Libertad!

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miércoles, 11 de agosto de 2010

ENTREVISTA // Vicente Bello, representante electoral de UNT y miembro del equipo


coordinador de la MUD

"149 mil testigos movilizará la Mesa de la Unidad el 26S"
"Garantizamos cobertura total de las mesas; donde no hay testigos el oficialismo puya máquinas"

Vicente Bello asegura que en total tienen 36 mil 773 mesas y "estamos trabajando para cubrirlas" (Oswer Díaz)

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Responsable electoral de Un Nuevo Tiempo y miembro del equipo coordinador de la MUD para las elecciones del 26 de septiembre, Vicente Bello advierte que la alianza democrática está preparada para todo, incluso para sorpresas que "ni siquiera podemos imaginar". Reconoce que "hemos aprendido a latigazos y por eso ahora todos los vacíos están llenos y las exigencias cumplidas. Así que no vacila en mostrar su confianza ante los resultados porque, a su juicio, los factores políticos agrupados en la unidad democrática están en mejor disposición que nunca para ganar unas elecciones y en detectar, a tiempo, cualquier irregularidad: "Nosotros elaboramos un sistema probado de conteo rápido, de precisión y determinación de la tendencia de los resultados. Eso nos permitió, en el referéndum del 2 de diciembre de 2007, tener certeza de los resultados antes de que el CNE concluyera el proceso y diera a conocer las cifras. En esa oportunidad estuvimos en el CNE exigiendo que se publicaran los resultados porque sabíamos que los votantes habían rechazado la reforma constitucional propuesta por el Gobierno. Para 2009 también nos adelantamos al organismo electoral y sabíamos que había triunfado el oficialismo antes de conocerse los resultados.

-Entonces los resultados del CNE se han compadecido con las estimaciones de la unidad democrática.

-Sí, en lo que ocurre en el CNE de puertas para adentro. Allí tenemos técnicos que son testigos del proceso, incluyendo las transmisiones. Pero hay una debilidad en cuanto a los testigos de mesa.

-¿Debilidad por la falta de testigos para cubrir la totalidad de las mesas?

-El problema es que en las mesas donde no hay testigos de la oposición o los miembros de la mesa sorteados no son independientes, el oficialismo no vacila en meter votos, en puyar la máquina y allí comienzan a forjarse votos. Para 2008 (elección de gobernadores y alcaldes), oportunidad en la que tuvimos la mayor cobertura, con 89% de presencia en las mesas, sufrimos una pérdida aproximada de 48 mil votos en todo el país.

-¿Dónde se presentaron estas carencias?

-Fuera de las grandes ciudades, sobre todo en los estados llaneros y al sur del país, Bolívar, Amazonas, Delta Amacuro, sur de Apure, Guárico y Anzoátegui. Allí estamos haciendo los mayores esfuerzos para garantizar la presencia de todos los testigos necesarios.

-¿Garantizas, entonces, que la cobertura de testigos en las mesas de votación, en todo el país, será total?

-Sí. Estamos trabajando con todos los partidos políticos. Se han incorporado otros sectores, los independientes, movimiento estudiantil, voluntarios, además de los candidatos por lista y por circunscripción electoral, quienes están participando activamente en la organización de esta cobertura.

-En procesos electorales anteriores se denunció fraude pero lo más probable es que no lo hubo porque el Gobierno tenía la mayoría de los votos y por tanto no lo necesitaba. ¿No crees que en esta oportunidad, cuando se siente que la oposición está mejor posicionada en el electorado, el oficialismo sí podría intentarlo para impedir la derrota?

-Ese es un riesgo que siempre ha estado presente y estamos trabajando para reducirlo al mínimo. En 2008, en Miranda, cuando el candidato Diosdado Cabello, uno de los hombres fuertes de este régimen, buscaba la reelección, al final los resultados se dieron y fueron acatados. Porque la mayor debilidad está en los abusos que se presentan durante la campaña electoral: las presiones y el chantaje sobre los electores y los empleados públicos. Incluso el año pasado ubicamos a funcionarios que estaban siendo obligados a tomar fotos del comprobante del voto con su teléfono celular. Nosotros lo denunciamos al CNE y se ratificó que eso estaba prohibido. Ese es un problema que existe y estamos dispuestos a enfrentarlo.

-¿De qué manera?

-Si se presenta alguna irregularidad la vamos a conocer, luego a denunciar y, por supuesto, a enfrentar con toda decisión.

-Dentro de ese proceso, ¿es posible alterar resultados, una vez concluidas las votaciones, en la etapa de transmisión y totalización de resultados?

-Ese riesgo también existe y a manera de anécdota te recuerdo que el sistema de la Fuerza Aérea de EEUU fue jaqueado por un venezolano. Los sistemas electrónicos son vulnerables, sobre todo cuando las transmisiones se prolongan, pero en este proceso la transmisión es muy corta y dura segundos. Nosotros minimizamos el riesgo porque, además, tenemos técnicos en cada uno de los sitios indicados: CNE y Cantv, pero, sobre todo, porque dispondremos de la información contenida en la copia de las actas en cada una de las mesas y antes de que la presidenta del CNE dé a conocer las cifras finales, ya nosotros habremos recibido de ese organismo un CD con todos los resultados. De manera que podemos cotejar sus números con los nuestros y por tanto estamos en capacidad de detectar cualquier anomalía, contradicción o alteración en las cifras que pudieran surgir. Te reitero que el riesgo mayor se da por la ausencia de testigos en las mesas, sobre todo en pequeños centros de votación.

-El secreto, que ya no lo es, es la presencia total en todas las mesas y eso requiere la movilización, instrucción y organización de cientos de miles de personas.

-En el país hay 36 mil 563 mesas y tenemos 210 en el exterior, que votan solo para el Parlamento Latinoamericano. En total son, entonces, 36 mil 773 mesas y estamos trabajando para cubrirlas. Tenemos doce mil 436 centros de votación que serán atendidos por coordinadores de los equipos que se encargan de apoyar a los testigos de mesa, además de activistas y voluntarios cuya tarea es movilizar a los electores. En cada centro hay un responsable de recoger las copias de las actas y de los datos de resultados de las mesas para transmitir a los centros de totalización que hemos organizado y así llevar el pulso de la tendencia. Después están los testigos regionales y municipales. Entonces, en total, entre principales y suplentes, estaremos movilizando 149 mil personas, entre militantes y voluntarios. Ese es el tamaño de nuestra exigencia y sobre eso estamos trabajando.

-Lo otro es el uso de los recursos del Estado por parte del oficialismo.

-Estamos haciendo un seguimiento en ese tema y en lo relativo a la ocupación, por horas y por horas, del espectro radioeléctrico nacional por parte del Presidente. Monitoreamos todos los medios regionales y denunciamos, cuando es el caso, violaciones a la ley por parte de algunas alcaldías y gobernaciones, aunque muy pocas veces hemos logrado que el CNE adopte medidas contundentes.

-¿Cómo se han acoplado los factores políticos en ese trabajo de coordinación y de organización, muchas veces difícil, porque a veces cada quien tira para su lado?

-Eso ha mejorado sustancialmente para este proceso. De las experiencias del pasado hemos aprendido a latigazos y existe una total integración de las diferentes organizaciones políticas y también de las ONG, que trabajan en el adiestramiento de los testigos y elaboración de los manuales de procedimiento. La organización del trabajo electoral ha mejorado notablemente y estamos conscientes de que para triunfar no es suficiente solo la debilidad del adversario, que es el caso en este momento. De allí que hayamos extremado los esfuerzos a través de una estrategia adecuada, que también existe, alrededor de una agenda parlamentaria. Todo eso es necesario integrarlo armónicamente porque el adversario es poderoso, tiene todos los recursos y dispone de votos no obstante toda esta acumulación de errores, de los escándalos de corrupción administrativa y del desastre de Pdval. Sabemos que van a movilizar todos los recursos, como lo hicieron en el pasado, y que no tendrán escrúpulos en hacer cualquier movimiento y ante eso no queda sino prepararnos para sorpresas que ni siquiera podemos imaginar en este momento.



Roberto Giusti
EL UNIVERSAL

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