Libertad!

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lunes, 28 de septiembre de 2015

CÁLLATE QUE ME DESESPERAS

JESUS ALFARO GARANTÓN

 


Image result for Jesús Alfaro,VenezuelaViví mi juventud en Chile, allí pasé 7 hermosos años, era Chile un país donde imperaba una gran democracia y acogía con los brazos abiertos a los perseguidos políticos de toda América. Yo era un muchacho y nunca sentí el estigma de ser extranjero. Mis compañeros de estudio y amigos, por el contrario, se aceraban a mí con el fin de aprender vivencias y costumbres foráneas, con eso paleaban la condición de ostracismo que vivía el chileno común, dado a las condiciones económicas y a la lejanía geográfica del país sureño. Mi abuelo tenía un dicho, que después me resultó muy cómico, cuando explotaba por alguna circunstancia adversa gritaba “me voy a ir para Chile” que era más o menos irse “más allá de más nunca”. Las circunstancias le hicieron caer en su error cuando su hijo mayor y su familia se vieron en la necesidad de pedir “asilo contra la opresión” arropados por el rojo, azul y blanco de la bandera chilena.  

Guardo bellos recuerdos de mi “chilenidad”, cuando regresé a Venezuela me sentía extraño yo hablaba con un fuerte acento chileno, no en vano pasé mí adolescencia en Santiago. Mis primeros amores fueron chilenas y mis grandes amigos también eran de allá. El tiempo me fue adaptando nuevamente a la patria que había perdido. En mi familia persisten algunas costumbres y dichos chilenos: tales como “al tiro, nomás” que traducido al castellano quiere decir de inmediato. No por estas experiencias he dejado de sentirme menos venezolano que cualquiera y hoy con la sapiencia de los años me siento en la obligación de criticar y luchar por un mejor futuro para nuestro país.

Leí con asombro la descomunal injusticia que se quiere cometer contra el comunicador Cesar Miguel Rondón simplemente porque es brillante y se le quiere atacar por no interrumpir una entrevista y no emitir palabras en defensa de la posición de maduro en ordenar el atropello a personas que viven en la frontera colombo venezolana y  Conatel en un ataque de generosidad le otorga la nacionalidad mejicana por el hecho de haber nacido en esas tierras. Mis sobrinas las bellas morochas nacieron en Londres y no saben ni hablar inglés, ¿Eso las invalidaría de ser venezolanas? , ¿Ese hecho las hace querer menos a Venezuela que las nacidas en El Guarataro? Vivir en el exilio es muy duro y difiere mucho de las sensaciones de un viaje de placer. No es fácil subsistir en la pobreza en tierra extraña. Cuando viví en Chile eran tiempos de oprobio en Venezuela donde imperaba, para variar otro régimen autoritario de corte militar. Fue la dictadura de Pérez Jiménez donde se impuso un gobierno militar donde mandaban los generales y donde se estableció que la cultura y el pensamiento disidente eran peligrosos. Se llenaron las cárceles con los mejores hombres y mujeres del país, porque representaban la inteligencia y la capacidad de enrumbar a Venezuela en la senda de la democracia y del respeto al ser humano. Fueron miles los presos y centenares los muertos que colmaron las prisiones. TODOS INOCENTES. No había escapatoria o te pudrías en el calabozo o aceptabas el exilio, el que pudo se alejó de Venezuela. Cesar Miguel y yo tenemos algo en común, él fue el hijo nacido en la lejanía, yo fui el hijo llevado a otras tierras.

Ante la tentativa de sembrar la duda de su nacionalidad, el comunicador responde con un editorial donde expresa ”fueron años complicados de persistente escasez económica, de dificultades de todo tipo y como no había familia, porque no teníamos tíos, ni tías, ni abuelos la inmensa comunidad de adecos y comunistas exilados pasó a ser nuestra familia…” Increíblemente esa fue  mi propia experiencia, los exilados venezolanos en Chile fueron mi propia familia, me crie con los hijos de esas maravillosas personas que fueron deportadas de Venezuela por la simple razón de ser honestos. Los Massiani, hijos de aquel gran señor de las letras Don Felipe Massiani, los Pizani, hijos del “peligroso” ex rector de la UCV Rafael Pizani, de los Mayobre, hijos del economista Eduardo Mayobre, ministro de economía, de Dominguito el redactor del Morrocoy Azul llamado Domingo Bracho Montiel, de Valmore Rodríguez, ex presidente del Congreso Nacional, de Braulio Jatar Dotti futuro senador, de Francisco Olivo, uno de los fundadores de la CTV, de un joven médico pediatra que luego fuera Presidente de Venezuela, Jaime Lusinchi y de Héctor Mujica, periodista y líder del partido comunista, nombrarlos a todos se haría infinito, pero el cariño en el recuerdo se hace patente. Hoy casi todos desaparecieron pero la familiaridad con sus hijos y nietos aún continúa.

Image result for Jesús Alfaro,VenezuelaPasaron 40 años para que se instalara un nuevo régimen militar, pero en esta ocasión con un grupo de resentidos, un ensayo protagonizado por un militar que no llegó ni a las grandes ligas, donde apenas rasguñó y con mucho esfuerzo el grado de teniente coronel, secundado por un teniente retirado y heredado por un chofer de autobús con la mala fama de reposero. El desastre que vive nuestro querido país en la actualidad era predecible ante la evidente incapacidad demostrada por sus ductores. Hoy que perdieron el escaso apoyo popular comprado con la bonanza petrolera intentan perpetuarse en  el poder sembrando el miedo entre sus críticos

Intentar atacar a Cesar Miguel Rondón porque nació en México, hijo de una pareja de exilados venezolanos no es más que UNA CANALLADA. No conozco personalmente a Cesar Miguel, soy de esos amigos invisibles que producen los medios de comunicación modernos, pero ante el abuso y la ignominia hay que levantar la voz y gritar YA BASTA.

Una “revolución” carente de modelo económico.


Economista Jesús Alexis González

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Un modelo, es una herramienta utilizada en favor de la representación simplificada de una realidad que se aspira comprender al explicar su funcionamiento ejerciendo una contrastación entre la realidad alcanzada y el fundamento de lo deseado, a la luz del resultado observado en el comportamiento de ciertas variables trascendentes y de las relaciones entre ellas; o lo que es lo mismo “los modelos comprenden estructuras cada una de las cuales es una caracterización bien definida de lo que se pretende explicar”, tal como: ¿Está funcionando el sistema económico?, ¿Cómo debería estar funcionando?, ¿Qué debe hacerse para que funcione de acuerdo a lo deseado y lo posible? y algo muy importante: ¿Qué tipo de sociedad se procura?, ¿En cuál modelo económico-político-social se sustenta la búsqueda de la sociedad aspirada? ¿Es solo un ejercicio del poder?
A tenor de las interrogantes manifestadas, puede inferirse que en Venezuela luego de haber transcurrido unos 46 años sin la instrumentación de algún modelo con posterioridad a su incorporación como país petrolero en 1913, se da inicio en 1959 con  permanencia de ¡30 años! (1959-1989) a un programa de industrialización bajo el perfil de un primer modelo de sustitución de las importaciones que propició cerca de 20 años de estabilidad económica (1959-1979) con mínima inflación (una de las más bajas del mundo), altas inversiones privadas, crecimiento sostenido de la industria manufacturera en armonía con la promoción por parte del Gobierno Nacional de las industrias básicas (refinerías petroleras, petroquímica, siderúrgica, energía eléctrica, aluminio), al igual que de empresas agro-industriales que impulsaron la producción agropecuaria. A partir de 1980, ese modelo de crecimiento hacia adentro basado en un excesivo proteccionismo Estatal empezó a mostrar signos de agotamiento habida cuenta que las protegidas industrias nacientes (de inmadurez permanente) continuaban funcionando con altos costos y baja productividad que les restaba toda posibilidad de competir en el mercado internacional, al tiempo de afectar negativamente el poder adquisitivo en el mercado doméstico; hasta propiciar que en 1989 (interrumpido en 1999) se diera inicio a un segundo modelo de apertura económica y de inserción en el comercio internacional que se tradujo en una modernización de la economía (lamentablemente obstaculizada) con manifiesto crecimiento de las inversiones extranjeras que tuvieron bajo impacto en la conformación de un aparato productivo vinculado con las exportaciones no petroleras, al extremo que el país muestra en el presente (con causas “revolucionarias” añadidas) una mayor dependencia hacia sus exportaciones petroleras (más del 96% del ingreso de divisas) que se ha traducido en una indeseable economía donde las actividades productivas de mayor significación son propiedad del Estado (aparte del control político consagrado en el otorgamiento de divisas) hasta configurar lo que pudiéramos denominar como un tercer modelo de economía Estatal, que en justicia de la verdad esta carente de una estrategia global a largo plazo en un contexto de elevada inflación con marcada escasez y desabastecimiento en mucho estimulado por un diabólico anclaje de un tipo de cambio sobrevaluado para, dicen, abaratar las importaciones y controlar la inflación (¡!); sin dejar de mencionar la proliferación de elevadas rentas presuntas que no emanan de una tangible estructura empresarial equivalente.
En relación a este modelo Estatal de corte socialista (¿?), es pertinente citar lo expresado por un vocero ministerial (25/01/2015) bajo la figura, sostenemos, de una mea culpa 15 años retrasada: “El gran reto que tenemos por delante es construir un modelo económico que soporte el modelo político y social que se ha definido para este país para salir del rentismo petrolero que nos ha llevado a una situación delicada nuevamente (…..) hasta “implementar el modelo de sociedad que está claramente definido en el Plan de la Patria 2013-2019”. En tal Plan contemplan, en continuidad del Primer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2007-2013) , entre otros objetivos (a) continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI, como alternativa, afirman, al sistema destructivo y salvaje del capitalismo cambiado por un modelo económico productivo socialista (¿?) que garantice la satisfacción de las necesidades básicas (¡!), y (b) convertir a Venezuela en una potencia en lo social, lo económico y lo político, para lo cual aspiran la irrupción del Estado Democrático y Social, de Derecho y de Justicia(¡!), en simultaneidad con la ampliación del poderío militar fortaleciendo la nueva doctrina militar bolivariana (¡!); todo ello en aras, supuestamente, de instaurar un socialismo que en retrospección histórica formulada por diversos intelectuales venezolanos, que compartimos, no existe un ejemplo edificante de algún país donde el sistema socialista (socialización de los medios de producción) haya funcionado, e igualmente en contradicción al propio Marx quien sostuvo que el socialismo es un estadio superior del capitalismo luego de haber alcanzado la madurez e irreversible desarrollo de su capacidad de producción; lo cual nos lleva a concluir en que no es posible un socialismo sin un previo capitalismo.
Asumiendo como válido el último señalamiento, traemos la afirmación (E.L.Bernays) según la cual “la manipulación consciente e inteligente de las opiniones de las masas constituye un gobierno invisible que es el verdadero poder gobernando”; para finalizar citando al papa francisco: se usan a los pobres al servicio de otros intereses políticos, al tiempo de pensar por el pueblo y no dejarlo pensar.
Economista Jesús Alexis González  
jagp611@gmail.com     @jesusalexis2020
28/09/2015

domingo, 27 de septiembre de 2015

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EDITORIAL DE CESAR MIGUEL RONDON DEL DIA VIERNES 25 DE SEPT. 2015



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  Queridos lectores, permítanme en el día de hoy contarles una pequeña historia. Corría el año de 1951, Venezuela estaba bajo una férrea y cruel dictadura militar. En la Penitenciaría Nacional de Venezuela, en San Juan de Los Morros, estaba preso César Rondón Lovera. Era evidentemente un preso político. Militante de Acción Democrática era un activista contra la dictadura.



  En la ciudad de Caracas, otra joven activista política contra la dictadura había superado ya el arresto domiciliario. Ella, Roselena Tejeda, vivía en una pequeña y modesta casa en las veredas de Propatria. Un tercero logró, gracias a sus buenos oficios, que la dictadura los sacase del país, expulsados, exiliados. Pero los jóvenes rebeldes estaban enamorados y era perentorio casarse antes que nada. Así, acompañada por un par de vecinos, la jovencita Roselena fue hasta San Juan de Los Morros y allí, en la cárcel, se casó con el preso político César Rondón Lovera. No hubo noche de bodas, no hubo luna de miel. Ella regresó a Caracas, a Propatria, con sus, y, como si fuese Scarlett O’Hara, Roselena, siempre tan ingeniosa ella, se armó de una cortina, la pantalla de una lámpara e improvisó un traje de novia. Entonces en su bicicleta salió a recorrer las veredas de Propatria. De inmediato la acompañaron todos los vecinos, y el guardia nacional que la vigilaba también se montó en su bicicleta para seguirla y quizá también para celebrar. Así fue la boda de Roselena.

                            

  Dos semanas después, volvieron a encontrarse los novios recién casados en el aeropuerto de Maiquetía dos vecinos. Pero una boda siempre es algo importante, siempre es algo para celebrar así el novio no esté presente. Los vecinos le prestaron un traje blanco. Los guardias nacionales le quitaron las esposas a César Rondón Lovera, y a la parejita la montaron en el primer avión que saliera sin importar el destino. Luego de unos cuantos días en La Habana, terminaron llegando a México. En la inmigración le preguntan a César Rondón Lovera, en su condición de exiliado político, si ya tiene trabajo. Y él dice sí, yo voy a ser el chofer del poeta Andrés Eloy Blanco. Eso era lo que habían acordado. El detalle, Andrés Eloy no tenía carro. Para agradecerle tanta gentileza y solidaridad, los recién casados decidieron que su primogénito sería ahijado del gran poeta cumanés.



  Comenzó así una vida en el exilio dura, llena de penurias. Y un par de años después nació el primogénito. Ese primogénito es el que en esta dolorosa mañana les habla.



  Fueron años complicados, de persistente escasez económica, de dificultades de todo tipo. Después de mí vinieron mis dos hermanos menores. Y como no había familia, porque no teníamos tíos ni tías ni abuelos, la inmensa comunidad de adecos y comunistas exilados pasó a ser nuestra familia. Así comenzó la sana costumbre de pedirle la bendición a la periodista Ana Luisa Llovera, como si fuera nuestra abuela, o a la poeta Lucila Velásquez, como si fuera nuestra tía.



  Así crecí, en mucha modestia. Y me llamaba mucho la atención que la conversación recurrente en esa casa, llena de exilados políticos, era siempre Venezuela Venezuela Venezuela Venezuela. Venezuela hasta el cansancio, Venezuela siempre.



  En la casa había un cuarto de huéspedes. Pero en el exilio no hay huéspedes sino compañeros que son como hermanos. Y en ese cuarto de huéspedes dormía Justo Camargo, otro exilado venezolano. En la noche del 23 de Enero de 1958, el niño que alguna vez yo fui tuvo miedo. No sé, miedo a la oscuridad, miedo a tantas cosas. Y como tantos niños asustados decidí ir a dormir con mis papás. Me acosté en medio de los dos. De repente la puerta del cuarto empieza a retumbar. Un estruendo de golpes. Sobresaltados se despiertan mi papá y mi mamá y el niño que yo era también. Y cuando abren la puerta aparece Justo Camargo despeinado, como alumbrado por dentro y grita: ¡Cayó Pérez Jiménez! En ese instante pasó una cosa extraordinaria. Esos tres adultos empezaron a brincar en la cama, agarrados, como si hicieran una rueda infantil. Gritaban felices, lloraban de alegría. ¡Cayó la dictadura! ¡Cayó Pérez Jiménez! Yo, muy asustado, los veía desde abajo. Desde ese día entendí que la libertad es una fiesta.



  Pronto, en el primer vuelo que salió a Caracas, vinimos mi papá mi mamá y mis dos hermanos. Al llegar a Maiquetía un sol inmenso me encandiló, y conocí entonces por fin a mis tíos verdaderos, a mi familia verdadera.



  Mi papá fue electo diputado y un día me llevó a conocer el Congreso Nacional. Era yo muy pequeñito y me mostró los jardines del palacio. Sus palabras jamás se me olvidaron: “Hijo este es el Congreso, aquí manda el pueblo. Esto es la democracia y eso tienes que entenderlo y tienes que respetarlo. Y algo muy importante, más nunca nos vamos de Venezuela”.



  Desde ese día entendí que había que querer la democracia, respetarla y defenderla. Defender el país, defender sus instituciones, defenderlo todo. Como en mi infancia, siempre la misma palabra: Venezuela Venezuela Venezuela Venezuela.



  Lamento mucho tener que contar esta historia. Y lo lamento porque en estos tiempos absurdos, crueles, oscuros, injustos, terribles y miserables que vivimos hay que aclarar lo que está claro. Yo soy venezolano por nacimiento. Lo garantizan la Constitución Bolivariana de Venezuela y mi vida misma.



  Como diría César Vallejo, perdonen la tristeza.


sábado, 19 de septiembre de 2015

Se Rompió la CLOACA



Francisco Faraco









Francisco Faraco economista y presidente de la firma de consultoría financiera Faraco & Asociados  y se define como un ánima sola porque nunca le gustó formar grupos por no abdicar su manera de pensar para mantenerme en un grupo.

“Soy muy amante de mi tierra, muy enraizado en mi tierra, soy falconiano. Soy un venezolano”.
Francisco Faraco cree que en Venezuela se rompió la cloaca y  ha aflorado todo lo que aflora cuando se rompe una cloaca, entre otras cosas una pestilencia horrible que es esta situación que estamos viviendo.

Francisco, ¿Venezuela está viviendo una crisis o más que eso?
- Lo que pasa actualmente en Venezuela no es una crisis, es un deslave. Por aquí pasaron  un millón doscientos mil millones de dólares y no quedó piedra sobre piedra, no se aireó la tierra para sembrar algo, todo lo contrario, esto es sólo comparable al deslave de Vargas, toda la capa vegetal de la sociedad, la mano de obra, más o menos desarrollada, sus equipos, sus empresas, sus estructuras, todo eso se fue por la cañería porque lo que vemos hoy en día en Venezuela es que se rompió la cloaca y aflora todo lo que aflora cuando se rompe una cloaca, entre otras cosas una pestilencia horrible que es esta situación que estamos viviendo. No es posible que seamos el único país petrolero en el mundo  que está confrontando una situación como esta, el único en el mundo que encabeza todas las estadísticas: somos el país con la mayor inflación, con la mayor tasa de descrecimiento del mundo, con la mayor tasa criminal del mundo y con la peor dirigencia política en el gobierno del mundo. Somos lo peor del mundo. Ahí nos llevaron estos años de delirio, porque esto no es obra de Maduro que es el heredero ignaro  de una píldora envenenada, esto es el Plan de la Patria, esto es el resultado de los 15 años de Chávez haciendo y diciendo locuras en la presidencia de la república, pero Maduro no tuvo el valor ni el talento para comprender que no podíamos seguir regalando  todos los días 200.000 barriles de petróleo, que no podíamos seguir endeudándonos de la forma que lo estábamos haciendo, que el Plan de la Patria no era viable  sino con el petróleo a 200 dólares y sin embargo Maduro pretende continuarlo.

¿Por qué insiste en continuarlo?
- Porque el movimiento alrededor de Chávez y de Maduro es un movimiento clientelar, horriblemente prostituidor de la sociedad venezolana. Cuando a mí me dicen que la intención de votos del 2012 logró cambiarlo a punta de televisores de 20 pulgadas, veo que eso es igualito a lo que uno hacía cuando estaba muchacho e iba a un lenocinio: buscaba un rato de placer.

¿Te sientes cómodo en este país?
-No me reconozco en este país, en la gente que deambula por este país, la gente está pobre, desarrapada, esta fea, lo que uno ve por la calle no son gordos son mondongos con patas.

¿Por qué ha sucedido esta transformación?
- Porque en lugar de ocuparse en los problemas de la salud, de la educación, de la justicia, de la infraestructura que está en el suelo, de lo que se ocupa este hombre es buscar camorra con los vecinos para poder encubrir la situación política de Venezuela hoy en día. Primero buscó camorra con Guyana, pero se dio cuenta que iba a tener que enfrentarse con Estados Unidos y con Inglaterra, entonces dio la vuelta y miró para Colombia. Él cree que Colombia es fácil, pero Colombia es un país que tiene 50 años en guerra, con un ejército entrenado, con gente más laboriosa y esto nos está haciendo un daño enorme porque los mejores mecánicos, ebanistas, la mano de obra especializada que había en Venezuela es básicamente de colombianos, nosotros comemos de lo que nos manda Colombia, entonces ¿muerdes la mano del que te da de comer?. Esto va más allá de la locura.

¿Piensas que este es otro trapo rojo para distraer?
- No, esto es la defensa de los intereses de la casta militar. Los militares son los llamados a defender desde el punto de vista armado y  también a proteger las fronteras del país, es decir, no dejar que entren cosas ilegales, que entre gente indeseable, pero que tampoco salgan del país cosas que no deben salir. Entonces ¿cómo salen los camiones cisternas  de PDVSA  por la carretera del Moján, cómo sale una cisterna por las trochas de la Guajira? Lo dijo el Alcalde de Cúcuta, el aliado del contrabando son los Generales de la Guardia Nacional y ahora el Ejército. Cabe preguntarse si la defensa del país pasa por prostituir a quienes tienen que custodiar las fronteras. Entonces esto no es cualquier operación, es una operación en defensa de los intereses mercantiles de la casta cívico militar que gobierna el país. Basta recordar el Plan Bolívar 2000  por el cual pasaron 25 Generales de los cuales 23 fueron imputados por corrupción.

¿En qué va a parar esta tragedia de la frontera?
- Esta no es una tragedia para los cinco o seis mil, diez mil o quince mil  colombianos que vivían en San Antonio del Táchira, en la frontera, esta es una tragedia para todo el pueblo venezolano, pero básicamente para los estados andinos que cuando los tachirenses hacían mercado en Cúcuta y ahora que la cosa es al revés que viene la gente de Cúcuta y del Norte de Santander a hacer mercado en San Cristóbal, entonces ¿cuando era a favor tuyo era bueno y ahora que es al revés es malo?
¿Por qué vienen los colombianos para acá?
- Porque se mantiene una política de precios y estándares de cambio totalmente absurda, o sea, la estructura de incentivos en Venezuela es para que haya contrabando, bachaqueo y esa política la decide el gobierno, este gobierno se auto bachaquea, se auto devalúa.

¿Por qué?
- Porque el que genera dólares es el gobierno, PDVSA, con un dólar a 700 bolívares el que se beneficia es el gobierno que tiene un dólar a 6,30 y los vende a 700, entonces nadie se da un tiro en los pies, este es un operativo para enmascarar la enorme operación mercantil que los ha hecho super millonarios. A ellos les encanta la palabra burgués, yo  conocí burgueses: don Eugenio Mendoza, Ricardo Zuloaga, Enrique Pérez Dupui, pero esos burgueses hacían empresas, producían, generaban empleos, invertían en Venezuela. ¿Cuántas empresas y empleos ha generado Alejandro Andrade que dicen que tiene cinco o seis mil millones de dólares? ¡Ninguna! Esa es la diferencia entre un hombre que tiene buenas ideas, disciplina, que trabaja y se enriquece, de un tipo que lo que hace es andar al lado del presidente de la república y meter las manos en arcas para vivir como un pachá, ese es un ladrón, un especulador y el otro es un burgués. Una diferencia notable, uno crea riquezas y el otro roba las riquezas de todos los ciudadanos

¿Para dónde vamos?
- No vamos, estamos en el abismo y continuaremos cayendo hasta que el país decida girar sobre sí mismo y sacar a esta gente del poder que tiene la ideología socialista que no ha triunfado en ninguna parte y que ha conducido a grandes fracasos, con grandes costos en vidas humanas. El socialismo es una utopía al revés, nosotros no necesitamos eso, Venezuela es un país petrolero, tenemos que apalancar la salida de esto con una nueva política petrolera, hay que hacer una enorme reforma fiscal que se articule con una política petrolera y con una reforma tributaria.

¿Cómo ves las próximas elecciones del 6D?
- Si uno se atiene a las encuestas están más que perdidos, pero uno se pregunta ¿Llegaremos a allá? Estamos como quien está en una terapia intensiva, con una enfermedad que no podemos controlar, que le está comiendo el organismo a pasos agigantados. Aquí lo único que va a pasos de vencedores es el cáncer que está devorando a Venezuela  y nosotros estamos pasivamente dejándonos devorar.

¿Por qué esa pasividad?

- Por el  miedo, nosotros tenemos en el ADN un temor genético, ancestral a todo lo que lleve uniforme porque sufrimos mucho en el siglo XIX y la primera parte del siglo XX y este es un país que ha sido dominado por la casta militar o, como dijo Manuel Caballero, por la peste militar. Nosotros tenemos miedo. Yo le quisiera dejar a mis hijos y a mis nietos un país mejor, pero no será posible. Para nosotros digerir este desastre y volver a poner a Venezuela sobre un rumbo más o menos aceptable pasarán 30 años.