DR. VICENTE E. GUERRERO B.*
Los
nuevos dilemas que enfrentan las sociedades médicas conducen a una necesaria
discusión de los valores básicos con decisión y coraje para enfrentar los
problemas. Los médicos somos herederos
de valores milenarios, pertenecemos a una cofradía que ha dejado huella en las sociedades, y sus
miembros provocaron profundos cambios en el pensamiento intelectual, en la
filosofía, la técnica y la ciencia, además de propiciar cambios en las
estructuras sociales. Somos y pertenecemos a
una organización hermética y como
tal somos blanco predilectos de otras organizaciones sociales, políticas, religiosas
que ven en nosotros una especie imposible de manipular, transformar o quitarnos
la libertad que nos permite actuar con independencia y manejar valores
celosamente defendidos como la ética y la moral, que son nuestro poder y
nuestra gloria.
Nuestras
organizaciones médicas, Academias,
Colegios Profesionales, Asociaciones Científicas, nos han permitido siempre la
oportunidad de en “LIBERTAD” discutir y
confrontar ideas, analizar actitudes o actos de nuestro diario accionar,
informarnos, revisar técnicas y procedimientos de la ciencia y el arte médico y
sobre todo confraternizar bajo el manto de nuestra profesión con total
independencia de aspectos raciales, religiosos o políticos.
Hoy
debemos como en otros tiempos, debemos confrontar nuevas concepciones y con
la carga histórica que transportamos aclarar dudas, explicar alguna de nuestras
conductas y asumir las nuevas proposiciones que indudablemente generaran nuevos
imperativos, nuevas esperanzas, nuevas utopías. En definitiva enfrentarnos a
dilemas ya que en la sociedad hay conflictos porque hay posiciones diversas, es
decir varias opciones frente a un mismo problema. Necesitamos con urgencia que
una EDUCACION LUCIDAMENTE UNIVERSITARIA
recupere su protagonismo ya que se deberá defender la unidad fecunda
contra la estéril uniformidad, la ausencia de esta unidad fecunda universitaria
es la causa de la agonía de la sensibilidad democrática.
Surge
indudablemente la pregunta: ¿PARA QUE SIRVE LA CIENCIA O LA EDUCACION UNIVERSITARIA?.
Sirve para aspirar a un futuro mejor y más democrático, desarrollar la capacidad crítica y acceder a
la participación pública de la gestión de los saberes y poderes que gobiernan.
Pero es “vital” un “entorno amigable” donde llevar la controversia hasta los
límites extremos que nos permitan discernir con claridad el verdadero problema
y encontrar las rutas posibles dentro del marco de “incertidumbres” que nos
manejamos.
Como lo
expresara JUAN BAUTISTA ALBERDI en el
siglo pasado o RAYMOND AARON actualmente,
el enfrentamiento esta dado en una forma
de exceso retórico de muchos que no se dirigen a la sociedad para requerir su apoyo sin o para apelar a horizontes utópicos o a hechos
espectaculares traspasando el límite
entre la pasión cívica moderada y la pasión ideológica que manipula a la
ciudadanía con ilusiones proféticas.
¿PORQUÉ UNA DISCUSION LUCIDAMENTE UNIVERSITARIA?
El discurso
político al que asistimos incursiona en la dialéctica del HOMBRE NUEVO
desconociendo valores fundamentales que
significaron largas luchas de profesionales médicos. Venezuela sentó las bases
de un accionar medico basado en profundos conceptos ético-morales y sobre todo con una concepción humanista donde el valor
del “ser humano” y de la “vida” fueran su esencia, su deber de respetarla defendiendo la dignidad del hombre (RAFAEL MUCI-MENDOZA).
Transformar el
discurso milenario de los médicos en
PATRIA O MUERTE es indudablemente
conducirnos a clasificar a un sector de
los seres humanos en “Untermenschen” o “subhombres” que los condujo hacia a los
campos de exterminio como en
Bunchenwald, Treblinca, Auschwitz,
Camboya, Ruanda, o las ya ciento de formas de destrucción humana por
razones políticas o de “salud” publica como ocurriera con el “GULAG” o en Argentina, Chile, Uruguay,
El Salvador, Nicaragua (ayer y hoy), el objetivo evidente, como lo dijera ANDRE MALRAUX , es que se pierda la condición de hombre, la
condición humana.
Modificar la
“esencia” de la formación profesional médica y transformarla en formación “técnica” bajo el recurso de un
“hombre nuevo para una sociedad nueva”
es el evidente “objetivo”, sobre todo
apartarlo de la formación humanista y universal que forma un individuo
para la confrontación de las ideas con el respeto por la opinión ajena, para
que sepa ejercer la democracia y sobre todo ser un profesional médico de
valores humanistas y éticos. Cumplir este objetivo de “alineación” significa además echar a la hoguera la obra de pensadores como
LUIS RAZETTI, sería en definitiva crear al hombre “masa” al decir de ORTEGA Y GASSET que llevarían a acabo la revolución
de las “masas”.
Retornar a la
discusión académica es una de las prioridades importantes frente a otras
amenazas que se ciernen sobre el universo de la medicina.
¿QUIEN FINANCIARA LA
SALUD?
Se esta
conduciendo a los servicios médicos hacia las reglas del mercado. Hay estudios
de factibilidad sobre áreas de crecimiento económico que indican que la salud
es un “negocio” de alta rentabilidad junto a alimentación, sistemas de
comunicaciones, electrónica, etc. Hay
empresas que están ofreciendo “atractivas”
y “tentadoras” ofertas de servicios que utilizan un sistema publicitario
de “ofertas” que contradicen las reglas
y normas del ejercicio médico.¿ Por que? sería la pregunta, y es porque la
alimentación y la salud son necesidades vitales del ser humano.
Ingresan al
sistema de prestación de servicios médicos entes “financiadores” que aseguran
que la “oferta” pueda cumplirse. Compañías de seguros, reaseguros, banca
financiera ven un mercado cautivo de millones de personas aportando a sistemas
de capitalización para financiar seguridad social cuyos aportes e intereses
generados significan un capital nada despreciable para los sistemas operativos
bancarios. Hoy presenciamos la fragilidad del sistema financiero que arrastrara
indudablemente a quienes basaron su “confianza” en él.
Lo preocupante
frente a esta realidad es que se
fracturó la capacidad de ahorro de la sociedad, sus fondos de reserva frente a
la contingencia (seguridad social) se han volatilizado, el crédito se restringe
con lo cual disminuye la inversión, los costos operativos aumentan, aumenta el
precio del dinero. Tenemos que sumar a este universo los
costos en salud que se incrementan y
tanto el subsector público como el subsector privado deben afrontar un nuevo
conflicto. El subsector publico vera una reducción de sus presupuestos con
costo altos que se traducirá en la calidad de la prestación de servicios de
atención médica y replanteo de los planes y proyectos en prevención de salud.
Mientras que el subsector privado se encontrará con una reducción de usuarios
debido a las limitaciones que tendrá el financiamiento para la prestación de la
atención en salud.
En poco tiempo el Poder Político se encontrara
con una presión política y social de la
comunidad en mínimas condiciones de subsistencia, con una falta de recursos
para cubrir todos los requerimientos, con una burocracia ineficiente y vastos
sectores de la misma que se desenvuelven en la corrupción protegidos por un
sistema jurídico desactualizado y deficiente en imponer sanciones. Pese a un considerable aumento de divisas por
los precios petroleros, la caída del sistema financiero arrastra a un estado
ineficiente para enfrentar la crisis al no preveer proyectos de reservas que
atenúen el déficit de la deuda interna y sin haber solucionado las necesidades
básicas de la población en salud, alimentación, transporte, seguridad,
infraestructura, seguridad social, etc.
Por si fuera poco se deberá resolver la situación de tres sistemas de
prestación de atención médica del subsector público en los cuales se
profundizara la crisis presupuestaria y se multiplicara la deficiencia de la
prestación de atención médica tanto por la falta y precariedad de recursos como la incapacidad de responder frente al aumento
de los usuarios.
Los profesionales
médicos deberán enfrentarse a una sociedad que exigirá a los profesionales del
subsector salud su contribución al sostenimiento de un ejercicio medico precario y en general con magras
retribuciones económicas ( o ninguna) por la prestación de servicios médicos.
En definitiva tendremos
que plantearnos la necesidad de CREAR UN SISTEMA MEDICO JUSTO, EQUITATIVO Y DE
INGRESO UNIVERSAL. Entendiendo que equitativo no es lo mismo que igual, equidad
significa oportunidades para tener acceso a los factores que hacen posible que la gente pueda generar
ciertos ingresos que le permitan alcanzar un nivel aceptable de bienestar.
En el subsector
privado se deberá analizar y discutir como resolver las alternativas que se nos
presentan frente a situaciones como estas:
- Los medios y
recursos serán múltiples, costosos y complicados
- Los recursos
diagnósticos y terapéuticos serán cada vez mas eficaces y más caros.
- El hombre
necesitará cada vez mayor asistencia, será por lo tanto más débil y
dependiente de los otros.
- La relación entre sano y enfermo será cada vez más
compleja y ambivalente.
- Los servicios
de atención médica deberán enfrentar: cobertura, precio,
condiciones de financiamiento.
En definitiva resolver las necesidades de salud de la
sociedad al menor precio y con la mayor calidad profesional y técnica.
Los cambios y la
“incertidumbre” son parte de la cotidianeidad del mundo de hoy, la variabilidad
externa hacen impacto en las falacias que ya existían o en las definiciones
imprecisa de una gama amplia de aspectos que deben ser afrontados sin
dilaciones y con el coraje necesario cubrir la brecha entre la realidad y las
expectativas para revertir nuestra propia situación vital.
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DR. VICENTE E. GUERRERO B.
EDITOR REVISTA MEDICA RAZETTI
MEDALLA “DR. HERRERA LUQUE”
BARQUISIMETO- ESTADO LARA
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