Un proyecto que no es ni fascista ni comunista ni autarquista, pero que tiene un poco de todo eso
Los sucesivos abandonos que va sufriendo el proyecto chavista de parte de varios sectores o personalidades que lo acompañaron un buen tiempo, van recortando la figura de lo que ese proyecto en verdad es, o en verdad ha terminado siendo.
Es interesante observar la diversidad de motivaciones que fundamentan esas disidencias, esos retiros, esas inconformidades. Por un lado, están los grupos que hacen énfasis en la forma autocrática que tiene Chávez de conducir su proyecto, sin abrir espacio para la crítica, la divergencia, la pluralidad, el simple diálogo abierto con gente que estaría dispuesta a seguirlo respaldando, si viera que tales elementos son admitidos en el proyecto oficialista. Casos Henri Falcón, PPT, el grupo de académicos y profesionales que hace poco firmó un comunicado público en esa dirección. Por otro lado, están los que, según sea el caso, se alejan, se reagrupan, intensifican su desagrado, por motivos casi contrarios a los anteriores: quisieran algo más monolítico, más colectivista, más "revolucionario", más radical, menos "burgués", y por ahí... Müller Rojas, Aporrea, los críticos de la "derecha endógena". Dejemos de lado lo que pueda haber de oportunismo, de reconcomio por sentirse puesto de lado, en algunos actores de estos alejamientos. Eso es cosa de la conciencia de cada cual. Lo importante es que ambos tipos de critica, y otras que seguramente podrían añadirse, expresan desacuerdos reales en asuntos de sustancia.
Por default
De esta manera, por recorte, a través de lo que va quedando, casi que por default, se va definiendo la figura del proyecto chavista. Esa figura contrahecha, frankensteiniana, de un proyecto que no es ni fascista ni comunista ni autarquista, pero que tiene un poco de todo eso, revuelto con ineptitud, atraso ideológico y de conocimiento, petrodólares... Un bagazo de "proyecto" coexisten las misiones; la corrupción; la boliburguesía; jerarcas que, en cuanto a tipo político, son fascismo destilado; el Führerprinzip nazi en versión criolla; las trapisondas internacionales donde a su vez hay de todo.
Es ese bagazo, ese revoltillo intragable, esa suma de lo que va quedando, lo que va resultando insoportable para unos y otros. Pero, aunque a unos les produzca más rechazo unas cosas y a otros otras, es seguramente el conjunto lo que a partir de cierto momento se constituye en una línea amarilla para todo aquel que conserve un lugar para la autonomía personal, un resto de capacidad de decir NO. Por ello se puede decir que a todos les va llegando su raya amarilla. Por ejemplo, en lo personal, había llegado a creer que Müller Rojas le había vendido el alma al diablo, que ahí ya no quedaba espacio dónde dar un paso atrás. Y he aquí que el general anuncia su pase a retiro, por que lo que ve no se lo puede seguir tragando. Que lo que vaya a seguir pasando, pase, pero sin él.
Los incondicionales
Va quedando lo que va quedando. Todavía hay variedad: los incondicionales, los que dejaron que su conciencia la ocupara Chávez de un todo, los que le vendieron su alma al diablo, los que por su propia versión de la dignidad no quieren abandonar el barco por más que parezca que se está hundiendo, los que sienten que ya no tienen para dónde coger, los cínicos, los que a pesar de todo piensan que vale la pena seguir luchando para que ese bagazo se vuelva a parecer a lo que alguna vez soñaron, los que están hasta los tequeteques de negocios boliburgueses, los que, sabrá Dios por qué, sienten que el "proyecto" que ven es bueno... Pero sin que nunca se pueda decir que la hemorragia paró.
Todo lo que aquí se ha dicho se refiere a los dirigentes, a los cuadros, no a los sectores populares que por las razones que sea aún respaldan a Chávez. Pero allí, de otra forma, a otro ritmo, también está en marcha el proceso de recorte, sin que pueda extenderse a quienes en esos sectores continúan siguiendo a Chávez motivaciones como las que acabamos de enumerar. Allí el fenómeno es otro.
Es cierto que entre este surtido de disidencias y lo que llamamos las fuerzas democráticas no hay puntos de contacto. El que en tiempos recientes toma distancia del chavismo oficial tiene buen cuidado de no acercarse a los adversarios de Chávez y se esfuerzan por construirse su propio nicho. Es lo natural y es lo mejor.
Constatemos aquí simplemente, y es lo que hemos querido hacer, ese extraño fenómeno que un proyecto que termina definiéndose por lo que la va quedando.
dburbaneja@gmail.com
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