Economista Jesús Alexis González
Un modelo, es una
herramienta utilizada en favor de la representación
simplificada de una realidad que se aspira comprender al explicar su funcionamiento ejerciendo
una contrastación entre la realidad alcanzada y el fundamento de lo deseado, a
la luz del resultado observado en el comportamiento de ciertas variables
trascendentes y de las relaciones entre ellas; o lo que es lo mismo “los
modelos comprenden estructuras cada una de las cuales es una caracterización
bien definida de lo que se pretende explicar”, tal como: ¿Está funcionando el
sistema económico?, ¿Cómo debería estar funcionando?, ¿Qué debe hacerse para
que funcione de acuerdo a lo deseado y lo posible? y algo muy importante: ¿Qué
tipo de sociedad se procura?, ¿En cuál modelo económico-político-social se
sustenta la búsqueda de la sociedad aspirada? ¿Es solo un ejercicio del poder?
A tenor de las
interrogantes manifestadas, puede inferirse que en Venezuela luego de haber
transcurrido unos 46 años sin la instrumentación de algún modelo con
posterioridad a su incorporación como país petrolero en 1913, se da inicio en
1959 con permanencia de ¡30 años!
(1959-1989) a un programa de industrialización bajo el perfil de un primer modelo de sustitución de las importaciones
que propició cerca de 20 años de estabilidad económica (1959-1979) con mínima
inflación (una de las más bajas del mundo), altas inversiones privadas,
crecimiento sostenido de la industria manufacturera en armonía con la promoción
por parte del Gobierno Nacional de las industrias básicas (refinerías
petroleras, petroquímica, siderúrgica, energía eléctrica, aluminio), al igual
que de empresas agro-industriales que impulsaron la producción agropecuaria. A
partir de 1980, ese modelo de
crecimiento hacia adentro basado en un excesivo proteccionismo Estatal
empezó a mostrar signos de agotamiento habida cuenta que las protegidas
industrias nacientes (de inmadurez permanente) continuaban funcionando con
altos costos y baja productividad que les restaba toda posibilidad de competir
en el mercado internacional, al tiempo de afectar negativamente el poder
adquisitivo en el mercado doméstico; hasta propiciar que en 1989 (interrumpido
en 1999) se diera inicio a un segundo modelo
de apertura económica y de inserción en el comercio internacional que se
tradujo en una modernización de la economía (lamentablemente obstaculizada) con
manifiesto crecimiento de las inversiones extranjeras que tuvieron bajo impacto
en la conformación de un aparato productivo vinculado con las exportaciones no
petroleras, al extremo que el país muestra en el presente (con causas
“revolucionarias” añadidas) una mayor dependencia hacia sus exportaciones
petroleras (más del 96% del ingreso de divisas) que se ha traducido en una
indeseable economía donde las actividades productivas de mayor significación son propiedad del Estado (aparte del
control político consagrado en el otorgamiento de divisas) hasta configurar lo
que pudiéramos denominar como un tercer modelo
de economía Estatal, que en justicia de la verdad esta carente de una
estrategia global a largo plazo en un contexto de elevada inflación con marcada
escasez y desabastecimiento en mucho estimulado por un diabólico anclaje de un
tipo de cambio sobrevaluado para, dicen,
abaratar las importaciones y controlar la inflación (¡!); sin dejar de
mencionar la proliferación de elevadas rentas presuntas que no emanan de una tangible estructura
empresarial equivalente.
En relación a este modelo Estatal de corte socialista (¿?),
es pertinente citar lo expresado por un vocero ministerial (25/01/2015) bajo la
figura, sostenemos, de una mea culpa 15 años retrasada: “El gran
reto que tenemos por delante es construir un modelo económico que soporte el
modelo político y social que se ha definido para este país para salir del
rentismo petrolero que nos ha llevado a una situación delicada nuevamente (…..)
hasta “implementar el modelo de sociedad que está claramente definido en el
Plan de la Patria 2013-2019”. En tal Plan contemplan, en continuidad del Primer
Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2007-2013) ,
entre otros objetivos (a) continuar
construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI, como alternativa, afirman, al sistema destructivo y
salvaje del capitalismo cambiado por un modelo
económico productivo socialista (¿?) que garantice la satisfacción de las
necesidades básicas (¡!), y (b)
convertir a Venezuela en una potencia en lo social, lo económico y lo político,
para lo cual aspiran la irrupción del Estado Democrático y Social, de Derecho y
de Justicia(¡!), en simultaneidad con la ampliación del poderío militar
fortaleciendo la nueva doctrina militar bolivariana (¡!); todo ello en aras, supuestamente, de instaurar un socialismo que en retrospección histórica
formulada por diversos intelectuales venezolanos, que compartimos, no existe un
ejemplo edificante de algún país donde el sistema socialista (socialización de
los medios de producción) haya
funcionado, e igualmente en contradicción al propio Marx quien sostuvo que el socialismo es un estadio superior del capitalismo luego
de haber alcanzado la madurez e irreversible desarrollo de su capacidad de producción;
lo cual nos lleva a concluir en que no
es posible un socialismo sin un previo capitalismo.
Asumiendo como válido
el último señalamiento, traemos la afirmación (E.L.Bernays) según la cual “la
manipulación consciente e inteligente de las opiniones de las masas constituye
un gobierno invisible que es el verdadero poder gobernando”; para finalizar
citando al papa francisco: se usan a los
pobres al servicio de otros intereses políticos, al tiempo de pensar por el
pueblo y no dejarlo pensar.
Economista Jesús Alexis González
jagp611@gmail.com @jesusalexis2020
28/09/2015
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