Libertad!

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domingo, 3 de junio de 2012

RUEGO A MI MADRE. ORACIÓN POR SUS HIJOS...

Julián Viso Rodríguez.

    Una madrugada de un 15 de junio, año,  inolvidable, fui protagonista de un hecho extraordinario, conocí a una mujer que luego, durante toda mi vida resultó ser mi mejor amiga, ella fue mi madre.

    Sentí esa madrugada que me  bañaron, luego me instilaron gotas en mis ojos y por primera vez en mi vida me vistieron y en seguida, por mis llantos de ansiedad, por miedo a vivir, fui cuidadosamente protegido por esta maravillosa amiga.

    Puedo asegurar que en mis primeros años en este planeta, el del Homo Sapiens,   tuve una salud deteriorada, de tal forma,  cuenta un médico familiar de mi mejor amiga que el respetado Galeno, con toda seriedad, informó a mis padres sobre el pronóstico de mis enfermedades y dictaminó: “si este niño se salva, o será un enorme bandido o un gran hombre”, puedo asegurar parodiando a cierto político criollo que… ni lo uno ni lo otro, todo lo contrario.

   Y  al crecer,- mi madre, la virtud hecha mujer-, me enseñó con toda dulzura, con voz baja pero con seriedad,  a encarar las situaciones conflictivas de la vida, dejar los temores. Las personas valientes sienten miedo pero siguen adelante. Aprendí de ella esa silenciosa valentía propia de la mujer venezolana que cría sus  hijos y se transforma en madre, amiga, enfermera, médico. Con razón el fundador de la Pediatría venezolana, el Dr. Pastor Oropeza, expresó: “la mejor enfermera es la madre”.

    Debo a ti madre, todo mi ser, todo lo que soy, absorbí tu espíritu indomable, invencible, que transmitisteis a nuestra familia; por tal motivo, te recordamos como muestra de pureza   e icono de mujer de provincia venezolana, de recio temperamento pero de humilde sentimiento y grandeza en el alma..

    Hoy madre, sé que estás sentada a la diestra del Todo Poderoso, Nuestro Señor, por lo tanto, quiero enviarte esta plegaria, este ruego: Madre, siento que debes pedir, en oración perenne  y con gran devoción, que las madres venezolanas, en especial las humildes, no sigan derramando lágrimas por la pérdida violenta de sus hijos los fines de semana en este país. Pide, mi hermosa amiga, que los hijos de todas las madres compatriotas nuestras, tengan suficientes medios de alimentación, educación y salud para que  estos nuevos venezolanos a quienes la lotería de la vida, la lotería social,  les ha negado todo y ha sido inclemente con ellos, tengan solución a sus vidas,  pero  sus madres son como tú, eternas luchadoras, indomables  y con temple de acero.

    Pide Madre, a tú Cristo que tanto reverencias y que  depositaste tú gran fe en sus decisiones, que los hombres de este país no maltraten a ninguna mujer ni de hecho ni de voz, que la madre venezolana la situemos en el nicho de oro de un hogar feliz. No descanses en tus ruegos, pide padres responsables, que el Todo Poderoso decrete que los procreadores perversos e irresponsables  sean castigados por la ley divina y  del hombre.

    Madre, nuevamente te pido, ante tú Cristo, de rodillas y con los  brazos abiertos, con humildad, con fe, ruega por Nuestra Madre Patria, Venezuela. Que el Todo Poderoso se apiade de esta hermosa nación, que evite las muertes innecesarias, la fuga de cerebros jóvenes, la división social y que nos bendiga con la paz ciudadana, con la libertad física y de pensamiento y sobre todo madre que nos envíe su manto protector para las mujeres y niños desatendidos por los servicios sociales.

    Madre, tú perdiste dos hijos, mis hermanos, ruega porque otras madres, conciudadanas no vivan esa tragedia familiar; pide a Nuestro Señor que su providencia y tú sabia experiencia   imprima  sobre nuestro país la ley de la tolerancia, la bondad, la beneficencia y sobre todo ruega por la protección de la mujer desde su nacimiento hasta cuando sea madre, abuela y eternamente.

    Mi amiga, madre del alma, vivo a diario pregonando el   hermoso pensamiento y  bondadoso espíritu que nos enseñaste; transmito tus ideales a mis hijos y nietos. Te queremos, te respetamos por tú sabiduría, dulzura en el trato; usa tú influencia con los Dioses del Olimpo para que nuevamente en  nuestra amada patria, sus hijos sean los benefactores de la paz y la libertad, con libertad habrá justicia y equidad.

    Madre, impide que sean asesinados más venezolanos, ejerce tu influencia espiritual para  evitar que ciudadanos honestos sean encarcelados sin fórmula de juicio, exiliados de la patria. Es duro, desconsolador, madre, que los hijos de nuestra patria sufran por políticas erradas.

    Madre, queremos la bendición tuya y la de  Nuestro Señor. Anhelo amiga, que mañana al amanecer podamos los venezolanos recitar la Balada del Preso Insomne de Leoncio Martínez, y como expresa Leo: “tomar la cabeza de nuestros nietos, llevarla hacia atrás y ver en el fondo de sus pupilas el claro sol de mi país”. Quiero que entiendas, la libertad madre  hace feliz a los pueblos y… también gritemos con brío: GLORIA AL BRAVO PUEBLO. ABAJO CADENAS…!

  MADRE AMIGA DEL ALMA, RUEGA   POR   NOSOTROS.

AUTOR: Julián Viso Rodríguez.
C..I. Nº 945.435

   

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