El pasado 13 de noviembre, el Coordinador General de Primero Justicia, diputado Julio Borges, declaró públicamente que “el proceso constituyente (anunciado por el oficialismo) surge por un problema interno que tiene el Gobierno, que es la enfermedad del Presidente. No tiene sentido que el Gobierno hable de Poder Constituyente y Poder Popular si ya todas las leyes están aprobadas. ¿Cuál es el sentido de todo eso? (…) Esa supuesta reforma a la Constitución lo que prevé no es otra cosa que el Vicepresidente, en caso de ausencia del Presidente, se mantenga en todo el período presidencial” (http://to.ly/hgYM).
Esta importantísima revelación, que extrañamente no tuvo la difusión que amerita, implica que Chávez engañó al país, lanzando su candidatura a sabiendas de que estaba gravemente enfermo, y por tanto incapacitado para terminar el período presidencial. También implica que, muy probablemente, el año que viene se producirá lo que la Constitución define como la “falta absoluta” del Presidente.
El Artículo 233 de la Carta Magna explica que “serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: la muerte, su renuncia, la destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, la incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional, el abandono del cargo, declarado éste por la Asamblea Nacional, así como la revocatoria popular de su mandato”.
Más abajo, el Artículo 233 señala de manera inequívoca que “cuando se produzca la falta absoluta del Presidente o Presidenta de la República durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal y directa dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva”.
Por tanto, de ser cierto lo que dice el Dr. Julio Borges –y no existen motivos para dudar de su palabra– en el 2013 tendremos una nueva elección presidencial; a menos que, como él mismo señala, el Gobierno pretenda modificar la Constitución, para que el Vicepresidente asuma durante el resto del período, en cuyo caso iríamos a un referéndum consultivo. ¡Vaya terremoto político lo que se desprende de las declaraciones de Borges!
Para el ciudadano de a pie, como el humilde servidor que escribe
estas líneas, eso significa que pronto tendremos una nueva oportunidad
para lograr un cambio de gobierno e impedir que se implante el comunismo
en Venezuela. Pero también se evidencia que no podemos acudir a esas
nuevas elecciones con las mismas condiciones existentes el 7-O, porque
con un CNE parcializado, REP viciado, máquinas de votación electrónicas
manipulables, aparatos caza huellas que revelan el secreto del voto, y
el ventajismo del gobierno, es imposible que la oposición gane una
consulta popular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario