Teódulo López Meléndez
1. Seguridad Social como Derecho Humano 2. Sistema y subsistemas 3. Pensiones, salud, paro forzoso y capacitación laboral, de vivienda y política habitacional y de recreación 4. Programa de acceso de los no asegurados a los sistemas de salud y medicinas gratuitas 5. Implementación de la Ley Vigente de Seguridad Social 6. Sistema de atención médica a domicilio 7. Estadísticas de recursos humanos y materiales existentes 8. Regionalización de la Salud 9. Docencia y acuerdo con las universidades 10. Indicadores de calidad del servicio de salud 11. Creación del Consejo Nacional de Coordinación del Sistema Nacional de Salud 12. Legislación sobre productos farmacéuticos 13. Depósito estratégico de medicamentos
Universalmente se reconoce la Seguridad Social como un derecho humano de acceso al menos a una protección básica para satisfacer estados de necesidad. Es una política a ejecutar por el Estado y a ser llevada hasta los más necesitados. La expresión Seguridad Social ya fue usada por Bolívar en el Discurso de Angostura. El Departamento de Seguridad Social de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), Ginebra, en conjunto con el Centro Internacional de Formación de la OIT, con sede en Turín y la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS), en Ginebra, publicaron en 1991 un interesante documento titulado " Administración de la seguridad social". De este documento se transcribe: "Es la protección que la sociedad proporciona a sus miembros mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que, de no ser así, ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos". La Seguridad Social Integral tiene como fin proteger a los habitantes de la República de las contingencias de enfermedades y accidentes, sean o no de trabajo, cesantía, desempleo, maternidad, incapacidad temporal y parcial, invalidez, vejez, nupcialidad, muerte, sobrevivencia y cualquier otro riesgo que pueda ser objeto de previsión social, así como de las cargas derivadas de la vida familiar y las necesidades de vivienda, recreación que tiene todo ser humano.
El sistema debe estar organizado en subsistemas y dirigido por el Ministerio del Trabajo. Debe estar en subsistemas tales como pensiones, salud, paro forzoso y capacitación laboral, de vivienda y política habitacional y de recreación, entre otros. En el 2002 salió publicada en gaceta Oficial el nuevo régimen de seguridad social de Venezuela, la llamada LOSS. Asegura un régimen más incluyente y de aplicación universal, pero no se aplica, está en una especie de Vacatio Legis, situación inadmisible. Muy bien podemos partir de ese texto que es ley de la república, oír observaciones y lanzarnos a su implementación con todas las fuerzas del Estado. En este campo, inclusive más que en otros, asistimos a una desconcertante ausencia de voluntad política.
No obstante, se nos vienen a la mente algunas acciones mientras se edifica la seguridad social. El primer pensamiento es para nuestros grandes médicos que lucharon contra epidemias y las hicieron desaparecer y, el segundo, para una ausencia notable de estadísticas que nos permitan establecer programas sobre epidemias que reaparecen y en el marco de una política de prevención de enfermedades.
Uno de ellos debe ser el establecimiento inmediato de un programa de acceso de los no asegurados a los sistemas de salud y medicinas gratuitas y el establecimiento de un sistema de atención médica a domicilio que corra conjuntamente con el proyecto “Barrio Adentro”. Hay que regresar a la regionalización de la salud permitiendo a los entes regionales y locales la administración de los hospitales y centro de prestación de servicios todo enmarcado dentro del Plan Nacional de Salud. Como hablaba de las estadísticas hay que marchar hacia ellas para determinar los recursos existentes, humanos y materiales, y garantizar una atención primaria con claros conceptos en transiciones epidemiológicas, continuidad de la atención y evaluación de tecnologías sanitarias. No dejo de incluir una reorganización administrativa, una logística y proyectos realizables de atención integral y de reformas e intervenciones en el el sistema de salud público.
La regionalización debe permitir el incremento de la capacidad operativa de los sistemas, la descentralización administrativa y, sobre todo, la participación de la comunidad en la solución de sus propios problemas de salud. Se ha tratado, demagógicamente, de enfrentar dos supuestos tipos de médicos, se ha permitido el cierre de numerosos centros de Barrio Adentro y se ha olvidado el mantenimiento de hospitales públicos y de suministro de insumos. La única respuesta posible es el de la eficiencia, el de organizar mecanismos de mantenimiento y de una certera política de adquisiciones y distribución de medicamentos.
Al parecer en este país venezolano no es que las estadísticas no estén en registros de computadora, pues parece que en muchos casos ni en el papel. Se me dice que no hay catastro actualizado, que no se cuenta con registro eficiente de insumos y menos con sistemas que permitan detectar en tiempo real focos epidemiológicos y calcular la expansión.
Un asunto que hay que tomar muy en cuenta es el de docencia. En primer lugar hay que involucrar a las universidades en el desarrollo del Plan Nacional de Salud y una cuidadosa evaluación de los egresados de algunas instituciones sobre las cuales caben dudas razonables. De esta manera cualquier designación en direcciones o subdirecciones de centros de salud deberá ser hecha por concurso.
Otro asunto prioritario es el aumento de la calidad del servicio prestado lo que se puede lograr mediante una estrategia adecuada a cada nivel de complejidad y obtener así indicadores en cada sitio de prevención, de hospitalización y de intervención sanitaria. Hemos hablado de la participación comunitaria por lo que debe haber programas de calidad participativa. Sugerimos, así mismo, la descentralización de las compras, para evitar corrupción o pérdida de material, la cual debe estar sometida a fiscalización.
En definitiva, para quienes no somos expertos en esta área compleja de la salud, nos cabe plantear que lo que queremos es hacer de la atención sanitaria un valor de cohesión social. Hemos hablado de descentralización de la salud para lo cual deben tener injerencia los cinco polos de desarrollo regional planteados en nuestro primer texto programático, con unas bases y coordinación general, por lo que planteamos la creación de un Consejo de coordinación del Sistema Nacional de Salud presidido por el Ministro de Salud, con representaciones de las regiones y de los sectores empresarial y sindical.
Creemos, además, que es obligación legislar sobre los productos farmacéuticos para evaluar y autorizar medicamentos y productos sanitarios en general. Es menester una fijación convenida de precios. Ante las emergencias constantes de solicitudes que vemos en las redes sociales es absolutamente imprescindible la creación de un depósito estratégico de medicamentos y productos necesarios para casos extremos y, sobre todo, para emergencias y catástrofes naturales.
Son algunas ideas generales. Como siempre lo digo, el político tiene el concepto general de lo que quiere y los equipos de gobierno se encargan de implementar sus ideas. Cuando logremos que la población se sienta satisfecha del servicio público de salud habremos establecido una base fuerte a la cohesión social. Lo propongo.
teodulolopezm@yahoo.com
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