Octavio Lepage*
DIÁLOGO EN CADENA
La MUD corrió un riesgo calculado al acudir al diálogo, sin que el gobierno hubiese aceptado ciertas condiciones previas irrenunciables exigidas por la oposición; a saber, libertad de los estudiantes presos, amnistía para presos y exiliados políticos, y disolución de los “colectivos” armados con supervisión internacional. La única condición aceptada por el gobierno fue la transmisión del encuentro en cadena nacional. Como quedó demostrado, la MUD acertó al concurrir al diálogo. Permitió ver en pantalla, en vivo, el marcado contraste entre los equipos conductores del gobierno y los de la oposición.
Aquel debate pacífico fue ganado amplia y clamorosamente por la oposición. Uno tras otro hablaron los encumbrados jerarcas del gobierno, escuchándolos daba pena ajena. Pusieron en evidencia que carecen por completo de condiciones y aptitudes para gobernar, lo que explica la actual situación de desastre del país al cabo de quince (15) años de ejercicio del poder con muchísimo dinero y sin ningún control. Todo fue amenazas, retrecherías, ignorancia, expresiones descompuestas. Uno miraba en pantalla al canciller Patiño del Ecuador, chavista fanático, y era visible su desconcierto; el rostro amable, atractivo, de la canciller Holguín de Colombia había desaparecido; el canciller del Brasil, pese al estirado estilo Itamaratí, reflejaba sorpresa y desazón; y Monseñor Aldo Garofalo lucía estupefacto.
Esta primera fase del diálogo es logro importante, pero uno sólo, quedan pendientes todos los demás para el restablecimiento progresivo de la normalidad. Seguir dialogando sería riesgoso para la respetabilidad de la MUD, si continúan presos arbitrariamente, víctimas de juicios amañados por un Poder Judicial que en sus diversas instancias cumple funciones policiales en vez de administrar justicia, Leopoldo López, los alcaldes Diego Ceballos y Enzo Scarano, y decenas de dirigentes estudiantiles detenidos en ejercicio legítimo del derecho a la protesta pacífica consagrado een la Constitución.
¿Qué hacer si el gobierno no satisface estas exigencias mínimas, que una oposición que se respete a sí misma no puede declinar? Tal dilema es muy probable que la MUD lo confronte. No será posible acogerse al burladero de las mesas de trabajo funcionando sin término fijo, hasta que el cuerpo aguante. Puede que las mesas de trabajo con los dirigentes empresariales, por la índole de las materias que discuten, puedan mantenerse más o menos indefinidamente, pero no en el diálogo político entre gobierno y oposición. Por lo demás, no debe olvidarse que el gobierno accedió al diálogo televisado para tratar de aplacar la extendida protesta colectiva, generada por el vigoroso movimiento estudiantil que desde el 12 de Febrero ha permanecido protestando pacíficamente en la calle sin doblegarse.
Caracas, 15 de Abril del 201
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HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 86)
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