Libertad!

Libertad!

miércoles, 17 de marzo de 2010

JOSÉ MARÍA VARGAS Y LA PARÁBOLA DE LOS CINCO TALENTOS

[1] Dr Rafael Muci Mendoza
Mateo 25:14-18
¨Porque el reino de los cielos será también como un hombre que, al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos [2], a otro dos y a otro sólo un talento; a cada uno según su capacidad. Luego se fue de viaje. El que había recibido los cinco talentos fue enseguida y negoció con ellos y ganó otros cinco. Así mismo, el que recibió dos talentos, ganó dos más. Pero el que había recibido uno talento, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. El que había recibido los cinco talentos llegó con los otros cinco. “Señor,” dijo, “Usted me encargó cinco talentos. Mire, he ganado cinco más” Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” Llegó también el que recibió dos. “Señor,” informó, “Usted me encargó dos talentos. Mire, he ganado otros dos” Su señor le respondió, “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco. Después llegó el que había recibido sólo un talento. “Señor,” explicó, “Yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y recoge donde no ha esparcido. Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo.” Pero su señor le contestó: ¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido? Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses. Quítenle los talentos y dénselos al que tiene los diez. Porque a todo el que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil échenlo afuera, a la oscuridad, donde sólo habrá llanto y rechinar de dientes¨.

Atravesando la marquesina del Hospital Vargas de Caracas en dirección al Este, accedo de frente al amplio patio y al pedestal de mármol negro de canteras vecinas a Petare donde se erige la nívea estatua de mármol de Carrara del sabio Doctor José María Vargas (1786-1854), Padre de la Medicina Venezolana, reformador de los estudios médicos en el país y primer presidente civil de la república, sentado en humilde silla de cuero, con la mano izquierda apoyada sobre su corazón y la izquierda elevada oponiendo índice y pulgar en gesto magnánimo de virtud y perdón.

Transcurridos 119 años de la apertura de su Hospital, hoy doncella abusada, desflorada y despreciada, nos invita a los venezolanos y muy especialmente a los médicos a conversar.

Dice, -¨Este Hospital erigido en mi homenaje y muchos otros a lo largo y ancho del territorio patria, hoy por obra de insignificantes hombrecitos llenos de complejos y odio febril y sin realizaciones que mostrar, destruidos en sus cimientos, que quieren tergiversar la historia, enalteciendo a un guerrillero argentino quien en nombre de una justicia social que nunca conoció, asesinó sin juicio previo en Sierra Maestra, Santa Clara y La Cabaña. ¿Cómo les han permitido tanto…? Me pregunto¨

¨La Universidad que yo hice laica y progresista para ayudar al crecimiento de la nación; la medicina que yo reformé e hice científica por mandato de nuestro Libertador Simón Bolívar para que ayudara a todos, ricos y desposeídos, ha sufrido abismal transformación negativa, enseñada ahora como vil estrategia, servil a los más bajos intereses de la política internacional cubana, donde se da a entender que se ayuda cuando sólo se pretende someter mediante la dádiva y cuando al derecho a la salud es ignorado: El mendrugo engañoso que oculta una precaria, inefectiva e irreflexiva manera de hacer medicina. Los médicos desunidos, sin brújula y sin sextante, ciegos y sordos funcionales, asustados, dicen que no quieren meterse en política y por tanto dejan hacer y se transforman en colaboradores activos de maneras ruines de hacer… ¿Es que acaso son de fibra espuria? ¿Es que mi ejemplo de nada les sirvió? Lejos de apoyar a la medicina venezolana y resistir presiones y tentaciones, algunos se van en pos de una Misión Milagro que privilegia a extraños sobre propios; viajan a lugares distantes de América buscando pacientes para ser operados de cataratas en Venezuela cuando ellos muy bien saben, que los suyos propios, olvidados y desesperanzados deberán esperar largas jornadas para ser intervenidos o no serlo nunca. Yo tampoco quise entonces hacer política, pero las circunstancias por las cuales transcurría mi patria, me indujeron a decir con palabra sonora y firme, ¨¡Acepto!¨, echando sobre mis hombros el peso que el pueblo venezolano en ese momento crucial de la historia me exigía¨.

Y mirando desde sus profundas cuencas me increpa, ¨ ¿Qué habéis hecho vosotros con los dones que os trasmití para emplearlos y multiplicarlos de acuerdo a vuestras capacidades?¨

Una gran vergüenza nos invade y nos aprieta el pecho pues sabemos que los talentos no son otra cosa que la responsabilidad que representan los dones naturales con que cada uno de nosotros fue favorecido… No sabemos cómo responderle. Pero de soslayo vemos en panorámica: Somos cómplices de lenidad, de indiferencia, de comodidad... Un país pródigo en riquezas naturales, como el petróleo, el hierro, con un potencial hidrológico envidiable, hoy día quebrado, desprestigiado y mendicante. Un país de gente buena, sencilla y acogedora, hoy día poseída por el odio, terrible sentimiento, inoculado adrede en interminables cadenas de televisión por quien en acto de infinita traición realmente no ha vendido la patria, sino que la ha regalado a un par de ancianos decrépitos físicamente, pero aún pletóricos de maldad. Las fuerzas más oscuras y pestilentes del ser humano, la transfiguración de las Keres, hermanas de Tánatos, amantes de la sangre y asiduas a los campos de batalla, enseñoreadas en todos los estamentos de la patria. Hijos huérfanos de padres vivos haciendo malabares en cada esquina, cinturones de miseria gananciosos al maltrato ciudadano donde la vida es riesgo y peligro y el ser humano nada vale, pasto de balas perdidas, carne de cañón para la violación y el embarazo de adolescentes y la prostitución precoz, mercado fácil para la venta y la adicción a las drogas, escenario de muertes violentas sin castigo –hastío de la cotidianeidad-, coto de viviendas insalubres y niños desnutridos dominio de ratas y microbios de toda ralea... Aún más arriba, corrupción, ignorancia e ineficiencia manifiesta desde el más alto gobierno, y más abajo también, descarada, disfrazada de viveza criolla; y aún más abajo, la vagancia e improductividad fomentada desde el régimen, escuela de mendigos con mano extendida, para tenerlo todo sin esfuerzo, sin sudor de propia frente; el país sumido en la pérdida catastrófica de valores morales, éticos y espirituales; la constitución, palabra muerta, mancillada cada día sin que nadie pueda, quiera o esté dispuesto a hacer patente el artículo 350 [3] del librito azul, enarbolada en mano zamarra y falaz; maestros y médicos, inanes, con poca o ninguna mística, algunos tratando de ganar dinero mientras alrededor todo se viene abajo, por seguro, amenazando de arrastrarlos a ellos también…

¨¿Qué crees que pienso acerca de la entrega de la soberanía de la salud a la Misión Cubana, a una nación de extraña idiosincrasia y torcidos intereses a quien se ha pagado para que nos invada y pisotee? Yo no cohonestaría el atropello que ante la vista de médicos y extraños del Hospital Militar de Caracas se perpetra en contra de un productor del campo tildado de insano. La tolerancia cobarde y cómplice actual sería incompatible con mi honestidad y rectitud¨.

A pesar de los dos siglos y medio transcurridos desde su nacimiento en La Guaira, de la veneración de su pueblo por la pulcritud y moral de sus ejecutorias, que, por supuesto, produce gran envidia entre quienes nos gobiernan, tal vez recordemos sólo su nombre, no el camino al cual nos invitó a recorrer, el de la perfectibilidad, la honestidad, la moral, la ética y la bondad ciudadana y por sobre todo el compromiso con la patria.

Nuestro glorioso himno nacional nos dice qué hay que hacer si el despotismo levanta la voz… ¡Gritemos con brío, muera la opresión!

Padre, sepultamos los talentos que nos fueron adjudicados, no los hicimos productivos y tal vez merezcamos la oscuridad, donde sólo habrá llanto y rechinar de dientes.

¨Es mío, dice el Hospital Mirando a Vargas.

Es mío, dice la muerte.

Es mío, dice la historia.

Pero el día en que un pensamiento de Vargas se realiza,

¡Es mío! grita el presente.

Y Vargas vuelve a renacer¨

Andrés Eloy Blanco

[1] Caracas, 10 de marzo de 2010. Doctor en Ciencias Médicas. Médico Internista y neuro-oftalmólogo venezolano. Profesor Titular de Clínica Médica. Escuela José María Vargas. Cátedra de Clínica y Terapéutica Médica B. Universidad Central de Venezuela. Director de la Unidad de Neuro-Oftalmología del Hospital Vargas de Caracas. Fellow del American Collage of Physicians. Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina.

[2] El “talento” mencionado aquí es una medida monetaria, equivalente a 6000 denarios, lo cual le tomaría a un trabajador común 20 años en ganar (1 denario era la paga de un día).

[3] Articulo 350: ¨ El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz, y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”

Ana Coromoto Carvajal

No hay comentarios: