Libertad!

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domingo, 15 de noviembre de 2009

El desarrollo que todos esperamos

CARACAS BIPOLAR

Por Aliana González

10.11.200909:14 AM
¿Está presente el desarrollo, como concepto pero también como propuesta a la sociedad, en nuestros medios de comunicación social? Esa es la pregunta que se hizo una iniciativa llamada Observatorios en Red y que magistralmente sintetizó en el libro "¿Desarrollo? encuentros y desencuentros entre medios y ciudadanía" Rosa María Alfaro.

Para ello realizaron el monitoreo de la cobertura de este tema en 41 periódicos en ocho países, entre ellos Venezuela, actividad en la que analizaron 7.955 informaciones publicadas. Escrutando las noticias hicieron varios descubrimientos que vale la pena relevar si queremos superarnos y avanzar. No todo es desalentador.

El análisis tiene un tono constructivo que permite a quienes somos parte vital de la construcción de un periódico reconocer avances y atender descuidos. Resulta interesante la lectura de este documento y aún más la posibilidad de escuchar a su compiladora, como pude hacerlo este lunes por invitación de la Unicef y el Centro de Investigaciones de la Comunicación de la UCAB.

En principio, porque pocas veces tenemos tiempo para la reflexión sobre la tarea periodística y el cómo ejercemos el oficio, pero ademas porque permite colocar el acento en aquel lugar dónde se debe y no dónde por costumbre o hábito, solemos colgarlo.

Pero ¿Qué es el desarrollo? Probablemente dificultemos que podamos leer en un periódico sobre esta idea, que parece más adecuada para el ámbito académico y menos vinculada al quehacer dinámico de una noticia. Un concepto que a veces resulta teórico, por ende aburrido y la mayoría de las veces inalcanzable.

El desarrollo aunque se asemeja más a una utopía a la que nuestros países parecen no tener derecho -por algo nos llaman en vías de desarrollo- es una plataforma que podemos construir entre todos, y en la que podríamos montarnos para ganar mejor calidad de vida, pero para lo cual requerimos de consensos (que para ser consensos, deben ser inclusivos y tolerantes). Es un proyecto de país, un norte al cual podemos dirigirnos, que debemos dibujar como colectivo, más allá de la polarización que nos devora.

Parece un imposible, porque estamos encerrados en una diabólica práctica que parece consistir sólo en defendernos y atacar, y ante la cual parecemos no tener opción pues se nos va la vida en ello, porque lo que está en juego es nuestra propia sobrevivencia.

Sin embargo, paradójicamente, en la construcción colectiva de un proyecto de país al cual podamos enrumbarnos como un conjunto de voluntades, radica nuestra salvación.

Salirse del juego de la polarización y colocar temas vitales para el debate y búsqueda de soluciones, es una salida más creativa, inteligente y positiva, que pensar que todo se salvará cuando mágicamente salgamos de Chávez (en realidad -y es mi modo de pensar- no se si se salvará todo cuando salgamos de Chávez, que algún día ocurrirá porque nadie es eterno. Que esta salida ocurra como parte de un consenso, y no como resultado de un enfrentamiento en el que habrá un ganador y por supuesto, un perdedor, es lo que hará la diferencia en si será mejor o peor lo que tendremos después, no se si me entienden)

El documento que elaboraron estos veedores de medios revela varias realidades, que no pretendo reflejar en su totalidad en esta breve reseña: la primera que aunque se está empezando a hablar de desarrollo en nuestros países (lo cual es alentador, ya que antes ni se mencionaba) la visión que se enlaza con esta idea está vinculada al Estado como todopoderoso, como único responsable de encausar y hacer posible el desarrollo. por lo que se olvida a las empresas privadas, que son tan responsables como partícipes, pero también a los ciudadanos.

Los medios repiten lo que es una realidad en nuestros países, y es la visión paternalista en la cual las personas solo tienen derecho a recibir beneficios, pero no son responsables y copartícipes. Las personas en la mayor parte del retrato que de ellas hace la prensa, suelen ser víctimas. Y mientras los medios sigan retratando a los ciudadanos como víctimas, difícilmente dejarán de serlo.

La reflexión necesaria (que es parte de la idea del desarrollo, esa palabra que han dado en llamar "empoderamiento", que no es otra cosa que el que la gente asuma su papel de participante, y se "empodere", o tome el control, de su propio destino) es que el ciudadano debe construirse como cultura, dentro del concepto de que es propietario de su entorno, de su espacio, de su ciudad y de su país, y para ello, debe ser interpelado. Lo que no resulta cómodo ni divertido.

Y probablemente tampoco sea fácil. Pero es un camino que debemos transitar si queremos lograr saltar el pozo en el que parecemos hundirnos irremediablemente.Aterrizando estas ideas, ¿transitamos el camino del desarrollo?

La realidad que tenemos, con racionamientos de agua, hospitales que no funcionan, servicio eléctrico deficitario, inflación y desequilibrios macroeconómicos, cada vez menor producción, escuelas en las que se enseña poco y mal, pareciera indicar que andamos en la dirección equivocada. Pero, ¿Qué podemos hacer para construir un futuro mejor para nosotros y nuestros hijos?

Lo que nos dice esta investigación, es que un camino es bajarnos del discurso de la confrontación política (y salir del maniqueísmo al cual nos somete la polarización) y aterrizar estos temas para que sean parte del debate de todos y hacer participar a las personas en las soluciones.

En otras palabras, ser ciudadanos responsablemente, y asumir el papel conductor de nuestra propia historia. Y si bien el papel de los medios es hacer un mejor retrato de los ciudadanos con sus deberes y derechos, el de las personas es asumir su protagonismo participando en decisiones -pequeñas o grandes, pero ejerciendo presión- desde sus juntas de condominio, consejos comunales, colegios o entes gremiales.

Enlaces de interés
¿Desarrollo? Encuentros y desencuentros entre medios y ciudadanía

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