lunes, 14 de diciembre de 2015
La Destrucción Sistemática de la FF.AA.NN Venezolanas por la revolución Bolivariana, Socialismo del Siglo XXI y Chavista 1999-2015 II. Parte
Oscar J. Márquez
El investigador de
asuntos militares Arthur Sugon T,
en su obra El Papel de los Militares, al referirse a las FF.AA. venezolanas frente al futuro que se le presentaba ante la
coyuntura histórica que se vivía en Venezuela después de la Dictadura de Marcos
Pérez Jiménez, en la década de los sesenta, y ante la subversión armada castro
comunista nos señala: “…que no puede
pensarse en una rehabilitación moral
venezolana, si no hay un examen de conciencia de los hombres de uniforme de
Venezuela…”.
Frase esta que tiene plena vigencia a varias décadas de
haberse escrito, hoy más que nunca, ante
el proceso de reconstrucción de la Nación venezolana, frente al desmontaje que han
sufrido las instituciones del Estado, ante
la crisis económica producto no de una “Guerra Económica”, sino de la
imposición de un socialismo a espaldas de la Constitución de 1999. Socialismo
que limitó la propiedad privada, hecho de mano de las ex propinaciones indiscriminadamente, estableció un control cambiaros, que llevó a varias devaluaciones de la
moneda, a una reconvención monetaria, a la emisión o impresión de papel moneda inorgánica,
y a un control de precios por parte de la llamada revolución Bolivariana,
Socialista del siglo XXI y Chavista.
Debemos de conocer y entender que pasó dentro de nuestras Fuerzas Armadas entre 1999 - 2015 para tratar de deducir qué
pasará a partir de 2016…
En términos generales en Venezuela la función militar en sí
misma no es mal vista por la sociedad venezolana; lo que sí está mal visto es el militarismo
que usurpa las funciones civiles y se mantiene en el poder por la fuerza,
apoyado por sectores del gobierno privilegiados; o cuando el sector civil manipula a la
institución militar no como poder militar, sino a sus integrantes, en forma indiscriminada a través
de diferentes cargos dentro de la administración pública, subrogándose un derecho sobre ellos y
comprometiendo así a la institución
armada; o cuando se busca politalizar las FF.AA en beneficio de la clase gobernante.
Para algunos analistas, observadores y antimilitaristas el actual régimen
es ecléctico y tiene un corte y señas
militaristas. El Presidente Hugo Chávez se
formó como militar, hasta irrumpir en la escena pública el 03 y 04 de febrero
de 1992 a través de una insurrección
militar en contra de régimen legalmente establecido. Al serle sobreseída su
causa por ese mismo poder civil que
pretendía eliminar y cambiar, comprometería
a las FF.AA posteriormente al sacar a estas entre
comillas a la calle a través de un
supuesto binomio “Pueblo - Fuerzas Armadas”, una vez que se hizo del poder y
ganó las elecciones en diciembre de 1998. Y serán estas, Fuerzas Armadas conjuntamente con Petróleos de Venezuela (PDVSA),
las instituciones en la que se ascendía por meritocracia en forma piramidal, las que más han perdido y las que más han sido
afectadas en el período de 1999 a 2015.
Es a través de la división de poderes de Montesquieu, donde
podemos ver el origen de la subordinación del poder
militar al poder civil. Al
controlar totalmente el Ejecutivo venezolano los poderes Legislativo, Judicial
y el ahora llamado poder Moral, las
FF.AA ante ellos son sólo un apéndice del Poder Ejecutivo y al No
ejercer el poder Legislativo, eminentemente civil, controles sobre las Fuerzas Armadas, estás
comprometen su institucionalidad.
Las relaciones entre civiles y militares en Venezuela no han
sido fáciles debido a su triste y complicado
historial de caudillismo que parten de la misma población civil. Lo cierto del caso y contrario a lo que se
pueda decir u opinar en Venezuela tanto en la Guerra de Independencia como en
la Era Republicana hasta la Guerra Federal
se dio un proceso de integración
a lo largo y ancho de la sociedad venezolana a través del ejército, porque no existía en
ese entonces el concepto de FF.AA.
La Guerra Federal, permitió así mismo que la sociedad
venezolana se sintiera igualitaria y que todos y cada uno de los ciudadanos
pudieran aspirar a las más altas funciones en cualquiera de los sectores
sociales, políticos, económicos, militares e incluso en la iglesia aun bajo las
dictaduras gracias a su propio trabajo y esfuerzo. Aunque esta igualdad
estuviese cuestionada por otro tipo de conceptos tradicionales.
Independientemente de todas estas cuestiones sobre los
movimientos de integración vertical u horizontal en el país y sus diferentes
estratos sociales, hay que recordar al
Presidente los EE.UU, el General Andrew
Johnson, quien provenía de un ejército, y
quien señaló en su discurso antes de asumir la Presidencia en marzo de 1828 al
referirse a los ejércitos “…. no
olvidaré esta máxima saludable, basada en la experiencia, que el poder militar debe siempre estar
subordinado al poder civil…”
Cómo se logró la
institucionalidad de las FF.AA.NN a partir de 1958.
Las Fuerzas Armadas Nacionales venezolanas entre 1958 y 2002 a la par
que el resto de la Nación estaba
integrada primordialmente por una clase humilde, popular y una
clase media alta laboriosa. A
esta se le llegaba no por ósmosis, sino por vocación, buena conducta y
capacidad profesional previo cumplimiento de los respectivos exámenes, médicos,
pruebas físicas, de conocimiento y psicotécnicos.
Hubo sus excepciones claro está, pero el código de conducta
de la oficialidad especialmente las de planta en las escuelas militares ya
fuese del Ejército, Aviación, Marina y
Guardia Nacional en las que a veces se permitían algunos de estos ingresos por influencia o “palanca” al no pasar
las diferentes pruebas, procedían a exigirle a veces más de la cuenta y estos terminaban
pidiendo la baja, pero si superaban esas exigencias, lograban
graduarse. Y durante su vida profesional
eran los reglamentos y las leyes militares las que regían y evaluaban al profesional
cuando se dejaban de aplicar se caían en la indisciplina , y la desmoralización en algunas unidades.
Para ingresar a las FF.AA.NN
venezolanas ya fuese al Ejército, Marina, la Aviación o la Guardia
Nacional, especialmente su oficialidad y suboficialidad no era
necesario ser ni rico, ni pobre ni pertenecer a una determinada clase
social, ni ser blanco,
ni negro, ni mulato,
o indígena. Al contrario que otros países de Latinoamérica los
integrantes de las Fuerzas Armadas venezolanas no formaban parte de una
casta o
un determinado núcleo social, por lo tanto las Fuerzas Armadas
Nacionales eran
el pueblo mismo en uniforme y un reflejo de las inquietudes de la
sociedad
venezolana en general. Aspecto este que
sería redescubierto, manipulado y explotado hasta la saciedad por Hugo
Rafael
Chávez Frías para su propio beneficio y
para el control y desmontaje de las mismas FF.AA., siguiendo algunas de
las
teorías o pautas de la obra Caudillo
Ejército Pueblo, del Argentino Noberto Ceresole
Este personaje fue un destacado dirigente de la guerrilla en
los años de 1970 e interlocutor del cubano
Manuel Piñeiro Losada alias el
Comandante Barbartoja (Matanzas 1933- La Habana 1998), responsable
de expandir los grupos radicales de izquierda en América, ex jefe
de la Dirección de las Américas en Cuba y de la inteligencia cubana, ex esposo de
la chilena Marta Harnecker, escritora marxista leninista, socióloga, autora
de los Conceptos del Materialismo Histórico quien en Caracas se
desempeñó como directora del Centro de Investigaciones
Miranda y como asesora e ideóloga del proceso de Hugo Chávez Frías desde el 2002 hasta el 2006.
En el 2014 la sra. Hanecker recibió el
premio Libertador al Pensamiento Crítico, en Caracas.
Desde la década de los cincuenta y más
aun a partir de la de los sesenta, las FF.AA.NN
venezolanas comenzaron a ser altamente profesionalizadas, contando
con una preparación técnica para atender cualquier contingencia
frente a una guerra moderna de cuarta o de quinta generación
que no tiene fronteras, como las asimétricas, terrorismo o la de los
medios electrónicos y comunicación de masas a
través de operaciones psicológicas.
Se formaban así los
Oficiales y Sub Oficiales Profesionales de Carrera (SOPC) como un profesional y
un técnico en cada una de sus respectivas ramas y diferentes sistema de armas, así como en las funciones de
los
Servicios de Policía Administrativa Especial que cumple la Guardia
Nacional (Resguardo Nacional, Guardería Ambiental,
control en la lucha contra las Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas,
Seguridad, seguridad de Fronteras
entre tantas otras funciones). La Guardia Nacional era la rama de las FF.AA que verdaderamente estaba
subordinada al poder civil por sus funciones específicas, ante algún ministerio
o ante el poder judicial.
Las FF.AA. venezolanas
para el año de 1999 al asumir la presidencia Hugo Rafael Chávez Frías,
estaban completamente capacitadas y
profesionalizadas y no tenían nada que envidiarle al resto del
estudiantado y profesional universitario
venezolano. Estudiaban lógica,
matemática, informática, teoría política y se hablaba de comunismo,
capitalismo, del neoliberalismo, sobre
la crisis económica, de Política,
de la bipolaridad, DD.HH entre tantos otros
temas, existiendo la libertad de cátedra, especialmente en el Instituto de Altos Estudios de la Defensa
Nacional (IAEEDEN) y en las Escuelas superiores de las diferentes fuerzas.
Desmilitarización de la Política
y despolitización o democratización de
las FF.AA
Uno de los aspectos que permitió la estabilidad de las Fuerzas
Armadas venezolanas, frente al proceso
democrático una vez que el General Marco Pérez Jiménez se vio obligado a
abandonar el poder el 23 de enero de 1958,
fue la eliminación del Estado
Mayor General de las Fuerzas Armadas,
a través del Decreto No. 288 del 27 de junio de 1958, debido a que durante ese
gobierno se le había entregado demasiado poder al Presidente (dictador).
Señalaba el citado decreto que el: “…otorgamiento
de extensivos poderes a un único organismo supremo para el empleo conjunto de
las mismas, ha conducido a la Institución Armada a depender de la voluntad impuesta por un
también único criterio que, anulando la
capacidad de los Comandos de Fuerzas, llega a desvirtuar el sentido
institucional y técnico de los organismos militares de la Nación…”.
Por lo tanto se hacía necesario crear un equilibrio
estructural entre las Fuerzas Armadas, Ejército, Marina, Aviación y Fuerzas
Armadas de Cooperación (Guardia
Nacional) que permitiera establecer un organismo de planeamiento conjunto que
representase la facultad de condiciones entre sí o que equilibrase a las fuerzas de
tierra, mar y aire sin la preeminencia de una sobre la otra; ni que el primer mandatario
nacional tuviese una ascendencia directa sobre una de ellas y que fuese el Comandante en Jefe de las mismas.
Se creó así el Estado Mayor Conjunto de
las Fuerzas Armadas, basado en
una unidad de doctrina la cual se
revisaba periódicamente por los
organismos especializados de las cuatro fuerzas de común acuerdo pero con plena autonomía administrativa para
resolver sus problemas particulares según sus propias doctrinas individuales y en función de sus
misiones y medios de operación, condiciones de vida, necesidades, recursos
materiales y financieros. Se crearon las
Comandancias
Generales del Ejército, de la Marina, de la Aviación y de las Fuerzas
Armadas de Cooperación (Guardia Nacional) respectivamente. Y se mantuvo de esta
manera el equilibrio tanto en lo militar como en lo administrativo de las
cuatro fuerzas.
Se le otorgó a cada una de las cuatro fuerzas la autonomía, militar y administrativas,
dejando una dependencia ante el Ministro de la Defensa, pero quitándole a este
la autoridad de Comando. Se dejó al Presidente como único Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Sin embargo
independientemente de esto, se estableció el control de las Fuerzas
Armadas por el Congreso Nacional, a través de la asignación y aprobación de
las respectivas partidas presupuestarias y era el Congreso que modificaba tales
partidas si era necesario, y no el Ministerio de la Defensa. El Congreso
también analizaba las listas de ascenso que debían de seguir el órgano regular,
por lo que ni siquiera el ejecutivo podía enviar listas de ascensos sin la
previa aprobación de los Comandantes de Fuerza.
Por supuesto que
fue difícil su implementación pero esto no es objeto
de nuestro análisis. Lo cierto del caso
es que los Comandantes de Fuerza defendieron sus prerrogativas de autonomía. Ante
alguna situación trascendental funcionaba el Consejo Supremo de la Defensa,
compuesto por el Ministro de la Defensa y los cuatro comandantes de las Fuerzas
Armadas. Esto permitía tener
informaciones directas de cualquier fuente y controlar las FF.AA, independientemente
del orden jerárquico del Ministro de la Defensa e inclusive de los comandantes de las Fuerzas Ejército, Marina, Aviación y de las Fuerzas Armadas de
Cooperación (Guardia Nacional).
La creación del Estado Mayor Conjunto, terminaba así con la preponderancia
tradicional del Ejército entre las Fuerzas Armadas, y se obtenía, en
consecuencia, una medida precautelar del sistema democrático para evitar se
crearan fuerzas demasiado poderosas y autónomas capaces de instaurar un régimen
totalitario y autoritario.
Estos cambios, más la eliminación de la Escuela Básica que se
pensaba no era conveniente ya en los dos
primeros años de servicio al inicio de la carrera como cadete estos podían estrechar
los lazos de amistad y comprometer la institucionalidad de las
FF.AA en un futuro lejano y la aprobación de los ascensos militares por parte del Congreso Nacional
permitió la despolitización de las FF.AA, contrario a lo que sucedía en la
América del Sur y Central en las décadas de los 60, 70, y 80, logrando además la
separación entre militares y civiles evitando así las actividades conspirativas
principalmente.
En este orden de ideas, la Constitución de 1961 previó
también separar la autoridad militar de
la civil al señalar en su artículo 131.
Que “…La autoridad militar y la civil no
podrán ejercerse simultáneamente por un mismo funcionario, excepto por el
Presidente de la República, quien será, por razón de su cargo, Comandante en
Jefe de las Fuerzas Armadas Nacionales…” En referencia a la competencia del Poder
Nacional, el artículo 136 señalaba en su numeral
11°, “… la Organización y régimen
de las Fuerzas Armadas Nacionales…” y al poder legislativo le correspondía de
acuerdo al art 150 a través del Senado numerales
4° y 5° “…Autorizar el empleo de
misiones militares venezolanas en el exterior o extranjeras en el país, a
solicitud del ejecutivo Nacional…”; “…Autorizar el ascenso de oficiales de las
Fuerzas Armadas, desde Coronel o Capitán de Navío, Inclusive...” Respectivamente
Al presidente de la República, de acuerdo al Artículo 190 de
la CN de 1961 le correspondía según él,
numeral 2°. nombrar y remover los Ministros entre ellos el de Defensa; el 3°.
Ejercer, en su carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas
Nacionales, la suprema autoridad jerárquica de ellas; el 4°. Fijar el contingente de las Fuerzas
Armadas Nacionales; y el 7°. Adoptar las
medidas necesarias para la defensa de la República, la integridad del
territorio y de su soberanía, en caso de emergencia internacional.
El decreto No 288 de 1958, disminuía así el poder del
Ministerio de la Defensa tanto en lo militar como en lo administrativo que
anteriormente había tenido a través del Estado Mayor
General de las Fuerzas Armadas, ya que en ambas organizaciones o
instituciones el Ministerio de la Defensa y Estado
Mayor General, habían sido
ejercidas por el mismo, el General Marcos Pérez Jiménez, desde la presidencia.
A mediados del siglo
XX se le daba así fin al caudillismo militar en Venezuela, hasta la irrupción de una rebelión militar con características
eminentemente ideológicas llamada MBR-200. Los integrantes de esta insurrección
fueron el Tcnel (EJ) Hugo R. Chávez Frías,
comandante del Batallón de de Paracaidistas Antonio Nicolás Briceño; Tcnel
(EJ) Jesús Sanoja Hernández, comandante del Batallón de Apoyo de la Brigada
de Paracaidistas con sede en Maracay, Estado Aragua; Tcnel (EJ)
Jesús Ortiz Contreras, comandante del Batallón de Cazadores Genaro
Vásquez, con sede en Chaguamaral, Estado Miranda; Tcnel (EJ)
Joel Acosta Chirinos, comandante del Batallón José Leonardo Chirinos.
Integrantes estos de la Promoción Simón Bolívar egresada de la Academia Militar
el 05 de julio de de 1975; y el Tcnel (EJ)
Francisco Arias Cárdenas comandante del 103 Grupo Misilistico Monagas
con sede en la Ciudad de Maracaibo, estado Zulia egresado de la Academil
en 1974. Lamentablemente era una de las
primeras promociones del ejército forjada bajo el Plan de Estudios “Andes Bello” 1971 1981 donde se profesionalizaba
concretamente la carrera del oficial del
Ejercito.
Todos ellos, a pesar de tener unos 06
años o más planificando la insurrección, fueron derrotados
inicialmente tanto por las mismas FF.AA,
como por la población ya que contrario a
lo que se había planificado y según la
orden de operación para el 4. F. se
debían de haber producido insurrecciones en 34 diferentes ciudades por
parte de su población civil, y esto no sucedió. A pesar de la
organización que tenían en ella lograron que les acompañaran 14
mayores, 59 capitanes, 67 subtenientes 65 (SOPC), 101 Sargentos de tropa
y 2056
alistados estos últimos bajo el engaño
al cumplir órdenes de sus superiores.
Sin embargo el Tcnel (EJ) Hugo R. Chávez Frías, una vez
derrotado fue catapultado al mundo
político, por errores de apreciación influida por la soberbia, al ser
presentado por unos segundos ante las T.V. Sin embargo a pesar de
que las FF.AA habían dominado la rebelión militar no se hizo justicia a un
sector de los alzados
en armas contra el orden
constitucional y unos fueron dados de baja, mientras que otros fueron
premiados
con becas de estudio ya que eran jóvenes, tenían ideas equivocadas,
eran inexpertos. Esta clemencia la acompañaba la frase “…pobrecitos no
sabían lo que hacían…”.
El sobreseersele las causas a los líderes de la insurrección
del MRB-200, a espaldas de la opinión de
la Dirección de justicia Militar, fue un craso error tanto para las FF.AA como para
la Nación. Esto le permitió a Hugo Rafael Chávez F. llegar a la Primera
Magistratura mediante elecciones democráticas y continuar con sus planes
ocultos que después fue señalando y despejando poco a poco logrando desmantelar y
destruir las instituciones de la República y llevar a la
debacle en lo económico, político, social, moral y militar a la Nación venezolana.
Hoy en día no existe este equilibrio
tanto en lo militar como
en lo administrativo y operacional de las hoy denominadas F. A
integrada por Ejercito Bolivariano, Armada Nacional Bolivariana,
Aviación Militar
Bolivariana, Guardia del Pueblo Bolivariana y Milicia Militar
Bolivariana,, al haber sido modificada la ahora denominada
Ley Orgánica de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana (LOFANB) antigua Ley
orgánica de las Fuerzas Armadas (LAFAN), debido
al Nuevo
Pensamiento Militar Bolivariano que se le ha impuesto a las FF.AA. NN, Se adoptó entonces una
nueva estructura o reorganización a partir del 2004 a través de
lo que se conoce como La Tarea Libertad, al ser modificada
una serie de leyes, que colocan al
componente militar bajo el mando y comando del Presidente de la República.
Continuara…
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Márquez, Oscar J. “La Destrucción Sistemática de la FF.AA.NN
Venezolanas por la revolución Bolivariana,
Socialismo del Siglo XXI y
Chavista 1999-2015” entrada del Lunes 14 de diciembre de 2015, consultado el xx/xx/
http://lapredicacastrocomunistaenvenezuela.blogspot.com/2015/12/la-destruccion-sistematica-de-la-ffaann.html
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