Libertad!

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domingo, 6 de febrero de 2011

Producción y conocimientos, con libertad y equidad...

FREDDY CARQUEZ.
Siguen siendo la clave del desarrollo de una nación, objetivos claves para el progreso de cualquier pueblo que aspire a un mundo mejor aquí en la tierra como en el cielo de cualquiera de las religiones o ideologías. Esfuerzo humano que debe acompañarse de pluralidad y racionalidad, para que pueda avanzar sin las dificultades que crean los conflictos generados por intereses económicos antagónicos y sus inevitables repercusiones sociales y políticas, cuando se comete la torpeza o la estupidez de ignorarlos como ha ocurrido entre nosotros durante los últimos 30 años.

Es demasiado obvio que nuestra sociedad necesita de centros educativos a todos los niveles de una calidad muy superior a la existente, muy parecidos a los que se construyeron a partir de los años 30 del siglo pasado hasta la década de los 70, época en la cual los mejores estudiantes se disputaban el acceso a Escuelas y Liceos del sector público, sin envidia y sin prejuicios para con los Colegios privados. Contingente humano que nutrió exitosamente nuestras Universidades, convirtiéndose en los millares de profesionales y técnicos que hicieron posible la construcción de la infraestructura productiva y de servicios que aún exhibe el país.

Este proceso de crecimiento educativo tuvo como centro la formación económico social capitalista, tomando como referencia los modelos del mundo desarrollado, por lo cual el grueso de nuestros trabajadores manuales e intelectuales, replicaron con eficiencia las demandas productivas que exigió la transformación agro-industrial y manufacturera que se ejecuto durante la urbanización de la República.

Sin embargo desde hace 30 años, conjuntamente con el estancamiento de la formación económica y sus negativos efectos sociales y políticos, los proyectos educativos venezolanos entraros en crisis, resultando imposible que se quedaran al margen del deterioro del estado, al agotarse la propuesta liberal democrática que se construyó entre nosotros durante las luchas en contra las dictaduras militares a partir de la insurgencia estudiantil de 1928.

Y con alarma y profunda tristeza contemplamos, como las exigencias cualitativas que la instrucción pública demandaba, para poder darle continuidad al crecimiento productivo, soporte esencial de la movilidad social y de la libertad desaparecieron, generándose así el estancamiento intelectual de las nuevas cohortes estudiantiles, especialmente en el extraordinario escalón de la educación secundaria, pero junto con ello nuestras Instituciones de Educación Superior, con excepción de las Universidades históricas, que lamentablemente también quedaron atrapadas en la burocratización del estado.

Por lo que no resulta ninguna exageración afirmar que el proyecto educativo nacional, no ha hecho otra cosa que sobrevivir en las últimas tres décadas, sostenido por la calidad de lo anteriormente construido y en buena medida apoyado en la contribución para-estatal que se realiza desde la instituciones privadas. En su conjunto la propuesta educativa sigue huérfana de la elaboración de un Programa nacional progresista, en cual se reivindique como políticas de Estado la construcción de conocimientos al servicio de la generación de riqueza, indispensable para darle soporte efectivo al bienestar de la población.

Más allá de la buena voluntad o de la buena fe de las nuevas Ministras, las realizaciones gubernamentales se encuentran de espaldas al crecimiento productivo nacional, por que durante 10 años el Sr. Presidente ha construido todo un éxodo del talento nacional, estimulando la fuga de nuestras profesionales y técnicos, llegando en su extravío a la cesión de una buena del aparato administrativo del estado a funcionarios extranjeros, provenientes además de una de las sociedades más atrasadas en materia científico-técnica de nuestro continente. Además de la destrucción sistemática del aparato productivo local, recurso indispensable para nuestro crecimiento productivo.

La historia nacional es aleccionadora en materia educativa, solo avanzaremos si tenemos una propuesta estatal y nacional inclusiva y pluralista dirigida a generar bienes y servicios de utilidad pública, basta que revisemos los ejemplos para apreciarlo y aprender de ellos. Con el Guzmancismo durante la segunda mitad del siglo XIX se hizo posible la presencia de la ciencia y la tecnología en Venezuela en forma trascendente, por cierto construyo el Hospital Vargas, paradigma de la formación médica nacional, hoy en el suelo.

Con López y Medina avanzó entre nosotros de nuevo la creación de Ciencia y tecnología, aportes que aún perviven, gracias a la calidad de la contribución realizada. De igual forma durante dos décadas, las realizaciones gubernamentales Puntofijistas contribuyeron al progreso de los conocimientos. Por lo que estimadas Ministras, es importante recordarles que la masificación maquiladora y clientelar no es el camino, todo lo contrario es una atajo perverso cuyo destino es el barranco de la ignorancia, de la pobreza y de la violencia interior.

Maracay, 5 de febrero del 2011.

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