Jesús Alexis González*
A finales de enero 2013, altos funcionarios del sector
oficial venezolano expresaron que “...el gobierno tiene la suficiente capacidad
para generar todas las divisas que se requieren para el funcionamiento de la
economía”; y complementaron con: “Venezuela tiene una fortaleza de ingreso de
monedas en dólares”. El 08/02/2013 devaluaron!!!
Es innegable, que durante el lapso de permanencia del
socialismo petrolero venezolano, el Producto Interno Bruto (PIB) ha crecido en
un 45% (más del 62% fue impulsado por el comercio, la banca y la construcción);
pero en contrapartida las importaciones variaron en un 365,7% (desde $12.669
millones en 1999 hasta $59.000 millones en 2012), la liquidez monetaria en un
6.700%, y la deuda externa creció 2,85 veces. Tal comportamiento
macroeconómico, generó un importante déficit fiscal, que ahora el gobierno intenta
cubrir reincidiendo con otro ajuste cambiario, lo cual, desde nuestra óptica,
resultará insuficiente y hará necesario instrumentar medidas complementarias,
orientadas especialmente a la búsqueda
(obligante) de la eficiencia del gasto
público.
En tal sentido, se observa que el Presupuesto Nacional
2013 se situó en Bs. 396.406 millones (un incremento del 33,09% con relación al
2012), calculado a un precio promedio de $55/barril, un tipo de cambio de 4,30
Bs/$, un crecimiento del 6% (¿?), una inflación de entre 14 y 16% (¿?),
ingresos petroleros por Bs 83.179 millones (21%del PIB), e ingresos ordinarios
por Bs 300.919 millones. Contempla igualmente una ley especial de endeudamiento
por un monto de Bs. 95.357 millones (Letras del Tesoro y contratación de
operaciones de crédito público).
Variados comentarios pudieren formularse, vinculados con
la estructura presupuestaria citada; por lo pronto formulamos un escenario
cuantitativo: un precio promedio de
$100/barril para todo el año 2013; se traduciría en una holgura de $45/barril
que al multiplicarlo por unos 2.100.000 barriles/día de exportación, generaría
unos ingresos fiscales mensuales (no incluidos los Bs. 85.000 millones
resultantes de la nueva paridad) de $2.835 millones, y anuales de $34.020
millones, es decir unos Bs.146.286
millones (los cuales, se
transferirán al FONDEN para ser ejecutados sin
ningún tipo de control). Nos preguntamos: ¿era necesario un ajuste cambiario con tal volumen de ingresos no
presupuestados?
En cuanto a la deuda pública, se han materializado hasta
2012, 732 emisiones de Deuda Pública Nacional y 75 emisiones de Letras del
Tesoro, escenario al cual habrá que añadir una autorización publicada en la
Gaceta Oficial de fecha 11/01/2013 y firmada por el Presidente de la República
(¿?), de una nueva emisión de Bonos por Bs. 75.929 millones, y de Letras del
Tesoro por Bs.9.280 millones (para un total de Bs. 85.209 millones). Ambas
acciones (devaluación y nuevo endeudamiento) se traducirá en unos ingresos
adicionales cercanos a los Bs. 170.000 millones (monto que supera al
endeudamiento interno previsto para cubrir el déficit financiero del
Presupuesto Nacional de Bs, 143.000 millones). Todo lo anterior se debe
complementar con otra realidad: la reciente devaluación indujo una disminución
del peso de la deuda interna en un 32% aproximadamente, al pasar de $43.000
millones hasta $29.000 millones; es decir se liberan unos $14.000 millones. Nos
surge una nueva interrogante: ¿cuál será
el destino de estos cuantiosos recursos?
En referencia complementaria, se hace obligante comentar
que nuestra actual “economía de puertos”, sólo funciona obviamente con divisas
(el 96% es generada por PDVSA). Es
así, que para finales del 2012 se transaba diariamente un promedio de $460
millones ($23 millones a través del mercado paralelo, nutriendo un 24% de las
importaciones); para este fluir del sector externo de la economía, CADIVI
representó en promedio un 55,5% y el SITME entre un 15 y 17%. Ahora bien, y
luego del conjunto de medidas anunciadas, asumimos profundas dudas en cuanto a
la posibilidad que tendrá CADIVI (aisladamente) para cubrir la parte histórica
que venía siendo satisfecha tanto por SITME como por el mercado paralelo (bien
por razones ideológicas como por insuficiencia de divisas).
A tenor de lo expuesto, inferimos que queda poco espacio
para dudar sobre la necesidad de instrumentar mecanismos complementarios para
ampliar la oferta gubernamental de divisas, que bien puede ser, suponemos, a
través de la conocida permuta de Bonos (aplicada desde 2010), por intermedio de
herramientas tales como una Mesa de Cambio y de una Bolsa Pública de Valores.
Estas herramientas, habrán de complementarse, suponemos, con la utilización por
parte de los importadores de sus propias divisas, en implícita repatriación de
capitales (bajo la forma de bienes y servicios). Tal acción explotará cuando el
flujo de divisas que emane de CADIVI (en conjunto con otras herramientas), sea
tan insuficiente que impulse un mercado
ilegal de características altamente especulativas.
* Economista
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