Rafael
Muci-Mendoza
En la puerta de
entrada al cementerio de El Puerto de Santa María (España) se lee: ¨Hodie
mihi, cras tibi¨ que significa,
«Hoy me ha tocado a
mí, mañana te tocará a ti».
Se encuentra frente a frente al erial que ha creado, al frío abismal del tiempo acabado…
El impío se encuentra frente a frente al erial que ha creado, al frío abismal del tiempo acabado, al derroche y desperdicio de los talentos adjudicados, pidiendo más tiempo para hacer lo que no ha hecho, para terminar quizá, su carrera de destrucción. La muerte del ruin es penosa, atemorizante y triste, llena de miedos como aquellos del personaje Ebenezer Scrooge protagonista de la novela Cuento de Navidad (1843) de Charles Dickens, hombre de corazón duro y egoísta, avaro y misántropo, aborrecedor de cualquier gesto que produjera felicidad que no fuera para él. Scrooge ve entonces su propia tumba antes de despertar y descubre que es todavía la mañana de Navidad, por lo que aún está a tiempo de cambiar su destino.
El nuestro Scrooge, negará en hora póstuma convertirse en un modelo de generosidad y altruismo, continuará siendo déspota y cruel, retando a su muerte y a su castigo. Los presos inocentes que tiene en su haber, ni los hijos de éstos ni sus nietos anhelantes en un Día del Padre sensibilizaron su duro corazón. ¡Métanles treinta años...! -vocifera.
La muerte del impío no será generosa ni habrá bálsamo tranquilo para él, será atenazado por los demonios que alberga en su mente y no pasará del sueño natural al sueño eterno.
rafael@muci.com; rafaelmuci@gmail.com
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