Libertad!

Libertad!

miércoles, 6 de agosto de 2008

Padre nuestro que estás en el cielo...


Simón Alberto Consalvi

Confieso que entre mis tareas está la de oír y, a veces, grabar las prolongadas disertaciones del Presidente de la República. Si algo lamento es no estar vivo en el dos mil treinta y tantos, cuando decida entregar el poder a uno de sus descendientes, y los venezolanos puedan verlo en perspectiva, o sea, cuando ya sea pasado, como en El otoño del patriarca. ¡Quién sabe dónde andarán mis huesos, cuando la patria de Bolívar quede huérfana! Mala suerte de la patria y mía. Nada me divierte tanto; mi afición llega a tales excesos que cuando lo oigo (con cadena y sin cadena) anoto sus oraciones, sus puntos de vista, sus originales interpretaciones de la historia, todo eso que tanto irrita a Manuel Caballero.
La penúltima de mis anotaciones se refiere al Padre de la Patria. El primer magistrado sostiene que Bolívar era un hombre de pensamiento político tan avanzado que fue "el precursor del socialismo del siglo XXI". O sea, Bolívar tan marxista, como Marx bolivariano. Esto indigna a los antiguos "guardianes del culto" que creen saber más de Bolívar que Manuelita Sáenz, e, incluso, a algunos políticos que nunca se interesaron por lo que Bolívar pensara, pero que ahora descubren que ésta es una buena excusa para aguarle el contento del agua al supremo jefe de la revolución bolivariana.
Estas reacciones me parecen atrabiliarias. Veamos, ¿quién protestó en Venezuela cuando el general Cipriano Castro afirmó en 1899, a su paso por Trujillo (nada más ni nada menos que por Trujillo, donde Bolívar decretó la guerra a muerte, "Españoles y canarios, contad con la muerte aunque seáis indiferentes"), ahí mismo, que "el partido liberal había sido fundado por Jesucristo", y que a él lo acompañaba Bolívar en su marcha hacia el centro de la República para "echar los mercaderes del templo"? Nadie dijo "esta boca es mía". (Aplaudió hasta el obispo).
Durante nueve años no se habló sino de "Bolívar y Castro". Era tema de un concurso permanente en la prensa oficial. Así fueron muchos los que escribieron sobre ambos, el Libertador de la Independencia y el libertador de la Restauración. En El Constitucional llegaron a decir que don Cipriano era "un segundo Bolívar".
Revisen los incrédulos el volumen 2 de El pensamiento polí tico venezolano del siglo XX, y verán cómo lo que aquí se escribe no es una "adulteración de la historia".
En 1908, un siglo atrás, con todo y andar día y noche con Bolívar, don Cipriano fue derrocado por su compadre Juan Vicente Gómez. Cayó Castro, pero no cayó Bolívar. Y Gómez, como don Cipriano, tomó a Bolívar como guía supremo de la Rehabilitación. Refiriéndose a un 5 de Julio, en Memorias de un venezolano de la decadencia, José Rafael Pocaterra escribió: "La prensa ha salido ese día con un retrato de Gómez grande y uno de Bolívar pequeño... Como se extrañara cierta vez uno de los redactores del periódico oficioso El Nuevo Diario de esta diferencia de magnitudes y de colocación preferente de Gómez, a la derecha y arriba, Vallenilla Lanz le repuso, limpiándose los espejuelos: Muy sencillo, el general Gómez pega grillos y Bolívar no...".
No obstante, cuando el presbítero Carlos Borges le cantaba a Gómez también le cantaba a Bolívar. El cura era buen poeta, y tenía de todo menos de lerdo.
Por eso Gómez lo nombró capellán del Ejército. En esa época se hablaba tanto de Dios, de Bolívar y de Gómez que parecían la Santísima Trinidad.
En diciembre de 1935, Bolívar reapareció con mayor fuerza. Con López Contreras, estuvo en la sopa, tanto que Dios debió sentirse celoso porque ahora no andaba como en los tiempos de Gómez, con Gómez, sino que López se olvidó de la Providencia para quemarle todo el incienso a Bolívar. Cuando fundó un partido político, lo llamó "Cívicas bolivarianas". Entonces, ¡Bolívar era conservador! Tan útil como ahora...
Cuando, en 1941, llegó Medina Angarita no le paró ni a Dios ni a Bolívar y, por eso, le pasó lo que le pasó. Gallegos le cantó discretamente a Bolívar, pero se olvidó de Dios. En la era democrática los socialcristianos hicieron lo contrario. ¡Dios todo el tiempo! Los llamados socialdemócratas descuidaron al uno y al otro, y ahí los ven, en el purgatorio, y sólo el Jefe Supremo los apostrofa para recordarles que están muertos hasta nueva orden.
De modo y manera que, consultando la historia y sus avatares, ¿qué más da que Hugo Chávez Frías diga que Bolívar era tan marxista, como Marx bolivariano?
"En este mundo traidor /
nada es verdad ni es mentira. /
Todo es según el color / del cristal con que se mira".
En este mundo (traidor o no), cada uno "hace de su capa un sayo". ¡Ahora Bolívar, precursor del marxismo-leninismo!
Aviso: no desespere, la historia no termina aquí...
Castro, Gómez, López...

Bolívar en un carrusel.

No hay comentarios: