Desde
que los Estados Unidos se sintieron fuertes se arrogaron el nombre de AMERICANS
y la connotación americana sin la
presencia de USA es casi una herejía. Los gringos se sienten tan superiores que
convierten 7 juegos entre dos equipos de
béisbol que juegan solo en algunos estados de su país en WORLD SERIE y en sus
estadios se venden hot dogs y Coca Colas con la coletilla de World Famous y no
contentos con eso inventaron una vaina que se juega con un pelota puyúa y le
pusieron el nombre de Football Game con
desprecio total por el futbol que se juega en el resto del mundo. “E’
citos” tan modestos ellos. El señor Donald Trump se dejó de zoquetadas
la semana pasada y nos endilgó a todos los “mejicanos” que vivimos del Rio
Grande para abajo la etiqueta de vagos, tramposos y violadores. Esta
descalificación nos cae a todos nosotros porque el desconocimiento de la
geografía por el común de los ciudadanos estadounidenses es proverbial y su
mundo está encerrado entre los límites de su nación; lo demás es monte y
culebra. En más de una ocasión me han
preguntado si Venezuela queda cerca de Atlanta o le mandan saludos al señor
Hernández, un amigo de ellos que vive en Buenos Aires.
La
copa de futbol nació en Argentina en
1916, como Copa Suramericana y después de 70 años, en 1987 se decidió
cambiarla a COPA AMERICA. Es de obligatoria asistencia para los 10 equipos de
la CONMEBOL y se complementan con 2 invitados de otras áreas. Esto de llamarla
Copa América sin la presencia de Estados Unidos fue un verdadero golazo que le
metieron a los gringos. Al fin los No Americans ganábamos una.
La
Copa se juega cada 4 años y la sede es rotatoria en todos los países participantes,
en esta ocasión le tocó el turno a Chile como país anfitrión de tal evento y
los chilenos se tomaron tan en serio
este compromiso que la han convertido en una especie de Batalla de Chacabuco
con upgrade 2015. La tal Copa ha sido un reflejo de un patrioterismo desmedido
y los gestos y las declaraciones de jugadores y organizadores dan la impresión
de gestarse batallas heroicas. Luego de los C- H- I, Chi, Chi, Chi, Le, Le, Le
se emite un ensordecedor Viva Chile y quedan listos para el combate. Se les
revuelve la sangre mapuche con la del Inca sagrado del Tihuantinsuyo.
La
selección venezolana hizo un buen papel, con su equipo modesto hizo lo que pudo
y como dice un hijo mío: “jugaron como nunca y perdieron como siempre”. Nos
falta roce y billetes, mientras los juegos de futbol nacional sean vistos por
unas decenas de espectadores en unas solitarias tribunas de los estadios, no
podemos pedir más. Los jugadores reciben sueldos escuálidos y su meta europea,
donde se maneja el euro cada vez la ven más lejana. Nuestro deporte es el
beisbol, allí si tienen futuro y bienestar económico.
México
como país invitado dio la cómica, mandaron un equipo B y en dos juegos ya
estaban eliminados; en tanto que Jamaica con poca técnica y una extraordinaria
condición física, puso a correr a todo el mundo. Colombia con su super equipo le
fue muy mal, creo que fue el gran perdedor del evento y Brasil salió con el
rabo entre las piernas y tendrá que hacer modificaciones de forma y fondo muy
importantes, si es que no quiere recibir
otro humillante 7 a 0.
Pero
hablemos del espectáculo como tal, los estadios han lucido impecables y los
engramados parecen mesas de billar, muy
bien cuidados, el despelote lo vemos en
los protagonistas principales del juego. Los árbitros se han equivocado tanto
que nos hace pensar en la necesidad del derecho a réplica que exhibe el
football americano, detienen el juego y los árbitros estudian el video y luego
ratifican o modifican la sentencia. Por
lo menos los goles, los penales y las tarjetas rojas deberían ser revisadas con
la tecnología de la TV. Así las sentencias serían más justas.
Los
jugadores,¡ Ay, los jugadores!. Su transformación ha sido increíble, esas
estrellas que brillan en el futbol europeo, aquí se convierten en lo que son,
verdaderos suramericanos, pareciera que vuelven a sus raíces, como si estuvieran
jugando en una caimanera de dia domingo, con cana incluida. No han digerido que
las imágenes que trasmite la TV son vistas por millones de tele espectadores y
son tan nítidas que se distinguen hasta los pelos de la nariz. Deberían
comportarse como los divos que son, como ejemplos para los millones de niños
que los aman.
Parece
mentira pero a los jugadores se les enseña a simular faltas, un pequeño toque
en el tobillo y su cuerpo rueda como un torbellino en el césped, eso sí, viendo
de reojo al árbitro para percatarse si el engaño surtió sus efectos. Un roce en
la cara es como si recibiera la descarga
eléctrica de un rayo. Un choque de cabeza equivale a una fractura abierta de
cráneo, pero lo increíble sobreviene
cuando sacan la tarjeta de penalización respectiva y milagrosamente el jugador
se recupera y sigue corriendo 90 minutos más. Una burla al público que de tanto
repetirse se nos ha hecho normal. Deberían modificarse las reglas, un jugador
que recibe una patada que amerite más de dos vueltas en la grama, debería ser
retirado de la cancha para que le hagan radiografías, sería un manera de
resguardar su integridad física. Lo que es igual no es trampa.
Con
el reciente escándalo de la FIFA los ojos del mundo están puestos en estos
“pequeños detalles” del juego y creo que vendrán nuevas sanciones.
La
estrella de la verde amarelha, frustrado por el resultado del juego le zampó un
balonazo por la espalda al negrazo colombiano que lo estuvo marcando todo el
partido. Ahora disfruta del agradable clima de las playas de Brasil y entre Gin
Tonic y Caipirinhas ve los partidos por DirecTV y en pantalla gigante.
No
olvidemos el percance de Arturo Vidal, estrella del medio campo de la Juventus
de Turin, quien decidió irse de copas después de un partido y destrozar su
costosísimo Ferrari, bajo la influencia alcohólica, después se envalentono con
la policía y les preguntaba si no sabían con quien se estaban metiendo, dos
días después lo ponen a jugar como si no hubiese pasado nada. Lo menos que
podía hacer el técnico del equipo era sentarlo en la banca como escarmiento y
peor fue que cuando aparece en la cancha es recibido como un héroe por la
hinchada. Fin de mundo. Mi nieto de 10 años me preguntaba si después de una
borrachera quedaba alguna merma en las facultades físicas y tuve que inventarle
una excusa piadosa. ¡Qué pena!!.
El
impasse del tocamiento homosexual es ya la tapa del frasco. Un jugador ante
millones de miradas le introduce un dedo por las nalgas al rival de turno y
luego le susurra al oído “ojala que tu padre no salga nunca de la cárcel”.
Bueno pues, ni en una telenovela mejicana. La respuesta del ofendido, obligo a
su expulsión del juego y el agresor siguió jugando y repartiendo patadas como
si nada hubiera pasado. Posterior al partido y revisando las grabaciones, las
autoridades futbolísticas decidieron suspender por varios partidos al tipejo,
pero días después le es rebajada la pena. Dicen que esta rebajita se la gano
por buena conducta, en los tres días transcurridos desde el penoso incidente no
le había manoseado las nalgas a nadie. Digno de emular.
A
estas alturas no sé como va a culminar la Copa América, pero si estoy seguro
que Donald Trump no va a contratar a ninguna de sus estrellas. Por cierto, este
Donald es más indiscreto que nicolás, con esa imprudente declaración perdió más
de 20.000.000 de votos latinos de un solo trancazo.
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