En los últimos años la producción nacional de vacunas ha desaparecido o reducido
Quizá
no hubo en la historia republicana del país un gobierno más fraudulento
que el del ¨presidente-saliente¨ cuya cadena de trapazas resulta
imposible de cuantificar. Fraude gubernamental es el engaño o
aprovechamiento de la ignorancia de un pueblo para obtener un beneficio.
Su materialización necesita de la construcción de un complejo
tinglado de poder, complicidad, amoralidad, mentira y ausencia de entes
contralores. Se aproxima pues uno de grandes dimensiones que ha
tomado como asiento una venerable institución creada en 1938; el
Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel (INHRR), prestigioso centro
de investigaciones epidemiológicas, control de calidad de medicamentos y
biológicos; pero además, pionero en la prevención de enfermedades
infecciosas por vacunación al desarrollar, formular y producir vacunas y
sueros de alta calidad. Siempre mantenido al margen de los avatares de
la política, ahora será empleado en forma engañosa al inaugurarse en
fecha próxima una nueva planta de vacunas.
Debe
denunciarse que en los últimos años la producción nacional de vacunas
ha desaparecido o se ha reducido de manera considerable, por lo que la
casi totalidad de las vacunas aplicadas en el país son ahora importadas.
El proyecto para el nuevo lugar físico donde se crían, mantienen y utilizan animales de laboratorio
libres de gérmenes y virus aún está en desarrollo. Como parte de la
campaña electoral, el gobierno de ¨cubazuela¨ la inaugurará como
estuviera operativa y en fase de producción industrial. Probable es que
las vacunas envasadas sean etiquetadas como ¨Hecho en Venezuela¨,
desconociendo el público de dónde vienen, cuál será su calidad,
eficiencia, inocuidad y seguridad. Pero ¿qué importa…?
Hedor de fraude y peligro de muerte flota en el ambiente…
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