Gerónimo Alberto Yerena Cabrera
El Gran Hotel Klindt. Caracas
Esquina de la Torre, ángulo
noroeste
Antiguo Hotel Klindt
Madrices a Marrón
Liceo
San José
Anécdota de principio del siglo
XX en la Plaza Bolívar
Lino Sutil.
Edificio Washington
Historia del terreno del antiguo
Hotel Klindt
Antiguo Hotel Klindt
El primer Hotel Klindt estuvo
ubicado en una casa entre las esquinas de Madrices a Marrón en el último tercio
del siglo XIX, situado entre la zapatería de Rodríguez Cabrera, sitio
tradicional en la ciudad, donde se
calzaba la élite masculina caraqueña, frente a esta zapatería estaba una de las
agencia de casas más conocida de la ciudad: la Agencia de Aristóbulo Uzcátegui-
establecimientos que se ocupaban del alquiler de casas-, el hotel y luego la
Lotería de Beneficiencia Pública. En esta
casa cuando el Hotel Klindt se mudó a principio del siglo XX a su sede en la
esquina de la Torre, se instalo allí el famoso colegio San José del doctor José
de Jesús Arocha, médico
de profesión, pero educador por oficio y vocación, el colegio venía de su segunda sede
de Coliseo a Corazón de Jesús, ya ahí se denominaba “Liceo
San José” y contaba con profesores especializados.
Esquina de laTorre. Gran Hotel Klindt
En unos de los lugares más
prestigioso de Caracas, frente a la Plaza Bolívar y diagonal a la torre de la
Catedral.Se mudo el hotel en la segunda década del siglo XX en un edificio de
estilo europeo, construido a finales del siglo XIX, propiedad de don Pedro
Salas cuñado de Pedro Klindt, tal como lo relata el famoso cronista José García
de la Concha. Comentó este cronista,
quien conoció ambas sedes, que “Era lo más famoso para la época, el mejor hotel
de Caracas, con sirvientes de impecable blanco y botones de plata (casi todos
eran trinitarios) era entonces caro, pues se pagaban tres pesos –Bs 12- por las
tres comidas y el cuarto”
En el piso superior solían alojarse artistas
famosos, toreros y gente adinerada que venía a Caracas por turismo o en asuntos de negocios. El
famoso periodista y pionero del Diario El Universal Rafael Silva alias Lino Sutil quien estaba
encargado de la crónica junto a Luis Correa y Lucas Manzano como redactor, nos relata una anécdota de su época ocurrida en un
balcón del piso superior del Gran Hotel.
Anécdota de principio del siglo
XX
Refiere Lino Sutil en el año 1917
lo suguiente:
“Hace dos o tres años, un día de gran
aglomeración en la Plaza Bolívar por causa de no recuerdo qué solemnidad
religiosa o civil, mientras la multitud desfilaba por la avenida norte de la
plaza. Desde uno de los balcones del Hotel Klindt, una mujer extranjera, y tal
vez bella, miraba con ojos distraídos de pájaro recién metido en la jaula, el
denso hormiguero humano que se agitaba a sus pies.
A pesar de lo ceremonioso de la
solemnidad de aquel día, algunas de las cabezas que iban en la procesión
embargadas al parecer-en su papel de diablo-, por momentos se alzaban para
mirar con curiosidad a la mujer del balcón. ¿Por ser extranjera? ¿Por ser
bella? ¿ Por el interés natural que inspiran siempre las cosas nuevas? No. Todo aquel mirar disimulado obedecía a que
la mujer del balcón estaba vestida de una simple pyjama”
Esto debió ocurrir entre 1914-1915,
por supuesto, jamás en esa época ninguna mujer se asomaba en su casa en pijama,
menos aún en un balcón, y precisamente en la Plaza Bolívar. Hoy en día, algunas-
más de una- hasta manejan, e incluso hasta a supermercados van…
Historia del terreno
El edificio paso a llamarse luego
“Edificio Washington” donde se instalo en la planta baja la famosa cervecería
Donzella, anteriormente ubicada en la misma esquina, pero enfrente, en el
ángulo noreste .
Anteriormente este terreno perteneció
en la colonia a las “Casa Reales” y había allí una armería, y fue alquilado por
el Ayuntamiento a diferentes dueños, pero el Ayuntamiento siempre lo tuvo en
reserva para la casa de los gobernadores, e incluso en el período gomecista lo
tenían destinado a la prolongación del Palacio de Gobernación proyectado por el
Ingeniero Gustavo Wallis de Legórburu, el Palacio de Gobernación iba desde la
esquina de Principal a la esquina de la Torre, pero desgraciadamente sólo se
construyo el cuerpo occidental en la esquina de Principal. Luego en el período
democrático se volvió a proyectar construir una edificación “monumental”, pero, mientras,
en el año 1967 se les ocurrió demoler el colonial e imponente “Edificio
Washington” el edificio más bello del siglo XIX, nada más y nada menos que para
un estacionamiento, aún a los 46 años después de esta atrocidad sigue en las
misma condiciones. Falta aún derrumbar la Casa Amarilla y la Catedral, a esta
última ya como que la tienen en la mirilla…sí la cosa sigue así.
yerena.geronimo@gmail.com
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