Libertad!

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domingo, 21 de junio de 2009

Carlos Blanco // "Se evidencia el descontento frente a un socialismo que aumenta el poder de Chávez"

Tiempo de Palabra
El chavismo es una mezcolanza recubierta de rojo. Es de derecha y de izquierda, con militares y civiles, masas y oligarquía, poetas y antipoetas, y, a veces, también, ocurren intelectuales. Algunos de éstos dejaron su ilustración y lucimiento para conectarse con los viáticos, la caña gratis y el uso silvestre del poder; otros, se confiaron en la posibilidad de una revolución de verdad o, al menos, un cambio radical. No ignoraban que los comandaba un militar, pero apostaron a su asimilación por la turbamulta.

La grata sorpresa que deparan estos días duros es que, dentro del chavismo, se ha abierto un debate. Existe un peligro al saludar esa discusión porque, de modo automático, se abrirá paso al chantaje de quienes se sienten criticados; éstos dirán: "el enemigo es el beneficiario de nuestras disensiones". Por otro lado, algunos de los que genuinamente tienen críticas, para defenderse de los ataques de sus camaradas-sapos harán un esfuerzo público por diferenciarse de "la derecha" que los analiza y, tal vez, comete el desliz del elogio.

Desde su gloria inútil de jeque caribeño, Chávez ya los descalificó; los acusó de& ¡intelectuales! Ausentes del barro popular del que, por cierto, huye despavorido. También Nicolás Maduro -al que hace años le gustaba el debate- los llamó "habladores de paja".

PSUV. Aporrea.org es vocero informal del chavismo respondón. No deja de haber sus insultos, pero se puede apreciar una corriente crítica que pugna por emerger. Allí se publicó el material de conclusiones de la reciente discusión entre intelectuales. Una muy importante se refiere a la dirección del proceso. Se dice allí: "La reformulación del PSUV fue un aspecto polémico en la reunión de los académicos, quienes proponen que este instrumento político cuente con "una dirección colectiva, que articule efectivamente con los movimientos sociales de base, derrote el mal del clientelismo partidista y funde las bases de un verdadero partido revolucionario que reconozca la libertad de crítica y profundice la democracia dentro del partido". Igualmente se alertó sobre el peligro de que el PSUV ahogue a los movimientos sociales construidos en los últimos 40 años que permitieron el triunfo de la revolución en el año 1998 y el fracaso del golpe de 2001".


En ese encuentro se habló del hiperliderazgo presidencial, lo que obligó a Chávez a nadar en una piscina de litio, y que no es más que la denuncia del caudillismo negador de la crítica y de la democracia. Sin embargo, en la cita anterior hay algo mucho más importante que vale la pena repetir: "se alertó sobre el peligro de que el PSUV ahogue a los movimientos sociales construidos en los últimos 40 años que permitieron el triunfo de la revolución en el año 1998". Esta frase es mundial porque reconoce que en el marco de la democracia que existió en Venezuela, los movimientos sociales pudieron florecer, lo cual, como se sabe, no es posible bajo el autoritarismo actual.

Independencia Popular. En las conclusiones del evento se defiende la necesidad de la independencia de las organizaciones populares: "En relación al Estado, criticaron la tendencia de absorber en la institucionalidad del Estado a los movimientos sociales así como confundir las organizaciones populares con las políticas y estatales. De ahí que se propusiera la necesidad de establecer la separación clara de roles de los mismos. En este terreno se reivindicó el poder popular y la participación protagónica como opuestos a las prácticas burocráticas de la vieja estructura estatal que adjudicaba a un único sector la conducción de los destinos del país."


Como se ve, se censuró el intento estalinista de hacer de la organización popular (los consejos comunales, laborales, etc.) un brazo del Estado, es decir, de Chávez.



¿Socialismo? No& Puro capitalismo. Los intelectuales afirman que "a pesar del discurso anticapitalista y socialista se estaba dando en la práctica un fortalecimiento de las relaciones de producción capitalistas".

En este terreno se entra en una discusión realmente interesante porque en el Gobierno y en la oposición hay quienes creen que el país marcha, en forma acelerada, hacia el socialismo, debido a la destrucción de la propiedad privada, a la ruina de las empresas, a la expansión del Estado y al evidente deseo de Chávez de marchar hacia este sistema. Sin embargo, la realidad es que los sóviets o comunas autónomas no son permitidos, salvo los controlados por el PSUV; lo que se fortalece es el Estado y una nueva clase, la boligarquía, que se enriquece sin contención y se carcajea de Chávez en privado. Esta boligarquía se ha llenado de dinero hasta las orejas, de tal modo, que ya juega en las ligas internacionales y sus cofrades andan, retozones, en el juego frenético capitalista. En el camino hacia el socialismo la revolución derivó hacia el capitalismo salvaje.

Autoritarismo y Disidencia. Por su parte, Margarita López Maya, quien durante un tiempo fue representativa de la intelectualidad chavista, aseguró que "el proyecto de Chávez es autoritario, tiene una justicia social que se mueve entre un proyecto militar y uno socialista, y abandonó la participación popular como elemento clave de emancipación." (El Nacional 15/06/09).


Cuando se le preguntó si el socialismo del siglo XXI era un programa para Venezuela, respondió: "No. Es una propuesta personal de Hugo Chávez de la que nos enteramos en su programa dominical Aló Presidente.

Santiago Arconada, por muchos años vinculado al mundo de las organizaciones de base, indicó en ese encuentro de los intelectuales lo siguiente: "Creo que actualmente existe el riesgo de un aplastamiento por parte del PSUV de las formas de organización de base, las cuales tienen que existir de manera independiente. Estoy convencido de que la organización política no puede instrumentalizar ni colonizar a las organizaciones de base".

Rebelión. Lo que se evidencia es el descontento creciente frente a un socialismo que lo que conduce es al aumento del poder personal de Chávez y al ascenso de una nueva oligarquía gozona. No deja de haber dogmatismo; pero, hay más crítica.


Muchos de quienes han apoyado al Gobierno y su promesa de revolución, viven ya los riesgos de levantar la voz en el reino de Chávez. Flojos y habladores de paja fueron los primeros señalamientos que les fueron encajados. Pronto, muy pronto, van a saber a qué sabe el aislamiento, el regaño y la ausencia de libertad de expresión. Tendrán que tomar una decisión: les prohibirán hablar, a menos que sea para insultar a quienes les reconocen la utilidad de su debate; o, si continúan, los execrarán.

Una nota final: los asistentes al encuentro eran diversos: intelectuales, ex intelectuales, vividor@s y burócratas, Don Chicho y Napoléon, Carnera y San Martín; sin embargo, todos eran civiles; no había ningún militar; a lo más, algunos coleados de la vieja República, pero ya desdentados e inofensivos.

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