Venezuela reclama unidad pero con honestidad. Venezuela reclama unidad pero con transparencia. Ese es el reto: unidad con honestidad y transparencia, partiendo de la premisa de que la unidad es sólo un criterio operativo de acción política para lograr el triunfo electoral y la sostenibilidad política de la alternativa democrática venezolana. La unidad es para vencer a los otros y no para derrotarnos a nosotros mismos.
La unidad no puede ser una excusa para el retorno de los cogollos partidistas que impulsaron y justificaron el ascenso de la Quinta República, devenida hoy en Estado Totalitario. La unidad no puede ser un boleto de regreso al pasado que, para lamento de unos pocos, ya no volverá, pues nadie desea retroceder a una democracia exclusivamente de partidos y meramente representativa.
La Mesa de la Unidad Democrática es hoy una muestra futura de lo que será la Venezuela post-chavista, por lo cual para convertirse en verdadera opción política ante este gobierno nítidamente autoritario debe dar verdaderos ejemplos de fomentar la participación, el pluralismo y la igualdad. Su acción política cotidiana debe estar rigurosamente atenida a los métodos democráticos. Por lo que, viene a cuento la frase "de la manera como se hace política, se gobierna", que es como decir por los actos los conoceréis, repetida muchas veces por el colombiano Sergio Fajardo, ex alcalde de Medellín (2004-2007).
Para ganar la mayoría de la Asamblea Nacional, que es el hecho inicialmente fundante de la M.U.D., ésta debe suscitar una centrífuga que resulte en una gran alianza de partidos políticos, organizaciones sociales, organizaciones no gubernamentales y gremiales, movimiento estudiantil y personalidades independientes, que aspiran a una sociedad abierta a todos los venezolanos, sin discriminaciones odiosas ni exclusiones injustas. Sólo así aquélla será verdaderamente representativa de la diversidad y heterogeneidad de la sociedad democrática venezolana. Sólo con el esfuerzo de todos, sin exclusiones de nadie, se podrá alcanzar electoralmente la mayoría de la oposición venezolana en la A.N.
La Mesa de la Unidad debe ser cada vez más democrática, es decir, debe ser un verdadero espacio para el diálogo, donde mayorías y minorías sean consideradas igualmente necesarias para el bienestar colectivo e individual, donde se tenga bien claro que no se trata de incluir a unos y excluir a otros; que admitir e incluir la gran diversidad existente de opiniones, estados de conciencia y realidades nos acercará más a un estado de integridad y creatividad capaz de impulsar exponencialmente nuestros éxitos políticos.
Los reglamentos y normativas que se dio la M.U.D. establecen que todos los candidatos debían estar escogidos por "acuerdos unitarios" de sus integrantes para el 30 de abril de 2010. Eso no sucedió. En consecuencia, los candidatos unitarios a las elecciones parlamentarias deberán ser escogidos por elecciones primarias, esto es, elecciones universales, directas y secretas de todos los venezolanos; en cumplimiento de sus propios reglamentos y resoluciones.
Estamos convencidos que la alternativa es la unidad y, a su vez, que la unidad es la alternativa. Vale recordarnos: "Esta unidad no se puede agotar en la reunión de unos cuantos, es un instrumento al servicio de todos. La unidad es de todos los venezolanos y el cambio que vamos a lograr es para toda Venezuela". Por algo será que, Francisco de Quevedo nos advertía: "Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir".
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