Padre José Palmar*
Desde
que salió en la plataforma de las redes sociales el artículo denominado
“Los caballos de Troya de Fidel” -escrito asombrosamente de carácter anónimo- se ha despertado una estela de múltiples comentarios y de reacciones encontradas, que aún siguen circulando.
Que
el candidato del Psu esté enfermo o no, es de inexcusable error pensar
que el país dependa de su carcinoma, de su narcisismo o de su verruga
para vislumbrar el destino de nuestro pueblo.
Si
“el candidato de la patria” le ha mentido al país con un falso positivo
de un cáncer que nunca tuvo, es el más alto grado de inmoralidad y de
perversión jamàs visto en mandatario alguno de Venezuela. En el supuesto
negado que todo fue una patraña diabòlica de los Castro, orquestada en
La Habana y diseminada en toda la geografIa nacional a travès de la
industria del rumor con premeditación y alevosía es un delito castigado
por las leyes y repudiado por el eterno Creador.
Esa
mentira es un delito penal de injuria y ademàs es un pecado contra el
Espíritu Santo, que no tiene perdón celestial (cfr.Mt.12,32).
Una
burla de blasfemia pidiendo oraciones y sacramentos en vano, es pecar
contra el Paráclito Defensor de la verdad. Eso clama al Cielo, sería
peor para él si todo fuese una farsa castrista, eso es más grave que si
padeciese un mal en su humanidad.
Simplemente,
le digo a Hugo Chàvez lo que Jesùs le recalcó a los apostoles con el
pecado de Judas Iscariote: “Hubiera sido mejor para él no haber nacido”
(Mt.26,24). Mentir faltando a la caridad de la bondad de un pueblo noble
como el de Venezuela, es la más alta traición que jamàs el país
perdonarà.
Su
castigo serà electoral y espiritual, que Dios se apiada de su alma
iscariotizada. Suponiendo que no tiene cáncer, padece de la soberbia y
vanagloria que llevó a Herodes Agripa a la muerte sùbita de manos del
Angel (cfr.Hch.12,23).
Dios y la Virgen nos bendiga a todos. Amén.
*Padre José Palmar, Cura de barrio, locutor y periodista.
@PadreJosePalmar on Twitter
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