de Bolívar fueron realizadas en la República de Bolivia, aún en vida del Libertador en el año de 1827. Se acuñaron monedas de plata entre los años 1827-1830.
Efigies de las monedas venezolanas durante la República
La primera efigie de las monedas de la República de Venezuela fue la efigie de la Libertad, uno de los símbolos de la Francia revolucionaria que se impuso en los sistemas monetarios americanos, la cual sustituyó a la efigie de los reyes españoles, grabadas en el anverso de las monedas coloniales españolas. Apareció en las emisiones de 1843, 1852, 1858 ,1862 y 1863.
La segunda efigie fue la del General Páez, fundador de la República de Venezuela, en el año de 1863. Esta emisión no llegó a circular debido que fue derrocado poco antes que las monedas llegaran al país.
La tercera efigie que aparece es la del Libertador Simón Bolívar en el año 1873; la primera moneda con su efigie en el país.
La cuarta efigie fue la del general Juan Vicente Gómez del año 1930. Estas monedas tampoco llegaron a circular, debido a que la ceca se opuso a recibir la entrega de plata; sólo llegaron a acuñarse las pruebas con valor de 5 y 2 bolívares de plata y 100 bolívares de platino.
Moneda de cinco reales (la Bamba)
                                                  
 Este nombre se lo  dio  el pueblo a las monedas de plata de 5 reales acuñadas en los años de 1873,1874 y 1876. Correspondían a medio venezolano, cincuenta centavos. Fue conocida popularmente como Bamba y se consideraba como “pavosa”. El valor de cincuenta céntimos es debido a lo siguiente: La unidad monetaria en la colonia era el real; con la fundación de la República la unidad
pasó a ser, de hecho, los diez reales; esta  moneda era virtual, pues no existía físicamente, sin embargo por falta de monedas en el país, circulaba, y así era admitida, monedas extranjeras de valor y peso en plata similares a los diez reales. 
Desde 1835 se había hecho el intento de regularizar el sistema monetario, por medio de leyes sobre reformas de la tabla y el establecimiento de la unidad monetaria, las cuales nunca llegaron a la práctica, y se continúo virtualmente con la unidad de diez reales.
Al acuñarse en el año 1858 la primera moneda de plata con valor de cinco reales, con la efigie de la Libertad de perfil izquierdo en su anverso,  esta  tendría un valor de cincuenta céntimos, o sea, la mitad de la unidad monetaria de diez reales, tal como aparece en el reverso de la moneda: 5 Rles, 11.50 Gs.  Aunque no oficialmente en forma definitiva, se había impuesto desde la Primera República; pero fue con la aprobación de la Ley de Monedas del 11 de mayo de 1871, cuando se establece en forma oficial una nueva unidad monetaria: El Venezolano equivalente a diez reales(acuñado en plata por primera vez en 1876), con el propósito de unificar las monedas que circulaban en el país. 
El gobierno decreto la conversión de las cuentas a la nueva moneda de curso legal y deberían ser todas expresadas en venezolanos y en sus centavos, además las monedas extranjeras que circulaban en el territorio nacional dejarían de ser medio legal de pago.      Recuérdese que el actual Bolívar, la antigua moneda de dos reales, existió como moneda con esa denominación cuando fue decretado como unidad monetaria por ley el 31 de marzo de 1879, y el  Venezolano  pasó a ser ese mismo año cinco bolívares.
En el año 1873 se realiza la acuñación de la moneda de 5 Reales, 50 centavos o “Bamba” como se le conocía popularmente, la cual se convirtió en la Primera Moneda Venezolana Con Efigie del Libertador Simón Bolívar. Se encargó a Albert  Desiré Barre (1818-1878), grabador General de la Casa de La Moneda de París ejecutar los primeros troqueles de moneda venezolana con la efigie de Bolívar. Barre tomó por modelo el dibujo del pintor venezolano Carmelo Fernández, sobrino del general José Antonio Páez, Fernández conoció a Bolívar en persona, lo cual hace suponer que su retrato refleja acertadamente los rasgos del Libertador.    Este retrato del Libertador fue publicado en la Historia de Venezuela de Baralt y Díaz, editada en Francia en 1841 y sirvió junto con el medallón de David d’Angers  y el bosquejo de Roulin para plasmar la excelente efigie de Bolívar que ha permanecido desde entonces en las monedas de Venezuela,  a partir de 1873 hasta la fecha su grabado ha sido el invariable emblema de la moneda venezolana de oro y plata, y esperamos que así continúe.
En el año de 1973 con motivo de celebrar el centenario de esta moneda 1873-1973, se acuño una moneda conmemorativa con valor de diez bolívares denominada Doblón.
Bibliografía
Tomás Stohr. Monedas de Venezuela. Ernesto Armitano Editor. Caracas. 1980.
Mercedes Carlota de Pardo. MONEDAS VENEZOLANAS. Banco Central de Venezuela. Colección histórico-económica venezolana. Caracas. 1989.
Enrique Bernal M. Preguntas y Repuestas de Numismática Venezolana. Caracas. 1984..
 
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La segunda estrofa del aguinaldo Tucusito data del siglo XIX.

Gerónimo Alberto Yerena Cabrera

Tucusito :Canción Navideña
La segunda estrofa de Tucusito uno de los aguinaldos más conocidos y apreciado en nuestro país data del siglo XIX. 

“Te  vestiste de amarillo
Pa´ que no te conociera”

La historia es la siguiente: En la segunda presidencia del General en Jefe y fundador de la República de Venezuela, el excelso José Antonio Páez, la Diputación Provincial de Caracas con fecha 19 de noviembre de 1840, resuelve vender al Gobierno Nacional el edificio de la esquina de Principal, propiedad del Consejo Municipal, donde funcionaba  en  ese entonces  la Cárcel Real y la sede de las Casas Capitulares.  Dueña la Nación de esta edificación fue   transformada en despacho del Presidente de la República y del gabinete ministerial y se denominó Palacio de Gobierno. En 1873 el Presidente, General  Antonio Guzmán Blanco, el “Ilustre Americano”, decreta la reconstrucción total  del edificio  encomendándole las obras al  arquitecto Juan Hurtado Manrique, y la destina para residencia de los presidentes. En esa oportunidad dispone pintar de amarillo -el color del Partido Liberal- las paredes exteriores del palacio, dando lugar esa medida al estribillo, que el pueblo de Caracas cantara en tono burlón, y que luego pasó en su evolución a formar parte de la segunda y más recordada estrofa de nuestro querido aguinaldo “Tucusito”, cónsona con la idiosincrasia del caraqueño. La edificación, la cual desde el año 1911 se convirtió en sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, y desde esa época, continúa llamándose “La Casa Amarilla”.

Letra completa:
Tucusito, Tucusito
Llévame a cortar las flores
Mira que en las Navidades
Se cantan de las mejores

Vuela///, Vuela
Llévame a cortar las flores

Vuela///, Vuela
Llévame a cortar las flores
Te vestiste de amarillo
Pa' que no te conociera
Amarillo es lo que luce
Verde nace donde quiera

No te remontes tan alto
Bella flor tan presumida
En el aire estas mejor
Es más suave la caída
Youtube.

Fuente consultada.
La Caracas de Bolívar. Raúl Díaz Legórburu. Gobernación del Distrito Federal. Caracas 1983. Pag 63.
De las Casas Reales al Palacio de Gobernación. Juan Ernesto Montenegro,William Niño Araque, Élida Salazar. Gobernación del Distrito Federal. Caracas 1995. Pag 40.
 
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La Perica canción popular venezolana del siglo XIX.Historia

Gerónimo Alberto Yerena Cabrera
La famosa canción folklórica La perica data de la época del siglo XIX durante el Gobierno del Presidente Linares Alcantara (1877/1878) su autor fue el compositor italiano Gallignani, quien  residió un tiempo en Caracas, según relata el profesor José Antonio Calcaño.  Calcaño refiere que diversas personas le han atribuido la canción a Lino Gallardo, pero que la escritora y viajera Madamoiselle Jenny de Tallenay es quien da el nombre con certeza del autor, el compositor Gallignani, y es a  quien avala. Con certeza fue Gallignani quien le puso música durante su permanencia en Caracas, que exista la posibilidad de que Lino Gallardo haya compuesto parte de la letra quizás quedará la duda, tal como sucede con el Himno Nacional venezolano.
La escritora francesa en  1878, cuando tenía 23, años viajó con su padre Henri de Tallenay, cónsul general y encargado de negocios de Francia en Caracas. En esta ciudad contrajo matrimonio con Ernest von Bruyssel, el ministro belga en Venezuela. Durante los tres años que vivió en Venezuela alcanzó a conocer Puerto Cabello, Valencia, Maracay y San Juan de los Morros. En las salidas le gustaba coleccionar insectos, sobre todo especies de arañas. Al volver a Francia publicó Souvenirs du Venezuela: notes de voyage (París, Librairie Plon Nourrit, 1884); en la página 324 refiere el relato de la canción de la Perica y su compositor  Gallignani.

Letra original. 

Cuando la perica quiere
que el perico vaya a misa
se levanta muy temprano
a plancharle la camisa.

Ay mi perica dame las patas
para ponerte las alpargatas.

Cuando la perica quiere
que el perico la enamore
se coloca en la pechuga
un collar de cundeamores.

Ay mi perica...

Cuando la perica quiere*
que la bese su perico
coquetona abre las alas
se adormece y abre el pico.

Ay mi perica...
*(nota: quizás esta última estrofa se agrego posteriormente y no corresponde a la original)

Según la escritora y periodista Marisa Vannini en su libro “Italia y los Italianos en la Historia y en la Cultura de Venezuela” esta canción luego de compuesta por Gallignani,  le han realizado varias transformaciones, y una de las últimas que le han agregado es la estrofa siguiente, que no corresponde a la letra original, y que la cantan los cañoneros:
“Yo no me explico
Como el perico
Teniendo un hueco
Debajo del pico
Pueda comer
No puede ser…”

Bibliografía consultada.
José Antonio Calcaño. La Ciudad y su Música.
Marisa Vannini. Italia y los Italianos  en la Historia y en la Cultura de Venezuela.
Guillermo José Schael. Caracas La Ciudad que no vuelve.
Rosa Isabel Zarama Rincón. Protagonistas del guzmancismo bajo la mirada de viajeros extranjeros. Universidad Pedagógica Experimental Libertador.Instituto Pedagógico Rafael Alberto Escobar Lara. Maracay.


Jenny de Tallenay. Souvenirs du Venezuela: notes de voyage (París, Librairie Plon Nourrit, 1884).
-En español. Caracas: Ministerio de Educación (Biblioteca Popular Venezolana, 51), 1954. Pag 263.


http://youtu.be/wPBjOIJCYDM

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LA PROMOCIÓN DE MÉDICOS DEL AÑO 1920 Y LA CERVECERÍA DONZELLA.

Gerónimo Alberto Yerena Cabrera.


Celebración de la Graduación y las Bodas de Plata, en la Cervecería Donzella.

Esquina de la Torre

Esquina de Principal

Edificio Washington

Cerveceria Strich/Donzella

Esta promoción integrada por 15 estudiantes quienes iniciaron sus estudios en el año de 1915, en la Escuela de Medicina Particular ubicada de Llaguno a Bolero, celebraron su graduación en la famosa cervecería Strich,  situada en el antiguo “Edificio Washington” (donde anteriormente había sido la sede del Hotel Klindt), entre las esquinas de  Torres a Principal.

 El edificio quedaba en el ángulo noroeste de la esquina de la Torre, y la cervecería estaba en la planta baja, en dirección a la esquina de Principal en todo el frente donde se ubica  la retreta de la Plaza Bolívar. Cervecería famosa desde esa época, allí era el centro de reunión de todos los personajes de importancia de la sociedad caraqueña, y lugar preferido del “irrepetible” Vito Modesto Franklin “Duque de Rocanegras”.

En sus cuatro ángulos de la  esquina de la Torre estaban las siguientes edificaciones:

ángulo  noroeste: Edificio Washington, demolido impunemente en el año 1967; ángulo noreste: Hotel Madrid (sitio original donde estuvo situada la Cervecería Strich); ángulo suroeste: La Plaza Bolívar; ángulo sureste: la torre de la Catedral.

 Para ese entonces J.J. Donzella, hombre de confianza de Gustavo Strich, y con experiencia en la atención a la clientela, fungía de anfitrión y de socio y atendió con gran esmero directamente a los colegas.


Luego, para la celebración de sus Bodas de Plata en el año 1945 eligieron nuevamente la misma cervecería situada en esta oportunidad, desde el año de 1936, entre las esquinas de Principal a Santa Capilla, N° 4, y bajo la dirección de
Donzella: Cerveceria Donzella.  
 
  Donzella, quien gozaba de un gran prestigio de la sociedad caraqueña, quedo muy satisfecho de este acto por el aprecio y reconocimiento a su negocio que le mostraron los colegas al haber celebrado los dos eventos tan importantes.

La promoción la integraron los mismos 15 estudiantes que iniciaron sus estudios en el año de 1915, fueron ellos:
Martín Vegas (dermatólogo), José Ignacio Baldó (tisiólogo), Pedro González Rincones (radiólogo), Bernardo Gómez (cardiólogo), Gutiérrez Alfaro ( obstetra), Pedro del Corral* (cirujano), Pedro Blanco Gásperi (cirujano), Gustavo Machado Hernández (pediatra), Guillermo Hernández Zozaya(pediatra), Pedro Rodríguez Ortíz (cirujano), Antonio José Castillo ( cirujano), Arístides Tello Olavarría ( cirujano), Héctor Landaeta Payares (radiólogo), Julio García Álvarez ( otorrinolaringólogo), Gutiérrez Solís ( traumatólogo).

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Roof Garden del Hotel Madrid, Caracas



Gerónimo Alberto Yerena Cabrera
Esquina de la Torre
Crónica de Caracas en canciones
Orquestas de Billo Frometa
“El cochero Isidoro” El último cochero de Caracas
Tomás Maza, el penúltimo cochero de Caracas.
 Sueño caraqueño”
 Epa’ Isidoro”


El antiguo y famoso Hotel Madrid, de principio del siglo XX, estaba situado en el ángulo noreste de la esquina de la Torre, en todo el frente de la torre de la Catedral de Caracas. El edificio se llamaba  Edificio Alcázar. Fue en este hotel donde originalmente estuvo ubicada la Cervecería Strich/Donzella antes de mudarse entre Torres y Principal. En la amplia terraza del hotel se instaló una de los mejores salones de fiesta caraqueñas: El Roof Garden, que junto con La Suiza, El Trocadero, El Lonchamps y El Sans Souci, fueron los sitios predilectos de los caraqueños para disfrutar del baile y de los espectaculos. Fue lo que se llamó: “té danzante” o “Los vermut de los domingos por la tarde”. Los días de semana generalmente funcionaban de martes a sábado en la noche, con horarios variados dependiendo del salón.
En el caso del Roof Garden, los días de semana funcionaban de 9 p.m a 4 a.m. Cuando la orquesta "Mingo and his Wopee Kids" terminó su contrato y abandonó el Roof Garden del Hotel Madrid, coincide con la feliz llegada a nuestro país del famoso e inolvidable Luis María Frómeta, quien había llegado a Venezuela un 31 de diciembre de 1937, y esa misma noche debutó en el Roof Garden contratado por  los hermanos Sabal, con su orquesta Billo’s  Happy  Boys.
En el año 1939 por problemas diversos se disolvió la orquesta y la mayoría de los músicos dominicanos o regresaron a su país o trabajaron en otros grupos musicales. Billo decidió organizar la orquesta con músicos venezolanos y un sólo dominicano que lo acompaño; para mediado del año de 1944 ya tenía formada la nueva orquesta que la llamó: Billo’s Caracas Boy. El estreno de la “Billo´s Caracas Boys” fue el día 31 de agosto de 1940, nuevamente en el Roof Garden, precisamente donde Billo debutó en el país. De allí en adelante es historia conocida para todos los venezolanos quienes lo adoptamos como uno de los más brillantes paisanos y el músico que más le compuso y quiso a nuestra apreciada Caracas, La Sultana del Avila.
Es de hacer notar, que luego de este cambio de estilo con la participación de Billo en el Roof Garden, el establecimiento se hizo más famoso de lo que ya era, y a partir del inicio de la década de los cuarenta Caracas empieza a ser una ciudad de vida nocturna mucho más prospera. Para ese entonces con la llegada de Billo, mi abuelo materno Macario Isidoro Cabrera González “El Cochero Isidoro” (Tenerife 1880-Caracas 1963), el último cochero de Caracas, quien tenía uno de sus puntos, entre  las esquina de Bolsa a Padre Sierra o el Club Venezuela, decidió trasladarse entre  las esquinas de Torres a Gradillas y dedicarse a trabajar sólo de noche; según él, porque ya estaba la ciudad con muchos carros en las horas diurnas, y porque, durante las noches, conseguía mejores clientelas en ese punto, sobre todo, luego del debut de Billo, a quien conoció en enero de 1938 e hizo una progresiva y silenciosa amistad hasta su muerte.
Fue ahí donde Billo oyó por vez primera el saludo de  Epa’ Isidoro de los transeúntes y de los choferes que por allí pasaban, cosa que le llamó mucho la atención. Ya, a los inicios de esa época se había retirado el penúltimo cochero, el señor Tomás Maza en el año de 1940.
En el año de 1958 Billo saco un LP para celebrar sus veinte años de haberse iniciado en el Roof Garden del Hotel Madrid, y lo denomino: Recordando al Roof Garden.
Crónica de Caracas en canciones
Para la celebración del Cuatricentenario de Caracas, Billo compuso dos canciones que hacen historia. La primera, SUEÑO CARAQUEÑO” es una excelente crónica de Caracas compuesta en 1964, donde menciona todos los sitios emblemáticos de la Caracas de los años treinta y cuarenta que él conoció, y los acopla de un manera brillante; como son o fueron:
“Los pasteles del Tricás después de misa”.  El Tricás era una panadería en el centro de Caracas, quedaba cerca de la Plaza Bolívar, donde se reunía la gente a tomar café y comer pasteles, era un sitio muy selecto, donde la gente se comía un pastelito y un café por real y medio, y ese era un precio muy caro para la época. 
“El Pampán de Gradillas a Sociedad”, una especie de panadería y pastelería, donde la gente se reunía a oír música y comer cosas menudas, pero no se bailaba. 
“Los vermuths los domingos por la tarde/ Donde toda la cuerdita iba a bailar”. Como mencionamos, era la costumbre de los caraqueños de ir a bailar a estos salones.
“Se acabó la media lisa de Donzella”. Para la época de Billo, la cervecería estaba ubicada de Principal a Santa Capilla, que fue la última mudanza(la sexta) en el año de 1936. Ya en la original cervecería situada en el Hotel Madrid, el señor Strich había ideado y popularizado la Lisa y la Media Lisa luego de la Primera Guerra Mundial.  
“Jaime Vivas y El Trianón, se fueron ya”. Eran restaurantes muy populares. El primero se mudo de la Candelaria a Sabana Grande, hace unos cuantos años, y aún existe
“Ni la India, ni La Francia y La Atarraya”. ”.  La India quedaba de Gradillas a Sociedad, al lado del Palacio Arzobispal, en pleno centro.  “La Francia” quedaba en la esquina de Los Monjes.  Ambas eran heladerías donde al mismo tiempo servían licor.  Se dice que los helados eran espectaculares.  “La Atarraya”, quedaba cerca de la Plaza San Jacinto. Era una bodega grande donde se expendía de todo.

“Perecito en Palo Grande, ya no está”.  Era el famoso “Bar de Perecito”. Quedaba en el sector Palo Grande en San Martín, fue también una arepera muy concurrida. Allí asesinaron a puñaladas al boxeador Oscar Calles. Ya no existe.

Ya no queda ni el Roof Garden ni La Suiza”.  El Roof Garden y La Suiza, como ya lo expusimo eran salas de baile.  La Suiza quedaba en Caño Amarillo.

“El frontón de Jai Alai no existe ya”.  Era un sitio visitado por muchos extranjeros que practicaban este extraño deporte para el caraqueño: JaiAlai. Se llenaba de curiosos por la novedad del juego.  Quedaba donde funcionó la Creole Petroleum Corparation y luego funcionó allí la Seguridad Nacional en la avenida México.

“Las muchachas ya no van por La Planicie”.  En esa época los jóvenes y niños iban a patinar.

“Y a Los Chorros casi casi nadie va”Actualmente, dado que Caracas carece casi casi de sitios de recreación, aún lo visitan, sobre todo, los domingos.




“SUEÑO CARAQUEÑO”. 
“Han cambiado mi Caracas compañero
Poco a poco se me ha ido mi ciudad
La han llenado de bonitos rascacielos
Y sus lindos techos rojos ya no están

Los pasteles del Tricás después de misa
El Pampán de Gradillas a Sociedad
Los vermuts los domingos por la tarde
Donde toda la cuerdita iba a bailar

Se acabó la media lisa de Donzella
Jaime Vivas y el Trianón se fueron ya
Ni la India ni la Francia y la Atarraya
Perecito en Palo Grande ya no está

Ya no queda ni el Roof Garden ni la Suiza
El frontón de Jai a lay no existe ya
Las muchachas ya no van por La Planicie
Y a Los Chorros casi casi nadie va... “

La segunda, porque inmortalizo  a su amigo Isidoro, quien había dejado el coche en el año de 1961 y murió en  1963. Sólo recordado por los caraqueños de mediado del siglo XX, por la canción de Billo, y por sus familiares que aún está presente en nuestros corazones.
                                         EPA’ ISIDORO
                                            Epa, Isidoro,
                                            buena broma que me echaste
                                            el día que te marchaste
                                            sin acordarte de mi serenata.

                                              
Epa’, Isidoro,
                                           cuando vuelvas por Caracas,
                                           explícale a las muchachas
                                           que te fuiste lejos, sin decir adiós.

                                           Y sigo pensando
                                           que ese viaje tuyo no era necesario,
                                           ahora que Caracas
                                           está celebrando cuatricentenario.

                                           Epa’, Isidoro,
                                           por las calles de los cielos
                                           en tu choche roto y viejo
                                           la cuerdita nuestra te recordará...
yerena.geronimo@gmail.com