Por José Caro
Hace mucho tiempo que Israel fue abandonado por los europeos en general y por los Estados Unidos en particular,
especialmente desde que el Presidente Obama se hizo cargo de la Casa
Blanca. Hemos tenido que soportar todo tipo de humillaciones, ya que nos
han cuestionado y juzgado a nivel universal, comparándonos con
cualquier país árabe, desde los que son agresivos con
otros países hermanos o hasta con su propio pueblo, o comparándonos con
estados fallidos, donde la violencia y los asesinatos son la razón pura
de sus vidas. Hemos sido acusados de ser brutales, asesinos, de ser
un país de dudosa legalidad y existencia, de violar los derechos
humanos, los derechos de la mujer y hasta nos han etiquetado nuestros
productos, para desviar la atención de lo que verdaderamente
está ocurriendo en el mundo.
Nos
han castigado sistemáticamente en las Naciones Unidas, emitiendo
resoluciones automáticas contra Israel casi a diario y ni hablar de las
declaraciones de funcionarios o del mismísimo Secretario General de
dicha organización, que luego de algún atentado terrorista palestino a
ciudadanos israelíes, nos ha acusado del uso excesivo de la fuerza, omitiendo a nuestros muertos y justificando los hechos terroristas. Hemos
recibido más de 10.000 (Diez mil) misiles en nuestro territorio por
parte de los terroristas de Hamas desde la Franja de Gaza, otros de
Hezbolah desde el Líbano y algunos desde Sur, en contadas ocasiones. Nos
han asesinado a familias enteras, a jóvenes estudiantes y cuando
las fuerzas armadas han atacado la Franja, consideraron que ese ataque
era desmedido, desproporcionado y hasta nos llamaron a la contención.
Hoy
el asombro y el dolor por los atentados en París, han hecho reaccionar a
muchos de esos estadistas contrarios a nuestra realidad. Se habló de
guerra total, tercera guerra mundial, eliminarlos, barrerlos de la faz
de la tierra, autodefensa, etc.. Todas frases que no sólo incluyen la
rabia por el terror islamista, sino que incitan a las naciones a unirse y
luchar frente a esta lacra terrorista, de origen musulmán. Todas estas
frases, son las que nos han negado a nosotros.
Los
atentados en suelo francés son terribles e injustificables, pero para
esos mismos dirigentes y su pueblo, no lo han sido cuando se han
perpetrado y se realizan también a diario en todo el territorio israelí.
Ahora
se dan cuenta de lo que les anticipamos, de la invasión musulmana, de
la circulación de armas desde Irán, Libia o Iraq hacia los movimientos
terroristas, de las tácticas de terror de Hamas, de la escuela de
terrorismo y divulgación emanada desde Medio Oriente para
los jóvenes extraviados europeos y por último el descubrimiento
islamista del factor sorpresa, los ataques suicidas y el uso de
cuchillos, armamento o cinturones explosivos que tanto daño causan con
poco despliegue y esfuerzo logístico.
Nos
van a necesitar, tendrán que consultarnos ahora, para rearmar la
política de seguridad de sus estados, del modelo, leyes y mecanismos que
Israel utiliza gracias a los trágicos acontecimientos terroristas que
nos han impuesto nuestros vecinos. La
tercera guerra mundial contra el Islam ya ha comenzado. La mayoría de
los países ni nos pedirá perdón, ni nos alabará, solo
vendrán calladamente para copiar y aprender como se debe actuar frente
al terrorismo universal; se llame ISIS, Hezbolah, Hamas, Al Qaeda, Al
Nusra, Boko Haram, Yihad Islámica o los nuevos movimientos creados por
Irán o los que pululan en todo el continente africano.
Francia
está de luto, Israel y el mundo también. Ahora sabrán que solo unidos
se lucha frente al terrorismo islamista, no despreciando al mejor
aliado, que nunca ha dejado de luchar por su mera existencia.
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