Una madrugada de un 15 de junio, año, inolvidable, fui protagonista de un hecho
extraordinario, conocí a una mujer que luego, durante toda mi vida resultó ser
mi mejor amiga, ella fue mi madre.
Sentí esa madrugada que me bañaron, luego me instilaron gotas en mis ojos
y por primera vez en mi vida me vistieron y en seguida, por mis llantos de
ansiedad, por miedo a vivir, fui cuidadosamente protegido por esta maravillosa
amiga.
Puedo asegurar que en mis primeros años en
este planeta, el del Homo Sapiens, tuve
una salud deteriorada, de tal forma,
cuenta un médico familiar de mi mejor amiga que el respetado Galeno, con
toda seriedad, informó a mis padres sobre el pronóstico de mis enfermedades y
dictaminó: “si este niño se salva, o será un enorme bandido o un gran hombre”,
puedo asegurar parodiando a cierto político criollo que… ni lo uno ni lo otro,
todo lo contrario.
Y al
crecer,- mi madre, la virtud hecha mujer-, me enseñó con toda dulzura, con voz
baja pero con seriedad, a encarar las
situaciones conflictivas de la vida, dejar los temores. Las personas valientes
sienten miedo pero siguen adelante. Aprendí de ella esa silenciosa valentía
propia de la mujer venezolana que cría sus hijos y se transforma en madre, amiga,
enfermera, médico. Con razón el fundador de la Pediatría venezolana, el
Dr. Pastor Oropeza, expresó: “la mejor enfermera es la madre”.
Debo a ti madre, todo mi ser, todo lo que
soy, absorbí tu espíritu indomable, invencible, que transmitisteis a nuestra
familia; por tal motivo, te recordamos como muestra de pureza e icono de mujer de provincia venezolana, de
recio temperamento pero de humilde sentimiento y grandeza en el alma..
Hoy madre, sé que estás sentada a la
diestra del Todo Poderoso, Nuestro Señor, por lo tanto, quiero enviarte esta
plegaria, este ruego: Madre, siento que debes pedir, en oración perenne y con gran devoción, que las madres
venezolanas, en especial las humildes, no sigan derramando lágrimas por la
pérdida violenta de sus hijos los fines de semana en este país. Pide, mi
hermosa amiga, que los hijos de todas las madres compatriotas nuestras, tengan
suficientes medios de alimentación, educación y salud para que estos nuevos venezolanos a quienes la lotería
de la vida, la lotería social, les ha
negado todo y ha sido inclemente con ellos, tengan solución a sus vidas, pero
sus madres son como tú, eternas luchadoras, indomables y con temple de acero.
Pide Madre, a tú Cristo que tanto
reverencias y que depositaste tú gran fe
en sus decisiones, que los hombres de este país no maltraten a ninguna mujer ni
de hecho ni de voz, que la madre venezolana la situemos en el nicho de oro de un
hogar feliz. No descanses en tus ruegos, pide padres responsables, que el Todo
Poderoso decrete que los procreadores perversos e irresponsables sean castigados por la ley divina y del hombre.
Madre, nuevamente te pido, ante tú Cristo,
de rodillas y con los brazos abiertos,
con humildad, con fe, ruega por Nuestra Madre Patria, Venezuela. Que el Todo
Poderoso se apiade de esta hermosa nación, que evite las muertes innecesarias,
la fuga de cerebros jóvenes, la división social y que nos bendiga con la paz
ciudadana, con la libertad física y de pensamiento y sobre todo madre que nos
envíe su manto protector para las mujeres y niños desatendidos por los
servicios sociales.
Madre, tú perdiste dos hijos, mis hermanos,
ruega porque otras madres, conciudadanas no vivan esa tragedia familiar; pide a
Nuestro Señor que su providencia y tú sabia experiencia imprima
sobre nuestro país la ley de la tolerancia, la bondad, la beneficencia y
sobre todo ruega por la protección de la mujer desde su nacimiento hasta cuando
sea madre, abuela y eternamente.
Mi amiga, madre del alma, vivo a diario
pregonando el hermoso pensamiento
y bondadoso espíritu que nos enseñaste;
transmito tus ideales a mis hijos y nietos. Te queremos, te respetamos por tú
sabiduría, dulzura en el trato; usa tú influencia con los Dioses del Olimpo
para que nuevamente en nuestra amada
patria, sus hijos sean los benefactores de la paz y la libertad, con libertad
habrá justicia y equidad.
Madre, impide que sean asesinados más
venezolanos, ejerce tu influencia espiritual para evitar que ciudadanos honestos sean encarcelados
sin fórmula de juicio, exiliados de la patria. Es duro, desconsolador, madre,
que los hijos de nuestra patria sufran por políticas erradas.
Madre, queremos la bendición tuya y la de Nuestro Señor. Anhelo amiga, que mañana al
amanecer podamos los venezolanos recitar la Balada del Preso Insomne de Leoncio Martínez, y
como expresa Leo: “tomar la cabeza de nuestros nietos, llevarla hacia atrás y
ver en el fondo de sus pupilas el claro sol de mi país”. Quiero que entiendas,
la libertad madre hace feliz a los
pueblos y… también gritemos con brío: GLORIA
AL BRAVO PUEBLO. ABAJO CADENAS…!
MADRE
AMIGA DEL ALMA, RUEGA POR NOSOTROS.
AUTOR: Julián
Viso Rodríguez.
C..I. Nº
945.435
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