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martes, 23 de marzo de 2010

Colegio Chaves. Emblemática Institución caraqueña de mediados del siglo XIX.

Gerónimo Yerena Cabrera.
El Colegio Chaves, situado desde su inauguración el 5 de julio de 1842 y hasta 1953, entre las esquinas de Carmelitas y Llaguno en el lado norte de la Oeste 1, al lado de otra vivienda emblemática de la Caracas de Antaño, que fue la casa de la esquina de Llaguno, sede del Museo de Arte Colonial. Ambas fueron demolidas para construir la actual Avenida Urdaneta.
La casa del colegio había sido construida por don Juan José de Vega y Bertodano en 1783 (1), personaje de gran prosapia española y primer Vega nacido en Caracas; hijo de don Juan de Vegas y Sanz, quien pasó a Caracas como Contador de la Real Hacienda y casó en 1716 con María Bertodano, hija del ex Gobernador. Dentro de su ilustre descendencia figuran dos eminentes médicos: Andrés Herrera Vegas, fundador de la lucha antituberculosa en Venezuela, con la fundación del Primer Dispensario Antituberculoso en el año 1906 (2), y Martín Vegas, pionero de la dermatología en Venezuela, graduado en el año 1920 (3).

Guillermo Meneses en su dossier sobre la Casa del Colegio Chaves (4), nos condensa en forma ejemplar, como siempre lo supo hacer, la crónica tanto de la casa como del colegio:
“Durante mucho tiempo, la casa donde funcionaba el Colegio Chavez fue orgullosamente estimada por los caraqueños. Era enorme casa de bellísimo patio rodeados de corredores. El corredor delantero tenía las famosas columnas barrigonas que se encuentran en algunos ejemplos de la arquitectura colonial venezolana. La casa había sido hecha para don Juan de la Vega y Bertodano en 1783. Más ancha y fuerte que su vecina de la esquina de Llaguno, ambas constituían grato sitio de antiguos ambientes. En la de Llaguno estuvo mucho tiempo el Museo Colonial; la de Juan de la Vega pasó por varias manos hasta que fue destinada para colegio de niñas pobres donde aprenderían a coser, bordar, leer, escribir, contar, gramática castellana, principio de religión, música y dibujo y hasta elementos de geografía e historia, si fuese posible. El caballero Juan Nepomuceno Chaves dejaba establecido en su testamento como renta para el colegio la cantidad de siete mil pesos que saldrían –primero que ninguna otra cosa de los dividendos que deben producir las mil acciones- del Banco Nacional. En realidad los fondos del colegio desaparecieron en múltiples vicisitudes, pero siempre ha representado lo que seguramente fue el primer ejemplo de lo que hoy llamamos “espíritu fundacional” y la primera demostración de la actividad privada dirigida a ayudar en la solución de los problemas sociales y educativos. Para la realización de los trabajos de la Avenida Urdaneta se consideró necesario tumbar las casas de Llaguno y Chaves. No sabemos cuáles causas privaron en esta decisión pero el resultado fue que Caracas quedó sin dos casas ejemplares de la habitación del siglo XVIII. En lo que al Colegio Chaves se refiere vendría a ser justa la construcción de una nueva casona hecha con de acuerdo con los moldes y trazos de la antigua, hoy guardados. La casa de Juan de la Vega y la empresa del Colegio Chaves lo merecen”.

Graciela Schael Martínez (5), nos relata la anécdota de un personaje popular muy conocido a principio del siglo XX relacionado con el Colegio Chaves. Se trataba de Petra Antonia Josefa Carmen de las Mercedes Pérez, pero que era conocida sólo por el nombre de “Nuestra Señora de Las Batatas”, era una humilde mujer que recorría la ciudad llevando sobre la cabeza un azafate pleno de batatas sancochadas, a cuya venta se dedicaba. Este personaje luego de fracasar en su intento de ingresar en uno de los conventos de la capital, decidió vestirse de monja, y así andaba por el centro de la capital vendiendo su mercancía. En cierta ocasión un fraile capuchino le aconsejó que cambiara su manera de vestir, que tal apodo le atraía; las recomendaciones del religioso influyeron en la muchacha y quizás ayudada por éste, luego de un tiempo, entró a formar parte del personal del Colegio Chaves, en calidad de doméstica, ayudante de la portera.

Juan Nepomuceno Chaves falleció el primero de agosto de 1841, y e l colegio fue fundado un año más tarde, por generosa decisión del eminente y filantrópico caraqueño (6), quien a mediados del siglo XIX figuró en alta escala en los primeros años de la República a la cual sirvió en variados cometidos, destacando también por la opulencia de su fortuna, adquirida a costa de trabajo inteligente y asiduo, habiendo sido promotor y principal fundador del Banco Nacional de Venezuela, primer Instituto de este género que hubo en nuestro país. La voluntad de este eximio venezolano fue expresada en forma póstuma mediante cláusulas contenidas en su testamento para dar lugar a este legado, y se le dio el nombre de Colegio Chaves, conforme al justo parecer de Juan Manuel Manrique (albacea testamentario).Esta Institución pionera en cuanto a que representa quizás la primera iniciativa de altruista aportación de capital privado en la solución de problemas de vigencia social, ha vivido a la par que la República las contingencias y vicisitudes que han caracterizado nuestra historia, siendo hoy día un hermoso signo de pervivencia institucional.
Gracias a la Fundación Juan Nepomuceno Chaves aún persiste el espíritu y la devoción de su fundador. Actualmente funciona, desde septiembre de 1992, como un colegio privado en la Calle F Colinas de Valle Arriba.
Cabe destacar, en honor a sus nombres, las respetables Directoras que a través de los años han estado al frente del mismo. Inician desde 1842 hasta 1870, Concepción, Teresa y Encarnación Luque, seguidas sucesivamente por Concepción Miyares de Smith, Carolina Conde de Ponte, Amalia Amitesarove, Lucila Luciani de Pérez Díaz, Carmen Trujillo Trujillo, Mercedes Trujillo Trujillo y Gisela Trujillo de Marcano. Hoy se encuentra al frente del Colegio la Licenciada Natalia Marcano de Vásquez, quien conjuntamente con la Comunidad Educativa del Plantel ha ampliado los alcances académicos del mismo convirtiéndolo en un Colegio de educación mixta que abarca todos los niveles de educación (preescolar, básica y diversificada).
Para conservar y actualizar la iniciativa y los esfuerzos de las personas forjadoras de esta Institución, se ha constituido la “Fundación Colegio Chaves” presidida por la profesora Gisela Trujillo de Marcano.
Bibliografía.
1.-José Garcia de la Concha. Reminiscencias Vida y costumbres de la vieja Caracas. Ernesto Armitano. Editor. p 155-158.
2.- Mercedes Pérez. 25 Vidas Bajo un Signo. Ediciones Lerner.1967.p 282-288.
3.-Ana Mercedes Pérez. 25 Vidas Bajo un Signo. Ediciones Lerner.1967.p 165-177.
4.- Guillermo Meneses. Libro de Caracas. Fundarte Alcaldía de Caracas. 1995. p 53.
5.-Graciela Schael Martínez. Estampas Caraqueñas. Concejo Municipal del Distrito Federal. Caracas 1975. p 46.
6.-Portal del Colegio Chaves. Fundación Juan Nepomuceno Chaves:
http://colegiochaves.com/

yerena.geronimo@gmail.com

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