Miguel Méndez Rodulfo
En apenas dos
meses el precio de la cesta petrolera venezolana ha caído 23%,
aproximadamente, algo grave para el país aunque el gobierno en su
recurrente línea de estrategia comunicacional pretenda negarlo. Las
razones de tal desplome se encuentran, en un conjunto de factores
difíciles de analizar por su complejidad y amplitud. En primer lugar se
encuentra el estimado de un menor crecimiento de la economía mundial,
que ha hecho el FMI para 2014 y 2015, basado en el estancamiento
económico y la deflación en la que se debate Europa. El conjunto de
planes y medidas económicas que han tomado las autoridades financieras
de la eurozona, aunque preservaron el euro y han saneado muchas
economías como las de Irlanda, Portugal, España y Grecia, no ha logrado
sacar del atolladero a Francia y a Italia, con el agravante que ahora
Alemania se desacelera. Por otra parte la combinación de medidas de
austeridad con medidas de inyección de dinero a la economía, ha traído
confusión y por lo pronto no han logrado rescatar la confianza en el
crecimiento europeo. China, por su parte, muestra signos inequívocos de
desaceleración, también la India luce estancada, Brasil está inmerso en
una recesión, Argentina envuelta en otro default, los conflictos armados
en Ucrania (lo cual le ha costado a Rusia una severa crisis económica)
así como en el Levante, la incidencia del Ebola en África occidental,
todas son piezas del rompecabezas que explican el bajo crecimiento
mundial y en consecuencia una disminución de la demanda de
hidrocarburos.
Adicionalmente
el aumento significativo de la producción de shale gas y shale oil (gas
y petróleo de esquisto, obtenidos por tecnología de fracturación
hidráulica –fracking-) en los Estados Unidos y Canadá, ha incidido en la
caída del precio petrolero. Como vemos, las causas de la disminución de
los precios obedecen a razones económicas y geopolíticas; en otras
palabras a los imponderables del mercado. Sin embargo, no es esa la
explicación que nos da Nicolás, él nos dice: “…el desplome ocurrido en
los últimos días en la cotización del petróleo en los mercados
internacionales está relacionado con una estrategia de Estados Unidos de
"inundar" el mercado buscando perjudicar a Rusia”. La verdad es que,
como siempre, se equivoca el señor Maduro. En el fondo, una causa de
envergadura que explica la caída de los precios no viene tanto de la
intención de USA de inundar el mercado, como si del propósito expreso,
en ese sentido, que tienen Arabia Saudita y otros productores del golfo.
En efecto,
los saudíes ya desecharon la propuesta venezolana de convocar a una
reunión extraordinaria de la OPEP para defender los precios reduciendo
producción; pero también expresaron en un comunicado que: “Había que
acostumbrarse a precios bajos”. Los analistas petroleros han logrado
determinar que la estrategia de Arabia Saudita va dirigida a lograr que
los precios del crudo caigan por debajo de los 90 dólares el barril, con
lo que expulsarían del mercado a los productores de Canadá y EE.UU, que
producen en tierra hidrocarburos de alto costo debido al uso del
fracking, o que su producción proviene de aguas profundas, proceso
igualmente caro. La producción de hidrocarburos de Arabia Saudita es muy
económica ya que se trata de crudos livianos, fáciles de producir. La
intención saudí, que es capaz de producir hasta 10 millones de barriles
diarios, si es inundar el mercado para desestimular nuevas exploraciones
y operaciones más complejas y caras, con el objeto de dejar afuera del
mercado a países como Canadá y EE.UU.
A lo que
tiene que ponerle cuidado Nicolás es al mensaje que también dieron los
saudíes en relación a que se “conformarían con 80 dólares el barril”. En
ese escenario, no solamente Venezuela, sino Rusia e Irak, podrían ver
como cualquier chispa incendia la pradera.
Miguel Méndez Rodulfo
Caracas 17 de octubre de 2014
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